29 diciembre 2017
Soy María, Reina de los Cielos y de la Gracia.
Mis queridos hijos, vuelvo de nuevo con vosotros para daros una serie de elementos relativos al período que estáis viviendo.
En primer lugar, todo lo relacionado con las Radiaciones del Fuego Ígneo, vertidas a vuestro Corazón y a cada punto de vuestro cuerpo durante quince días: ese Fuego Ígneo, como lo estipulé, ha sido dirigido y trasmitido hasta vosotros, por las Estrellas, por toda la Confederación y por algunos Arcángeles.
A partir de hoy, se producirán varios cambios. Las Radiaciones del Fuego Ígneo, se volverán globales, es decir, ya no necesitarán, para ser trasmitidas de ninguna conciencia porque desde vuestro Corazón del Corazón os daréis cuenta que no dependen de ningún horario, ni de ninguna Presencia exterior a lo que sois. Y eso comenzará desde hoy y se cumplirá todos los días, en puntos y lugares diferentes para cada uno de vosotros sin depender de ninguna circunstancia exterior ni ninguna conexión, aunque fuese la más elevada dentro de las dimensiones.
El Fuego Ígneo se convierte así, en un Fuego espontáneo que abrasa vuestro pecho y os hará ver los últimos elementos de este mundo que resisten, en vosotros como a vuestro alrededor, a la Verdad que no es de este mundo.
El trabajo de descubrimiento realizado por el Fuego Ígneo, os ha llevado inconscientemente, a posicionaros dentro de vuestra persona y de vuestra vida, en diferentes lugares; en el Corazón del Corazón donde no puede existir la más mínima palabra, la más mínima afirmación o explicación porque realmente habéis tocado la Verdad que os muestra toda la ilusión de este mundo al confirmaros también por vuestra propia experiencia, que no sois de este mundo pero que estáis en este mundo.
Ha habido una serie de iluminaciones producidas por el Fuego Ígneo, como he dicho, de manera muy inconsciente que os ha llevado a situaros fuera de todo juego, fuera de toda escena de teatro o a situaros en este mundo en el que actuáis como persona.
…Silencio…
Desde ahora, las cosas se aclararán y estarán cada vez más nítidas, para todos vosotros, por vuestro propio Fuego Ígneo, lo que os permitirá, o bien mantener cualquier actividad llamada “espiritual” dentro de este mundo, o por el contrario estar en la Evidencia de la Alegría, de la Verdad que no es de este mundo y que por tanto está respaldada por el Fuego del Corazón, por el Fuego Ígneo y por vuestra inefable Presencia que no necesita ninguna reivindicación de vuestra persona dentro de una historia.
Así pues, y de una manera muy fácil y obvia, esto se hará cada vez más presente y podréis vivir la Vacuidad, donde no existirá ninguna demanda procedente de vuestra persona o de lo que pudierais llamar todavía, “espiritualidad”.
De ahí deriva la Evidencia de la Alegría, de forma que aquellos que por el contrario persisten en mantener cualquier juego, cualquier papel o cualquier función, se verán afectados por lo inverso de la Alegría, es decir, por la exaltación, la demanda, sobre todo, de la Verdad no encontrada y el mantenimiento dentro de una forma de ilusión.
Suceda lo que suceda en la pantalla de vuestra vida, no os preocupéis, la Ley de Gracia y la Ley del Uno, vendrá a poner fin, en los próximos días, a todo atisbo de dualidad todavía manifestada dentro de este mundo.
Esta nueva octava, puede decirse, de la Radiación del Fuego Ígneo de vuestro propio Corazón, os mostrará lo que todavía puede existir de ilusorio, en vuestros diversos posicionamientos, en vuestras diferentes peticiones o, al contrario, asentaros de manera definitiva en la Humildad y Simplicidad, donde solo se pedirá ser esta Conciencia pura, refinada y tan dichosa que no necesitará de ningún apoyo exterior, ni ninguna identificación. De esta manera se prepara en vosotros, de manera definitiva, la resolución de los últimos elementos que tengáis que evacuar, por la gracia de este Fuego Ígneo y no por ninguna voluntad personal.
Así pues, muchos habéis vivido ya vuestra Resurrección. Esta Resurrección se traduce en una calma como ninguna otra, donde el silencio sustituye a todas las palabras y donde ningún desorden puede surgir de vuestra conciencia.
La Ley de los Hijos del Uno, tal y como se presenta en vuestra conciencia y en vuestra Presencia, os permitirá vivir la Evidencia de lo que sois, o bien os proyectará en las dudas vinculadas, como percibiréis muy pronto, a las nociones de dualidad, del bien y del mal que existen, os recuerdo, solo dentro de este confinamiento, de esta ilusión, de lo efímero de vuestra Presencia en esta Tierra.
Por consiguiente, la Gracia del Fuego Ígneo que nace de vuestro propio Corazón, os permitirá ver, sin ninguna voluntad ni deseo, cómo se disuelve en vosotros así como a vuestro alrededor, los últimos juegos, los últimos roles, y las últimas ilusiones para que solo quede la conciencia pura que no reclama nada, que se ha encontrado a sí misma y que no deja especio a ninguna duda o juego falsificado.
A partir de ahora, todos vosotros sois libres y autónomos. Y depende de vosotros, de forma íntima e individual, ver lo que está sucediendo: ya sea una historia dentro de este mundo, ya sea una Felicidad que os trasporta a los dominios del Coro de los Ángeles, donde nada puede ser más evidente que la desnudez de la Luz, sin ninguna forma de este mundo y sin ninguna historia.
Probablemente hoy, tenga la última oportunidad de expresarme a vosotros, antes de Mi Llamada, surgiendo de vuestro Corazón guiado por los Signos celestes, pero eso ya lo sabéis.
Lo que ha estado sucediendo durante estos quince días, y lo que ocurrirá en días sucesivos, es solo mostraros vuestra ubicación real que nada tiene que ver con este mundo, pero que es precisamente la iluminación de vuestra Eternidad, de vuestra última Presencia y, en definitiva, de la única Verdad que no está acompañada de ninguna historia, de ningún escenario ni de ningún evento, si no es el Evento final anunciado desde hace mucho tiempo por todos los profetas.
A vosotros os incumbe comprobar por vosotros y en vosotros mismos, la estabilidad o inestabilidad de vuestra Presencia. Mientras creáis que dependéis de una tarea, una función, un rol o una vibración, no seréis completamente libres, porque todavía dependéis de una historia y así os demostráis, aunque no lo veáis que estáis inscritos en a dualidad de este mundo y no en la Unidad, donde no hay nada que reivindicar dentro de este mundo.
Quiero que recordéis, aunque los tiempos son muy diferentes, los testimonios que os aportado mis Hermanas Estrellas encarnadas, cada una de ellas, en lo que os mostraban, no la “negación” de este mundo, sino su “trascendencia”, tanto a través de experiencias místicas auténticas, como por ejemplo la Vía de la Infancia y de la Inocencia, donde no puede existir, en este “Fin de los Tiempos” de esta dimensión, ninguna ilusión que pueda sostenerse, donde solo se puede estar en la intimidad de vuestro Corazón, donde no hay lugar para la más mínima vacilación o duda, ni para la menor reivindicación.
Es así cómo se descubren las últimas trampas de este mundo relacionadas con la personalidad. Tanto si lo llamáis “ego”, “Satán”, como si lo llamáis “Luz”, no importan la Luz verdadera no puede llevaros más que al Silencio de vuestro Corazón, mientras que la luz desviada todavía para muchos de vosotros, buscará a través de mecanismos de visión o identificación dentro de ciertos roles, a que queráis desempeñar un papel dentro de lo que se vive de manera natural, desde ahora, y que ya no depende de nosotros o de la colectividad humana, lo que no ha sido el caso en estas dos semanas transcurridas.
Así que, vengo hoy a animaros a que depongáis todas las armas de vuestros combates, del tipo que sean, para que os rindáis a la evidencia de vuestra infinita Presencia y a la felicidad que resulta de ella. Este gozo, no necesita ningún escenario, ninguna historia, ninguna prueba porque dicha prueba, es interior y no se corresponde con ninguna circunstancia de este mundo. Es así cómo se muestra en vosotros la Verdad de vuestra Presencia o la Verdad de la ilusión que estáis viviendo todavía.
Por consiguiente, las últimas Asignaciones vibrales que se os proporcionaron para que las experimentarais de forma a veces intensa, tanto a través de cuestionamientos, reclamaciones o denuncias de algún elemento de este mundo, os probará y demostrará de forma inconfundible que no estáis todavía en la Verdad. La Verdad, os recuerdo, es Evidencia y Simplicidad; no necesita escenario, no necesita reivindicaciones de ningún tipo y de ninguna manera, porque eso se vive en la intimidad del Corazón y no tiene que aportar ningún testimonio de la ilusión de este mundo.
Entonces, como veréis, el tiempo de los juegos y de las ilusiones, llega a su fin en todas las interacciones personales y colectivas, demostrándoos que no se precisan palabras, conceptos o pruebas porque la Evidencia de vuestro Corazón llega a ser tal que todo lo demás no puede excluirse, discutirse o incluso explicarse.
Es así cómo el Fuego Ígneo, independientemente de lo que ha provocado en vosotros, os ha dado, desde hoy, la posibilidad de proceder a los ajustes finales que no dependen en absoluto de vosotros, sino simplemente de vuestra capacidad para permanecer en el Silencio y en la Evidencia de vuestra Presencia. Solo el que vive el Corazón del Corazón puede comprenderé y saber, de momento, lo que digo porque eso, por supuesto, es independiente de todo mecanismo energético, vibratorio o algo anterior.
Recordad lo que os hemos dicho siempre: “Los primeros serán los últimos”. Pero los últimos y los primeros, hoy, son solo Uno para vivir la misma Verdad. Y, en el Corazón, recordad que no hay ninguna demostración, ninguna explicación y una evidencia tal, que lo demás no puede manifestarse.
Así pues, todos vosotros, hacia vosotros mismos como en cualquier relación, en cualquier comunión o Teofanía, como en todo Corazón del Corazón, como dentro de las Radiaciones Ígneas, desde ahora espontáneas, solo podéis tener dos posturas: la del sacrificio real que acompaña a vuestra Resurrección o la de mantener la ilusión y la dualidad.
Debéis ser conscientes, así como el comendador de los Ancianos os ha repetido en innumerables ocasiones, de que todo está en vosotros y que todo lo que aparece en la pantalla de este mundo es solo interacción, proyección y efímero. La verdadera Eternidad no depende de ninguna historia, de ninguna postura, sino simplemente de la Evidencia encontrada; no se necesitan palabras ni explicaciones ni, incluso, la más mínima vibración porque la Alegría toma todo el espacio; todo el espacio y todo el tiempo.
Así pues, independientemente de lo que tengáis que hacer todavía en este mundo, como persona, podréis ver con facilidad y obviedad que todo lo que está sucediendo, e incluso los problemas relacionados con vuestra persona, solo los vivís interiormente. No hay medias tintas y eso se volverá cada vez más sensible y palpable. Entonces, cualesquiera que hayan sido los juegos de estas semanas de Radiaciones del Fuego Ígneo, os invito hoy a todos vosotros, al Silencio interior y esta felicidad que os han trasmitido mis Hermanas Estrellas, durante los últimos encuentros en relación con los que se va a vivir y lo que se ha vivido. Os remito también a todos los encuentros en los que Hermano K y Sri Aurobindo, os han descrito con precisión lo que se debía hacer, las trampas más importantes de la personalidad y lo que quedaba en vosotros como dualidad, como oposición entre el bien y el mal.
La Luz auténtica y verídica, que no es de este mundo pero que brilla a partir de ahora en este mundo de manera cada vez más palpable, ofrece únicamente dos opciones: permanecer dentro de la dualidad en cualquier combate, o permanecer en la Felicidad eterna de vuestro Corazón donde nada puede venir a perturbar, engañar o proyectaros a ninguna función.
De este modo, todo puede resumirse en estas palabras, tanto en vosotros mismos como en cada hermano o hermana, como en cada interacción dentro de este mundo, personalmente o en la fraternidad del Corazón, hay dos posicionamientos posibles: la Evidencia o el cuestionamiento, la Paz o la lucha, la Felicidad o la no Felicidad. La intensidad que muchos de vosotros vivís se volverá tal, que no podrá haber duda sobre vuestra ubicación, ofreciéndoos, no para juzgar ni para condenar cualquier postura, sino para ajustaros y también podáis decir: “Padre, en tus manos pongo mi Espíritu”, para vivir vuestra Resurrección, antes incluso de mi Llamada.
Solo depende de vosotros, no existe ninguna autoridad exterior… realmente, os lo hemos dicho y os lo hemos pedido unos y otros, durante este período de 15 días que han transcurrido, que estuvierais lo más posible en este estado del Corazón y en esa Felicidad porque la Gracia del Fuego Ígneo y de la Luz, no requiere ninguna intervención personal. De la misma forma que hoy, esta Gracia y este Fuego Ígneo, no requiere de ninguna intervención celestial, desde nuestros Planos, para que se realice en vosotros. Es en vosotros mismos donde tiene lugar el último combate, entre el que mantiene todavía un juego, un rol, una función dentro de este mundo y el que realmente ha aceptado su sacrificio total para renacer dentro de la Alegría eterna.
No hay otras posiciones posibles y cada vez habrá menos posibilidades, al emerger el Fuego Ígneo espontáneo desde vuestro corazón y también desde el Cubo Metatrónico desplegado en vuestra cabeza, así como los sonidos percibidos en vuestros oídos. El sonido cristalino, captado por muchos de vosotros, será ahora reemplazado por el Coro de los ángeles. Y viviendo el Coro de los Ángeles, no hay sitio para la persona ni para la historia; encontraréis la Eternidad. No se puede mantener un combate en el interior ni en el exterior, ni nada que denunciar dentro de este mundo, porque cada cosa, cada ser, está exactamente en su lugar.
Así que he venido a invitaros, en nombre de la Luz, en nombre del Fuego Ígneo, a permanecer con mayor frecuencia, según los mandatos de la Luz, en este Fuego Ígneo y en esta Felicidad eterna que no depende de ninguna causa, de ninguna vibración y, sobre todo, de ningún requisito. Esta es la única verdad, no hay otra y no habrá más posibilidades de ser perturbado, engañado por vuestra persona o por cualquier visión de este mundo. Eso corresponde a la conciencia desnuda. Y en esta Conciencia desnuda, no puede haber la más mínima perturbación ni la menor duda. Esta Paz, a nada parecido, se convertirá entonces, en cotidiana, desde el momento en que no volváis a jugar ningún juego, en que no tratéis de demostrar nada sino estando simplemente en la evidencia de vuestra Presencia, en el silencio de las palabras, en el silencio de todo escenario, lo que os probará a vosotros mismos que no puede haber más que un caos interior o la Felicidad. Y, repito, que eso no depende más que de vosotros, de vosotros únicamente y de ningún elemento exterior. Recordad que lo único que debéis reconocer es vuestro Corazón.
Tened en cuenta que no hay salvador ni liberador, sino simplemente la intensidad y la realidad de vuestra Resurrección, cuyo único testimonio es la Felicidad que no tiene que ser buscada de ninguna manera, sino que es el resultado de vuestra propia desaparición de todo escenario como de toda reivindicación, en la historia que sea. A partir de ahí, se desplegará vuestro devenir, más allá de la Ascensión de la Tierra y de lo que fue llamado el “Asa planeta final” de la Tierra; os corresponde a cada uno de vosotros, a partir de ahora, la responsabilidad de estar en la Verdad o de mantener cualquier tipo de escenario.
Por tanto, al permanecer en el Silencio, al permanecer en este alineamiento en el Corazón del Corazón, en ese estado de Resurrección, constataréis fácilmente por vosotros mismos, que no puede haber el menor fallo ni el menor elemento opuesto a la Verdad. Será muy diferente en los casos en que haya resistencias, simplemente para iluminar las últimas trampas. Esas trampas no son más que las construidas con vuestras creencias, por vuestras encarnaciones en este mundo. Tampoco tenéis ninguna culpa que tener o mantener, sino simplemente liberaros de estas últimas cargas, para ser libres. Mis Hermanas Estrellas os han mostrado y explicado extensa y ampliamente, más allá de sus palabras, por la cualidad de su Presencia durante sus intervenciones que no se pueden perseguir engaños o mentiras.
El amor no es una palabra vacía. El Amor no está en las palabras ni en las declaraciones de ningún tipo, sino simplemente en la Evidencia de vuestro Corazón.
Esto es lo que tenía que deciros, para los días que van a transcurrir, en los que solo debéis permanecer en la Infinita Presencia, allí donde no hay nada que demostrar, nada que pedir; allí donde no hay nada que comprender ni nada que contemplar. Estaréis instalados, sea cual sea el día de mi Llamada, en vuestra Eternidad y nada podrá engañaros ya venga de vosotros como de la pantalla de este mundo porque permaneceréis en la Felicidad eterna.
El Fuego Ígneo también evolucionará en vosotros, proporcionándoos cada vez más dulzura. Cualquiera que sea la intensidad de este Fuego inextinguible que os consume continuamente, solo lo tendréis en la cabeza y en el Corazón, sin otro objetivo que el de desaparecer a este mundo y estableceros en la Eternidad.
Este mensaje tan simple es el iba a expresaros hoy. Os atañe a cada uno de vosotros, porque es vuestra responsabilidad, ver dónde os encontráis, en que postura estáis ubicados, que reivindicaciones mantenéis o si estáis en la Evidencia del Silencio, porque desde el momento en que vivís realmente el Corazón del Corazón más allá de toda creencia, de toda reivindicación, os daréis cuenta que realmente las palabras no son más que coartadas, las peticiones no son más que disfraces; el Corazón no requiere historias, aunque se tomaran muchas antes de llegar a este punto de Resiliencia y Resurrección.
Por tanto, el juego ha terminado. Independientemente de la fecha de mi Llamada, que hoy ha sido considerablemente disminuida como espacio, por la vivencia de vuestro Fuego Ígneo, trasmitida por diferentes ámbitos de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres. Hoy, descubriréis la verdadera Libertad, la que no precisa de ningún antes ni ningún después en un futuro, ni tampoco ninguna lucha del tipo que sea. Y cada uno de vosotros, haya sido la que haya sido su vida anterior, estáis perfectamente en condiciones de verlo, de iluminarlo desde el interior porque es así como actúa desde ahora, el Fuego Ígneo.
No hay nada que denunciar, no hay nada que aceptar, no hay nada más que permanecer en Silencio y dejar actuar en vosotros al Fuego del Amor, para establecer su majestad, su reino y eso no depende ni de mí, ni de la confederación Intergaláctica, ni de ningún salvador, ni de ningún hermano o hermana. Es a través de lo que ocurrirá en los próximos días, a cada uno de vosotros, como veréis cada vez con mayor evidencia y certeza, si estáis todavía inscritos en una función a nivel espiritual, o si aceptáis que no sois ningún rol, ninguna función y que en realidad sois el Espíritu regenerado y resucitado de la pura Verdad, de la pura Luz y de la pura Felicidad.
…Silencio…
Rindo gracia por vuestra escucha, por vuestra lectura y por todo lo que va a suceder en vosotros que os llevará a la Vacuidad definitiva o a la persistencia de un escenario; depende únicamente de vosotros y de ninguna opinión externa, de ninguna autoridad exterior.
El cara a cara último llega a su fin, como habréis comprendido, y debéis resolverlo a solas. No debéis apoyaros en ningún elemento conocido. No necesitáis confiar en ninguna historia, sea la que sea, para encontrar la desnudez de la verdad y, sobre todo, como os anuncié, esta Felicidad absoluta y total, no puede ser perturbada por nada.
Así pues, mis bien amados, si entre los que estáis presentes, existe alguna pregunta, la responderé simplemente antes de dejaros en vuestra Eternidad, a solas con vuestro cara a cara.
No hay preguntas.
Entonces, solo puedo deciros a todos vosotros: Ama y no hagas diferencias. Descúbrete y no permitas que nadie te lleve a un lugar distinto de tu Corazón, allí donde no se precisan las palabras, allí donde no se requiere ninguna demostración, allí donde no hay necesidad de aclarar ningún símbolo, sino simplemente, mantener esta Verdad.
Permitidme, antes de dejaros a solas, irradiar el Fuego Ígneo de mi Corazón a cada uno de vosotros, aquí como en otros lugares. Eso será, de alguna manera, mi última palabra que limita con el Silencio, allí donde no se necesita nada más. Allí está la Felicidad; allí está el Amor que no es de este mundo. Allí está lo que sois para que cada uno pueda decir dentro de su intimidad: “yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
…Silencio…
Que la Paz, la Alegría, el Amor y la Felicidad, se revelen a vosotros.
…Silencio…
Y os digo: hasta siempre en la Eternidad.
…Silencio…
Adiós.
…Silencio…