domingo, 20 de mayo de 2018

La Bolsa que se creyó Pájaro (relato corto)




Cierta bolsa plástica se encontraba tirada sobre una gran piedra al borde de un acantilado, justo al lado de un camino por el cual transitaban subiendo y bajando los ajetreados pobladores que iban y venían del mercado popular haciendo sus compras cotidianas.

De pronto, una ráfaga de viento elevó a la bolsa por las nubes.

-Estoy volando- Exclamó la bolsa.

Subía y subía cual aérea carabela portuguesa, dando vueltas y retorciéndose a capricho del aire que la impulsaba, mientras reía y contemplaba desde lo alto el hermoso valle lleno de vegetación y arboles florales que circundaba llenándose de éxtasis y alegría.

-Estoy volando… soy un pájaro!- Gritaba la bolsa mientras reía.

En eso se acercó un ave, un pájaro precisamente que entonces volaba mucho más alto y exclamó:

-Disculpa querida amiga creí escuchar que decías que eras un pájaro.
Yo soy un pájaro y no te pareces en nada a mí. Los pájaros circulamos a nuestro capricho por los aires sin depender de las rachas del viento y bajamos y subimos cuando queremos. Nos posamos en cualquier sitio e incluso volvemos a tierra para nuevamente elevarnos siempre a nuestro querer y voluntad. Lo siento mi amiga creo que estás realmente equivocada- finalizó mientras batía sus alas raudo en retirada y soltaba una catarata de fuertes gorgogeos agudos rápidos y seguidos, a modo de sonora carcajada.

Entonces la bolsa quedó flotando sola en el cielo, y pasó un rato en el cual el viento se tornó frío, casi gélido… mientras se percataba que no podía hacer más nada que dejar que la brisa la elevara y la llevara a donde esta quisiera sin importar para nada sus deseos. De pronto la bolsa sintió miedo y desolación, y ante la evidencia comenzó a llorar desconsolada, sola allá en lo alto.

-Es cierto, no soy un pájaro… no soy un pájaro…-

De pronto, sus lágrimas fueron acumulándose en el fondo de su cuerpo haciendo que bajara y bajara sin apenas percibirlo, nublada por el llanto y la desesperanza.

Entonces fue cayendo en una ladera repleta de basura acumulada y de otras bolsas que allí se encontraban atrapadas.

Al caer, una de las bolsas derruidas y chamuscadas que se encontraban en las cercanías le gritó:

-Ey tú, no eras la que hace un rato gritabas que eras un pájaro?... Ha Ha Ha Ha Ha… bienvenida a la realidad querida hermana…-

Y un coro de carcajadas se apoderó de aquel lugar lúgubre si acaso frecuentado por alimañas y sobrevolado por zopilotes.

La bolsa recién caída y con mirada entristecida miró hacia abajo secando sus lágrimas y al cabo de un momento respondió:

-Es verdad que solo soy una simple bolsa plástica y mi destino es desintegrarme aquí entre ustedes y la basura. Pero he tenido una vivencia que no ha tenido ninguna de ustedes. Al final siempre seré una bolsa pero he tenido la oportunidad de contemplar el mundo desde lo alto, de sentir la libertad aunque fuera por unos segundos y soñar despierta con la posibilidad de un destino mejor. Ahora me resigno a terminar aquí entre ustedes pero nadie me impedirá soñar con la alegría que viví y eso ya me hace diferente.-

Ha Ha Ha Ha Ha… continuaron las risas…

En eso, de pronto una fuerte corriente de aire fue contra la ladera e hizo remontar de nuevo a nuestra amiga bolsa mientras las demás permanecían pegadas entre la basura y la tierra…

Nuestra amiga se elevó y se elevó llevada por el viento mientras se llenaba con una gran sonrisa renovando su alegría, y se perdió arriba en el cielo, entre las nubes, desapareciendo para siempre y nunca mas volver…

FIN

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