viernes, 30 de septiembre de 2016

MIKAËL - 29 septiembre 2016



Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Queridas Semillas Estelares, en la Celebración de los Arcángeles, me presento a vosotros.

Por mi Espada de Fuego y Amor, recibid mis bendiciones y saludos.

… Silencio …

Vengo, por mi presencia, a afirmar mi llegada en vuestro cielo, de modo formal y material, a fin de liberar lo que debe ser liberado en este escenario final de La Tierra, mostrando a vuestros ojos y a vuestra conciencia la victoria de la Luz, cualesquiera que sean las circunstancias de este mundo. Cada conciencia humana encarnada está en el emplazamiento que le ha sido atribuido por la Luz y por la Verdad. En los acontecimientos que se celebran actualmente en vuestra Tierra, como en vuestro Templo, se realizan el conjunto de las profecías decretadas hace muchos siglos, que ilustran la última batalla – resultando en la victoria de la Luz – entre los que se oponen entre ellos, servidores de la sombra o de la ignorancia, actualizando y dando a ver la realidad de la instalación de la Luz, desde la disolución iniciada en las Bodas Celestiales.

Tengo el honor, en este día, no sólo de notificar mi presencia en vuestros cielos, condición previa a la limpieza del Éter – no sobre La Tierra, sino en los planos intermedios – de los restos de las Fuerzas Arcónticas, precipitadas sobre La Tierra, a fin de vivir a su turno la depuración, la transformación y la Liberación.

Cualesquiera que sean las circunstancias individuales de vuestras vidas, y de vuestras conciencias, estad seguros que os será hecho exactamente según vuestra fe, según vuestra conciencia y según vuestra elección de alma o Espíritu. Nada ha sido dejado al azar, nada se ha  desviado de lo que debía ser enderezado y rectificado. Se celebra desde ahora en adelante, sobre el plano más denso de La Tierra, no sólo la realidad y la verdad de las profecías, sino los Últimos Tiempos, viéndose así la revelación de lo que os estaba siendo todavía ocultado en este plano, revelando al mismo tiempo lo que os queda por revelar a nivel de vuestra conciencia, la de quienes sois, de vuestra historia más allá de la historia terrestre, y del devenir más allá de todo confinamiento.

Las señales y primicias que se viven desde ahora coinciden más o menos con la Llamada de María. Ésta ocurrirá – y lo sabéis – cuando el último signo celeste no pueda ser ignorado por nadie. No obstante, antes de que esta visibilidad sea efectiva a vuestros ojos de carne, vengo para arar el cielo, a fin de abrir lo que quedaba por abrir, a nivel de la última capa aislante de La Tierra. Los trastornos llamados geofísicos – como nunca en la historia de la humanidad – sólo son los testigos de la expansión de La Tierra, desde su plano físico, a su dimensión final. No tengáis ningún temor, tanto en el plano material, como en el plano de quienes sois.

Paralelamente a estos acontecimientos, el proceso de la fe, el proceso del Amor va a tocar a cada vez más hermanos y hermanas humanos, que hasta ahora no veían nada, no sentían nada, ni escuchaban nada.

Este mensaje no va dirigido únicamente a vosotros, hermanos y hermanas abiertos, despiertos o liberados, sino también al conjunto de las conciencias todavía dormidas, por temor, por olvido, o simplemente porque para ellas el tiempo no había llegado. Vuestro emplazamiento, para los despiertos, dondequiera que estéis sobre esta Tierra, es exactamente el emplazamiento adecuado, no para vosotros – pues no tenéis nada que temer ni por lo que alteraros – sino para permitir, a vuestro turno, no ser más únicamente Ancladores o Sembradores de Luz, sino más bien, como esto ha sido anunciado, Pilares de Luz en el seno de un mundo que desaparece para dejar lugar a uno nuevo, que esto sea en esta Tierra, o en vuestra destinación final.

El conjunto de las Fuerzas Arcangélicas, así como de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, están situadas desde ahora en adelante no sólo alrededor del Sol (como es el caso desde hace muchos años) sino directamente en la atmósfera de vuestra Tierra. Esto significa que más allá de la visibilidad puntual de algunos de estos elementos, cualquiera que sea su dimensión, muchos de entre vosotros, despiertos o no, sois llamados a vivir unos encuentros en otra fase, no correspondiendo solamente a la apertura a la multi-dimensionalidad tal como es representado en los contactos con la naturaleza y sus pueblos, sino de manera mucho más directa e incisiva, si puedo decir, con las diversas fuerzas de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.

En estos contactos, cualquiera que sea la forma – visual o próxima, multidimensional o terrestre – cada uno de vosotros es llevado, en las semanas que vienen, a estar contactados por diversos contingentes de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.

No se trata de un secuestro, propiamente hablando – porque, como sabéis, cada uno de vosotros debe pasar por la Puerta Estrecha de la Llamada de María –, sino mucho más que una puesta en condición, una puesta en situación, viniendo a reforzar vuestra base, vuestra certeza, vuestra fe. Lo hemos dicho en múltiples ocasiones: cualesquiera que sean los velos que fueron puestos sobre vuestras conciencias y sobre La Tierra, nunca estuvisteis solos, nunca fuisteis abandonados por quienquiera. Todo esto se va a revelar en los próximos días y  próximas semanas, tanto en la intimidad de vuestra cama como a lo largo de vuestras jornadas, en vuestras ciudades y en vuestras campiñas, en cualquier punto de La Tierra.

Los signos celestes, traducen mi presencia en vosotros como en vuestro cielo, se intensifican desde ahora en adelante como nunca ha ocurrido desde decenas de millones de años. Estad seguros de que cualquiera que sea el aparente aspecto de cualquier destrucción, no es así. Todos estos acontecimientos participarán, que esto sea la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres con su presencia, que esto sea lo que llamáis asteroides o meteoritos, sólo preparan e instalan la atmósfera que calificaría de propicia al recogimiento, y en definitiva, a la estasis.

Comprobareis a veces de manera paradójica, y muy lógica desde el punto de vista de la Luz, a medida en que la llegada de estos acontecimientos físicos, geofísicos, celestes y humanos, cualesquiera que sean su contenido e importancia, que vuestra conciencia se expandirá cada vez más hacia la Alegría, la Felicidad y la Eternidad. No tenéis tampoco, a este nivel, nada que temer en cuanto a alguna privación; la Luz os alimentará, la Luz os guiará, en cuanto que la acogéis sin restricciones ni condiciones, remitiendo así vuestro Espíritu entre las manos de la Fuente.

La paradoja será la siguiente: Cada elemento que será tocado en una de las estructuras de vuestro planeta corresponderá a un despertar en vosotros, unos últimos elementos del mismo Êtreté (Cuerpo de Eternidad), que está situado, os lo recuerdo, al nivel de vuestro Sacro. Cualesquiera que sean los signos físicos o energéticos, vibrales, lo más importante no está allí, sino en los resultados obtenidos sobre la cualidad y afinamiento de vuestra Supra-conciencia en manifestación y en encarnación ahora, en totalidad, en vuestra conciencia ordinaria.

El desarrollo de vuestras vidas, el desarrollo de vuestras jornadas y vuestras noches, cambiará por completo. No hablo aquí de las consecuencias directas de mi llegada, sino más bien del ajuste de vuestra conciencia al Êtreté y la Eternidad, con mucho más facilidad y evidencia que hasta ahora, incluso si hoy vivís el Sí o la Libertad.

Vuestra emanación de Luz será omnipresente, manteniendo la Alegría y un estado de Paz que ninguna herida, ningún ataque, ni ninguna circunstancia social, geofísica o celeste podrá alterar, todo lo contrario. Hay pues en vosotros, desde ahora y en lo sucesivo, las primicias de mi acción, no a través de las Bodas Celestiales, sino a través de la completa realización de vuestra Eternidad, aquí mismo, sobre el plano donde estáis de momento.

Muchos mecanismos serán nuevos para vosotros, no hablo solamente de los accesos a los planos invisibles, de los accesos a mi Presencia o de los accesos a la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, sino de un cambio radical de la conciencia global, que sea limitada o bien Eterna. Lo que fue llamado el supra-mental o la supra-conciencia se volverá, para muchos de entre vosotros, una evidencia y una segunda naturaleza, tomando su espacio en la efímera naturaleza humana.

Recordad que no hay nada a practicar, no hay ningún entrenamiento ni preparación, sino solo acoger la Verdad. Todo esto será sostenido por las innumerables presencias, tanto de los pueblos de la naturaleza como de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, en cualquier dimensión que sea, pero sobre todo por lo que acabo de describir como elementos nuevos que se insuflan en vuestra conciencia, poniendo fin al olvido, poniendo fin al sufrimiento, poniendo fin a los últimos velos de separación tal vez aún presentes.

Mi presencia pone fin también – de manera muy rápida, y en algunos casos de manera fulgurante –, a las últimas resistencias, a las últimas dudas, a los últimos miedos y a los últimos elementos de atracción a este mundo, de atracción a la vida en este mundo. No habrá ninguna pregunta que hacerse en relación a esto, porque la evidencia será tal que nadie podrá decir que no lo sabía.

Vuestra emanación de Luz como ser eterno se hará visible espontáneamente, sin alineación, sin condición previa, sin meditación; esto se volverá, como dije, vuestra nueva o segunda naturaleza. La Alegría, la Paz, la serenidad serán los testigos palpables.

No os sorprendáis si, en las semanas venideras, un cierto número de elementos resistentes en vuestras vidas todavía, consciente o inconscientemente, se ven levantados de manera que podríamos llamar mágica. Incluso en esto no tenéis nada que temer, ni por lo que alteraros, solo tenéis que estar presentes en vuestra vida, en lo que ella os indique, por la Inteligencia de la Luz, de ser, porque en definitiva lo sabéis, incluso sin vivirlo, que sois esa Eternidad.

El proceso del Fuego del Espíritu, más allá de las Coronas radiantes del corazón y de la cabeza, se enciende desde ahora y se focaliza al nivel de las Puertas inferiores de vuestro cuerpo, de la misma manera que el Fuego del Espíritu toma el espacio de la Onda de Vida a nivel de vuestros pies. Los mecanismos parecidos a sensaciones de quemadura, a sensaciones de calenturas, incluso de malestares extremadamente intensos y rápidos, no os deben de alarmar excesivamente. Vuestra salud no peligra, cualquiera que sea la importancia de los signos vividos, yendo, lo repito, hasta el desmayo, sólo traducen la instalación definitiva del Êtreté.

Lo que os estaba todavía ocultado en el seno de vuestra intimidad, a nivel de lo que llamáis subconsciente o inconscientemente, os aparecerá claramente, con toda claridad y con toda lucidez. Que esto sea en forma de flash, de intuiciones, de ensueños, los acontecimientos citados tomarán un aspecto brutal y rápido que no tocará a la Alegría que, ella, será concomitante. A cada acontecimiento personal e íntimo, cualquiera sea que, corresponderá a un aumento nítido y visible de la Alegría, de la Paz y de la Serenidad.

Más que nunca, en este período, os es pedido por vuestra conciencia y por la Luz, de estar en la acogida, sin condiciones, de lo que sucederá sobre este cuerpo, en este cuerpo y en vuestra conciencia. Las flagrantes pruebas de la instalación de la Luz no podrán ser negadas. Pero absteneros de recaer en el seno de la dualidad, mantened la Unidad, no busquéis a comprender sino vivid plenamente lo que está por vivirse para cada uno. Como lo estamos desde hace años, de manera cada vez más visible, podréis, en estos momentos, acelerar el proceso llamándonos, no para borrar un dolor o un malestar sino para que éste, hasta por un costo importante, se encuentre resuelto en un tiempo muy corto.

Los momentos de Silencio, los momentos de ayuno, los momentos de recogimiento (solos o en grupo), los momentos de oración, los momentos en la naturaleza, los momentos de contacto, que esto pertenezca a los pueblos de la naturaleza o con nosotros, serán todos ocasiones privilegiadas para reforzar vuestra fe, vuestra base, y de finalizar, si no está ya hecho, vuestra transubstanciación.

La Llamada de María ocurrirá al principio, a mediado o a final de este período porque, como  la sabéis, no es ni la Tierra, ni nosotros, ni María, ni la Fuente quien decide, ni vosotros, sino que es la interacción de esta revelación de la Luz completa y de las reticencias o reacciones colectivas que podrán manifestarse, que dictarán el calendario de la sucesión de los acontecimientos que deben ocurrir. Las señales serán innumerables: en los cielos, sobre La Tierra, en vuestro cuerpo, en vuestra conciencia y en la sociedad. No ved en estas señales – aunque sean las más detestables en el seno de la persona o de la sociedad, como de La Tierra y del cielo – una destrucción cualquiera, sino más bien la resurrección de la Luz, en totalidad.

Comienzo, en estos días, a tocar vuestra Tierra por mis contrapartidas que llamáis celestes, como los asteroides y meteoritos. Recordad: en cada circunstancia donde esto os parezca difícil – a pesar de la Paz y la serenidad–, os basta con acoger, sin condiciones, lo que se celebra en vuestro cuerpo, lo que se celebra en vuestra conciencia. Es por este Abandono total a la Luz que creceréis y sentiréis la Alegría, sin reticencia alguna, sin obstáculo alguno, cualquiera que sea el acontecimiento que tengáis que vivir en estos tiempos.

Así que estáis invitados a recogeros, cuando lo deseéis, cada día, cada noche, aunque sea sólo cinco minutos, no para uniros unos a otros, sino para conectaros de manera directa a lo que queda por descender de Êtreté en vosotros, y que re-sintetizaréis en vosotros. Lo que fue llamado las Puertas, y en particular las Puertas inferiores de vuestro cuerpo, a nivel del sacro, se vuelven actualmente extremadamente activas. No os preocupéis por los mecanismos que los acompañan, cualquiera que lo sea la forma, fuese la más penosa o la más alegre. Mantened vuestra atención y conciencia sobre la acogida de la Luz, en los momentos de Paz, en los momentos de Silencio, en los momentos de ayuno, en los momentos de recogimiento. Cualquiera que sea vuestra dosis de actividad, os será indispensable de recogeros, en vosotros, sin petición, simplemente estando allí.

La Llamada de la Luz se vuelve un requerimiento formal de la Luz por la cual demostráis, no una sumisión, sino un reconocimiento hacia vosotros mismos.

Así termina, en un tiempo muy próximo, el Cara-a-Cara que todos vivís, cualquiera que sea vuestro estado, cualquiera que sea vuestra edad, desde hace ya numerosos meses. No veáis en nada un descuido cualquiera, no veáis en nada cualquier ataque de una sombra cualquiera que sea. Os es pedido, en este período particular, no de tener la fuerza, no de ser poderosos, sino de ser dulces y humildes; es el mejor modo de recogeros, de acoger la Luz y de acoger la Verdad.

La vibración Arcangélica os acompaña específicamente, de modo diferente a los pueblos de la naturaleza. Venimos a vosotros a pacificar, de manera fuerte y rápida, lo que deba serlo, para poneros en adecuación total, a la vez, con lo que tenéis que vivir en estos tiempos y en lo que os tenéis que convertir en estos tiempos, perfilando, en cierto modo, vuestra destinación, vuestro encaminamiento y vuestra liberación.

Es deseable, durante este período, cualesquiera que sean los estímulos exteriores, de estar en la acogida y el recogimiento. La oración, en el sentido más noble, será eficaz, más allá de toda espera, sobre todo si esa oración viene por supuesto de vuestro corazón y no de la satisfacción personal de una circunstancia correspondiendo a la persona. Estáis invitados, como decía, a la humildad, a la desaparición, sois invitados a dejar ser, realmente y totalmente, lo que sois de toda Eternidad, como esto ha sido repetido innumerables veces.

Así, el plano del Eterno, el plano de la Ascensión de la Tierra, el plano de la Liberación colectiva, llega a su fase encarnada y material. No busquéis ninguna fecha porque todo esto está en curso. La Llamada de María, como lo sabéis, se realizará tan pronto como los signos celestes y las Trompetas sean escuchadas. Pero desde ya, previamente, es decir desde hoy, lo que os dije concerniendo a la proximidad de las Fuerzas de la Luz, os infundirán ensueños e intuiciones y la Visión del corazón, la visión de la Eternidad, la visión de los que sois, de manera cada vez más nítida y cada vez más intensa.

Retened sobre todo que cualquiera que sea la importancia de las manifestaciones de vuestro cuerpo o en vuestra vida, éstas no son estrictamente nada en cuanto que acogéis y os recogéis, en el momento en que oréis, por una ayuda o simplemente para estar en acuerdo total con la Eternidad. Esto no es una petición, es una comunión, es una fusión, es un estado de Gracia. Lo que quiere decir también que los de entre vosotros, todavía dormidos o despiertos, que estén establecidos en el Sí o que sean Liberados Vivientes, tendrán una capacidad nueva y flagrante, de quedar conectados, de quedar relacionados, cualquiera que sea el estado de vuestro cuerpo y de vuestra vida. En esta ocasión volveréis a apreciar, de manera evidente, lo que es efímero y lo que es eterno, haciéndoos, por la revelación de la Eternidad – cada uno en función de su nivel y de su grado –, de mantener, sin esfuerzo, un estado de Amor que solo hasta ahora las Llamas gemelas, algunos contactos con los pueblos de la naturaleza, y algunas experiencias místicas eran capaces de revelar.

Cuando seáis tocados, esto será de modo rápido e inmediato, sin previo aviso. Retened que en este momento el recogimiento y la acogida son, si puedo decir, vuestras cartas maestras. No hay necesidad de palabras, ni de pensamientos, no necesitáis de gestos, solo hay necesidad  de pureza de intención de vuestro corazón, demostrándoos vuestra capacidad real a ser lo que sois de toda eternidad. Así se disolverá en vosotros todo lo que pueda quedar de efímero, todo lo que pueda quedar de control, todo lo que pueda quedar de resistencias o de temores.

Os invito pues a comunicar este mensaje de forma escrita, o de forma oral, de la manera más intensa y rápida que sea posible.

He aquí el mensaje breve que os tenía que entregar; es conciso, preciso, claro y no requiere ninguna discusión.

Permitidme, antes de dejaros en vuestra vida, de presentaros el Fuego de mi Espada, el Fuego de la Redención, el Fuego del Espíritu y el Fuego de Cristo. Con esto, acabo mi intervención en este día, os bendigo a todos sin excepción alguna ; que estéis en oposición o en acuerdo total a lo que vengo de decir no cambia nada.

… Silencio …

Concluiré con estas palabras: es hora de acordaros de que sólo sois pura Luz, en cualquier forma, en cualquiera manifestación que sea. El tiempo del olvido ha acabado. Soy Mikaël Arcángel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, vuestro servidor.

… Silencio …

Estamos aquí desde ahora en adelante.

… Silencio …

En nombre de la Luz, en nombre de Cristo, en nombre de María, en nombre de la Verdad, recibid y acojed.

… Silencio …

Estad presentes a vosotros mismos y al Amor. Todo el resto se volverá trivial y una vana esperanza.

… Silencio …

Os saludo.

… Silencio …

Hasta pronto.

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