31 marzo 2012
Soy HILDEGARDE de BINGEN, Hermanas y Hermanos personificados en esta humanidad, les ruego honrar y acepten la repartición de la Gracia entre nosotros todos, antes de que comience a expresarme.
... Repartición de la Subvención de la Gracia…
Desearía (prosiguiendo lo que ya di, he aquí hace algún tiempo), sobre la tensión, vivida de mi viva, sobre el Abandono, volver a poner con relación al tiempo en que son hoy. Les es posible vivir su Matrimonio bien más allá del CRISTO, puesto que en la época en que vivía personificada sobre esta Tierra, la Onda de Vida no era accesible, enteramente. El medio occidental que era había encontrado de vivir esta Tensión hacia la Luz, hacia Todo ello, que no podía ni siquiera traducirse sino en una adhesión a la vida del CRISTO, debido a su sacrificio y por la fecundación de la Tierra por su sangre sobre la cruz. Era, hasta cierto punto, la manera privilegiada de encontrar la Luz, el CRISTO y de salir de toda condición limitada a través de un cuerpo. Su vocabulario, hoy, es mucho más rico. Sus experiencias posibles, ellas también, mucho más ricas. El Matrimonio (el hecho de ser, como lo decía de mi viva, Uno Casado del CRISTO), hoy, de sobra está superado por su capacidad, su posibilidad, de inscribir y vivir este Matrimonio místico en todo elemento, toda conciencia, teniendo a su vez al ser obra y realizar su propia Libertad, hasta cierto punto, la Onda de Vida. Tienen pues, hoy, real y concretamente, esta oportunidad, esta Doble oportunidad: en primer lugar la Onda de Vida es accesible, a continuación, a toda conciencia viviendo la Onda de Vida que se inscribe en la Dimensión de CRISTO como KI-RIS-TI, hijos ardientes del Sol, como conciencia accediendo a lo que ya no se limita. Eso es un activo por su tiempo porque, por supuesto (y sobre todo en Occidente y en todo país del mundo), es más fácil, más accesible y más probable vivir este Matrimonio místico o con su propio Doble (cuerpo de Luz), o con toda Hermana o todo Hermano que vive también eso. De esta vida que viví, demostré que era posible llevar a cabo una función de madre superiora con un objetivo místico y una concretización mística de la más intensa. El Matrimonio con el CRISTO, su Matrimonio místico con una conciencia CRISTO, les hace recorrer todos los ámbitos de lo posible, todos los campos de experiencia, desde datos calificados de antecedentes, pasando por conocimientos bien más allá de todo intelecto, de toda actividad mental del cerebro, sino como una clase de ciencia infusa, superando de sobra el conocimiento, superando de sobra el concepto de toda experiencia, de todo estado.
En la actualidad, no deben casarse a otra cosa que a usted, a otra cosa que otro usted, en la forma de un Hermano o de una Hermana. Las circunstancias no son las mismas. El tiempo no es el mismo. Aunque este último representa, hasta cierto punto, la terminación lógica de todo planteamiento llamado espiritual. La Subvención de la Gracia, hoy, nos permite (en el conjunto de las Hermanas como en el conjunto de la humanidad) acercarnos, como nunca, a los nuestros. Es por otra parte este encuentro con el CRISTO, con el Doble, con una Hermana o un Hermano que ya vive eso, esta aproximación crea un proceso particular llamado pues Matrimonio místico o Unión Mística. Con el CRISTO, como con cualquier otra conciencia Cristo, como con el Doble, la Unión Mística es una experiencia indisoluble, permanente, llevando al ser cuya conciencia se reveló a eso a establecerse, cada vez más a menudo, más allá de la Alegría, más allá de todo lo que hace a la persona (en sus juicios, en su afecto), más allá incluso de toda historia. Esto es un nuevo elemento. Tienen pues la posibilidad, inestimable, a discreción, de reproducir esta comunión de repartición, viniendo a desmultiplicar el propio Éxtasis. En algunos días, se les llamará, y se lanzó eso (ndr: ver la rúbrica “protocolos que deben practicarse/protocolos prioritarios” de nuestro lugar), a compartir la gracia bien más allá de las Alineaciones vividas hasta ahora que sintetizan el Merkabah Inter Dimensional colectivo. La repartición de la gracia, si ya no se hace, va a instalarles en una conciencia que calificaría de Alegría irremediable, de Alegría Eterna. Algunos de entre ustedes vivieron, por anticipado, estos Estados, que no son Estados. Este enfoque que tiene, hasta cierto punto, fijo el desarrollo mismo de sus vidas, llamándolos, hasta cierto punto, que vivir lo que había sido llamado por MARÍA, la catalepsia: el proceso donde la conciencia ordinaria desaparece enteramente para dejar el lugar, inicialmente, a un estado de sueño que se revelará ser bien otra cosa que sueño. En la actualidad, no quiero decir por allí que necesitáis dejarlo todo para instalarse en esta catalepsia.
Aunque, a veces, efectivamente, para algunos de entre ustedes, esta Tensión hacia la Luz se acompaña, efectivamente, de un mecanismo de ruptura, más o menos importante, con la vida ordinaria, la finalidad no es la ruptura con la vida ordinaria sino, como eso se les dijo, su propia transcendencia. Hay pues ajustes en curso que se volverán cada vez más perceptibles. Este estado, hoy como a mi tiempo, no requiere simplemente mas que su reconocimiento, como Verdad más plausible, la más demostrable. En el Banquete celestial al cual se invitan, a la Danza, a la Onda, a esta ondulación, esta implosión y explosión, al mismo tiempo, este Éxtasis que lo lleva y lo transporta en su propia e inefable Presencia a usted, más allá incluso de la Presencia, más allá de toda definición, más allá de toda posibilidad de compartir, de otro modo que por la experiencia, lo vivido. Todo se hace en la construcción de la personalidad, para hacer adherir y creer que este mecanismo se traducirá en la aniquilación de la personalidad, de la propia conciencia, dando a vivir entonces la Resolución última de los últimos compromisos formales de la vida aquí, conduciéndoles a experimentar, de manera más fácil que en mi tiempo, el Absoluto. La cuestión del Absoluto no consiste ni en asimilarlo, ni en vivirlo en cualquier enfermedad o cualquier perturbación, sino en atentamente instalar en una Alegría más allá de la alegría, en una Plenitud que ninguna relación exterior a usted puede realizar. La Onda de la Gracia, la Subvención de la Gracia, va a convertirse en su primera naturaleza. Cualesquiera que sean los elementos de resistencia presentes en su vida, absolutamente nada hay, que intentar o prever oponerse. Algunos de entre ustedes viven esta transformación, bien más allá de esta forma, bien más allá de una simple experiencia.
Encontrar su Esencia es un choque a la vez, a la vez una magia y a la vez una evidencia, dándoles a vivir que excluirse nada debe ni omitirse o rechazarse de la Verdad de la Luz. Se les instala no obstante en el marco de una vida transitoria, hoy ciertamente mucho más que a otro tiempo, del hecho mismo, a la vez, de un sentimiento a veces urgente como precariedad, que son estimulantes hasta cierto punto, de vivir la Vida Una, la verdadera Vida. Muchas señales, muchas manifestaciones deben desarrollarse, ampliarse, en este cuerpo incluso como en su conciencia. Dándoles acceso, no a poderes, sino a capacidades insospechadas para la conciencia ordinaria e insospechadas, todo tanto, para sí. Estas señales (que estén llamadas premoniciones claramente recibidas en audiencia, claramente sentidas, claramente videnciadas, contactos con otras dimensiones, otras realidades) no deben desviarles de la finalidad, más allá de toda etapa, que es revelar su Absoluto. Los Seres que son van a aparecer en su majestad, cada vez más fácilmente, con un reconocimiento y una reconexión cada vez más fáciles, superando de sobra los vínculos llamados kármicos, remitiéndoles a una primera actividad (si puedo llamarlo así), dado a una primera resonancia, erróneamente llamado por lo que llaman el New Age, Llamas gemelas o Almas hermanas.
He allí, no obstante, un único elemento de Verdad, detrás de todo eso, que es precisamente la capacidad de vivir juntos, sin distinción de cualquier cosa, este Matrimonio místico, superando, por supuesto, la carne, sin ninguna connotación de la personalidad, sea cuál sea, pero viniendo a propiamente reforzar, ampliar, desmultiplicar, su propia Gracia. Habrá, hasta cierto punto, una Subvención de la Gracia común, ampliándose, del uno al otro y del otro al uno, sin decidirlo, sin elegir, como una evidencia más allá de toda dificultad, todo sexo, todo papel. Eso corre el riesgo, inicialmente, de chocar lo que permanece de personalidad, porque estuvieron mucho tiempo privados, de vivos (que eso sea a mi tiempo o ahora), de esta Verdad. Aceptar la no separación y vivir la no separación es otra cosa. Lo que va a serles posible vivir no es una acción deliberada por vuestra parte, ni de la otra persona o de una multitud de otras personas. No hay, para eso, ni contacto físico, ni voluntad personal, ni que poner en pie cualquier plan. Pero eso va a generalizarse, poniendo a veces a dura prueba el sentido mismo innato de la propiedad, de la personalidad inscrita en una lógica emocional que le está propia. Todo ser Libre encuentra la Libertad en forma de otro ser Libre, y eso más allá de toda contingentación, toda programación, toda historia, de todo pasado, y sobre todo, de toda encarnación. El Matrimonio místico es la propia esencia de la vida no separada. Lo que se llamó la deslocalización de la conciencia que formaba parte de la consecuencia de sus comuniones, fusiones y disoluciones, les llevan a que vivan la deseada multilocalización, es decir, la capacidad de ser a la vez un cuerpo que ocupan habitualmente, como cualquier otro cuerpo.
No hay secreto, no hay velo o separación en la manifestación del Absoluto, cualquiera que sea la forma, o cualquiera que sea la ausencia de forma. Es pues bueno, en este tiempo de Tierra que viven, bien más que una revolución poniendo fin a toda barrera, para los de entre ustedes usted que lo viven, poniendo fin a toda ilusión de ser solamente una persona limitada por la piel, limitados por sentidos, sino de darles a vivir esta posibilidad de ser, hasta cierto punto, pero, enteramente, otros, en la carne, más allá de los pensamientos y emociones, en su conciencia ella misma. El Absoluto incluye todos los relativos. El Absoluto incluye absolutamente vivirlo todo, dando, para el que se inserta en una transitoria vida, la posibilidad de esta Unión, a algún nivel que sea más allá de la carne. Que eso esté por el corazón, dando a vivir una apertura, nunca vista y nunca vivida hasta ahora, de su propio corazón, con el corazón del otro, hasta el punto donde se convierten en, real y concretamente, otro, en su corazón. Las primeras experiencias intentarán vincularles a esquemas que existen sobre este mundo y que, sin embargo, no tienen estrictamente nada que ver con este mundo puesto que esta relación particular (que es una forma de transposición de la conciencia) no tiene nada que ver, precisamente, con el mundo donde viven, sino que ver con los Mundos completamente Unificados y vivido en Unidad, en esta forma, del Absoluto, enteramente. El final de los límites, el final de los encerramientos, no es simplemente encontrar la Libertad de su propia conciencia, sino encontrar la Libertad de toda conciencia y vivirlo de manera indiferente. En ese momento, lo que se conocía como su carne, no será ya su carne, porque podrá vivirse, de manera simultánea (sin concepto de posesión, sin concepto de violación), la simultaneidad de los cuerpos, la simultaneidad de las conciencias. Este proceso, desviando inicialmente, para ustedes, personificados, se volverá rápidamente familiar. De esta resonancia particular, de esta Unión mística resultará, hasta cierto punto, como la difusión, como un rastro de polvo, del Amor. Este acto de Amor, ya que es uno, inefablemente se conecta al Absoluto y al Último y no tiene estrictamente nada que ver con cualquier relación que se preveía según las leyes de la persona, según las leyes de la sociedad, según las leyes morales.
Si traen eso a este mundo, pasarán a ser, efectivamente, esto a quienes se casan. Por mi experiencia, de mi viva, era la Esposa del CRISTO. De su experiencia de hoy, serán los Esposos, las Esposas de la Libertad, del Absoluto, a través de los unos y de los otros. Esto contribuye a cortar las paredes más apretadas, las más insuperables. De la Unión mística resulta un Absoluto aún, si se puede decir, más lúcido, penetrante y trascendente. Habrá realmente una interpenetración de las conciencias. Más ninguna separación resultará posible, prefigurando, hasta cierto punto, el Matrimonio místico del Cielo y la Tierra, enteramente consumible y consumida, dónde ni se separarán el Cielo ni la Tierra, y dónde ninguna conciencia seguirá siendo separada, donde el Amor se volverá la textura incluso de toda resonancia de relación. Esto se instalará (si ya no es el caso, para algunos de entre ustedes) como una evidencia, sin ninguna coloración emocional, sin ninguna coloración posesiva, sin ninguna coloración de pertenencia, sino como la realidad y la norma de la vida de la conciencia Liberada, y de la Vida como Absoluto. Ninguna forma, ninguna conciencia, podrá establecer límites. Es lo que viven o vivirán, y es lo que va a vivir este mundo. Son, hasta cierto punto, al panorama, desde las primeras manifestaciones del Abrigo Azul de la Gracia, desde las primeras Ondas del Éxtasis, para los que los viven. Recuerden que no tendrán ningún medio de juzgar, ni de oponer este Amor inefable que les liberará, a los suyos, en el Amor más absoluto, el más auténtico, el compartido.
De este conjunto de manifestaciones y experiencias, se descubrirán, realmente, ilimitados, Últimos. Todas las barreras que crearon, caerán entonces. No habrá nada que temer ya que todo se volverá Transparente, entre ustedes, como sobre este mundo. Así es la manifestación del Amor. Así es la manifestación del Absoluto. Así está el Absoluto y el Amor, en este mundo como en todo mundo, a partir del momento en que la Onda de Vida, hasta cierto punto, reconscientiza. Algunas de entre nosotros, o algún Antiguo, les dijeron que eran ustedes la Onda de Vida y que nada puede diferenciar una Onda de Vida de otra Onda de Vida, cualquiera que sea la barrera construida sobre este mundo, cualesquiera que sean los fuertes condicionamientos de este mundo. La libertad que va a instalarse les es, por el momento (si ya no se vive), completamente inconcebible, completamente increíble, y con todo, eso es la naturaleza incluso de lo que prescinde en todo mundo, en toda Dimensión, más allá del carbono. Este proceso participa innegablemente de la Ascensión de este mundo y su propia Ascensión, dándoles a vivir (tanto en esta forma como en cualquier otra forma) la ausencia de forma, el inefable Éxtasis, que es comunión, repartición y Amor.
Entienda que, en este vivido, nadie puede ser un enemigo, ya que no hay enemigo, no tiene mas que amigos. Sólo hay una única Danza, la del Amor. Eso no destruirá de ningún modo su Esencia sino les hará vivir la Esencia común, allí donde no existe más distancia, más separación, sin encerrado de identidad, ni de definición, sin más posibilidad aislarse. La Ascensión es eso. El Éxtasis es nuestra naturaleza común y compartirse el Éxtasis no puede sino en la misma Subvención, en la misma Unidad, en el mismo Último. Sólo la mirada separada, la de la personalidad, que inscribe aún en sus propios límites, en sus propios miedos, puede prever eso como dañino o contrario a su evolución. No hay nada de dañino. No hay evolución. Todo es perfecto, de todo origen, de toda salida y siempre. Es esa perfección que se había retirado y que impedía, precisamente, ser este Absoluto, ser este Éxtasis y este Amor.
La generalización de la Onda de Vida les llevará, en un momento dado, volverlos evidentemente. Evidencia que les sugerimos mucho: no son este cuerpo, no son una parcela, son Todo ello. Son el Absoluto, son la Unidad, son las Unidades. Es a partir de eso que se realizará su Finalidad o, si prefieren, su destino, como conciencia Libre, hacia una forma, hacia uno sin forma, hacia una Dimensión o el conjunto de las Dimensiones. Entiendan que son enteramente Libres, enteramente responsables, enteramente autónomos, en este Éxtasis. No pretendan traducir, como algunos lo hicieron, en una materialidad cualquiera, lo que va a producirse. Por supuesto, existen historias que deben llevarse pero, incluso para estas historias que deben llevarse, no tienen nada que juzgar, nada a condenar, ya que si no, ustedes se condenarían y se juzgarían. Es en el sentido que lo hemos repetido, las unas y los otros, así como los Antiguos, durante estas semanas, nunca de juzgar a quienquiera, o cualquier cosa, de perdonar siempre, dar siempre, cualesquiera que sean las apariencias, cualquiera que sea lo que a ustedes aparece a través del filtro de su mental, de su afecto, de sus condicionamientos. No tienen ningún medio (en la personalidad) objetivo, de juzgar cualquier cosa, ni incluso de comprender cualquier cosa. Pues tendrán que concienciar toda la potencia del Amor, toda la potencia de la Vida, toda la potencia del Éxtasis, ante cualquier elemento de este mundo, fuera el más opuesto al Éxtasis. Todos, sin ninguna excepción, están invitados al Banquete celestial y de su localización y su mirada, como se dijo eso, se derivará lo que tienen que vivir. El CRISTO lo había pronunciado: “se les hará muy exactamente según su Fe”, es decir, según su experiencia. Si mantienen, incluso sin ninguna voluntad, un límite, ustedes se limitan. Mientras hay un sentimiento de pertenencia a quienquiera o a cualquier cosa, este sentimiento de pertenencia les encierra. Cambiar de mirada, cambiar de posición, cambiar de conciencia, les llevará a que realice que no son esta conciencia en este cuerpo, sino que son el conjunto de las conciencias en todos los cuerpos, sin juego de palabras, como evidencia de lo que ya decía el CRISTO: “lo que hicieron al mas pequeño de entre ustedes, es a mi que se lo hicieron”. Lo vivirán en su carne, enteramente. La Onda del Éxtasis, la Onda de Vida les conduce a la Libertad. La Libertad de ser usted, más allá de todo límite y más allá, por supuesto, de todo miedo, de todo encerramiento.
Lo que realizaron (y lo que realizamos, con ustedes, a través de las Bodas de Luz, a través del Merkabah Inter Dimensional colectivo, y manteniendo a través del Abrigo Azul de la Gracia) es el Disfrute Supremo de todo lo que es Vida, de todo lo que Es. Sólo es la personalidad que querrá, quizá, mantener un límite, mantener un encerramiento, por razones que le son propias pero que, incluso, no tienen que juzgar, ni condenar, ni salvar. Recuerden que la comunión y la repartición se realizan de sí mismas. No tienen que preocuparse de dirigir esta Unión, esta comunión, esta repartición hacia tal o cual ser, hacia tal o cual conciencia, hacia tal o cual ser amado más que otro o menos que otro, porque todo eso se realizará de manera enteramente natural (hasta cierto punto, sin pedirles su dictamen, sin pedirles cualquier justificación), no respondiendo a ninguna lógica propia, sino simplemente a la lógica del Éxtasis, en cuanto a su desmultiplicación que es la propia incluso de todo Éxtasis. No hay nada que perder, como se dijo. No hay nada que ganar. Hay exactamente que ser más vivo, más radiante, más absoluto, si se puede decir, cada vez más, más allá de toda carne, más allá de todo mental, de todo sexo, toda edad, toda condición. Eso les tocará y les llevará, una vez más, de más Éxtasis en Éxtasis, de Corazón a Corazón, de carne a carne, rompiendo así, definitivamente, el aislamiento, la depredación y el sufrimiento. Son, enteramente, este Éxtasis y el Éxtasis no puede sino comulgarse, compartirse, darse. Allí está el perdón, en su sentido más noble. El Abrigo Azul de la Gracia, la Onda del Éxtasis, va a resultarles, si ya no es el caso, como la única Verdad. No habrá alternativa otra que de permanecer limitado o volverse ilimitado. Esta comunión, esta repartición, les traerá siempre a extraerles más del sufrimiento, la separación, la ilusión del sufrimiento, de la ilusión de la separación. A cada Éxtasis, a cada comunión (con usted, con otro, con el Sol, con cualquier cosa), reforzarán lo que son. No habrá más incertidumbre. No habrá ya la menor duda. Y, como se les dijo, tampoco la menor pregunta, porque eso se volverá la única evidencia posible, la única Verdad posible. Se llaman todas las máscaras de todas las personas a esta transfiguración, a esta Resurrección, a este Absoluto. No se aparta nadie. No se restringe a nadie.
Lo que puedo decir a ustedes es: prepararse. Esta preparación no es un trabajo, ni una demanda, ni un ejercicio, sino un estado Interior de consentimiento a la Onda de Vida, al otro, a cualquier otro. No son seres separados: nunca hemos sido, en definitiva, realmente separados. Porque la verdadera separación es la ausencia de Vida, la ausencia de Verdad, y eso es estrictamente imposible. La única manera de hacer dudar al humano fue crear el nacimiento y la muerte, con un sentimiento de interrupción. Incluso eso a ustedes aparecerá bajo su verdadera vista. El Matrimonio del Cielo y de la Tierra que se acerca no es nada otro que su propio Matrimonio con el conjunto de lo creado y lo increado. Lo mejor posible dejarán eso producirse, lo mejor posible serán felices, alegres, en total posesión de sus medios, de una lucidez nunca obtenida, y sobre todo de una paz a ninguna otra similar. He aquí los algunos elementos relativos a la Subvención de la Gracia, la Onda de la Vida, este Éxtasis, este Absoluto, que mis hermanas Estrellas me pidieron transmitirles con mis palabras.
Dejaré la palabra al Arcángel URIEL que tiene, si se puede decir, bajo su corte, esta Última Revelación, con el Arcángel MÉTATRON, poniendo fin a todas las ilusiones, sin ninguna excepción. Recuerden que son el Amor, que son la Eternidad. Recuerden que son absolutos, que hay más bien que compartir que la Realización, pero que tienen que compartir el Amor. El Amor no puede encerrarse en ninguna parte, ni en un cuerpo, ni en una idea, ni en una creencia. Entonces les dejo (llevados por la Onda de la Gracia) a estas frases que pronuncié y que, inevitablemente, en un tiempo que les es propio, a ustedes aparecerán como límpidas porque las vivirán. Tendrán conciencia, más allá de todo dogma, más allá de toda refutación. La Onda de la Gracia es nuestra naturaleza, es bendición permanente. Ella misma no conoce límite, encerramiento...
Soy HILDEGARDE de BINGEN. Soy el que soy, como cada una de entre nosotros.
... Repartición de la Subvención de la Gracia…
Hasta muy pronto, en Éxtasis, en el Amor.
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