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domingo, 8 de noviembre de 2009
Mensaje de MARÍA REINA DE LOS CIELOS -III-
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MARÍA
Sepan Bienamados Niños, que hicimos todo lo que era posible hacer, en nuestra Radiación y nuestra Presencia, en nuestras dimensiones, para reducir y limitar la reconstrucción. Sin embargo, vuelven a entrar en su último trimestre de este año, en una reconstrucción principal y, en ésta, van a encontrar la Luz, van a encontrar lo que son. En este choque del mundo, el velo se rasgará cada vez más. Sus potenciales espirituales, que se les habían vejado, van a remanifestarse.
El conjunto de los Seres de la Luz sumidos a la Luz del Cristo están en adelante en enfoque a ustedes, no en cuanto a su dimensión física sino a niveles más sutiles. Percibirán el calor, la radiación y el Amor. Ir hacia ellos, es ir hacia ustedes. Es incorporarse a su Eternidad.
Les agradecemos estar allí y haber realizado, para ustedes, y también en el sentido del Servicio, para sus hermanos, la Verdad de lo que son. Estamos confiando, ahora, en la salida de los que hacen caso omiso.
Pronto, mis Amados Niños, me dirigiré individualmente a ustedes. Mientras tanto, mucho seres humanos, hoy, reciben mi voz y mi Presencia. Esto con el fin de preparar mi manifestación en su densidad. Pronto, mis Amados Niños, volveré de nuevo, como soy parte, en la forma que era la de mi último cuerpo, que me es posible materializar y sintetizar.
Entonces, mis Amados Niños, tomen tiempo para ustedes. Tomen tiempo para acoger, percibir, experimentar y vibrar a mi Presencia. Tomen tiempo para servir, ayudar y amar a los de entre ustedes que dudan, a los de entre ustedes que sufren y que no tienen acceso, por el momento, a eso.
Me encontrarán en la naturaleza, en su ser interior, en sus momentos propicios al abandono y a la fe, ustedes me encontrarán ante el agua, me encontrarán ante los árboles, me encontrarán también cuando establecen una relación sincera y auténtica con sus Hermanos y sus Hermanas.
Todo lo que se manifiesta a su Conciencia y a su Vida, a partir del momento en que permanecen en la humildad, la simplicidad, el Corazón y en el reencuentro, participa en su liberación, de una forma o de otra. No duden. No llega nada, hoy, por casualidad. Están en el tiempo de la Revelación y la Resolución. Todo lo que a ustedes llega tiene un sentido. Todo lo que a ustedes llega permite mi Presencia.Entonces, acéptenla.
Cultiven lo que se acerca a ustedes, la simplicidad y la evidencia. Cultiven lo que se acerca a ustedes, un estado de ligereza y Alegría interior. Lo que de ustedes se aleja, aléjenlo de su camino. Lo que se aleja de la Alegría del Corazón, no participa en su vuelta a la Unidad. Más allá de reacciones muy lógicas cuando llega un acontecimiento, intenten penetrar en el momento, aferir lo inmanente y el reencuentro a mi Presencia y a la Presencia de los innumerables Seres que velan a lo que viene. Bienamados Niños de la Luz, mis Niños Amados, lo que tienen que vivir será fácil y alegre si se colocan, debido a su reencuentro, bajo mi protección. Si se colocan bajo la influencia de las fuerzas celestiales de la Luz Auténtica, si su fe y su Verdad se vuelven hacia nosotros, nada de molesto, nada de contrario a su propia Verdad, podrá causarles sufrimiento de ninguna manera.
8 de octubre de 2009
Soy María, Reina de Cielos y la Tierra. Bienamados Niños, reciban todo mi Amor y todas mis Gracias. Quienes recorren esta Tierra, necesitan esta Gracia. A partir del momento en que permanecen en la humildad y en la simplicidad, alineados con su Corazón, alineados con la suavidad, en ese momento, mi Gracia les acompaña. Pronto, mis Amados Niños, me dirigiré individualmente a ustedes. Mientras tanto, mucho seres humanos, hoy, reciben mi voz y mi Presencia. Esto con el fin de preparar mi manifestación en su densidad. Pronto, mis Amados Niños, volveré de nuevo, como soy parte, en la forma que era la de mi último cuerpo, que me es posible materializar y sintetizar.Mi forma, más allá de esta forma tal como estuvo en esta densidad, es más allá de sus capacidades, por el momento, de análisis y visión en esta densidad. Sin embargo, mi Radiación, mi Corazón les conoce, ya que llevan todos, en ustedes, la señal de María. La señal que les conecta, de manera indefectible, mi y a su Alma. Se nos conecta debido a un principio de generaciones, descendiente. Son todos, así como eso se dijo, mis Niños, sin excepción. No vengo a juzgar. No vengo a condenar sino a amarles y acogerles, si lo aceptan, en su Corazón. Como lo saben, como el Cónclave Arcangélico se lo comunicó, se les vela y se les riega, literalmente, de las Energías de esta Gracia para que puedan abrir las puertas a nuestra Presencia. Eso está en preparación desde el principio de este año y eso continuará hasta el momento en que vendré a ustedes. Deben, Bienamados Niños, estar en espera de mi Presencia. En este momento, numerosos niños ya me perciben ya que acerqué mi Presencia de su densidad, pero no en totalidad. Entonces sí, muchos de ustedes recogen, más o menos precisamente, mi Presencia, mis palabras y mi Radiación. Esta Presencia que sólo es Amor y nada otro, para ustedes.
Vengo a destacarles, si aceptan ustedes señalarse. Vengo a realizar lo que había prometido. Precedo, así, a los que nombró Cristo. Vengo a recoger al que quiere recogerse. Vengo a permitirles encontrar, si lo aceptan y si dieron este paso hacia su Corazón, de conectar de nuevo su Esencia, conectar de nuevo su Divinidad. Contrariamente a esto, que algunos querrían hacerles creer, no venimos a castigar, yo no vengo a castigar, vengo a simplemente, acoger. ¿Cómo una Madre, al sentido más noble del término, podría querer otra cosa que el Amor y la Luz para sus Niños? Soy la Gracia y distribuyo las Gracias, si lo aceptan. Estoy en el Cielo, estoy junto a ustedes y estoy en ustedes, en Verdad, a medida que establecerán esta Verdad en ustedes. En cuanto a mi Presencia en su Cielo, junto a ustedes, me les revelaré, enteramente. Así pues, ya de más en más almas me oyen, me perciben o me ven. Eso es Verdad y se destina eso, en el Corazón de los Niños, cada vez más numerosos, que lo acogen (y ustedes también quienes encuentran su dimensión de niño interior) a borrar las imágenes terribles que pudieron poner algunos seres sobre el sentido de mi vuelta y sobre el sentido de mi Presencia, en ustedes y entre ustedes. Así como se lo dijo la Fuente, la hora acabó, si tal es su deseo, si tal es su Verdad, de volver de nuevo a su Unidad primordial, a su Divinidad.
Los ruidos del mundo van a ampliarse y no hay nada de más. Sólo el resultado del principio de atracción, resonancia, acción/reacción, aplicada en esta Humanidad, desde tanto y tanto tiempo. La vuelta a la Unidad requiere no la ineluctabilidad de este paso sino, al menos, su manifestación. Sepan Bienamados Niños, que hicimos todo lo que era posible hacer, en nuestra Radiación y nuestra Presencia, en nuestras dimensiones, para reducir y limitar la reconstrucción. Sin embargo, vuelven a entrar en su último trimestre de este año, en una reconstrucción principal y, en ésta, van a encontrar la Luz, van a encontrar lo que son. En este choque del mundo, el velo se rasgará cada vez más. Sus potenciales espirituales, que se less habían vejado, van a remanifestarse. Van progresivamente a manifestar sus subvenciones espirituales naturales. Algunos de ellos tienen nombres que se les conocen. Requieren, para establecerse de manera estable, que ustedes estén estabilizados en la humildad, en la simplicidad del Corazón. Deben consolidarles en la energía de la Gracia, no participar en la acción/reacción, de ninguna manera. Volver a entrar en su Unidad interior con el fin de encontrar lo que el Arcángel Mikaël llama la Eternalidad, el cuerpo de la Resurrección, el cuerpo sin costura, este cuerpo inmortal que es el vuestro. No se detengan les suplico, en lo que puede ser, a primera vista, como un drama. No existe drama más que en la acción/reacción. Pero algunos dramas no tienen por vocación sino liberar más fácilmente las almas que eligieron el destino y el camino. Para algunas almas, la destrucción de esta forma se acompaña de una Resurrección en la gloria eterna. Los que decidirán ir no pasarán ya por el tormento de las franjas de interferencias y encontrarán, de manera instantánea, su Divinidad. Entonces, alégrense. No estamos estrictamente a favor de nada, al contrario, en lo que se produce actualmente. Las señales del Cielo son numerosas y serán cada vez más numerosas.
El conjunto de los Seres de la Luz sumidos a la Luz del Cristo están en adelante en enfoque a ustedes, no en cuanto a su dimensión física sino a niveles más sutiles. Percibirán el calor, la radiación y el Amor. Ir hacia ellos, es ir hacia ustedes. Es incorporarse a su Eternidad. Es juntar las residencias de la Alegría Eterna. Es incorporarse a la Totalidad. Es incorporarse a la totalidad, permaneciendo al mismo tiempo, por el momento, en esta densidad, con el fin de afianzar, así como se lo haya dicho el Arcángel Mikaël, la Luz y de irradiar esta Luz, no en una voluntad, sino en un estado de ser y de Alegría. Es en eso que ayudarán, a su manera, a estabilizar la Nueva Dimensión, la nueva Verdad. Les agradecemos estar allí y haber realizado, para ustedes, y también en el sentido del Servicio, para sus hermanos, la Verdad de lo que son. Estamos confiando, ahora, en la salida de los que hacen caso omiso. Confiamos en el establecimiento del Reino de la Alegría Eterna. Confiamos en nuestros reencuentros. Confiamos en su humildad y su tamaño. Estamos aquí para acogerles, como nos acogieron. Estamos aquí para realizar la promesa de la vuelta del Cristo, en Gloria. Entonces, así como se lo declamaron los Arcángeles, hechas las llamadas a mi Radiación, a mi Presencia, hechas las llamadas también a mi manifestación, ya en ustedes, para ustedes y para otros. Eso es muy simple. Sólo hay distancia, entre ustedes y Yo, que aceptan dejar aún. Soy su Madre. Como Madre, les conozco todos, individualmente, sin excepción. Eso puede, ciertamente, parecer absurdo a su cerebro pero precisamente el sentido profundo de lo que soy es a este nivel y en ninguna otra parte.
Entonces, mis Amados Niños, tomen tiempo para ustedes. Tomen tiempo para acoger, percibir, experimentar y vibrar a mi Presencia. Tomen tiempo para servir, ayudar y amar a los de entre ustedes que dudan, a los de entre ustedes que sufren y que no tienen acceso, por el momento, a eso. Tengo un pensamiento muy particular para ellos, por su distancia conmigo. Ustedes son, de manera temporal, mis intercesores para ellos. Hablen de mi, hablen de lo que experimentan, de lo que oyen, quienes perciben mi Presencia y lo que soy. Hechos en Verdad y no según escritos o según datos históricos. En verdad, con relación a la Verdad del momento, en su Presencia. Cada minuto, cada día de su tiempo que pasa, me pone en Alegría, por lo que sé que, pronto, tenemos cita juntos, pronto, todo lo que vivieron y que ustedes llaman, por momentos, sufrimientos y cosas intolerables, se disolverán en la gloria del Amor de nuestros reencuentros y en la Vibración de la Luz. Deben volver a entrar en confianza total. Deben volver a entrar en fe total. Con el fin de experimentar, en ustedes, lo que soy. Más allá de las imágenes construidas, más allá los hechos, antecedentes o no, deben, si lo aceptan, y en simplicidad, acoger mi Presencia. Procedo, yo también, por pasos, con cada uno de entre ustedes. A su ritmo, al fluir y a medida que se abran a mi recepción, me acerco a ustedes. Me encontrarán en la naturaleza, en su ser interior, en sus momentos propicios al abandono y a la fe, ustedes me encontrarán ante el agua, me encontrarán ante los árboles, me encontrarán también cuando establecen una relación sincera y auténtica con sus Hermanos y sus Hermanas. Lo que pasa sobre Tierra, y pasará, está precisamente vinculado a la distancia que algunas almas pusieron entre nuestros planos y su objetivo. Eso forma parte de la experiencia del libre arbitrio. No podemos, hasta un determinado punto, intervenir sobre esto. Sin embargo, estamos allí. Velamos y preparamos nuestro encuentro.
A medida que tengan confianza y fe en lo que son, a medida, me acerco de ustedes, a medida que estabilicen esta Nueva Conciencia. Verán las cosas en torno, en su atmósfera cercana, modificarse e ir en el sentido de la certeza interior, en el sentido de la liberación de las pruebas y dificultades, vinculadas a esta sociedad o a relaciones no conformes al Amor. A medida que vivan esta Gracia, constatarán que numerosos elementos de sus vidas cambian, se simplifican, que el miedo de mañana se reduce y desaparece, que a medida que se centren, en la humildad de su Corazón, en este momento que pasan, a cada momento renovado, ustedes se ponen en resonancia con mi Presencia, con las de los mundos de la Luz Auténtica que de ustedes se acercan a su Resurrección, que de ustedes se acercan a su vuelta al hogar. Deben volver a ser como Niños. Ser en la fe y en la confianza y no necesariamente pretender descifrar, más bien, vivir el momento, vivir nuestro reencuentro, vivirlo y prepararlo. Ciertamente, a algunos de entre ustedes, la vida les llama aún en actividades exteriores, participando en el mantenimiento de esta vida y también de esta Ilusión. Sin embargo, se liberan algunos de entre ustedes ya, más o menos, de algunos frenos. Todo lo que se manifiesta a su Conciencia y a su Vida, a partir del momento en que permanecen en la humildad, la simplicidad, el Corazón y en el reencuentro, participa en su liberación, de una forma o de otra. No duden. No llega nada, hoy, por casualidad. Están en el tiempo de la Revelación y la Resolución. Todo lo que a ustedes llega tiene un sentido. Todo lo que a ustedes llega permite mi Presencia. Entonces, acéptenla.
Cultiven lo que se acerca a ustedes, la simplicidad y la evidencia. Cultiven lo que se acerca a ustedes, un estado de ligereza y Alegría interior. Lo que de ustedes se aleja, aléjenlo de su camino. Lo que se aleja de la Alegría del Corazón, no participa en su vuelta a la Unidad. Más allá de reacciones muy lógicas cuando llega un acontecimiento, intenten penetrar en el momento, aferir lo inmanente y el reencuentro a mi Presencia y a la Presencia de los innumerables Seres que velan a lo que viene. Bienamados Niños de la Luz, mis Niños Amados, lo que tienen que vivir será fácil y alegre si se colocan, debido a su reencuentro, bajo mi protección. Si se colocan bajo la influencia de las fuerzas celestiales de la Luz Auténtica, si su fe y su Verdad se vuelven hacia nosotros, nada de molesto, nada de contrario a su propia Verdad, podrá causarles sufrimiento de ninguna manera. Cruzarán este período corto de manera ligera y es eso lo que espero para ustedes: que lleguen, más allá de los acontecimientos, a permanecer en el momento, a permanecer en su centro y en su Verdad. Eso es su garantía de alma y Espíritu, para ustedes y los que los rodean, y de prójimo en prójimo. Entonces, Bienamados Niños de la Luz, juntos, pronto, llegaremos, viviendo cada momento en Conciencia y en reencuentro con nuestros planos, a reunificarnos, y más nunca a estar separados. He aquí las palabras simples, asociadas a la Vibración de mi Presencia, que les pido ahora acoger por el silencio. Mi bendición y mi agradecimiento. Yo les bendigo y les digo hasta muy pronto.
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