Octubre 2016
Soy Eriane, Reina de los elfos del pueblo de Eridan.
Vengo a vosotros en este día de luna nueva. Como quizás lo sabéis, organizamos, en cada luna nueva, una ceremonia. Esta ceremonia es una ceremonia de ofrendas, tanto al Agua como a los Elementos, y también un medio para nosotros, como para vosotros además, de reunirnos en espíritu o en carne en nuestros vórtices, en los albores de nuestras aldeas.
Vengo simplemente a desvelaros, en cierto modo, que las lunas nuevas de esta revolución solar, hasta lo que llamáis el mes de diciembre incluido, son unas lunas nuevas particulares, que tienen para vosotros una oportunidad de purificaros aún y siempre más, de volveros más claros, de eliminar lo que tal vez queda en vosotros de oscuridad, de zonas de sombra. Las tres últimas lunas de esta revolución solar, apuntan en aportaros elementos sustanciales en cuanto a vuestra liberación.
Creo que hace algún tiempo, el comendador de los Ancianos os había estipulado que este período era importante para todos. Por supuesto esto se reproduce a cada revolución solar, pero esta revolución solar, que llamáis año 2016, es extremadamente importante en lo que tenemos que permitir, para algunos de vosotros, en cuanto a vuestra elevación a los dominios de la Eternidad.
Sois cada vez más numerosos en percibirnos de diferentes maneras, de diferentes modos, incluso fuera de estas lunas. Todo esto resulta, lo sabéis, por supuesto, por la desaparición de los velos que os separaban de la Verdad, por la acción de la Luz. Nuestros pueblos son para vosotros, en sus albores, unos remansos de paz, donde podéis venir a limpiar de lo que os pueda parecer estar manchado en el seno de este mundo, de todo lo que pueda subsistir, en vuestra conciencia como en vuestro cuerpo, unos elementos todavía no iluminados, o no suficientemente iluminados.
Así que, os invito, dondequiera que estéis, a evocarnos especialmente en estas lunas nuevas que os quedan y que nos quedan hasta el final de esta revolución solar. Encontrareis ahí tanto un apaciguamiento como un mejoramiento, que sea una sanación, en vuestro cuerpo, en vuestro Espíritu, a cualquier nivel que sea. Os beneficiareis en estos momentos de los influjos, yo diría, máximos, de la Luz vibral en el seno de nuestros vórtices, en nuestros pueblos, en nuestras aldeas. Os invito pues, aunque, si os quedáis en unos espacios cerrados como las ciudades, de conectaros con el pensamiento, con el corazón, a nuestra Presencia, a nuestras aldeas, a lo que se celebra en estas ocasiones. Estamos llamados, para numerosos de entre nosotros, a encontraros cada vez más fácilmente, incluso en vuestro corazón, aunque no tengáis la oportunidad de desplazaros físicamente.
Nuestro papel, nuestra función si puedo decir, para vosotros, se desvela tal vez cada vez más. Recordad que lo importante, no es de discurrir, de vernos, aunque algunos de vosotros comienzan a percibirnos, sino más bien de sentirnos, de sentirnos, diría, mutuamente, poniendo fin a una separación muy antigua, como sabéis. Hoy, nuestras puertas os son abiertas de par en par, las puertas de nuestras aldeas, las puertas de nuestros corazones.
Así que sólo os puedo invitar, dondequiera que estéis, a la serenidad y a la paz, en estos días de luna nueva, en el recogimiento. Más allá incluso de toda petición, la intervención de la Luz será para vosotros más directa, más eficaz, más consciente, más tranquilizadora. Estas ocasiones serán tal vez, para algunos de entre vosotros, la ocasión de ver y de percibir todo lo que estaba escondido, ocultado por las leyes del encierro, que era vuestro.
Os invito también, si tenéis la oportunidad de desplazaros, a recoger el agua próxima a nosotros. Esta agua que está cargada, en ese momento, por nuestras ceremonias pero por la influencia misma de la emanación cósmica, de las virtudes más esenciales para vuestra armonía, para vuestro equilibrio y para vuestra elevación que llamáis, Ascensión.
Me gustaría entregaros también lo que ya evoqué de manera parcelaria a algunos de entre vosotros, hace algún tiempo, respecto a la utilidad de algunas hojas de árboles. Por supuesto, sé que la estación no se presta totalmente para esto. Pero si tenéis la oportunidad de recoger agua cerca de nuestras aldeas, incluso diría agua de fuente, hasta sin nuestras aldeas, en los días que siguen la luna nueva, en cuanto que ésta sea acatada en el cielo y en los dos días que siguen, podéis utilizar este agua. Será portadora de información-Luz como ninguna otra agua lo puede hacer, independientemente incluso, debo decir, de nuestras ceremonias mensuales.
Lo que querría añadir, es que este agua, cuando es aplicada sobre la hoja de un árbol, de algunos árboles, tiene virtudes particulares según el árbol. Entonces voy pues a analizar unos árboles esenciales, aunque por supuesto la estación de los follajes llamados caducos toca a su fin.
Los árboles, lo sabéis, y lo veis, pierden sus hojas como cada año, pero éstas todavía os pueden servir si son dinamizadas por este agua particular de la luna nueva. Entonces por supuesto, no es cuestión de analizar todos los árboles hojosos existentes, sino simplemente de citaros los árboles más importantes, en función de su efecto, cuando esta hoja es aplicada sobre vuestro cuerpo, a condición de haber depositado allí un poco de agua de la luna nueva. He aquí los árboles principales y su función a nivel de sus hojas aplicadas sobre vuestro cuerpo de carne.
Vamos a comenzar bien evidentemente por los robles. El roble común restaura en vosotros la solidez, la rectitud. La encina tiene la particularidad de aportaros, si lo carecéis, más fuego vital y vibral al mismo tiempo, de restaurar vuestra vitalidad. El alcornoque, en cuanto a él, os va a permitir sobre todo de volveros en cierto modo invencibles. No invencibles por el ego sino invencibles por la potencia de la Luz que entonces os recubre de una dulzura y de una potencia, viniendo a poner fin a lo que os pueda chocar, viniendo, como tal vez pensáis, del exterior vuestro.
Cualquiera que sea la estación, que esto sea en primavera, que esto sea en el verano, que esto sea como ahora en pleno otoño, esto no hace ninguna diferencia. Existen por supuesto otros árboles.
El nogal por ejemplo, es un árbol que puede, por sus hojas y nuestra agua, mejorar todo lo que se sitúa en vuestra cabeza, tanto a nivel de vuestros pensamientos como hasta de vuestro cerebro, en sus funciones que pueden ser deficientes.
El abedul, que es ya tradicionalmente utilizado en la civilización humana desde muchísimo tiempo permite, como sabéis, de desintoxicar, de depurar. Lo mismo ocurre cuando el agua es depositada sobre esta hoja y esta hoja es puesta sobre vosotros. El lugar, por supuesto, depende de la acción. Si se trata de una acción más sutil que concierna a vuestra conciencia, entonces bastará con colocar esta hoja sobre vuestro corazón. Si se trata de restaurar algo a nivel de vuestra cabeza, la hoja mojada del agua de la luna nueva será puesta en la cima de vuestra cabeza. El abedul revivifica. La hoja de abedul puede ser útil en caso de inflamación localizada también, en algún lugar de vuestro cuerpo.
Os hablaré de la hoja de higuera, pues ella os va permitir de enlazaros a la Intra-Tierra, al núcleo cristalino y a vuestro origen estelar.
El arce os permite, en cuanto a él, a nivel de su hoja, de aliviar vuestras penas cualesquiera que sean. Cuando hay dificultad en soltar, cuando hay dificultad en decir adiós a algo, a alguien, a una situación, cuando os sentís pesados y pesantivos.
El haya, finalmente, es de la misma naturaleza que el roble, no obstante con una diferencia notable. El haya os permite, en vuestra terminología, de superar más fácilmente lo efímero y el Eterno, y de resolver a veces los antagonismos que existen entre la conciencia que os anima en este cuerpo y la conciencia eterna que llamáis Supra-mental.
Sólo os doy por supuesto las hojas de árboles que corresponden a las funciones que pueden ser útiles para vosotros en este período – tan crucial para vuestra elevación.
Existe otro árbol del que me gustaría hablaros, que es la acacia. La acacia, a nivel de su hoja tan ligera, os permite de ser dulces hacia vosotros mismos, de perdonaros a vosotros mismos. Cuando una situación existe y necesita un perdón cualquiera que sea, de la dulzura, entonces ponéis unas gotas de agua sobre esta hoja y la colocáis sobre vuestro corazón.
No es cuestión por supuesto, esta tarde, de desvelar todas las utilidades de las hojas de árboles, sino simplemente, una vez más, de especificaros a las que os puedan ser útiles en estos momentos, en este período. Así como sabéis, el agua de la luna nueva, en el seno de nuestros pueblos, es sagrada y bendecida en la fecundidad, al Femenino sagrado, a sus virtudes, que sean a nivel del cuerpo como a nivel de vuestra conciencia. Ahí también, este agua, independientemente de toda hoja de vegetal, puede ser bebida, puede ser aplicada dondequiera que sea sobre el cuerpo. Ella puede ser ingerida por supuesto, bebida, os puede servir de múltiples maneras.
Tenéis también la oportunidad de multiplicarla, simplemente escogiendo un agua de fuente débilmente mineralizada en la cual vais a poner muy poca agua de los elfos, si puedo decir, para reencontrar las mismas virtudes en el seno de este agua. Lo que será puesto en movimiento entonces, en vuestro cuerpo y en vuestra energía, en vuestra conciencia, será asimilable a lo que pueden hacer por ejemplo los gnomos cuando vais a verlos, a lo que puede hacer el Fuego del Espíritu, el Fuego Ígneo, el Fuego del Sol: una regeneración, una restauración.
Lo mismo ocurre también con lo que llamáis los productos de la tierra, los minerales, los cristales.
Los cristales también pueden ser mojados o empapados en su superficie por el agua de la luna nueva. Esto hará más que limpiar estos minerales, sino que los pondrá en resonancia directa con su memoria del fuego. Lo sabéis, todos los cristales de la tierra han pasado por la prueba del fuego y llevan en ellos la memoria de ese fuego original. Cuando parezca faltaros Fuego, falta de jovialidad, tomad un cristal cualquiera que sea, y mojadlo con nuestra agua, comprobaréis muy rápidamente los efectos. Los efectos acostumbrados que conocéis tal vez de algunos minerales, pero que serán decuplicados. Os invito a hacer simplemente la experiencia y a constatar por vosotros mismos lo que sucede.
Esto por supuesto está destinado al período presente, pero también diría, en el futuro, cuando no haya más acceso, sobre esta tierra, a vuestros medios tecnológicos, a vuestros medios y a vuestros circuitos de tratamientos habituales. Guardad esto en una esquina con vosotros porque tal vez lo necesitaréis después de estas lunas nuevas. Esto os será de una gran utilidad. Intentadlo.
Volveré para la luna nueva próxima a fin, lo espero, de poder responder a vuestras preguntas que conciernan tanto a vuestras confusiones como a otros árboles. Os di específicamente estos árboles porque son comunes y porque tienen las virtudes, diría, cardinales. Habría podido también daros, por ejemplo, el árbol que corresponde a cada una de las Estrellas o potenciales espirituales de los que nosotros somos portadores. Esto será hecho en un tiempo posterior, si hay unas preguntas respecto a esto.
Como siempre, os dejo vivir esto, experimentar esto por vosotros mismos, y de daros cuenta por vosotros de lo que sucede entonces.
Nosotros, pueblo de los elfos, os desvelaremos tanto como se pueda, muchas de nuestras prácticas, de nuestras costumbres, que os son aplicables en lo sucesivo del mismo modo. Descubriréis así la verdadera medicina, la que no tiene nada que hacer de las extracciones de sustancias químicas, pero que toma la integridad de la potencia ofrecida por la madre naturaleza. Lo sabéis pertinentemente, el árbol es el intermediario perfecto entre el cielo y la tierra. Sus raíces están en tierra, sus hojas se alimentan de la Luz. El árbol no se mueve, esta recto, oxigena el planeta, os da el aire, os da su corteza, os da su solidez. Lo mismo ocurre en una utilización interior y no más exterior.
Desvelaré todo esto por supuesto dentro de cuatro semanas, en l ocasión de la luna nueva, o en otro momento si no estáis entre nosotros. Y os desvelaré, después de esta luna nueva próxima, los elementos esenciales para el fin de vuestro año, que os permitirán realmente de estar preparados.
He aquí la ayuda que os querían aportar los elfos, en este período que, creo, es a menudo llamado por los Arcángeles el último Cara a Cara, el Cara a Cara individual, antes del Cara a Cara colectivo y último. Estad seguros de nuestra presencia, de nuestro servicio, de nuestra devoción, de nuestro Amor común y recíproco.
Si esto interesa a algunos de entre vosotros, y si tenemos el tiempo para eso en mi próxima visita, yo diría que esto no os servirá necesariamente, sino que tal vez satisfará una cierta forma de curiosidad de conocer nuestros modos de vida, nuestras costumbres, nuestro modo de proceder, y cuáles son nuestras ocupaciones, si no obstante hay unas preguntas respecto a esto. Mientras tanto sólo os puedo desear una plena e integra luna nueva, una noche de regeneración, y de resurrección.
En nombre del conjunto del pueblo Eridan, os transmito el saludo de los elfos, os transmito nuestras bendiciones y nuestro Amor.
Agradezco vuestra escucha, y vuestra lectura. Y aunque no conocéis nuestros nombres, dondequiera que estemos por el mundo, hoy, incluso en la ciudad, a pesar de toda la contaminación que se encuentra allí, podemos ir para hablaros, interiormente en vuestro corazón. Esto también es muy nuevo. Hasta ahora, como sabéis, los elfos se quedan con un instinto gregario muy fuerte, nos gusta quedarnos en nuestro hogar. A algunos de nuestros elfos les gusta viajar, entonces les llamamos los elfos viajeros, que se desplazan de pueblo en pueblo. Ellos son muy poco numerosos porque deben seguir, como sabéis, las líneas que unen nuestros pueblos, las líneas élficas. Pero hoy, a partir de esta luna nueva, tendremos mucho más facilidad incluso para alejarnos de estas líneas élficas, a fin de unirnos en vuestro corazón, directamente, si no obstante sentís la necesidad, la utilidad. Si necesitáis de nuestra ayuda, de nuestra presencia, de comulgar con nosotros, entonces encontrareis siempre un elfo preparado para visitaros. Aunque no nos veáis, nos sentiréis, y sobre todo, comprobareis los efectos.
Saludamos el conjunto del pueblo de la Tierra. Muchas sorpresas van a manifestarse para muchos que todavía no tenían acceso de manera plena e integra a nuestros intercambios, porque los tiempos han llegado de abolir todas las fronteras y todas las distancias, entre los pueblos de la naturaleza y el pueblo de la Tierra, vosotros humanos.
Pararé aquí lo que os tenía que decir. Os deseo unos muy buenos encuentros con nosotros, dondequiera que se sitúen, en los albores de nuestras aldeas pero también en vuestro corazón. Tenemos tantas comuniones, si puedo decir, retrasadas, tenemos tantas cosas que intercambiar por el corazón.
Soy Eriane, y honro vuestra Presencia.
...Silencio …
Os digo pues hasta muy pronto, en nombre del pueblo de los elfos. A cada uno de vosotros, os bendigo, y acojo con respeto vuestra bendición.
...Silencio …
Ahora me retiro y os digo, a muchos de vosotros, a muy pronto y hasta la vista.
...Silencio …
Mi esposo me acaba de decir que me olvidé de hablaros de un árbol, lo lamento. Se trata del haya roja. Si tenéis la posibilidad de tener a vuestro alrededor un haya rojo, entonces tomad sus hojas, porque ellas os permitirán, con nuestra agua, o sin nuestra agua además, para este haya en particular, de vivir el Espíritu con más facilidad. Esta vez, me retiro.
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