Diciembre 2015
Soy
Gemma Galgani. Hermanas y hermanos presentes en la carne, permítanme en primer
lugar depositar en su corazón el beso del Amor y de la Alegría.
… Silencio …
Soy
con usted y en usted. Vuelvo no para hacer grandes discursos, vengo, por mi
Presencia y su Presencia, para favorecer la instalación de lo nuevo y de lo desconocido.
Vengo, por mi Presencia conjunta al Coro de los Ángeles y al Espíritu del Sol,
para hacer resonar en usted el canto de la Libertad y de la Eternidad.
Estaré
desde ahora en adelante disponible para cada uno de vosotros por La Tierra, con
el fin de hacer bien a su corazón. Llámeme a voluntad, llámeme cuando su
corazón esté pesado. Cuando la Gracia parece alejarse por una razón o por otra,
entonces llámeme. Me revelaré en usted, acercándole a esta Verdad que le parece
a veces posiblemente todavía tan próxima y tan lejana. O entonces que puede
alejarse a la menguante de las imágenes de este mundo y de su vida a veces.
Represento
en usted la esperanza, la certeza del Espíritu, la certeza del indefectible
Amor, la certeza de la Unidad verdadera y magnificada en su carne misma. Soy
Unidad, soy el Espíritu, soy su Estrella, la que brilla en su corazón cuando
todo el resto no es más.
No
vengo esta vez para hablarle a usted de mí, de mi experiencia de vida o de las
funciones que contribuyo despertando, sino vengo para realizar mi Presencia en
usted. Vengo para completar y para afirmar la Vía de la Infancia. Vengo para darle
a usted la fuerza consecutiva a la humildad y a la sencillez, la fuerza del
Amor, la que desde ahora en adelante absolutamente puede todo porque el Amor no
conoce más barreras. De varios modos, muchos entre usted lo viven o lo
perciben.
Vengo
en usted para sonreír en sus labios por el beso del Amor, por la Gracia de María,
a franquear en usted esto que puede ser todavía doble o resistente. Vendo sus
heridas con bálsamo de la Unidad, haciéndole reconocer la potencia del Amor.
Soy
a su disposición. Me junto, en estos momentos, al Arcángel Uriel, el ángel de
la Presencia por supuesto, el ángel de las Reversiones, el ángel del Evangelio de
la Libertad. Vengo pues también para revelar al ángel que está en usted. Soy la
que en usted restaura lo que todavía puede quedar de separado y dividido.
Hágame
llamada, que esto sea en su Canal Mariano, que esto sea por la Estrella o por
la Puerta que corresponda a la Unidad. Soy el paracleto y el Espíritu que se
despiertan de momento en usted totalmente, y a los que es lícito acudir en
algún acontecimiento íntimo o en algún acontecimiento de este mundo.
… Silencio …
Respondo
y responderé, dondequiera que usted sea, a sus demandas. Vengo también para
asistir a su Resurrección. Soy la que viene para estancar la sed de Libertad,
el que le ayuda a vivir en la Luz y por la Luz, y de la Luz. Aporto en usted la
dulzura, tanto en las pruebas de la persona como en la alegría de su corazón.
…
Silencio …
Soy
también la que viene para sostener la Llama de Eternidad que usted es, en
manifestación en la superficie de este mundo. Vengo a hacerle descubrir la
verdad de alimentarse de Amor, de alimentarse de usted mismo. Aporto a sus
orejas el Coro de los Ángeles que resuena cuando el Espíritu se revela
totalmente, cuando el Abrigo Azul de la Gracia le cubre, cuando el corazón se
abrasa y se eleva.
Vengo
en silencio y vengo con fuerza si usted me abre la puerta. Soy así en cierto
modo, en usted, el cimento de la Eternidad. Vengo para aportar el complemento a
sus ojos, el complemento a su mirada y la belleza del Amor vivido en la carne y
en la célula.
… Silencio …
Me
dirigiré íntimamente a cada uno de vosotros, no tanto por palabras sino por
signos localizables, siempre en contacto con la dulzura, el blanco, blancura,
con la belleza y con la alegría.
Yo
ayudo en usted a aligerar lo que puede quedar de pesado, como lo que puede ser
pesado alrededor de usted. La Luz emana de usted y viene para reforzar el
despliegue de la Luz, allí donde sus ojos se llevan, allí donde su mirada se
vuelve.
Soy
el canto de la Libertad en usted. Cuando el Coro de los Ángeles resuena y
levanta su cuerpo y su corazón, vengo a sostenerle de dentro de usted en el
vivido del Amor incondicional.
… Silencio …
Somos,
usted lo sabe, cada vez más manifestadas y manifiestos en usted. Somos, nosotras
Estrellas - y también los Antiguos por supuesto-, cada una de las facetas de su
corazón.
Vengo
también, si esto es necesario, para consolarle, para consolar el corazón efímero
que todavía puede sangrar, y dejar así el corazón eterno y ascensional emerger
de usted.
Llámeme
en el silencio de su corazón. Encuentre un momento, antes de hacerme resonar en
usted, para meditar o rezar, pero en todo caso apartarse de lo que aparece bajo
sus sentidos, colocándose en el corazón o en el corazón del Corazón y allí,
llámeme. Hágalo. No crea sobre todo en eso, sino vívalo. Usted será la prueba
viva, dondequiera que usted sea.
A
menudo le ha sido dicho no preocuparse de otra cosa que de la Luz. Afirme su
Libertad interior antes de que ésta aparezca en plena luz, en el momento del
Acontecimiento.
Haga
cantar la Verdad en usted y la Verdad barrerá todo lo que no es verdadero.
Soy
también el aire y el movimiento, el movimiento de la Gracia en despliegue. El
Aire, el soplo del Espíritu, el que le arrebata en el éxtasis y en la beatitud.
Le
ayudo pues, por mi resonancia interior a usted, a ponerle en la desnudez del
Amor absoluto de su propia conciencia. Así, usted tendrá la prueba de la potencia
del Amor en estos tiempos. No solamente en su ser interior sino también en las
circunstancias donde esto es necesario.
Vengo
a invitarle también a dejar expresarse la verdad de la Gracia. Qué esto se
exprese por palabras, por gestos de intención, por sus ojos, por su mirada o
por sus labios y por este brillo, esta irradiación, que saca tanto de usted como
de mí.
Vengo
para facilitar su escucha y su armonía, la escucha y la armonía del canto de la
Verdad, del canto del Espíritu en usted.
Asisto
a su propio parto o Resurrección. Facilito este Paso también. Esto no le pide
ningún esfuerzo, ni algún esfuerzo para mí porque los tiempos de la Gracia
hacen muy fácil, para el Amor, y difícil para lo que no es el Amor.
Puedo
venir también a ayudarle a vivir el silencio, la antecámara del Verbo. Vengo a ayudarle
a colocarse con el fin de tener el impulso suficiente para su Resurrección. Me
le dirijo en la Verdad, me dirijo a su corazón y a la Luz que usted es.
… Silencio …
Mis
palabras se hacen ahora raras, allí en este instante, porque mi silencio lleva
hasta usted la realidad de mi Presencia y la verdad de nuestro Amor. En su
silencio y en mi silencio reconozco en cada uno de vosotros a mi Amado, mi
Esposo. Le invito por supuesto a vivir y a ver la misma cosa, no por una
decisión de su cabeza o por una proyección cualquiera que sea sino bien como la
realidad de su corazón en este instante. Usted que escucha, usted que me lee,
vengo a invitarle al reinado del Amor y al reinado de la Luz, que reinan y
alumbran en la Eternidad.
Mi
corazón que arde de Alegría se hace su corazón que arde de Alegría, es
alimentado por el Abrigo Azul de la Gracia y por sus encuentros, dondequiera
que sean.
Al
tiempo cuando la Luz se hace urgente en su vida, en su mundo, no tenga prisa
nunca más. Instálese totalmente en la plenitud de la Gracia, de la Luz y de la
Verdad. No vacile en nada en el amor de la Verdad.
Vengo
para consumir también todo lo que puede quedar de fragmentado y de dividido en
usted y en su mundo. Vengo a invitarle también a rogar, no por la oración
estéril que se repite sino por la oración silenciosa del corazón que es un
agradecimiento perpetuo para la gracia de la Vida y de la Luz, y de su propia Resurrección.
… Silencio …
Vengo
a sostenerle para cumplir el tiempo que se cumplió.
Vengo
también a relevarle, si usted imagina que usted cae, pero nada otro cae que lo
que es falso: usted, no puede caer. Dondequiera que usted sea, es la Libertad
que usted escogió. Aunque esto todavía no es evidente para usted, usted lo verá
claramente.
El
Acontecimiento del que le hablamos no es solo la aparición de una estrella o la
Llamada de María sino es un signo reconocible por todos, que vendrá percutirle
por la dulzura del Amor.
Vengo
también a invitarle a hacer derribar todas las barreras que todavía pueden
quedar en este mundo. No por una acción contraria a la Unidad sino como la
manifestación concreta de la Unidad y la Alegría. Cada minuto de su vida desde
ahora en adelante es una ocasión única y repetida de crecer en la Verdad, de
crecer en el Amor que siempre fue allí.
La
Unidad y la Libertad son sinónimas. Unidad y Amor son de la misma naturaleza.
Usted lo sabe hasta lo más profundo de su intimidad, porque en las relaciones íntimas
que no conocí, es evidente que hay, como cuando me casé al Cristo, el momento
cuando se hace los dos uno. Pero esto dos que se hace uno simplemente no es una
experiencia que necesita de reproducirse para satisfacer lo que sea, es una
evidencia que se instala en usted y que no le necesita.
Allí,
en este instante, que usted escucha o que usted lee, hay la misma capacidad de
vivir todo lo que digo y expreso, porque es el Verbo verdadero y porque es el
momento. Aliméntese de lo que usted es en Eternidad, allí es el único alimento
agradable para el cuerpo como agradable para la conciencia.
… Silencio …
No
hay otra alternativa que vivir lo que tiene que atravesar. No hay mirada atrás,
no hay más pasado. Todos los acontecimientos de La Tierra le devuelven
ineluctablemente a sí mismo. Todo es ocasión y pretexto, sin ninguna excepción,
para dejar aumentar su llama en la manifestación, en este mundo como en el
mundo nuevo que será el suyo para cada uno de vosotros.
… Silencio …
Recuerde
por fin estas palabras que son más que nunca de actualidad, y que el Comendador
le pronunció tanto: la mariposa está a punto de volar, olvidando todo lo que
viene de la oruga que sin embargo existió. Lo mismo ocurre en su Resurrección.
Usted
es la Vía, la Verdad y la Vida como lo fue; cada uno de vosotros. Siendo la
Vía, la Verdad y la Vida, cuál espacio puede quedar para alguna duda que sea o
alguna incomprensión que sea?. El Espíritu del Sol viene para borrar lo que no
tiene sitio en el seno del Amor. Le incumbe decir "sí" con el fin de
atravesar en toda paz mental lo que usted tiene que atravesar.
… Silencio …
Permanezca
el corazón ligero, estoy en usted para esto. Soy la parcela de su corazón que
está en resonancia con todas las demás parcelas, porque la Unidad, es la ley del
Uno, es la ley del Amor que no sufre ninguna otra ley. Porque es la única ley
verdadera que no tiene que ser redactada, que no tiene que haber sido
interpretada.
Escuche
el silencio del corazón que ascensiona en el Amor. ¿No es esto todo lo que es
necesario y suficiente, pasando incluso las palabras más suaves como un
alboroto innecesario?
La
Unidad le llama. La Luz, en su Inteligencia, lo organiza. Así aumenta la
Alegría, a cada instante y a cada minuto que pasa, cada vez más evidente. Tal
es la acción del Abrigo Azul de la Gracia, tal es la acción de lo que usted es,
sobre usted y sobre su mundo que se lo recuerdo, fue hace mucho tiempo el
nuestro, nosotras también, Estrellas. Todas conocimos, cualquiera que hubiere
sido nuestro destino, la misma dosis de sufrimiento, la misma dosis de falta,
la misma dosis de incomprensión. La Unidad, el Amor, el Cristo, lo Absoluto
como usted dice, es la última comprensión, la que derriba todos los castillos
de naipes construidos por el mental y por la persona misma.
… Silencio …
Mis
hermanas y hermanos, Amor.
… Silencio …
Pronto
todas nuestras palabras, todos nuestros discursos no necesitarán más ser
pronunciados. Cantarán espontáneamente dentro de su corazón. Entonces ustedes
tendrán la certeza de que ustedes se revelaron a sí mismos. Ustedes verán
realmente y concretamente sólo el Amor y solamente el Amor.
… Silencio …
Entonces
sí, prepárense, porque todo está listo ahora. Todo está allí.
Bendigo
a cada uno de vosotros, porque ustedes son bendecidos, y en el silencio de
nuestros corazones unificados y reunificados, no hay más distancia, no hay más
necesidad de palabras. El Verbo y la Evidencia cantan en ustedes, naturalmente
y espontáneamente.
… Silencio …
Entonces
le quiero y le bendigo, y le pido a cada uno Amor y bendición. No vea allí una
necesidad cualquiera sino bien la realidad de lo que es la Vida: una bendición
permanente.
Olvide
mis palabras y retenga su Presencia y mi Presencia reunidas en el mismo presente.
… Silencio …
Hermanas
y hermanos muy queridos de La Tierra, doy gracias a su Amor y a su bendición
porque la vida es una bendición permanente, cuando no es más amputada o no
encerrada.
… Silencio …
Qué
la Paz, el Amor y la Verdad sean para siempre su Morada de vida, dondequiera
que usted sea, quienquiera que usted sea. Le abrazo en el beso del corazón. Gemma
le saluda y queda en usted.
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