(Cabo Cañaveral, EE UU, 19 de marzo –
Reuters).- El administrador de la
Nasa, Charles Bolden, tiene una recomendación sobre
cómo manejar una emergencia como un enorme asteroide que se dirija
hacia la ciudad de Nueva York: Recen.
Eso es todo lo que Estados Unidos -o cualquier
otro país- podría hacer en este momento sobre asteroides y meteoritos
desconocidos que podrían viajar en rumbo de colisión con la Tierra, dijo el
martes Bolden en una audiencia ante legisladores del Comité de Ciencias de la Cámara de Representantes.
Un asteroide que se estima habría tenido 17 metros de diámetro
estalló el 15 de febrero sobre Cheliábinsk, Rusia, generando ondas de choque
que rompieron ventanas y dañaron edificios. Más de 1.500 personas resultaron
heridas.
Posteriormente ese día, un asteroide más grande y
no relacionado, que había sido descubierto el año previo, pasó a unos 27.681 kilómetros
de la Tierra, más
cerca que los satélites de televisión y el clima que orbitan el
planeta.
Los eventos “sirven como evidencia de que vivimos
en un sistema solar activo con objetos potencialmente peligrosos que pasan por
nuestro vecindario con sorprendente frecuencia”, dijo el representante Eddie
Bernice Johnson, un demócrata de Texas.
“Tuvimos suerte de que los eventos del mes pasado
fueron simplemente una coincidencia interesante en lugar de una catástrofe”,
dijo el presidente el comité, Lamar Smith, un republicano de Texas, quien
convocó a la audiencia para saber qué se está haciendo y cuánto dinero se
necesita para proteger mejor al planeta.
La
Nasa ha hallado y está siguiendo a cerca de un 95 por
ciento de los objetos más grandes que vuelan cerca de la Tierra, aquellos
que tienen un diámetro de 1
kilómetro o más.
“Un asteroide de ese tamaño, un kilómetro o más, podría
de forma plausible terminar con la civilización“, dijo el asesor de
ciencias de la Casa Blanca
John Holdren a legisladores en la misma audiencia.
Pero cerca de un 10 por ciento de un total
estimado de 10.000 posibles asteroides “mata ciudades”, aquellos con un
diámetro de 50 metros,
han sido hallados, agregó Holdren.
En promedio, objetos de ese tamaño caen sobre la Tierra una vez cada 1.000
años.
“A partir de la información que tenemos, no
sabemos de un asteroide que vaya a amenazar a la población de Estados Unidos”,
dijo Bolden. “Pero si eso ocurre en las próximas tres semanas, recen”, agregó.
Además de aumentar sus esfuerzos de observación y
armas sociedades internacionales, la
Nasa está buscando desarrollar tecnologías que
desvíen a un objeto que podría viajar con curso de colisión con la Tierra.
“Las posibilidades de que un objeto cercano a la Tierra nos golpee
provocando una enorme cantidad de víctimas y destrucción de infraestructura son
muy pequeñas, pero las potenciales consecuencias de tal evento son tan grandes
que tiene sentido el asumir seriamente el riesgo”, dijo Holdren.
Hace unos 66 millones de años, un objeto de 10 kilómetros de
diámetros habría caído en lo que hoy se conoce como la Península de Yucatán en
México, llevando a la extinción de los dinosaurios, así como de la mayor parte
de la vida vegetal y animal en la
Tierra.
El asteroide que estalló sobre Rusia el
mes pasado es el objeto más grande que ha golpeado la atmósfera de la Tierra desde el evento
Tunguska de 1908, cuando un asteroide o cometa explotó sobre Siberia,
derribando a 80 millones de árboles en más de 2.150 kilómetros
cuadrados.