27 noviembre 2011
Soy MA ANANDA MOYI y les amo. Hermanos y Hermanas, vengo entre ustedes, y en ustedes, como Vibración de la Estrella AL Voy a completar, a mi manera, por la Vibración de mi Presencia (en ustedes y, para algunos de entre ustedes, en su Canal Marial), con el fin de resonar y vibrar, en ustedes, el papel de la Estrella AL. Esta Estrella AL, que llevo en Vibración, corresponde, en ustedes, al despliegue sobre la Puerta AL que es el momento en que el Fuego de la encarnación es sustituido por el Fuego del Espíritu. El Alma, en ese momento, se desvía de las funciones limitadas de la vida, para abandonarse y permitir su Crucifixión y su Resurrección en los mundos de la Alegría, el Amor y la Verdad. AL es también una de las 5 Claves Metatrónicas. AL es la terminación de este Paso del ego al Corazón que permite vivir la Verdad, enteramente, de vivir las Bodas Místicas con la Luz Blanca, con CRISTO. Este momento y este Paso corresponden, precisamente, al momento dónde no tienen ya que realizar las idas y llegadas entre la Conciencia ordinaria y la Conciencia Turiya o Conciencia del Divino. En ese momento, el alma se consume en la Alegría y el Fuego de Amor, dándoles a vivir lo que manifesté de mi viva: el éxtasis, el mayor éxito y la más total felicidad, la más maravillosa que la Conciencia pueda vivir en el momento de su Liberación. Es este abrasamiento (al cual muchos entre ustedes se acercan, hoy, en gran parte) a través de sus inmersiones en la Luz del Amor, a través de sus Alineaciones y a través de sus espacios donde la Luz Blanca les toma y les transporta, en Conciencia y en Verdad, en la Luz. Son estos momentos en que más nada de otro existe que esta Luz. Son los momentos en que todo sentido de la definición desaparece. Este abrasamiento del alma corresponde al momento en que La Tierra vivirá, ella misma, su abrasamiento de Luz. Se les invita a todos, sin ninguna excepción, a vivir eso. Hoy (más que nunca, en términos Terrestres), no tienen ya mucho que hacer, más que exactamente “ser” porque esto es “exactamente”, en realidad, la única Verdad. El abrasamiento, por el Fuego del Espíritu, del alma: este momento en que lo que el Amado Juan llamó el Cuerpo Causal, desaparece, descubriendo el alma y el Espíritu, es un momento que, efectivamente, se señalará de piedra blanca, si se puede decir, en la historia de la Conciencia.
Lo que señala el Fuego del alma que se vuelve hacia el Espíritu (este abrasamiento del alma), es la Alegría. Una Alegría que crece y que viene a hacer fundir todo lo que no es esta Alegría. Es el momento en que las experiencias que conducen, a su ritmo propio, se convierten en el abrasamiento de la totalidad, habiendo una irrupción total de la naturaleza de cada Conciencia, en la Luz, en Su Luz. Es el momento del transporte último del alma, en el éxtasis más absoluto, donde se vive lo que algunos de entre nosotros (tanto Estrellas, como Antiguos u Otros) describieron como el Maha Samadhi. Es el momento de plenitud más absoluto en que no existe ya ningún intersticio para la duda, para otra cosa que la Alegría. Es el momento en que la Conciencia personificada vive su Transcendencia más total y donde nada otro puede existir más que esta Transcendencia total, dando a vivir la Alegría y el Fuego. Este Fuego que consume, enteramente, todo lo que no es Eterno, que consume, enteramente, todo lo que no es ella misma. Les dijimos, que era la Alegría, que el Amor es Alegría y que la Luz es Vibración de Alegría. Si están allí, y si me escuchan, es que, de una forma o de otra, vivieron el enfoque y sobre todo la Verdad. Queda ahora por establecer eso. Y este momento será importante porque lo establecerán de Corazón a Corazón. La Comunión, en ese momento (tal como les fue presentada), se volverá perpetua y eterna. Es el momento en que no podrán ir más y venir, es el momento que ha sido llamado, por algunos de entre nosotros, la Disolución en el Único, en la Fuente misma de la Alegría. Es un momento de reencuentros que prescinde de palabras. Es por otra parte muy difícil hablar de él, sin vivirlo. Y el hecho mismo de hablar, no puede sino hacerles acercar, debido a mi Presencia en ustedes, a este estado.
Tendré el privilegio de acompañarles en la Alineación, al final de mi intervención. Verán que la Luz y la Comunión, son la única consolación que es verídica, real. Es el único elemento que basta para satisfacer la totalidad de la Conciencia. Como los Antiguos se lo dijeron y como nosotros, Estrellas se lo dijimos, se realizó todo, todo se entregó, se dio todo. Lo que es en marcha (si se puede hablar así), es la Alegría. No hay nada de otro que la Alegría. Lo mejor posible acogerán, lo mejor posible se darán, lo mejor posible serán llenados por la naturaleza del Amor. Este Amor, llamado de tantas maneras, es la Propia esencia de la Conciencia.
El Punto AL está vinculado, lo saben quizá, al momento de la transcendencia de la dualidad, a la vuelta a lo que se ha llamado (a falta de otros términos, en esta lengua), el Andrógino Primordial. Es el momento en que, con estupefacción, la propia Conciencia descubre que es la Totalidad, Todo ello, que ya no es limitada por nada de este mundo como de otros mundos. Esta Alegría no es comparable absolutamente a nada otro. Incluso el más grande de los placeres que puede existir en la encarnación, no es nada absolutamente en comparación con el Incomparable. Este abrasamiento del alma es una dilatación, ad infinitum, del Corazón y la Conciencia, donde, con estupefacción, todas las barreras, todos los límites y todos los velos van a desaparecer. Todo lo que viven, desde hace poco o desde hace muchos años, para algunos de entre ustedes, sólo tenía por objetivo prepararles, de la mejor forma posible, para vivir este Andrógino Primordial. Es el momento en que se sumergen en la Unidad, enteramente, y donde no puede existir más la menor dualidad. El Cuerpo Causal se abarca. Eso podría ser como un disfrute pero multiplicado a un factor inconmensurable y que sobre todo no se limita ni a cualquier causa, ni a cualquier objeto o a cualquier tema. Recuerden que, ese momento, no tienen que buscarlo ya que vendrá a ustedes, en el momento elegido por La Tierra. Se les anunciará porque los Sonidos del Alma y el Espíritu se fusionarán con los Sonidos del Cielo y La Tierra. Eso no podrá confundirse con absolutamente nada porque el Corazón estará en Fuego, porque el Cuerpo Físico estará en una Vibración inaudita y sobre todo esta Alegría crecerá, de momento en momento. El cuerpo no podrá ya moverse, serán la Luz, enteramente, la Luz. Lo que viven, unos y otros, aunque eso les parece a veces difícil, sólo es su preparación, más adaptada, al Amor, para ustedes. El abrasamiento de la Corona del Corazón, la Cabeza, el Sacrum, la activación del conjunto de las Puertas (como se activaron, para ustedes, la mayoría de las Estrellas de la Cabeza o algunas de ellas), estos mecanismos de Vibración que les reducen, las Bodas Celestiales, las Marchas, las Bodas de Luz: todos estos elementos, que vivieron, quizá (a su hora, o ahora), son una invitación que debe vivirse al Uno, a ser la Verdad. Las Estrellas les acompañan. Saben que solos pueden cruzar esta Puerta, pero que no están más solos. Mucho entre ustedes comienzan a percibir, de distintas maneras, la Luz Unitaria, las Conciencias Unitarias. El Andrógino Primordial es el momento en que se funden en lo que no tiene fondo ni cumbre. Volver a todo ello, volver esta Alegría, sin principio, sin final, vivir el Éxtasis y el más tenido éxito, la Intasis, es el pasar a ser de cada uno. Por supuesto, después de, como ya se sabe, cada uno será dirigido por su propia Vibración, hacia su ámbito de elección y predilección. Vivir el final de la limitación es un momento que va a permitirles encontrar su primera Esencia, la que ninguna experiencia (en los mundos carbonosos, alterados) pudo permitirles llevar a cabo. Este momento en que la Luz Blanca se desplegará, enteramente (no solamente en el Cielo o en el Abrigo de La Tierra sino sobre el conjunto de las conciencias), es un momento único.
Su preparación es, por eso, única, aunque, por supuesto, los nuestros, les hablamos de los Nuevos Cuerpos, de las Estrellas, de las Puertas, como testigos y marcadores de su transformación de Conciencia. Hoy han llegado al límite máximo de esta Disolución del Cuerpo Causal. Se les trae, a cada uno, a su Puerta, por su Vibración. Tienen, por ustedes mismos, que vivir este Fuego del Corazón, que integrarlo. Distintos nombres que dieron a los Arcángeles, van a corresponder, enteramente, a esto que viven y vivirán. Los momentos de Comunión y de Gracia que se les propusieron son, ahora, el medio privilegiado para cruzar la Puerta. Van a vivir, cada vez más, el mecanismo de levantamiento y disolución de los velos, que los llevará que se rían, sin final, porque el Corazón es una risa sin final. Todo lo que los Arcángeles, desde las Bodas Celestiales, les dijeron, todo lo que se enunció y ha sido anunciado por el Comendador de los Antiguos, como el que era allí, antes de (Ndr: intervenciones de O.M. AÏVANHOV y SRI AUROBINDO del 27 de noviembre, en la rúbrica “mensajes que deben leerse”) no fueron enunciados y anunciados para hacerles esperar, sino más bien, para prepararles a esta cita que se inscribió mucho antes de su precipitación (voluntaria, consciente o no) sobre este mundo. La Fuente había llamado eso el Juramento y la Promesa. Han vuelto a entrar en este tiempo particular que va a hacerles salir del tiempo.
Recuerden también que actualmente son, muy exactamente, en su lugar para vivir eso. Y, a medida que el Abandono a la Luz, la Confianza en la Luz, se establezca y trabaje, en ustedes, a esa medida ustedes tomaran conciencia de la Verdad más absoluta de lo que les dijimos (porque no nos creen sino porque lo viven) y, al vivirlo, ustedes hacen suya esta experiencia porque es la única Verdad. La Luz les hace salir de todas las ilusiones, les hace volver a entrar en la complitud. El Fuego que los consume, sólo consume lo superfluo y descubre el ser Consciente, el ser Absoluto. Como se lo dijimos (las unas, los otros, unos y otros), estamos a sus lados y, por eso, en ustedes. Entonces ábranse a nosotros, como nos abrimos a ustedes, porque somos la misma Realidad, la misma Unidad. Lo que viví, en mi última vida, ustedes lo vivirán. Muchos entre ustedes comienzan por dudar y por comprobarlo. Eso no es inaccesible, eso no es distante, sino eso se inscribe en este tiempo. Este tiempo que no tiene fecha porque se acerca, a lo sumo cerca de ustedes, de cada uno.
Como se lo dijimos, son los Niños de los Unos, los Niños del Único, son los Niños de Luz, las Semillas Estelares. Todas estas palabras que, cuando se viven sin la Vibración y exteriormente, no quieren decir nada, toman, hoy, todo su sentido, en su Vibración. Y eso es una Alegría, la única Alegría que no depende de nada de otro más que de sí mismo. En el abrasamiento del Corazón, en el Andrógino Primordial, realizan que la separación es una ilusión. En definitiva, cuando les hemos hablado de este mundo como una Ilusión, es la estricta verdad y solamente la visión limitada de la persona, de la personalidad, podía dudar. El Abrasamiento del alma le devuelve, a usted, en su Unidad. Y eso (aún, lo repito), cada uno está a la posibilidad de vivirlo, porque no existe sufrimiento, castigo, dios vengador exterior, salvador o ahorrador. Sólo son ustedes mismos. Sólo hay la Libertad de ser por fin Libre, la Libertad de ser por fin Reunificados. Quizá, entre ustedes, hay algunas Conciencias que se dan cuenta de que, en nuestra llegada, directamente a ustedes (en sus Alineaciones o ahora mismo), la Conciencia se abre más que nunca. Les transporta en las residencias de la Alegría y la Eternidad, allí donde no pueden existir falta, sufrimiento, oposición y ninguna contradicción porque es nuestra Residencia común, porque es nuestra Verdad común. Y que a otra parte, el más allá, no es a otra parte y sino que dentro de cada Corazón, cada Conciencia. Cuando les hemos dicho, por la Voz de los Arcángeles, que estábamos a las puertas de un nuevo día y al límite de su Dimensión, realizan (hoy y cada día, más que nunca) que la distancia no quiere decir nada, que la separación existía, simplemente, porque habían olvidado. Las palabras que les envío, van dirigidas al alma y a la Comunión de nuestros Espíritus. Mis palabras se colocan porque permiten, en este momento de Comunión, vivir esta Alegría. Entonces, pueden quizá constatar que no hay que poner una distancia, utilizar una herramienta: hay exactamente que ser en el Momento. Y que, en este Momento, se escribe la totalidad del tiempo y la totalidad de la Luz. Que el Fuego del Corazón es Alegría y Verdad, porque los Ángeles y los Arcángeles son, todos, en nosotros, porque la Fuente está allí, porque la Alegría está allí. Entonces, la Conciencia se abre, cada vez más, a la Verdad que nos es común. Entonces, la Vibración se coloca, naturalmente, en el centro del Ser, en su Presencia y mi Presencia, en nuestra Presencia común.
Amados del Uno, esto es la evidencia de nuestra Comunión. Las palabras se convierten en música, se convierten en límite del Alma y el Espíritu, Única Verdad. La Belleza es la de la Conciencia. En estos momentos, tal como lo vivimos, no hay ya pregunta que busca, porque el Abrasamiento del alma, el Fuego del Espíritu, revelan la naturaleza ígnea de la Conciencia y, en esos momentos, somos Uno, nosotros somos (como diría UN AMIGO) de Corazón a Corazón, del Corazón del Uno en el centro de todos y del Corazón de cada El a cada otro. La Alegría se convierte entonces en una evidencia que sólo pide sentar todo ella, ya que no hay lugar para otra cosa que la Vibración de la Alegría, el Amor, la Luz. Las primicias de la Resurrección, los estigmas de la Ascensión, se viven (ahora y cada día) a cada respiración. Comulgamos e intimamos a lo sumo de cada uno y, cada día, comulgan a lo sumo íntimo de las Estrellas, de los Antiguos, de los Arcángeles y del conjunto de las fuerzas Unificadas en la Unidad. La Alegría es la solución al estruendo de este mundo. La Alegría es la evidencia de la respuesta, a la falta, al miedo, a la separación. Cada uno, debe, a su manera, establecerse, ahora, en la Verdad. El tiempo de La Tierra (o el tiempo colectivo) se sincroniza sobre el tiempo de cada uno, porque cada uno converge hacia la Madre Tierra. El Corazón se abarca. La Alegría es el bálsamo. La Alegría es la única Verdad. Fogata y Fuego del Espíritu sólo hacen Uno. En el que rasgó todos los velos de sus propias ilusiones, como las del mundo, no hay nada que destruir: hay, ahora, que elevar. No hay nada que construir, tampoco. Hay exactamente, simplemente, que aceptar ser esta Comunión y este Fuego. A lo sumo serán numerosos vivir eso (a instalarse en eso), a lo sumo comulgarán a la Nueva Dimensión de La Tierra. Mostrándole su Alegría, dándole a vivir su Amor y su Alegría, mostrando, hasta cierto punto, el visto bueno por el abrasamiento. Entonces, podrá, a su vez (porque es ella que decide, pero ella es sensible a cada uno y a cada una), decidir establecerse en la Alegría. Se establecerá la Nueva Alianza se consumará entonces. Siempre lo hemos dicho, que el Corazón era la respuesta. No hay otra respuesta. Que el Corazón era la Puerta, porque sólo hay una única Puerta. Entonces, nos acercamos siempre a su Conciencia. Estamos, en ustedes, para algunos de entre ustedes y muchos entre ustedes. Lo que viene es Alegría y Comunión. No hay que dudar, en el espacio de la Vibración de lo sagrado, porque en ese momento son llenos y saturados de Alegría. Los espacios y el tiempo de miedo y dudas no existen, simplemente, ya.
Amados Hermanos y Hermanas, permanezcan allí: en estas palabras, en este espacio de Comunión, en este espacio de Alegría y Fuego. Han de decidirse: ¿Quieren ser la Alegría? ¿Quieren ya no dejar manifestarse el miedo y la falta? ¿Quieren realizar y terminar la Verdad de su Conciencia? ¿Quieren seguir la Verdadera Vida? ¿Quieren ser el Templo de Su Presencia? ¿Quieren convertirse en Uno con todos los unos, en Dimensiones donde no existe ningún otro, en las Dimensiones donde no existe exclusión, sombra y sufrimiento? Les tendimos nuestras manos y nuestros Corazones. Realizamos lo que debía realizarse. Realizaron, casi enteramente, lo que debía realizarse, para encontrar la Esencia y la Libertad de su Alegría, de su Ser. Amados del Uno, el tiempo de la Comunión, del conjunto de las Conciencias de La Tierra, vino. ¿Entonces, eso es mañana? ¿Eso es después de mañana? No, es de consecuencia ya que son ustedes quienes deciden y, a partir del momento en que decidieron, el tiempo de La Tierra, para ustedes, no es más una distancia ni una espera. No son ya tributarios del tiempo de La Tierra, no son tributarios de más nada, excepto de su Conciencia. Entonces, que importa el tiempo puesto que se realiza todo, para ustedes. Eso es posible hoy. Muchas Estrellas tocan a la Puerta: a la Puerta del Corazón, por supuesto, y también a la Puerta del Espíritu. Amados hermanos y Hermanas, permanezcan en Silencio y en Comunión, con el fin de comulgar, aún más, cuando nuestros otros Hermanos y Hermanas, aquí y a otra parte, sobre esta Tierra como en toda Dimensión, nos reuniremos, juntos, en el mismo Corazón, en el mismo límite. Preparémonos pues a ser aún más conscientes de la Alegría. Me incorporo a su Corazón pero sin palabras, prosiguiendo la Vibración de la Alegría del Uno, en cada uno y cada una.
Les amo. Les digo hasta en algunos momentos para comulgar, aún más ampliamente, a la Gracia, a la Unidad.
Soy Yo y sobre todo soy Uno, ya que soy ustedes.
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