Soy Mikaël, Príncipe y Regente de
las Milicias Celestes. Queridas Semillas Estelares, en la Celebración de los
Arcángeles, me presento a vosotros.
Por mi Espada de Fuego y Amor,
recibid mis bendiciones y saludos.
… Silencio …
Vengo, por mi presencia, a
afirmar mi llegada en vuestro cielo, de modo formal y material, a fin de
liberar lo que debe ser liberado en este escenario final de La Tierra,
mostrando a vuestros ojos y a vuestra conciencia la victoria de la Luz,
cualesquiera que sean las circunstancias de este mundo. Cada conciencia humana
encarnada está en el emplazamiento que le ha sido atribuido por la Luz y por la
Verdad. En los acontecimientos que se celebran actualmente en vuestra Tierra,
como en vuestro Templo, se realizan el conjunto de las profecías decretadas
hace muchos siglos, que ilustran la última batalla – resultando en la victoria
de la Luz – entre los que se oponen entre ellos, servidores de la sombra o de
la ignorancia, actualizando y dando a ver la realidad de la instalación de la
Luz, desde la disolución iniciada en las Bodas Celestiales.
Tengo el honor, en este día, no
sólo de notificar mi presencia en vuestros cielos, condición previa a la
limpieza del Éter – no sobre La Tierra, sino en los planos intermedios – de los
restos de las Fuerzas Arcónticas, precipitadas sobre La Tierra, a fin de vivir
a su turno la depuración, la transformación y la Liberación.
Cualesquiera que sean las
circunstancias individuales de vuestras vidas, y de vuestras conciencias, estad
seguros que os será hecho exactamente según vuestra fe, según vuestra
conciencia y según vuestra elección de alma o Espíritu. Nada ha sido dejado al
azar, nada se ha desviado de lo que
debía ser enderezado y rectificado. Se celebra desde ahora en adelante, sobre
el plano más denso de La Tierra, no sólo la realidad y la verdad de las
profecías, sino los Últimos Tiempos, viéndose así la revelación de lo que os
estaba siendo todavía ocultado en este plano, revelando al mismo tiempo lo que
os queda por revelar a nivel de vuestra conciencia, la de quienes sois, de
vuestra historia más allá de la historia terrestre, y del devenir más allá de
todo confinamiento.
Las señales y primicias que se
viven desde ahora coinciden más o menos con la Llamada de María. Ésta ocurrirá
– y lo sabéis – cuando el último signo celeste no pueda ser ignorado por nadie.
No obstante, antes de que esta visibilidad sea efectiva a vuestros ojos de
carne, vengo para arar el cielo, a fin de abrir lo que quedaba por abrir, a
nivel de la última capa aislante de La Tierra. Los trastornos llamados
geofísicos – como nunca en la historia de la humanidad – sólo son los testigos
de la expansión de La Tierra, desde su plano físico, a su dimensión final. No
tengáis ningún temor, tanto en el plano material, como en el plano de quienes
sois.
Paralelamente a estos
acontecimientos, el proceso de la fe, el proceso del Amor va a tocar a cada vez
más hermanos y hermanas humanos, que hasta ahora no veían nada, no sentían nada,
ni escuchaban nada.
Este mensaje no va dirigido
únicamente a vosotros, hermanos y hermanas abiertos, despiertos o liberados,
sino también al conjunto de las conciencias todavía dormidas, por temor, por
olvido, o simplemente porque para ellas el tiempo no había llegado. Vuestro
emplazamiento, para los despiertos, dondequiera que estéis sobre esta Tierra,
es exactamente el emplazamiento adecuado, no para vosotros – pues no tenéis
nada que temer ni por lo que alteraros – sino para permitir, a vuestro turno, no
ser más únicamente Ancladores o Sembradores de Luz, sino más bien, como esto ha
sido anunciado, Pilares de Luz en el seno de un mundo que desaparece para dejar
lugar a uno nuevo, que esto sea en esta Tierra, o en vuestra destinación final.
El conjunto de las Fuerzas
Arcangélicas, así como de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres,
están situadas desde ahora en adelante no sólo alrededor del Sol (como es el
caso desde hace muchos años) sino directamente en la atmósfera de vuestra
Tierra. Esto significa que más allá de la visibilidad puntual de algunos de
estos elementos, cualquiera que sea su dimensión, muchos de entre vosotros,
despiertos o no, sois llamados a vivir unos encuentros en otra fase, no
correspondiendo solamente a la apertura a la multi-dimensionalidad tal como es
representado en los contactos con la naturaleza y sus pueblos, sino de manera
mucho más directa e incisiva, si puedo decir, con las diversas fuerzas de la
Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.
En estos contactos, cualquiera
que sea la forma – visual o próxima, multidimensional o terrestre – cada uno de
vosotros es llevado, en las semanas que vienen, a estar contactados por
diversos contingentes de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.
No se trata de un secuestro,
propiamente hablando – porque, como sabéis, cada uno de vosotros debe pasar por
la Puerta Estrecha de la Llamada de María –, sino mucho más que una puesta en
condición, una puesta en situación, viniendo a reforzar vuestra base, vuestra
certeza, vuestra fe. Lo hemos dicho en múltiples ocasiones: cualesquiera que
sean los velos que fueron puestos sobre vuestras conciencias y sobre La Tierra,
nunca estuvisteis solos, nunca fuisteis abandonados por quienquiera. Todo esto
se va a revelar en los próximos días y
próximas semanas, tanto en la intimidad de vuestra cama como a lo largo
de vuestras jornadas, en vuestras ciudades y en vuestras campiñas, en cualquier
punto de La Tierra.
Los signos celestes, traducen mi presencia
en vosotros como en vuestro cielo, se intensifican desde ahora en adelante como
nunca ha ocurrido desde decenas de millones de años. Estad seguros de que
cualquiera que sea el aparente aspecto de cualquier destrucción, no es así.
Todos estos acontecimientos participarán, que esto sea la Confederación
Intergaláctica de los Mundos Libres con su presencia, que esto sea lo que
llamáis asteroides o meteoritos, sólo preparan e instalan la atmósfera que
calificaría de propicia al recogimiento, y en definitiva, a la estasis.
Comprobareis a veces de manera
paradójica, y muy lógica desde el punto de vista de la Luz, a medida en que la
llegada de estos acontecimientos físicos, geofísicos, celestes y humanos,
cualesquiera que sean su contenido e importancia, que vuestra conciencia se
expandirá cada vez más hacia la Alegría, la Felicidad y la Eternidad. No tenéis
tampoco, a este nivel, nada que temer en cuanto a alguna privación; la Luz os
alimentará, la Luz os guiará, en cuanto que la acogéis sin restricciones ni
condiciones, remitiendo así vuestro Espíritu entre las manos de la Fuente.
La paradoja será la siguiente:
Cada elemento que será tocado en una de las estructuras de vuestro planeta
corresponderá a un despertar en vosotros, unos últimos elementos del mismo
Êtreté (Cuerpo de Eternidad), que está situado, os lo recuerdo, al nivel de
vuestro Sacro. Cualesquiera que sean los signos físicos o energéticos,
vibrales, lo más importante no está allí, sino en los resultados obtenidos
sobre la cualidad y afinamiento de vuestra Supra-conciencia en manifestación y
en encarnación ahora, en totalidad, en vuestra conciencia ordinaria.
El desarrollo de vuestras vidas,
el desarrollo de vuestras jornadas y vuestras noches, cambiará por completo. No
hablo aquí de las consecuencias directas de mi llegada, sino más bien del
ajuste de vuestra conciencia al Êtreté y la Eternidad, con mucho más facilidad
y evidencia que hasta ahora, incluso si hoy vivís el Sí o la Libertad.
Vuestra emanación de Luz será
omnipresente, manteniendo la Alegría y un estado de Paz que ninguna herida,
ningún ataque, ni ninguna circunstancia social, geofísica o celeste podrá
alterar, todo lo contrario. Hay pues en vosotros, desde ahora y en lo sucesivo,
las primicias de mi acción, no a través de las Bodas Celestiales, sino a través
de la completa realización de vuestra Eternidad, aquí mismo, sobre el plano
donde estáis de momento.
Muchos mecanismos serán nuevos
para vosotros, no hablo solamente de los accesos a los planos invisibles, de
los accesos a mi Presencia o de los accesos a la Confederación Intergaláctica
de los Mundos Libres, sino de un cambio radical de la conciencia global, que
sea limitada o bien Eterna. Lo que fue llamado el supra-mental o la
supra-conciencia se volverá, para muchos de entre vosotros, una evidencia y una
segunda naturaleza, tomando su espacio en la efímera naturaleza humana.
Recordad que no hay nada a
practicar, no hay ningún entrenamiento ni preparación, sino solo acoger la
Verdad. Todo esto será sostenido por las innumerables presencias, tanto de los
pueblos de la naturaleza como de la Confederación Intergaláctica de los Mundos
Libres, en cualquier dimensión que sea, pero sobre todo por lo que acabo de
describir como elementos nuevos que se insuflan en vuestra conciencia, poniendo
fin al olvido, poniendo fin al sufrimiento, poniendo fin a los últimos velos de
separación tal vez aún presentes.
Mi presencia pone fin también –
de manera muy rápida, y en algunos casos de manera fulgurante –, a las últimas
resistencias, a las últimas dudas, a los últimos miedos y a los últimos
elementos de atracción a este mundo, de atracción a la vida en este mundo. No
habrá ninguna pregunta que hacerse en relación a esto, porque la evidencia será
tal que nadie podrá decir que no lo sabía.
Vuestra emanación de Luz como ser
eterno se hará visible espontáneamente, sin alineación, sin condición previa,
sin meditación; esto se volverá, como dije, vuestra nueva o segunda naturaleza.
La Alegría, la Paz, la serenidad serán los testigos palpables.
No os sorprendáis si, en las
semanas venideras, un cierto número de elementos resistentes en vuestras vidas
todavía, consciente o inconscientemente, se ven levantados de manera que
podríamos llamar mágica. Incluso en esto no tenéis nada que temer, ni por lo
que alteraros, solo tenéis que estar presentes en vuestra vida, en lo que ella
os indique, por la Inteligencia de la Luz, de ser, porque en definitiva lo
sabéis, incluso sin vivirlo, que sois esa Eternidad.
El proceso del Fuego del
Espíritu, más allá de las Coronas radiantes del corazón y de la cabeza, se
enciende desde ahora y se focaliza al nivel de las Puertas inferiores de
vuestro cuerpo, de la misma manera que el Fuego del Espíritu toma el espacio de
la Onda de Vida a nivel de vuestros pies. Los mecanismos parecidos a
sensaciones de quemadura, a sensaciones de calenturas, incluso de malestares
extremadamente intensos y rápidos, no os deben de alarmar excesivamente.
Vuestra salud no peligra, cualquiera que sea la importancia de los signos vividos,
yendo, lo repito, hasta el desmayo, sólo traducen la instalación definitiva del
Êtreté.
Lo que os estaba todavía ocultado
en el seno de vuestra intimidad, a nivel de lo que llamáis subconsciente o
inconscientemente, os aparecerá claramente, con toda claridad y con toda
lucidez. Que esto sea en forma de flash, de intuiciones, de ensueños, los
acontecimientos citados tomarán un aspecto brutal y rápido que no tocará a la
Alegría que, ella, será concomitante. A cada acontecimiento personal e íntimo,
cualquiera sea que, corresponderá a un aumento nítido y visible de la Alegría,
de la Paz y de la Serenidad.
Más que nunca, en este período,
os es pedido por vuestra conciencia y por la Luz, de estar en la acogida, sin
condiciones, de lo que sucederá sobre este cuerpo, en este cuerpo y en vuestra
conciencia. Las flagrantes pruebas de la instalación de la Luz no podrán ser
negadas. Pero absteneros de recaer en el seno de la dualidad, mantened la
Unidad, no busquéis a comprender sino vivid plenamente lo que está por vivirse
para cada uno. Como lo estamos desde hace años, de manera cada vez más visible,
podréis, en estos momentos, acelerar el proceso llamándonos, no para borrar un
dolor o un malestar sino para que éste, hasta por un costo importante, se encuentre
resuelto en un tiempo muy corto.
Los momentos de Silencio, los
momentos de ayuno, los momentos de recogimiento (solos o en grupo), los
momentos de oración, los momentos en la naturaleza, los momentos de contacto,
que esto pertenezca a los pueblos de la naturaleza o con nosotros, serán todos
ocasiones privilegiadas para reforzar vuestra fe, vuestra base, y de finalizar,
si no está ya hecho, vuestra transubstanciación.
La Llamada de María ocurrirá al
principio, a mediado o a final de este período porque, como la sabéis, no es ni la Tierra, ni nosotros,
ni María, ni la Fuente quien decide, ni vosotros, sino que es la interacción de
esta revelación de la Luz completa y de las reticencias o reacciones colectivas
que podrán manifestarse, que dictarán el calendario de la sucesión de los
acontecimientos que deben ocurrir. Las señales serán innumerables: en los
cielos, sobre La Tierra, en vuestro cuerpo, en vuestra conciencia y en la
sociedad. No ved en estas señales – aunque sean las más detestables en el seno
de la persona o de la sociedad, como de La Tierra y del cielo – una destrucción
cualquiera, sino más bien la resurrección de la Luz, en totalidad.
Comienzo, en estos días, a tocar
vuestra Tierra por mis contrapartidas que llamáis celestes, como los asteroides
y meteoritos. Recordad: en cada circunstancia donde esto os parezca difícil – a
pesar de la Paz y la serenidad–, os basta con acoger, sin condiciones, lo que
se celebra en vuestro cuerpo, lo que se celebra en vuestra conciencia. Es por este
Abandono total a la Luz que creceréis y sentiréis la Alegría, sin reticencia
alguna, sin obstáculo alguno, cualquiera que sea el acontecimiento que tengáis
que vivir en estos tiempos.
Así que estáis invitados a
recogeros, cuando lo deseéis, cada día, cada noche, aunque sea sólo cinco
minutos, no para uniros unos a otros, sino para conectaros de manera directa a
lo que queda por descender de Êtreté en vosotros, y que re-sintetizaréis en
vosotros. Lo que fue llamado las Puertas, y en particular las Puertas
inferiores de vuestro cuerpo, a nivel del sacro, se vuelven actualmente
extremadamente activas. No os preocupéis por los mecanismos que los acompañan,
cualquiera que lo sea la forma, fuese la más penosa o la más alegre. Mantened
vuestra atención y conciencia sobre la acogida de la Luz, en los momentos de
Paz, en los momentos de Silencio, en los momentos de ayuno, en los momentos de
recogimiento. Cualquiera que sea vuestra dosis de actividad, os será
indispensable de recogeros, en vosotros, sin petición, simplemente estando
allí.
La Llamada de la Luz se vuelve un
requerimiento formal de la Luz por la cual demostráis, no una sumisión, sino un
reconocimiento hacia vosotros mismos.
Así termina, en un tiempo muy
próximo, el Cara-a-Cara que todos vivís, cualquiera que sea vuestro estado,
cualquiera que sea vuestra edad, desde hace ya numerosos meses. No veáis en
nada un descuido cualquiera, no veáis en nada cualquier ataque de una sombra
cualquiera que sea. Os es pedido, en este período particular, no de tener la
fuerza, no de ser poderosos, sino de ser dulces y humildes; es el mejor modo de
recogeros, de acoger la Luz y de acoger la Verdad.
La vibración Arcangélica os
acompaña específicamente, de modo diferente a los pueblos de la naturaleza. Venimos
a vosotros a pacificar, de manera fuerte y rápida, lo que deba serlo, para
poneros en adecuación total, a la vez, con lo que tenéis que vivir en estos
tiempos y en lo que os tenéis que convertir en estos tiempos, perfilando, en
cierto modo, vuestra destinación, vuestro encaminamiento y vuestra liberación.
Es deseable, durante este
período, cualesquiera que sean los estímulos exteriores, de estar en la acogida
y el recogimiento. La oración, en el sentido más noble, será eficaz, más allá
de toda espera, sobre todo si esa oración viene por supuesto de vuestro corazón
y no de la satisfacción personal de una circunstancia correspondiendo a la
persona. Estáis invitados, como decía, a la humildad, a la desaparición, sois
invitados a dejar ser, realmente y totalmente, lo que sois de toda Eternidad,
como esto ha sido repetido innumerables veces.
Así, el plano del Eterno, el
plano de la Ascensión de la Tierra, el plano de la Liberación colectiva, llega
a su fase encarnada y material. No busquéis ninguna fecha porque todo esto está
en curso. La Llamada de María, como lo sabéis, se realizará tan pronto como los
signos celestes y las Trompetas sean escuchadas. Pero desde ya, previamente, es
decir desde hoy, lo que os dije concerniendo a la proximidad de las Fuerzas de
la Luz, os infundirán ensueños e intuiciones y la Visión del corazón, la visión
de la Eternidad, la visión de los que sois, de manera cada vez más nítida y
cada vez más intensa.
Retened sobre todo que cualquiera
que sea la importancia de las manifestaciones de vuestro cuerpo o en vuestra
vida, éstas no son estrictamente nada en cuanto que acogéis y os recogéis, en
el momento en que oréis, por una ayuda o simplemente para estar en acuerdo
total con la Eternidad. Esto no es una petición, es una comunión, es una
fusión, es un estado de Gracia. Lo que quiere decir también que los de entre
vosotros, todavía dormidos o despiertos, que estén establecidos en el Sí o que
sean Liberados Vivientes, tendrán una capacidad nueva y flagrante, de quedar
conectados, de quedar relacionados, cualquiera que sea el estado de vuestro
cuerpo y de vuestra vida. En esta ocasión volveréis a apreciar, de manera
evidente, lo que es efímero y lo que es eterno, haciéndoos, por la revelación
de la Eternidad – cada uno en función de su nivel y de su grado –, de mantener,
sin esfuerzo, un estado de Amor que solo hasta ahora las Llamas gemelas,
algunos contactos con los pueblos de la naturaleza, y algunas experiencias
místicas eran capaces de revelar.
Cuando seáis tocados, esto será
de modo rápido e inmediato, sin previo aviso. Retened que en este momento el
recogimiento y la acogida son, si puedo decir, vuestras cartas maestras. No hay
necesidad de palabras, ni de pensamientos, no necesitáis de gestos, solo hay
necesidad de pureza de intención de
vuestro corazón, demostrándoos vuestra capacidad real a ser lo que sois de toda
eternidad. Así se disolverá en vosotros todo lo que pueda quedar de efímero,
todo lo que pueda quedar de control, todo lo que pueda quedar de resistencias o
de temores.
Os invito pues a comunicar este
mensaje de forma escrita, o de forma oral, de la manera más intensa y rápida
que sea posible.
He aquí el mensaje breve que os
tenía que entregar; es conciso, preciso, claro y no requiere ninguna discusión.
Permitidme, antes de dejaros en
vuestra vida, de presentaros el Fuego de mi Espada, el Fuego de la Redención,
el Fuego del Espíritu y el Fuego de Cristo. Con esto, acabo mi intervención en
este día, os bendigo a todos sin excepción alguna ; que estéis en oposición o
en acuerdo total a lo que vengo de decir no cambia nada.
… Silencio …
Concluiré con estas palabras: es
hora de acordaros de que sólo sois pura Luz, en cualquier forma, en cualquiera
manifestación que sea. El tiempo del olvido ha acabado. Soy Mikaël Arcángel,
Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, vuestro servidor.
… Silencio …
Estamos aquí desde ahora en
adelante.
… Silencio …
En nombre de la Luz, en nombre de
Cristo, en nombre de María, en nombre de la Verdad, recibid y acojed.
… Silencio …
Estad presentes a vosotros mismos
y al Amor. Todo el resto se volverá trivial y una vana esperanza.
… Silencio …
Os saludo.
… Silencio …
Hasta pronto.