martes, 26 de noviembre de 2013

Misteriosa calma en el Sol

Científicos alertan de las posibles consecuencias

 



Ciudad de México. La llamativa baja actividad de la superficie solar, cuyas manchas nunca han sido tan escasas en el último siglo, despierta la curiosidad de los científicos, que se interrogan acerca de cuánto tiempo durará esta llamada somnolencia solar.

De acuerdo con los expertos, en la actualidad se produce un fuerte descenso del número de llamaradas y manchas solares, apareciendo estas últimas en ciclos de aproximadamente 11 años. Sin embargo, el número observado de manchas solares, desde que se inició el nuevo ciclo solar en diciembre de 2008, es muy inferior al promedio observado durante los últimos 250 años.

“Es el ciclo más débil que ha habido en el Sol desde hace 50 años”, dijo Doug Biesecker, físico de la Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).

Por si fuera poco, además de la debilidad de su actividad, el Sol registra actualmente anomalías en el cambio de polaridad de sus campos magnéticos. Normalmente, el Polo Sur y el Polo Norte invierten simultáneamente su polaridad cada once años, lo que corresponde a la duración de un ciclo solar.

Durante este proceso, los campos magnéticos polares se debilitan hasta casi desaparecer y vuelven a surgir de nuevo cuando se termina el proceso de inversión de polaridad, explican los científicos. Sin embargo, en el ciclo actual, los polos no están sincronizados. El Polo Norte ha estado invirtiendo su polaridad durante varios meses y ahora es la misma que en el Polo Sur.

Algunos investigadores apuntan a que podríamos estar presenciando el comienzo de una actividad solar baja prolongada comparable a la del periodo llamado “Mínimo Maunder”, que tuvo lugar entre el año 1650 y el 1715, en el que no se observaron apenas manchas solares. Este periodo coincidió con una época de enfriamiento neto llamada “Pequeña Edad de Hielo” que afectó principalmente a Europa y América del Norte.

Sin embargo, los científicos advierten que “a pesar de que la debilidad de la actividad solar observada últimamente atenúa algo el calentamiento global, no lo detiene. La temperatura solo aumenta más lentamente”.

Por otra parte, las presencia de manchas solares es importante debido a que la intensa actividad electromagnética que las acompaña produce fuertes modificaciones de las radiaciones ultravioletas y de los rayos X, así como tormentas solares que pueden perturbar las telecomunicaciones y la red eléctrica sobre la Tierra, dijo Andrés Muñoz Jaramillo, físico de la Universidad de Montana.

Este ciclo, considerado el número 24 en su tipo pronto debería alcanzar su máxima actividad. “Es científicamente interesante ya que es, por lejos, el menos activo de la era espacial”, es decir de los últimos 50 años, dijo Biesecker.

El ciclo anterior a este, el número 23, tuvo su apogeo en abril de 2000, con 120 manchas solares diarias de promedio. Después, ese pico fue seguido por una actividad mínima, particularmente calma, que concluyó en diciembre de 2008, a partir de donde se marca el inicio del ciclo actual.

Sin embargo, en 2009, el primer año del ciclo 24, cuando normalmente debió producirse un aumento de la actividad del sol, los astrónomos llegaron a contar hasta 266 días sin ninguna mancha solar, lo que sorprendió a muchos expertos ya que, tomando como base los mínimos del ciclo 23, los físicos habían previsto un ciclo 24 más bien calmo.

 http://www.vanguardia.com.mx/lamisteriosacalmaenelsolcientificosalertandelasposiblesconsecuencias-1883315.html

viernes, 8 de noviembre de 2013

Universos paralelos

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Un grupo de cosmólogos que se dedicó a estudiar las anomalías mostradas por el telescopio Planck llegó a la conclusión de que la única forma de explicar estas anormalidades sería la existencia de otras fuerzas gravitacionales de similar magnitud que la de nuestro universo, para lo cual hay que considerar que de algún modo hay “universos paralelos”, similares al nuestro.

Es la única explicación coherente luego de recoger datos sobre la radiación de las galaxias más distantes, con la finalidad de realizar el primer mapa cósmico de la historia.

La concentración máxima de la mitad sur del cielo

 

Los astrofísicos estaban seguro que la forma en la cual estaba distribuida la radiación originalmente, estaría de algún modo equilibrada, todo esto al momento del comienzo de la elaboración del cosmos. Sin embargo, se dieron cuenta, poco a poco, que hay mucha radiación concentrada en la mitad sur del cielo, incluido un “cold spot” (“punto frío”) que no hay modo de explicar con las actuales leyes físicas conocidas.

La materia de nuestro universo sufre “movimientos muy extraños” particularmente en los límites de lo conocido, que se atribuyen al llamado “flujo oscuro” que viabiliza esas aparentes tracciones rumbo a lo que se ha bautizado como el “punto caliente” cósmico, pero que necesitaría algo desde fuera del sistema para lograr poder de tracción.

Con información de ABC

Miles de millones de planetas del tamaño de la Tierra podrían ser habitables


 

(Washington, 5 noviembre. AFP) - Miles de millones de planetas del tamaño de la Tierra en órbita alrededor de estrellas similares al Sol en nuestra galaxia podrían ser habitables, dijeron el lunes astrónomos.


“Entre las miles de estrellas que se ven en el cielo por la noche, la más cercana, similar al Sol con un planeta en órbita a su alrededor, está probablemente a tan sólo doce años luz”
 
Una de cada cinco estrellas parecidas al Sol en la Vía Láctea, que cuenta con unos 55.000 millones de estrellas, tienen en su órbita un planeta cuyo tamaño es similar al de la Tierra y que se halla ni demasiado lejos ni demasiado cerca de su astro, lo que permite temperaturas que hacen factible que haya agua y por ende vida.

Los científicos se basaron en datos de los tres primeros años de observación del telescopio Kepler, hoy en desuso.

“Esto significa que, entre las miles de estrellas que se ven en el cielo por la noche, la más cercana, similar al Sol con un planeta en órbita a su alrededor, está probablemente a tan sólo doce años luz (cada uno equivale a 9,461 billones de kilómetros) y es visible a simple vista”, señaló el astrónomo Erick Petigura de la Universidad de Berkeley en California (oeste), principal autor del trabajo.

La investigación se publicó en las Actas de la Academia estadounidense de Ciencias (PNAS) y fue presentada durante la conferencia sobre Kepler esta semana en Moffett Field (California).

“Estos resultados dan a pensar que planetas como la Tierra son relativamente frecuentes en toda la Vía Láctea”, apuntó Andrew Howard, astrónomo del instituto de Astronomía de Hawaii y coautor del estudio.

Basándose en los tres primeros años de datos recolectados por Kepler, los científicos detectaron 3.538 potenciales exoplanetas, de los cuales 833 fueron confirmados.

Entre éstos, 647 son del tamaño de la Tierra y sólo 104 se hallan en zonas que los vuelven habitables, mientras que 10 se veían rocosos como la Tierra, indicó Jason Rowe, del instituto SETI, durante una rueda de prensa.

Luego de dos años de análisis de datos de Kepler, los astrónomos sólo habían encontrado 351 exoplanetas del tamaño de la Tierra.

Buscar señales de vida

 

El hecho de que un planeta con una masa comparable con la de la Tierra se halle en una zona donde podría ser habitable no lo hace por ello propicio a que haya vida, observaron los científicos.

“Algunos podrían por ejemplo tener atmósferas demasiado espesas, lo que volvería las temperaturas en la superficie demasiado elevadas para organismos vivos”, explicó Geoffrey Marcy. “En realidad desconocemos la variedad de los tipos de planetas y las características bajo las cuales podría haber vida”, dijo.

La semana pasada, estos astrónomos habían anunciado el hallazgo del expolaneta Kepler-78b que, a pesar de tener un tamaño y una composición similares a los de la Tierra, es inhabitable debido a sus temperaturas, que oscilan entre 1.500 y 3.000 grados Celsius.

“La abundancia de planetas como la Tierra, en órbita alrededor de estrellas relativamente cercanas, simplificará las futuras misiones de la Nasa para estudiarlos en detalle”, adelantó Andrew Howard.

Según Natalie Batalha, científica de la misión Kepler, “dentro de unos 50 años seremos capaces de observar las características de la atmósfera de estos exoplanetas y luego el objetivo será tomar imágenes de buenas calidad de su superficie, ver la topografía y buscar señales de vida”.

Kepler -una misión de 600 millones de dólares- fue lanzada en 2009 para estudiar durante al menos cuatro años más de 100.000 estrellas parecidas a nuestro Sol y ubicadas en la constelación del Cisne y de la Lira, en la Vía Láctea.

El programa fue prolongado en noviembre de 2012 luego de una primera misión que reunió una gran cantidad de datos, que los planetólogos terminarán de estudiar en los próximos dos años.

Por Jean-Louis Santini / AFP