Los efectos del estallido, de los más potentes, se
han hecho notar en la atmósfera de parte de Asia y han cortado
comunicaciones de radio en altas latitudes
La mancha AR 1598
Hacía tiempo que el Sol no daba sorpresas, pero ha vuelto a demostrar que no está precisamente dormido. El
Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, una sonda lanzada hace dos años para estudiar el comportamiento del Astro rey, ha detectado
una llamarada solar de clase X 1.8, potentísima, lanzada durante esta madrugada y cuyos efectos ya se han hecho notar en la atmósfera de parte del planeta.
Las llamaradas solares pueden ser de clase A, B, C, M y X,
de menor a mayor intensidad, seguidas de un número que va del 1 al 9,
así que la de esta mañana es una de las mayores. La explosión fue
provocada por
la mancha solar AR 1598 y alcanzó su máximo a las 5.17 (hora peninsular española). La radiación del estallido produj, en cuestión de pocos minutos,
ondas de ionización en la atmósfera superior sobre Asia y Australia, el lado diurno de la Tierra en ese momento y
fuertes bloqueos de radio en altas latitudes.
Todavía se desconoce si la llamarada también envió al espacio una eyección de masa coronal (CME),
una nube ardiente de partículas y radiación que puede afectar a las
operaciones de los satélites y a las redes eléctricas, pero la mancha
solar no nos apunta directamente. Los científicos de la SDO esperan que
la actividad solar continúe los próximos días.
Países como EE.UU., Reino Unido, Portugal, Alemania, Holanda o Francia se toman muy en serio los
posibles efectos de una tormenta solar.
Ya ha creado comisiones parlamentarias de investigación al respecto y
oficinas de atención al ciudadano especializadas. En España, no existe
nada parecido.
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