Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión.
Vengo en este día para recordarles el Silencio, y de alguna manera a mostrarles el vínculo entre el Fuego y el Silencio.
Cuando ustedes se unen al Espíritu Santo, algunos ya lo han constatado, los pensamientos desaparecen, se reducen considerablemente, llevándolos a extraerse de cualquier noción de una persona. Para aquellos que se resisten a la venida del Fuego, es lo contrario que se manifiesta: más pensamientos, más reacciones, más emociones.
Es por eso, que desde hace tanto tiempo insistimos sobre el Silencio. El Silencio, no es el Silencio de las palabras. El Silencio no es únicamente el silencio de los pensamientos. El Silencio de la ilusión de ser una persona. Por supuesto, cuando desaparece la ilusión de ser una persona, los pensamientos desaparecen y las palabras también. Siempre están disponibles como una herramienta, pero no es el ruido que dirige vuestra vida.
Entiendan bien, que es esta noción de una persona lo que permite al otro existir, lo que permite a la separación desplegarse. Si el mito de una persona desaparece, entonces la ilusión hace Silencio. Y ella pierde eso, sobre lo que se construye.
Tiempo del Fuego es igualmente el tiempo de Silencio. Yo los invito a dejar pasar lo que pasa, a dejar pasar lo que nace y muere, dejar pasar todo lo efímero, para que los aullidos de lo efímero dejen lugar al Silencio de la Eternidad.
Así que, estén vigilantes al momento que se despliega la persona, al momento cuando dejan desplegarse la Ilusión. Una vez colocados en la Unidad, una vez el Uno rencontrado, entonces todo lo que ustedes ven es el Uno, todo lo que ven no está en ningún caso separado lo que son.
Dejen que se disuelva el tiempo, dejen que se disuelva el espacio... y ver emerger al Uno en medio del Silencio...
Eso es lo que avanza hacia ustedes, es lo que ya está ahí. Son muchos los que dan testimonio. No hay necesidad de creerles, les basta con vivirlo.
Entonces, tomemos el tiempo fuera del tiempo para acoger el Silencio, de ser el Silencio, de ser el Fuego, de ser la Vida...
Al igual que ustedes, yo soy el Uno. Al igual que ustedes, yo estoy inmerso en la Vida...
Acojamos quiénes somos, acojamos nuestro Reconocimiento...
Así, para los presentes en este lugar, y para todos aquellos en otras partes que también deseen prestar también a mi proposición, les propongo desde ahora y hasta el final de la jornada de mañana, de prestar especial atención al Silencio, Silencio de las palabras, Silencio de la adhesión a la ilusión de ser una persona, Silencio de la adhesión al tiempo y al espacio...
Yo volveré mañana por la noche, para concluir mi intervención en el Silencio.
Mientras tanto, les deseo la bienvenida al Fuego, acoger el Silencio, y de Ser la Vida...
Hasta mañana.
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Transmitido por Air
http://www.envol-du-phenix.org
Traducido por: H. N.
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