Las clases de
yoga ayudarían a las personas con una arritmia común a manejar los síntomas y
mejorar su estado mental, señala un nuevo estudio.
La Asociación Estadounidense del Corazón estima que 2,7
millones de personas en el país tiene fibrilación auricular (FA), que hace que
las cámaras superiores del corazón funcionen caóticamente en lugar de
contraerse con un ritmo normal.
A las personas con FA se les suelen recetar fármacos como los betabloqueantes para controlar el ritmo cardiaco. Pero esos productos no alivian los síntomas. Aquí es donde aparecen las terapias alternativas como el yoga.
"Debería ser algo a considerar", dijo W. Todd Cade, de la Facultad de Medicina de Washington University, St. Louis. "El yoga podría ser beneficioso para las personas con FA. Obviamente, deberían conversar con su médico antes de comenzar", agregó Cade, que no participó del estudio.
La investigación incluyó a 49 personas con FA desde hacía unos cinco años. Durante tres meses, el equipo de Dhanunjaya Lakkireddy, del Centro Médico de University of Kansas, controló los síntomas cardíacos, la presión, la frecuencia cardíaca, el nivel de ansiedad, la depresión y la calidad de vida de los voluntarios.
En una segunda etapa del estudio, los mismos participantes asistieron a clases de yoga grupales por lo menos dos veces por semana, durante otros tres meses. Informaban los síntomas y la calidad de vida.
Todos los voluntarios mantuvieron su tratamiento farmacológico durante el estudio.
La cantidad de veces que los participantes decían que se les aceleraban los latidos, lo que se confirmaba con un pulsómetro, disminuyó de cuatro veces los primeros tres meses a dos veces durante la etapa de las clases de yoga.
También se redujo la frecuencia cardíaca promedio: de 67 latidos por minuto al inicio del estudio a entre 61 y 62 latidos por minuto después del yoga.
El nivel de ansiedad de los participantes se redujo de 34 puntos (en una escala de 20 a 80) a 25 puntos después de los tres meses de yoga. También disminuyó la depresión y mejoró el bienestar mental, según publica el equipo de Lakkireddy en Journal of the American College of Cardiology.
Lakkireddy aclaró que para que el yoga sea útil, tiene que incorporarse a la vida diaria y no practicarlo cada tanto. Dijo también que las personas con FA no deberían esperar que sea una cura, sino que la práctica regular del yoga hará "más tolerable" la arritmia y reducirá las consultas de emergencia.
Cade opinó que los nuevos estudios podrían evaluar si el yoga ayudaría a las personas con FA a reducir de manera segura algunos de los medicamentos.
De todos modos, insistió en que el efecto del yoga observado en el estudio no fue "enorme" y que todo beneficio potencial para los pacientes cardíacos debería replicarse, y explicarse, en nuevos estudios.
El doctor Renato Lopes, que investiga sobre FA en el Instituto de Investigación Clínica de Duke, Durham, Carolina del Norte, coincidió y agregó que, con estos resultados no se puede explicar con certeza cómo el yoga actúa en el organismo para aliviar los síntomas.
"Nos gustaría leer un estudio aleatorizado para poder evaluar el efecto terapéutico del yoga en los pacientes con FA", dijo Lopes, que no participó del estudio.
"El yoga es una actividad que parece positiva, independientemente de si se tiene FA", indicó. Pero, "recomendar de manera formal que los pacientes con FA practiquen yoga sólo a partir de este estudio es algo bastante prematuro para mí".
FUENTE: Journal of the American College of Cardiology, online 30 de enero del 2013.
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