2 octubre 2011
Soy MIKAËL, Príncipe y Regente de las Milicias celestiales. Bienamadas Semillas Estelares, que la Paz y el Amor sean su residencia en la Luz Eterna. Mi Presencia, en este momento, marca una serie de elementos vinculados a la Llegada. Me expresaré esta noche en nombre de los Logos Solares, como CRISTO-MIKAËL.
Se realizó el conjunto de lo que debía sembrarse, en las Dimensiones liberadas de la Vida. Por la Conciencia de mi Presencia, por la Conciencia de su Presencia, aquí como a otra parte, vengo a anunciar la posibilidad, para toda Conciencia, de vivir y realizar la Gracia de la Eternidad. Los Logos Solares vienen a afectar y entrar en el Templo de la Conciencia. Las Bodas de Luz se realizan, en ustedes. El conjunto de los preparativos, conduciendo a las Bodas colectivas del conjunto de la humanidad, vino. La Vibración de mi Presencia recorre, desde ahora, a partir de este momento, el conjunto de las Conciencias de La Tierra, viniendo a elevar el canal marial, previo a la Boda colectiva. En ustedes, en su Corazón, sede de su Presencia Eterna que nunca ha podido privarse, todos vosotros, Semillas Estelares que sembraron, por su Presencia, los campos fértiles de las Dimensiones unificadas, se llevan a cabo del sentido de su Presencia, del sentido del Amor que es su herencia, su naturaleza, su derecho. Los últimos lados de la ilusión caen, en este momento, sobre este mundo. Precipitando la llegada, al suelo de esta Tierra, del conjunto de la Luz Dura, de la Luz Blanca, viniendo a establecerse. A medida de este establecimiento, la Llamada del Corazón, el Anuncio de MARÍA, la Presencia del CRISTO y mi Presencia, están en condiciones de fusionar, en su Corazón. La Espada de La Verdad viene a abrir La Tierra a su subida Vibratoria. El tiempo está a la Alegría. El tiempo está a la Verdad. El tiempo está en descubrimiento, total e ilimitado, de la Verdad de la Luz Una. Todo se realiza, como se lo anunciaron Los Antiguos y las Estrellas. Nosotros, Cónclave, estamos, en adelante, enteramente, presentes en su Tierra, en sus más altas partes y también en sus Cielos. Las señales del Cielo y las señales de La Tierra están en adelante en plena actualización. Cada uno de entre ustedes va a deber, en el momento más conveniente para él, vivir y que se le establezca, de manera definitiva, en el Corazón, en la Verdad, en el Fuego del Amor, el Fuego del Espíritu. El tiempo del Bautismo de la Luz Una vino para el conjunto de La Tierra.
No hay ya ninguna fecha que buscar en un futuro ya que eso se vive en este momento. Lo que viven, en su Conciencia, se desarrolla en su vida y se desarrollará sobre La Tierra. La confianza, más allá incluso del Abandono, la confianza en su Vibración apareciendo en su Templo del Corazón, es la guía, es la certeza de lo que son. Más allá de lo que deben ver o percibir, a vivir, en el Corazón, como en el Templo del Corazón o también en este cuerpo, el conjunto de estos elementos y estos acontecimientos traducen, de manera definitiva, su Llegada. La Tierra eligió su momento. Este momento, que se actualiza en su Templo, les permite sincronizarse a la nueva frecuencia de La Tierra, permitiéndoles, entonces, sincronizarles de la misma forma al despliegue último de la Luz sobre el suelo de esta Tierra, en su Templo. Reconsidere, a cada minuto, la Vibración de sus Pilares del Corazón. Vaya a la parte fundamental, es decir, a la Alegría, a la Llegada del Encuentro, a la Llegada del Amor. Ningún señuelo podrá desviarles. Toda ilusión, que sea sus miedos, sus fallos, no podrán nada contra la Luz Una, no podrá nada contra la Vibración de la Conciencia que se despliega, desde ahora, por mi Presencia sobre esta Tierra. El tiempo es el de la Alegría, el del Amor. No hay nada otro que esperar o temer ya que el tiempo de la Llegada vino. Vuelvan a entrar en ustedes. Todo y absolutamente todo, se encuentra. El final de la ilusión no es más que el principio de la verdadera Vida. Permanezcan afianzados, firmemente, en el Corazón y en la Vibración. Permanezcan afianzados, firmemente, en el Sonido del Cielo y La Tierra, que se convirtió en el canto de los Universos Unificados y que aparecen, progresivamente, sobre el conjunto de La Tierra. Les digo: “alégrense” ya que sólo hay la Alegría, la Verdad encontrada, en un espacio y un tiempo fuera de este tiempo y fuera de este espacio. Llamándose a la Ligereza, a la Transparencia y a la Luz. Si toman el tiempo de ser a la escucha, si toman el tiempo de oír la Vibración de su Corazón, entonces no hay ninguna oposición susceptible de privarles de cualquier cosa en la Alegría. El conjunto de los seres, humanos o no, que mantenían, por la razón que sea, de manera engañosa, la ilusión y la influencia sobre su libertad, no tendrán ya ningún medio de actuar para evitar el CRISTO y la Luz.
Vine a bendecir La Tierra. Vine a bendecir las Conciencias y la Conciencia Una. Vine a abrir el Corazón del ser y esto se desarrolla actualmente. Conjunto, aquí y a otra parte, este momento preciso se señala como el Tiempo de la Libertad y el Tiempo del Corazón. Vengo para señalar este momento, que es la prueba y el testigo de lo que debe vivirse en el Amor y en la Alegría. Cualesquiera que sean las circunstancias que les están propias, en este cuerpo y en su vida aquí, no están ya solos. El tiempo de la Libertad absoluta se establece. Ningún obstáculo puede oponerse. El Cielo de su Tierra en adelante está habitado por el conjunto de las Conciencias Unificadas que vienen a añadir su sinfonía propia, la de su Mundo Unitario, en ustedes y en torno a ustedes, y muy alrededor de La Tierra. Queda pues por vivir, aquí e inmediatamente, el bautismo del Fuego. Niños de las Estrellas, la hora llegó de encontrar la visión, la del Corazón. La Llamada resuena, para cada uno como para el conjunto, de la manera más adecuada, haciendo que la conciencia no podrá sino estar atenta, abierta o no, al Anuncio y al tiempo de la Unidad. Se acompañan La Tierra y su Conciencia, enteramente, y eso se revela, aquí y en este momento. Entonces, juntos, en la comunión de la Conciencia, en la Comunión una, en KI-RIS-TI y en La Fuente, precipito lo que debe ser, en nombre de la Verdad, en nombre del Corazón, en nombre del Amor, en nombre de la Luz Una. Que eso sea. Y eso es. Acojamos.
... Efusión Vibratoria...
Amados del Uno, se instala el tiempo de escuchar el canto del Coro de los Ángeles y del Coro de la Unidad. La Nueva Conciencia, desplegándose en ustedes, les invita a la Vida y les invita que sean la Alegría. Por segunda vez, aquí e inmediatamente, la Luz Blanca afecta La Tierra y afecta el Corazón del ser humano. Se lo repito, en este momento, por mi boca y por Su Vibración: “amen a los nuestros”. Es el tiempo de la Llegada. Por tercera vez, la triple radiación de la Unidad afecta La Tierra y el Corazón.
... Efusión Vibratoria…
En cada momento de la alineación a la Luz Una, vendrá a afectarles. Amados del Uno, en este tiempo y este momento se instala el Puente de Luz, del Corazón del CRISTO a su Corazón. Comulguemos.
... Efusión Vibratoria…
Amados del Uno, vibrante en el centro de Uno, al unísono del CRISTO, estamos con ustedes y estamos en ustedes. El tiempo de sus alineaciones será, a partir de este día, un tiempo de Comunión, en ustedes, a la Conciencia Una, un tiempo de Comunión, trabajando, bien más allá de la simple alineación, al Merkabah Interdimensional colectivo. La comunión a CRISTO y a MARÍA, y en mi Presencia, instala en ustedes el impulso último del Amor. Nosotros, juntos del Cónclave de la Luz Una, cualesquiera que sean las características de esta Unidad, sumamos con ustedes. La última defensa de la ilusión, en este tiempo y en este momento, cayó. En este sentido, la alineación vivida, en este país de las 19h, y a otra parte a esta misma hora de este país, en adelante, es una Comunión. Esta Nueva Eucaristía es la Eucaristía del Espíritu. Se les invita a vivir esta Comunión. Están invitados al banquete del CRISTO.
Soy MIKAËL, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, y abro, en este tiempo y en este momento, la comunión al Fuego del Espíritu, Fuego del Amor. Por la Vibración de mi Presencia y por la Fuerza del Amor, están invitados a la Llegada interior.
Soy MIKAËL, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, expresando, por mi Presencia, por mi Vibración, el Amor de los Logos Solares. En nombre del conjunto de la Luz Una y de la Conciencia Una, les damos, a todos, sin excepción, por nuestra parte a todos, sin excepción, cita para vivir la Comunión.
Dígnense acoger la Vibración del Uno. Así pues, les dejo comulgar, de Corazón a Corazón, en el conjunto de la humanidad, de Corazón a Corazón, en el conjunto de las Fuerzas de la Luz Una. Amados del Uno, soy MIKAËL, en Amor y por el Amor.
Hasta pronto.
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