miércoles, 15 de noviembre de 2017

MARÍA



12 noviembre 2017

Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra. Os saludo a todos, hijos míos y os propongo en primer lugar, después de agradeceros vuestra presencia, vuestra escucha o vuestra lectura, que os instaléis conmigo en el silencio y en la evidencia de la Paz, en el Corazón del Corazón, ahí donde todo es felicidad. Al mismo tiempo, permitidme depositar sobre vuestros hombros, el Manto Azul de la Gracia.

…Silencio…

Mis hijos bien amados, rindo gracia a vuestra acogida y a vuestro corazón.

…Silencio…

Vengo a deciros que estéis listos. No tenéis que preparar nada, solo estar ahí, en la acogida y en la humildad.

En lo que está sucediendo en la Tierra, desde la fecha mencionada del 5 de noviembre del año 2017, se produce en vuestro corazón la reunión del Cielo y de la tierra, haciéndoos ver y vivir la felicidad del Corazón, ahí donde la evidencia prevalece sobre cualquier pregunta o cuestionamiento, ahí donde os convertís en la Vida, más que en vuestra vida, ahí donde la Eternidad despliega su majestad dentro de vuestro efímero, para conduciros a más lucidez, más comodidad si no hay resistencia a la recepción de los que sois.

Preparaos para ser la Verdad, estad listos para estos momentos tanto tiempo esperados, temidos o anhelados. Continuad viviendo vuestra vida y enfrentaos a este mundo, de la forma más natural, confiando únicamente en la Inteligencia de la Luz, la que no requiere esfuerzo o dudas, ahí donde todo aparece y es realmente obvio y simple.

La Vida os propone, a cada uno de vosotros, esta Verdad al mismo tiempo que algunos retos, que os llevan a ver la verdad de vuestro personaje efímero y la Verdad eterna de la Luz que sois, en el curso de este encuentro que se vive ahora, en el que desaparece todo lo pasajero ante la verdad indescriptible, donde no hay fatiga, sufrimiento o dudas.

Hijos míos, preparaos cada uno a vuestro ritmo, de la manera más adecuada para que estéis listos; estáis preparados por la Luz y no por vosotros mismos.  Y así, sois cada vez más, los que vivís el sacrificio que os lleva a la coronación de vuestra eternidad, a su revelación plena y entera, dentro incluso de vuestra conciencia habitual. Me gustaría sobre todo que recordarais que no se requiere ningún esfuerzo, que solo hay que estar totalmente presentes en vuestra vida y, especialmente presentes a vosotros mismos, a vuestra eternidad. Si adoptáis esta conducta que no necesita ni técnicas ni conocimientos previos, entonces surgirá la evidencia en cada una de vuestras acciones, en cada uno de vuestros límites, en la superficie de este mundo, sean cuales sean los acontecimientos que os afectan y que solo son pasajeros.

La abundancia de la Luz, la abundancia de la Verdad os lleva a daros cuenta, en vuestro propio mundo, de que todo lo que estaba escondido, oculto y sucio, sale a la Luz, no para juzgarlo, no para condenarlo sino para que sea lavado en la sangre de la inocencia, en la sangre del Cordero y en la sangre de la Verdad.

No os preocupéis de lo que pasa y se desvanece, volved vuestra mirada únicamente sobre lo que está ocurriendo en el interior de vuestro pecho. Aunque para vuestro personaje no suceda nada, el simple hecho de tornar hacia vuestro interior, más allá de toda técnica, por el pensamiento simplemente, os conducirá a descubrir, estad seguros si no ha sucedido ya, la joya de la Eternidad en el Corazón del Corazón. Desde ahora, no necesitáis energía ni vibraciones, ni condiciones ni ascetismo, simplemente ser verdaderos, ser sinceros, no fingir nada, dejar que se desarrolle la Vida tal y como se os presenta para experimentar e instalar la ligereza del ser, la ligereza del Amor. Es esa vuestra responsabilidad y revela también vuestra autonomía.

 Recordad que esto se volverá cada día más sencillo para el que lo acoge y cada vez más delicado para el que se opone o el que se aferra a lo efímero. No hay otra opción, no hay otra forma de acoger la Verdad. Sean cuales sean vuestros rechazos, vuestros enojos o vuestras negociaciones, eso no cambiará nada lo que es. Recordad que nada tiene que evolucionar en estos tiempos, que no hay nada a transformar por vosotros mismos, sino únicamente acoger, siempre más, con mayor intensidad, más Presencia, más majestad, la Luz que sois.

En el momento en el que el cuerpo de Eternidad se manifieste a vuestras percepciones, a vuestra experiencia, dejad que eso suceda, no os opongáis a ninguna circunstancia efímera, sino privilegiad la Alegría que no depende de ninguna causa ni de ninguna circunstancia de vuestro efímero. Todo lo que sucede en este período a cada uno de vosotros, hijos míos, es solo el resultado de la acción de la Luz y no de vuestras acciones. Lo aceptéis o no lo aceptéis, eso no cambiará nada; os invito simplemente a volver vuestra conciencia al interior para que encontréis la Eternidad y sobre todo lo que es, lo que os llevará a concienciar de dónde procede vuestra conciencia, sea cual sea la fuente, sean cuales sean los principios, sean cuales sean sus efectos.

Como sabéis desde hace muchos meses, de hecho, desde el comienzo de la Ascensión de la Tierra, nuestras naves se mantienen cerca de la Tierra, invisibles a vuestros ojos porque están estacionadas en la Quinta dimensión, que ahora está en vuestros cielos. Y cuando digo “en vuestros cielos”, no se trata de un espacio lejano, sino un especio muy próximo a vuestra realidad y estamos esperando, como vosotros, el signo del cielo y el canto de la Tierra. Así que alegraos ante cualquier circunstancia que tengáis que vivir dentro de vuestro personaje o de vuestra historia, mantened solo el Amor y dejadlo emanar de vosotros, dejadlo ser en todo su esplendor y en su evidencia.

Independientemente de lo que hayáis experimentado hasta ahora, eso solo ha representado estratos intermedios, que os han dirigido siempre a más lucidez para haceros acoger la evidencia bruta y desnuda de lo que es la Vida, de lo que es el Amor, no según vuestros marcos de referencia o vuestras experiencias, sino ese Amor desconocido que no depende ni de circunstancias, ni de condiciones y que se revela a través de vuestro personaje, de forma, por lo que sé y veo, cada vez más sensible en un número mayor de vosotros.

En cuanto a aquellos de mis hijos que todavía no viven esto, humildemente os pido que no busquéis, sino que simplemente volváis vuestra conciencia a ese lugar preciso de vuestro cuerpo efímero para revelarlo, para dejarlo emanar de vosotros sin obstaculizar y sin renuncia.

Como ya os hemos dicho, es el tiempo de la Alegría, es el tiempo de la Paz. Cualquiera que sea la guerra de este mundo, contra él mismo finalmente, vuestra mayor seguridad y vuestra mejor ayuda, será y es ya, vuestro Corazón. Frente a cualquier circunstancia, la Alegría, el Fuego Ígneo, será capaz de transmutar, por su Inteligencia y su Verdad, lo que debe ser; no por ningún esfuerzo, repito, de vuestra voluntad ni por cierta postura especial, sino por esa noción de acogida, de silencio, ahí donde el Verbo puede aflorar en vosotros, al nivel del pecho y en definitiva, sobre todo vuestro efímero.

Evidentemente, esta alquimia terminal que se produce en vosotros, ocasiona ciertos síntomas, ciertos signos. Algunos de ellos han sido mencionados por otros intervinientes; solo quiero hablaros de lo esencial que no concierne en nada a esos signos y a esos síntomas que solo son ajustes muy finos de vuestra Presencia eterna en este mundo.

Mi Llamada está lista para sonar; podría decir que todos los requisitos están en su lugar y os van a aparecer cada día, de una forma u otra, más obvios y a veces sorprendentes. Pero el Corazón es vuestro salvoconducto y vuestro baluarte contra toda ilusión y contra todo engaño porque en el Corazón, no puede existir ninguna oposición, ninguna resistencia, tanto en vosotros como en este mundo, en el aspecto que sea. Ahí está la invencibilidad de la Eternidad, ahí está la Alegría eterna que muchos de vosotros vivís de manera cada vez más flagrante.

No he venido a anunciaros nada que haya sido anunciado y preparado; vengo simplemente, por mi presencia, a ser un estímulo para que se desvele totalmente la Verdad, que no depende, os lo recuerdo, de ningún conocimiento de este mundo, de ninguna historia ni de ningún sentimiento, ahí donde la evidencia del Corazón del Corazón no sufre ninguna contestación interior o exterior. Os invito a la facilidad y a la ligereza porque eso se os ofrece en abundancia a cada uno de vosotros, cualquiera que haya sido vuestro rol en este mundo, tanto si habéis sido hijos de la Luz, como si os habéis opuesto a la realidad de la Luz. No hay diferencia. Como Madre, no distingo entre mi primer hijo y el último de mis hijos, porque es él el que más me necesita.

Todos los aquí presentes, los que me escucháis o leéis, tenéis la oportunidad de sentir o experimentar de diferentes maneras, el contacto con mi Presencia o con mis hermanas. No necesitáis pruebas, si no es la de la Eternidad que está presente ahora sobre la pantalla de vuestra conciencia, presente en vuestro Corazón.

He venido a través de mi Presencia, para alentaros a que dejéis lo que sea para que solo queráis volver vuestra conciencia al centro de vuestro pecho sin buscar nada, sin pedir nada, estando simplemente presentes en vosotros mismos y dejando este Corazón Ígneo manifestarse en vuestra conciencia, más allá de lo que llamáis “energía” o “vibraciones”. Y así, estaréis liberados de las cadenas de este mundo, antes incluso de mi Llamada.

Este es, yo diría, el mejor lugar de vuestra vida, es decir, estar en la confianza, en esta conciencia vuelta hacia el Corazón del Corazón, ignorando todos los retos de este mundo para que la facilidad y la evidencia tomen el relevo completo y total de vuestra voluntad personal e incluso el control completo y total de todas las experiencias que se han vivido hasta hoy y que os han permitido acercaros a este umbral. Porque lo que os aparece como un umbral, no lo es; os queda a muchos de vosotros, aunque sé que es cada vez más fácil, os queda atreveros a superar los límites de la forma, del especio y del tiempo, para descubriros en verdad, más allá del tiempo, del espacio y de cualquier forma, cuando lo que algunos Ancianos han llamado el Absoluto o la Infinita Presencia, se traduzcan por la conciencia pura y la conciencia de felicidad, y os lleven también, como sabéis los que lo habéis experimentado, a la fuente de la misma conciencia que sois en verdad.

Vengo también a invitaros a que huyáis, lo más posible, del bullicio del mundo, del alboroto de las discusiones estériles que afectan a las personas e historias de este mundo. En cualquier actividad que tengáis que dirigir, encontrad el silencio, el recogimiento y dejad ser, a la Alegría que se magnificará y transformará todo lo que es necesario para cada uno de vosotros, en las circunstancias mismas de la vida efímera. Entonces, no juzguéis, pase lo que pase. Ver vuestro Corazón y volver vuestra conciencia hacia el Corazón, os hará asumir y aceptar lo que a veces puede todavía, a algunos de vosotros, pareceros inaceptable o doloroso.

Ahora es cuando debéis daros cuenta de lo que es importante dentro de vuestra Libertad. ¿Es la forma?, ¿son las historias?, ¿son los escenarios del mundo?, ¿o es principalmente esta alegría de la Libertad? Esa elección que no lo es, es simplemente el resultado de dónde estáis posicionados y no de las circunstancias exteriores, ni de un karma o de una situación familiar. Es el momento de estar a solas, y ese “estar a solas” es donde descubriréis que nunca hay soledad, que todo está incluido y que todo está presente. Pero, para eso, debéis acallar el bullicio de vuestra cabeza y no estar sometido al bullicio del mundo a través de sus mentiras, pero también a través de vuestras peregrinaciones en la tierra, como os ha anunciado el Comendador para este mes de noviembre.

De vuestro emplazamiento y de vuestra lucidez, en estos tiempos que se van a vivir, surgirá vuestra facilidad para responder a mi Llamada y para instalaros dentro de la resurrección de la felicidad. Sé perfectamente que algunos de mis hijos ven eso con otra mirada, considerando los acontecimientos de este mundo y los eventos interiores, como una pérdida, pero no se pierde nada en comparación, si eso puede compararse y es difícil, con la verdadera libertad.

No quiero sobrecargar hoy el discurso, sino simplemente volveros a invitar de manera intensa a rendiros a la evidencia, a capitular ante la Verdad que sois, para estar alimentados en la Fuente de Cristal y no ya por las imágenes de este mundo con sus relaciones e informaciones, no para suprimirlas o ignorarlas, sino para magnificarlas e inscribirlas en la verdad del Corazón y no en la verdad de la persona.

Por tanto, os invito a todos vosotros, hijos míos, en estas semanas intensas que se abren en este mes de noviembre, a que realicéis esto. Esta realización, os repito, no requiere esfuerzo, es un relajo, un abandono; abandono de la voluntad personal, abandono de todo escenario, abandono de toda proyección, abandono de todo deseo. No tenéis que luchar, no tenéis que presionaros porque la Luz está ahí precisamente, en el Corazón del Corazón, total e íntegramente. En eso no hay esfuerzo, en eso no hay trabajo ni comprensión previa porque es un mecanismo de la conciencia pura que no responde a nada que venga de la persona, que no responde a nada que venga de las circunstancias de este mundo o de vuestra vida, pero que responde simplemente a la resonancia de vuestro corazón.

Si eso no se ha producido todavía en vosotros, os pido que atesoréis esta información en vosotros. Ahora, cada día que pasa, veréis el acercamiento inevitable a la Verdad, en cualquier postura que sostengáis, en cualquier sufrimiento que tengáis o en cualquier creencia que poseáis todavía. En el Corazón del Corazón no hay espacio para ninguna creencia, no hay lugar para ningún escenario porque todos los escenarios están incluidos ahí y porque solo hay lugar para lo que es bello, para lo que es verdadero y para lo que nunca puede morir o ser modificado: lo que sois más allá de toda forma y de toda conciencia, aunque fuese la más pura, la más perfecta.

El Amor es vuestro salvoconducto, que os llevará a amar sin distinción, sin hacer separaciones, no porque lo hayáis elegido, sino porque será obvio, y encontraréis, si no ha ocurrido ya, que no podréis privilegiar una intensidad de amor dada, a ciertos vínculos existentes en este mundo, sino que ese amor será igual hacia cada presencia, hacia cada animal, hacia cada planta, hacia cada enemigo de la Luz que todavía no la ha reconocido, lo que pondrá fin a cualquier inclinación al juicio, a la separación, a la reivindicación personal, en el ámbito que sea. Por eso el Corazón es la evidencia misma, que hoy solo pide estar presente en cada uno de vosotros.

Hace mucho tiempo que los Ancianos y otros, os hablaron de una serie de principios. Independientemente de los nombres que os aportaron en función de su cultura o de sus experiencias, hoy eso es más simple porque vuestra conciencia, aunque no lo sepáis todavía y no lo viváis, encuentra dentro de este mundo, su libertad inicial y primera. Pero para eso debéis detener, de una manera u otra, estar cautivados por este mundo, por vuestras relaciones, por vuestras experiencias. Debéis ir más allá de todas las experiencias que os han permitido acercaros a esto para ser esto. Eso no significa que pongáis fin a todas las experiencias, sino que cambiéis el orden de sus prioridades. Realmente, ¿qué es más importante para vosotros?, ¿es el hecho de ser visto en este mundo como personaje?, ¿es el hecho de protegeros de cualquier necesidad?, ¿o mejor confiar y aceptar la totalidad de la Luz, mostrando así, la realidad de vuestro sacrificio y de vuestra resurrección? A partir de ahora, cada día que pasa, os enfrentaréis a esta verdad desnuda, sin tener posibilidad de negociación o evasión.

Y recordad que, si no vivís todavía, lo que se os ha prometido de una manera formal y evidente en este mundo, antes incluso de mi Llamada, que es el Amor incondicionado, esta Alegría, esta felicidad, podéis apoyaros ampliamente, si queréis, en las Teofanías, especialmente realizadas conmigo porque yo estoy en todos mis hijos, tanto si lo percibís como si no; eso no cambia nada. Ahora, no hay ningún límite a mi percepción por vosotros en la Tierra, por el emplazamiento en el que estoy con mis hermanas Estrellas, con las naves de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres.

Pero recordad que vuestro orden de prioridades debe cambiar. El Comendador de los Ancianos os dijo hace algunos años, que pusierais el Amor delante, a la izquierda, a la derecha y por todas partes. Hoy, no necesitáis ponerlo, ya está ahí, se hace solo desde el instante en que soltáis vuestras últimas certezas, vuestras últimas creencias, vuestros últimos hábitos y vuestras últimas resistencias. A partir de ahora, los que estáis más próximos al Corazón del Corazón, no tenéis que buscar ninguna causalidad ni ningún obstáculo porque no los hay. Solo hay que ser y dejar ser lo que es, porque eso es evidente si acogéis, si aceptáis esta eventualidad sin reclamar nada para vuestro personaje, simplemente la verdad de la Luz, la verdad del Amor y la verdad de vuestra belleza, más allá de toda forma, de toda apariencia en el mundo que sea y del origen estelar que sea.

La gran Obra alquímica está, en efecto, completada desde el 8 de marzo del 2017 y se terminará al finalizar su gestación, más o menos en esa fecha. No puede haber más demoras suplementarias, solo puede haber gracias en abundancia, y esas gracias no dependen de ninguna historia, ni incluso hoy, de ninguna vibración ni de ninguna Corona, activada o no, de ninguna Onda de Vida, de ningún Canal Marial. Desde ahora, solo dependen del movimiento de regreso de vuestra conciencia al Corazón y eso es todo. ¿Qué puede ser más fácil que volver vuestra conciencia y vuestros pensamientos incluso, si queréis, y vuestras emociones si las hay todavía, simplemente sobre ese lugar donde está vuestro Corazón Ígneo, dónde está la Eternidad?

Como os dijo mi Hijo, no os preocupéis por nada más, porque todo se os dará con creces, no lo que deseáis o deseéis, o proyectéis, sino lo que es útil, necesario y fundamental para vivir lo que tenéis que vivir. Como sabéis, no hay ningún castigo, ninguna condena; la Luz no castiga nunca. Y cuando os hablamos de combate, no se trata de un combate en el sentido en que lo entendéis, tal y como lo percibís o vivís en ciertas circunstancias de vuestra vida efímera, porque incluso en nuestros planos, este combate no es más que dejar ser la Presencia frente a todo adversario. Es el único combate que conoce la Luz. Incluso la espada de Mikaël que viene a cortar, y en este momento de manera muy intensa, los últimos hábitos y las últimas andanzas, no es un combate. La apariencia de combate concierne al ego y al orgullo espiritual, porque se trata, en definitiva, de una liberación donde nada se puede perder, donde nada se puede aniquilar, excepto lo que es falso y lo que es pasajero. Vosotros no estáis afectados por eso.

Independientemente de la intensidad de los acontecimientos en la zona del mundo en la que os encontréis, aceptad que estáis en el mejor lugar, pase lo que pase a vuestro cuerpo, sean cuales sean vuestras actividades, sea cual sea vuestra región o vuestro país, porque estáis en el lugar correcto para ser la Luz en el caos. Ese caos solo concierne a la persona y a las ilusiones y, por otra parte, a medida que ese caos os aparezca sobre la pantalla de este mundo, más fácilmente constataréis que la Paz y la Alegría se instalan, no como una satisfacción de ver algo que se destruye sino de algo que se desvanece para dejar sitio a la majestad y a la Verdad.

Os animo también a que seáis cada vez más humildes, con vosotros mismos, ante todo; todo lo que se revela en vosotros, relativo tanto a las resistencias, como a las faltas, así como a las enfermedades, volveos hacia vuestro corazón, sed indulgentes con vosotros mismos, de la misma forma que debéis ser indulgentes con todos y cada uno, aunque estén en oposición a la Luz, aunque representen la sombra, porque han llegado los tiempos del reino de la Luz donde no hay lugar para ninguna oposición.

Estad presentes en vosotros mismos, sed espontáneos porque, cuanto más espontáneos seáis, más podrá hablar el corazón y más podrá aparecer la Verdad. Por supuesto, frente a ciertas circunstancias, puede que os dejéis llevar por la reflexión, la cavilación, la comprensión, pero eso ya no puede ser un comportamiento normal ante la intensidad del Amor.

Este aprendizaje, este descubrimiento, independientemente del tiempo reducido que resta hasta mi Llamada, son una oportunidad más de vivir mi Llamada y los 132 días que seguirán, en la Gracia más perfecta y en la Verdad más auténtica. Sed humildes y dulces. Recordad que no hay nada ni nadie que combatir, ni en vosotros ni en vuestro exterior. Desde ahora, solo hay que dejar que aparezca la Luz, dejar que vuestro cuerpo de Eternidad tome el relevo de vuestro cuerpo físico y dejar que la supraconciencia, la fuente de la conciencia, tome el relevo de vuestra conciencia porque es también lo que sois, aunque no os hayáis reconocido totalmente, todavía.

Así pues, os invito también, dentro de vuestras tareas, sean las que sean, a que vayáis siempre hacia más ligereza, no con pereza como se ha dicho, sino con fantasía, porque la espontaneidad es una fantasía que no está coloreada por ningún momento del pasado ni por ningún personaje ni por buscar un objetivo. Sed espontáneos porque así sois verdaderos.

Sed justos, no por reflexión, sino por ecuanimidad de vuestro comportamiento frente a cada situación como a cada ser, tanto el más amado o el más cercano a vosotros, como el más alejado y el más opuesto a la Luz, lo que os llevará a daros cuenta de que no podéis discriminar en el Amor, que solo podéis orientarlo, pero que eso es natural como el sol que da los mismos rayos a todos sin tener en cuenta ninguna condición, ninguna voluntad o ninguna mezquindad. Es así como vosotros os confirmáis en la Libertad, sean cuales sean, las apariencias de este mundo, de vuestro cuerpo, de vuestra forma y de vuestras relaciones.

No os dejéis atrapar por el sufrimiento, ni por la necesidad de comprender, dejad ser, lo que solo pide ser totalmente. Y recordad, una vez más, que no hay ningún esfuerzo que hacer, que solo hay que volverse hacia el Corazón, porque vuestro pensamiento es suficiente para llevar la conciencia ordinaria, es suficiente para superar los obstáculos que estaban todavía presentes cuando las Coronas no estaban activas de ninguna manera, cuando no teníais el sentimiento ni la percepción de la energía o de la vibración, ni incluso el acceso a cualquier experiencia dentro de la naturaleza.

Así pues, me dirijo hoy prioritariamente, a aquellos de mis hijos que no viven nada, que están angustiados. Quiero tranquilizaros porque os desviasteis de todas las etapas intermedias, los anexos y accesorios, en los que su única finalidad era esta desnudez. Entonces, alegraos, hijos míos, los que no habéis experimentado nada, no habéis sentido nada, no os habéis fiado de nada; volveos hacia vosotros mismos, simplemente, y dejad ser. Esto no ha sido nunca tan fácil como hoy, porque lo que sois, y lo sabéis, es contagioso; porque cada hermano, cada hijo que se eleva, que se despierta y se eleva dentro de su corazón, resuena sobre todos. Dentro de este mundo, en el que todo estaba dividido y separado, el trabajo de la Luz ha reunificado lo que debía ser, permitiendo así que no se dude más de la verdad del Amor y que no dudéis más de lo que sois más allá de la forma que habitáis, más allá de este mundo y más allá de toda dimensión.

Alegraos porque no tenéis nada que hacer. Solo tenéis que vivir la vida que la Vida os ofrece vivir. Solo tenéis que ser amables, sonreír en cada circunstancia. No os fijéis en las apariencias, no os fijéis en el sufrimiento que sea porque detrás del más grande se los sufrimientos, está la Alegría siempre, debido a este período. Nada persistirá en el tiempo; todo será deslumbrante desde el momento en que a nivel individual hayáis dejado ir a vuestro sufrimiento, cuando hayáis aceptado ignorar y volveros hacia la Verdad que os liberará de ese sufrimiento y no con una intención personal ni con cualquier vibración.

Así que os pido que verifiquéis por vosotros mismos, el milagro de la Vida permanente y los milagros incesantes que vuestra vida cotidiana os ofrecerá desde el instante que hayáis dicho “sí”, un “sí” incondicional a vuestra crucifixión y a vuestra resurrección.

Lo que creáis perder, os aparecerá entonces como algo fútil y poca cosa en relación con la intensidad de la verdad. Descubriendo esto, si no lo habéis experimentado, nada más será importante como antes, nada podrá desestabilizar o entrenaros para uniros a este mundo de una manera u otra. Así, vuestra libertad interior que se ha vivido, por algunos de vosotros, se transformará en una libertad corta para aquellos de vosotros que no habéis experimentado nada todavía, porque los últimos serán los primeros.

Simplificad todo, no tratéis de oponeros a nadie, a ninguna circunstancia. Buscar la Luz que está en vosotros quiere decir simplemente, desde ahora, dejar que Luz venga a vosotros, volviendo vuestro pensamiento, vuestra conciencia, sobre el Corazón del Corazón, que hemos desarrollado con creces, hace más de un año.

Muchos de vosotros que percibís, durante vuestras noches o en algunas meditaciones, al Arcángel Mikaël, sabed que incluso en el silencio de su Presencia, él ha venido a cortar o vendrá a cortar en el momento en que volváis vuestra conciencia hacia el Corazón, vuestro pensamiento hacia el Corazón, sin conceptualizar nada, sin imaginar nada, sin sentir nada. Simplemente, por esta evidencia, Mikaël cortará los últimos apegos, los últimos fragmentos de vínculos que puedan todavía parecer ocultar la Verdad.

Muchos de vosotros desde hace muchos años, han sido contactados por mis hermanas Estrellas o por mí misma, de diferentes formas también. Hoy, no es necesario aparecer, tanto en vuestro Canal Marial como en vuestro corazón, porque yo soy vosotros, y esto, en totalidad. Esto ¿qué quiere decir? Esto quiere decir que cada uno de vosotros, independientemente de vuestro emplazamiento hoy, es digno de dejar aparecer mi Amor, que es lo que sois, cada uno de vosotros, sin condiciones previas, sin preparación, sin objetivos; simplemente por este mecanismo.

El Amor os ha encontrado; la Eternidad entra en manifestación, la veis por todas partes alrededor de vosotros, traduciéndose en una iluminación de lo que estaba escondido, ocultado, disimulado, tanto en vosotros como en vuestras relaciones, en el mundo, en toda la sociedad, poniendo al desnudo el ego y sus vicisitudes, sus necesidades y sus codicias que solo están vinculadas al miedo. Porque, como sabéis, en el Amor de vuestro Corazón, no existe el miedo y, por lo mismo, no puede existir el ego ni incluso el Sí o el orgullo espiritual. No hay calificativos, solo la verdad y la belleza del Corazón que suplanta todo lo demás sin excepción.

Depende de vosotros vivirlo, depende de vosotros, verificarlo. No creáis mis palabras, no creáis nada más porque creer no os sirve de nada, ni siquiera en creer en nosotros. Es el momento en que todas las esperanzas, todos los proyectos, todos los temores, todas las historias, cesan al fin, para precipitar mi Llamada y para precipitar como sabéis, la aparición real y permanente de Nibiru en vuestros cielos.

No hay otras condiciones previas, no hay otros desarrollos para vivir esta Eternidad. Todo lo demás se desvanecerá por sí mismo, desde el momento en que aceptéis vuestra vida en su totalidad, pase lo que pase, pero ya no será vuestra persona la que guíe vuestra vida, sino la Inteligencia de la Luz que sois, y eso no representa una diferencia sino algo diametralmente opuesto en todos los sentidos del término, que os hará que no volváis a estar afectados ni perturbados, tanto en vuestro cuerpo como en las circunstancias de vuestras relaciones y de vuestro mundo.

Y desde ahora, cada día que pasa, sea cual sea el alboroto y el caos del mundo, que se intensificará de manera importante y final, os concienciaréis de que no tenéis absolutamente nada que temer ni esperar porque os habéis encontrado. Cualquiera que sea el devenir y el futuro de este cuerpo y de vuestro entorno, no representa nada desde el instante en que os habéis encontrado, lo que viene a asentar vuestra responsabilidad frente a lo que vais a vivir cuando la Vida os viva, pero sin beneficio personal o sin traer de vuelta a algo o a nadie, respetando la libertad de todos, porque el Amor es Libertad, aunque no se haya reconocido.

A partir de ahí, solo estaréis en la Alegría, solo os alimentaréis de esta Alegría realmente y el mundo entero también se alimentará de ella. No necesitáis palabras, ni siquiera necesitáis energía, vibraciones, chakras, nuevos cuerpos, porque el cuerpo de Eternidad está aquí, ha tomado el relevo y lo tomará cada vez más a través de diferentes percepciones, a veces embarazosas, sin duda, pero que no son nada en comparación con lo que llega. Así se producirá en vosotros el desvanecimiento, la disolución de lo efímero y la aparición completa de la Eternidad en este mundo que está a caballo entre dos mundos, desde ahora.

Continuad cumpliendo con vuestras obligaciones. No molestéis a ningún hermano o hermana que esté implicado totalmente en su vida personal, porque dentro de su total vinculación a lo efímero, será cómo ese hermano, esa hermana, ese hijo, ese marido o esa mujer, descubrirán la Verdad y no a través de vuestras palabras o de vuestra voluntad de ayudar a nadie ni a nada. Sed lo que sois, y eso es suficiente, lo demás se desplegará con majestad, elegancia y evidencia. Depende de vosotros comprobarlo, por vuestra vivencia y no por una experiencia interna, aunque ellas persistan.

Si habéis comprendido mis palabras, entonces, os será todo más fácil. Si aceptáis mis palabras y lo verificáis, saldréis finalmente de todas las experiencias previas.

Y no olvidéis lo que os he dicho: cada día que pase a partir del 13 de noviembre, es decir, mañana, hasta mi Llamada al final de la gestación, os acogerá un estado de felicidad que incluso los Liberados vivientes raramente o nunca, lo han vivido. Seréis marcados al rojo vivo, por la Verdad. Ese Fuego de la Verdad es el Fuego de Amor que consume, es el Fuego perpetuo que no quema y que nutre, que vivifica, poniendo fin de manera definitiva a vosotros, en este momento, a toda posibilidad de depredación, llevándoos a descubrir que siendo esta Luz, siendo esta Verdad anterior a la conciencia, estaréis nutridos de forma permanente y nada podrá satisfaceros de la misma manera. Ese es el objetivo, independientemente del nombre que le pongáis a vuestro devenir en el momento de la liberación de la humanidad.

Las Teofanías han sido el medio de haceros llegar al Corazón del Corazón, para acercaros colectivamente y sin pasar por lo que se llaman egregores, a la Verdad del Corazón, porque la carga de Luz, su intensidad, su presencia hoy, ha alcanzado un umbral irreversible en muy poco tiempo. Como sabéis, la Luz ha vencido desde hace muchos años, desde que el núcleo cristalino de la Tierra fue liberado. Queda por materializar eso, en la pantalla ordinaria de la conciencia de la humanidad y eso está ocurriendo en este momento. Dondequiera que volváis vuestra mirada en el exterior de vosotros en todo el mundo, con objetividad, veréis que eso está teniendo lugar.

…Silencio…

Por supuesto, dejaré a mi Hijo y al Arcángel Mikaël, así como a los demás intervinientes, que especifiquen ciertos detalles prácticos, energéticos o vibratorios a los que los viven, junto con algunos consejos quizá más precisos que los míos. Pero querría dirigirme a todos mis hijos sin hacer ninguna distinción entre los que viven el Amor, los que viven la vibración y los que no viven nada, porque en definitiva ahora, ya no habrá diferencia, porque la primacía de la a-conciencia y de la Verdad, prevalece sobre todo lo demás.

El marcador de esta etapa, como sabéis, es la Alegría, pero hablo de la Alegría indecible, hablo del Fuego del Amor que crea una consumación perpetua. Es mucho más que la alegría, es mucho más que el amor, es mucho más que la luz, es la última y la primera Verdad que sois.

…Silencio…

Entonces, permitidme, después de estas palabras que he venido a pronunciar, estas palabras que habéis oído o leído, que me instale con vosotros, de nuevo, en el Manto Azul de mi Gracia y en mi Corazón que es el vuestro. En el Silencio no hay nada que pedir, nada que meditar, nada que rezar, solo ser verdadero y así, en cada uno de los corazones de mis hijos, bendigo lo que está bendecido desde la Eternidad.

Tomad el tiempo que necesitéis, para vivir, para ser, ahora mismo. No lo dejéis para mañana o para después, porque pronto no habrá ni mañana ni después.

…Silencio…

Sed verdaderos; es suficiente.

…Silencio…

Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra e invito a todos vosotros a vivir esta bendición. Tomad todo vuestro tiempo porque el tiempo no cuenta ya. Simplemente quedaos conmigo como estoy con vosotros y es todo.

…Silencio…

Permitidme entonces, en este estado de receptividad, bautizaros en el Fuego Ígneo, en el Corazón del Corazón. Ahí está mi Endofanía que vivo con todos vosotros.

…Silencio….

Dejad ser.

…Silencio…

Dejad que aparezca la Verdad, no detengáis nada.

…Silencio…

Soy María, Reina de los Cielos y de la Tierra, ya nunca estaréis separados de la Verdad y del Amor. Rindo gracia a vuestra presencia, rindo gracia a vuestra escucha, rindo gracia a vuestra lectura y rindo gracia a vuestro Corazón que emerge ahora del olvido y de la ignorancia. Vuelvo a depositar en todos vosotros, el Manto Azul de la Gracia y os digo a todos vosotros a partir de ahora, a cada minuto, a cada instante y a cada soplo: os amo.

…Silencio…


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