Soy MARÍA, Reina de los Cielos y de la Tierra. Mis Amados Niños, así como lo dijera, vuelvo de nuevo antes del 26 de septiembre y vengo, por eso, en función del desarrollo, del despliegue de la Luz y la apertura de la Puerta del Cristo, en la Tierra, el despliegue y la llegada de Yérushalaïm. Entonces, vengo a llevarles, con todo mi Amor de Madre, las palabras de Alegría y las palabras de Gracia. Vengo a decirles: prepárense a la Alegría ya que lo que viene es Alegría. Vengo a decirles: abran su Corazón a la Luz, al cruce de la Puerta, ya que el momento llegó de vivir la Alegría. Este mundo se privó, desde mucho tiempo, de la Alegría del Espíritu y el Amor. Este mundo fue el mantillo de una serie de experiencias. Estas experiencias (a las cuales participaron) no son la Verdad. Y ello, lo esperan, lo temen, lo piensan. En cualquier caso, eso va, ahora, a llegar a su Conciencia. Entonces, es necesario prepararse. ¿Cuál es esta preparación? Prepararse, simplemente, por ser en la Alegría, por ser en la Vida y ser en la Naturaleza de su propia Presencia. No hay nada que prepararse, exteriormente. No hay nada que preparar en su cabeza. Hay, exactamente, que prepararse, en el Corazón: seguir siendo el Corazón cariñoso y abierto para vivir la vuelta de la Alegría. Todo eso llega, ahora, a grandes pasos y, yo diría, con fuerza y estropicio y, lo que se rompe no es el Corazón. Lo que se rompe es, precisamente, lo que no es el Corazón. Entonces, les queda acoger la Unidad y la Verdad, vivirla. Es en este sentido que vengo a exhortarles que les preparen. La preparación no necesita cualquier cosa exterior. La preparación no necesita circunstancias. Tiene, exactamente, necesidad de que estén presentes y cariñosos, que estén entre sus 4 Pilares, lúcidos y conscientes de cada momento. En adelante, que su esperanza se refiera a esta Alegría que (aunque no la conocen aún) se les promete y viene, de verdad.
Eso también, para ustedes, es la ocasión de percibir la Llamada. El Sonido del Alma, el Sonido del Espíritu, el Sonido de la Tierra, el Sonido del Cielo, las Trompetas, resuenan cada vez más. Son, ellas también, una llamada a su preparación. Son una Llamada de que debe volverse a entrar en el Amor y volver a entrar en la recepción. Como eso fue dicho por los Antiguos, el tiempo se realiza bajo sus ojos. Por supuesto, podrán siempre creer que nada es allí y con todo, observan. Observe en ustedes. Estén atentos para que vibre su Corazón. Estén atentos a esta Alegría que va a surgir, para los que no lo viven aún. Van a reducirse. Si aceptan (y están de acuerdo) a esta preparación de Corazón, todo va, ahora, a establecerse, en ustedes, para permitirles vivir, acoger, la Verdad. No es ya tiempo, ahora, de tergiversar. No es ya de tiempo de escuchar lo que dicen sus miedos. No es ya de tiempo de escuchar lo que les dice cualquier cosa en torno ustedes. La única cosa que debe escucharse, es su Corazón. La única cosa que debe seguirse, es su Corazón. Así pues, mi Presencia, esta noche, tiene, simplemente, por función recordarles eso. Sé que muchos entre ustedes esperan, una vez más (con esperanza o con miedo) lo que llega pero, se los digo como Madre, lo que viene no puede ser sino Alegría. Si, ustedes mismos, se preparan en la Alegría, si, ustedes mismos, aceptan que no son más que Alegría, entonces, ustedes vivirán esta Alegría aunque, por el momento, puede parecerles (a algunos de entre ustedes) un tanto distante de su vida, de lo que perciben. Escuche a sus hermanos que ya ven la Luz blanca, presente por todas partes. Escuche a sus hermanos que oyen el Sonido de la Tierra y el Sonido de la Llamada del Espíritu. Observe. Observe, en ustedes y en torno a ustedes, todo lo que menciona esta Alegría. Por supuesto, personajes que están en el miedo querrán, a toda costa, que prueben el miedo porque el miedo es el mejor medio (para estos seres) de alimentarse y de mantenerles en la ignorancia de su carácter profundo que es la Alegría y el Amor. Entonces, han de saber lo que quieren seguir: a ustedes mismos y la Alegría de lo que son o a los que les hablan de miedo y que mantienen el miedo.
Progresivamente, van a percibir, en su Conciencia, que en todo y en finalidad, todo se resume, simplemente, a la Presencia del Amor o a la presencia del miedo. No pueden elegir otra cosa que el Amor o el miedo. Entonces, si dieron un paso hacia el Amor (aunque, por el momento, no vivan la Alegría, ni aún la Unidad), a la hora en que la Unidad va a venir a ustedes, entonces, se manifestará en ustedes. Pero, para eso, es necesario que, les repito: “no tengan miedo”. Ya no se condicionen por lo que condicionó este mundo. Vaya, firmemente, hacia la Alegría y deje a la Alegría invadirle. Para eso, sólo necesidad que de de su propio Corazón. No hay nada que buscar, fuera del Corazón. Deben ir (como se dijo eso) hacia cada vez más simplicidad ya que, en la simplicidad, la Alegría y la Luz van a resultarles de una evidencia (y de tal evidencia), que en ese momento, se preguntarán, incluso, cómo han podido pasar de la parte. Entonces, estén atentos. Como eso se dijo, vele y ruegue. Eso quiere decir, simplemente, sean lúcidos y estén en esta esperanza de Amor que viene a ustedes. Que ya lo hayan vivido o no, no tiene más importancia ya que van a vivirlo. Hay exactamente que no dejar venir todo lo que puede desplegarse como resistencia, a lo que puede venir a rozar, en los miedos que aún no se evacuaron. He allí exactamente no darles toma ya que, no son eso. Han de saber lo que quieren observar. A elegir el miedo o el Amor y eso es de verdad la única elección, la única Verdad. Vengo a, hoy, simplemente, animarles. A cuatro semanas de nuestra cita, vengo a pedirles, como Madre, ser la Alegría, de personificarla, aquí, sobre La Tierra, en este cuerpo, cualquiera que sea el estado de este cuerpo. Vengo a pedirles ser la Alegría, cualesquiera que sean los miedos que están aún allí pero que van a encenderse y que, simplemente, van a bañarse en el Amor y la Alegría. Vengo a pedirles ser en la víspera y el rezo, del Corazón abierto y atrayente. Vengo a decirles no retrasen en el estruendo del mundo, que no es más que el estruendo de la Ilusión que se hunde. Recuerden que, lo que sea que vive su cuerpo, lo que sea que vive su personalidad, en cada uno de ustedes (sin ninguna excepción), hay un Centro y este Centro es Amor y está allí, de toda Eternidad, incluso si se hubiera ocultado y encerrado. En la actualidad, la Puerta está abierta. Sólo tienen a recogerles en este Templo. Cualquiera que sea el cuerpo (cualquiera que sea su ligereza o su gravedad), cualesquiera que sean los miedos (que animan, aún, su vida o su personalidad), cualesquiera que sean las pruebas, recuerden que la Luz, el Amor y la Alegría son la Inteligencia Suprema que es la solución absolutamente a todo.
Ustedes (por ustedes mismos, en la personalidad), ya no podrán nada y cada vez menos. Sólo el Amor puede todo y podrá, cada vez más, todo. Es eso lo que es necesario esperar y es eso lo que es necesario ver desplegarse, en ustedes, ya que es la única Verdad. Todo el resto no forma parte (como lo dije) mas que de sus miedos, mas que de los condicionamientos, que de las cosas que sólo estaban, precisamente, vinculadas a la ausencia de Amor. Una vez más, no juzguen a cualquiera y aún a ustedes mismos. Satisfáganse de acoger y vivir la Gracia. Cualquiera que sea el estado del cuerpo, cualquiera que sea el estado del momento, se inscribe un momento, en ustedes, que supera completamente, todo eso. Tienen, exactamente, que concienciarlo (es decir, ser dentro y no fuera) y eso está presente, cada vez más, en su Corazón, no en las ideas, no en el futuro, no en la vida ordinaria sino, sin embargo, en la cotidianidad de la vida, desnudada de todo el resto (es decir, desnudada de todo lo que no es la Vida) ya que, si viven, entonces, este Cielo (esta Gracia y esta Alegría), todo el resto se derivarán de allí, sin ninguna excepción. Entonces, en ese momento, no podrán ya ser afectados por cualquier cosa que vendrá a ustedes del exterior. Se convertirán en esta Alegría y este Amor, enteramente, ya que, es su Naturaleza y su Esencia. Y eso es ahora. He aquí el simple recordatorio que quería formular, entre ustedes, hoy. Guarde, en su sentido más noble, la fe. No una fe ciega sino la fe en lo que son: seres de pura Luz, Espíritus idénticos al Gran Espíritu, la Fuente, inmutables y eternos. Es su Naturaleza, bien más allá de los velos de la carne. Los velos que se rasgan, ahora, completamente, y les darán por ver (y por vivir) la Verdad de lo que les digo, si no lo viven aún. Pero, no olviden que, para vivirlo, es necesario estar de acuerdo. No olviden que, para vivirlo, deben sentir que no son el mínimo sufrimiento (que, sin embargo, les parecen tan pegajosos), que no son el mínimo miedo (que pueden vivirlos aún), que son sólo proyecciones de ustedes mismos en una Ilusión total y, es en esta Ilusión que es necesario superar la Ilusión. Pero, este “superar” no es un combate. Es precisamente una capitulación y es esta capitulación a la Alegría y a la Gracia que superará a la Sombra, cualquiera que sea. No es un combate. Es una comprensión de la Conciencia y una vivencia directa de lo que son. Hasta aquí, esta noche, mi mensaje. Volvería de nuevo, (sin darles la fecha), probablemente aún 2 veces, durante el mes que va a pasar. Recuerden que solos pueden volverse en su Corazón pero, recuerden, por eso, que en su Corazón, no están más solos ya que serán el Amor y el Amor es todo. Sólo hay fuera del Corazón lo que puede existir, aún (y existirá aún) el miedo, el sufrimiento, el dolor, pero, a partir del momento en que se comprometen en la estrecha Puerta, entonces hay la Luz, y allí no hay intersticio para el menor miedo, para el menor sufrimiento, para la menor Sombra ya que la Luz enciende todo y el Amor es todo.
Volveré de nuevo (aquí, en este espacio) en algunos minutos para acompañarles en su alineación. Como lo dije (hace 2 ó 3 meses), estoy presente, ahora (incluso para los que no me conciencian), en cada momento en que juntan el Merkabah Interdimensional, este Cuerpo de Luz de la humanidad.
Les transmito todo mi Amor. Hasta pronto.
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