Yo soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales.
El Señor Metatrón los ha invitado a encontrarse entre ustedes y en ustedes. También vengo a proponerles de recibirme en ustedes.
[ Comulguemos ]
Yo
traigo hacia ustedes el Fuego, Fuego micaélico, Fuego crístico, Fuego
de la Verdad, respuesta de la Gracia que viene a disolver lo efímero,
que viene para permitirles reconocerse, a si mismos: Eternidad.
Así que si ese es su devenir, acojan el Fuego. Confíense a él totalmente.
Confíense
a la Gracia, abandónense a ella. La Gracia los lleva allí, hacia lo que
ustedes Son. La Gracia viene para permitirles reunirse con su
Eternidad, y esto desde ahora.
...Acojan el Fuego...
...Sean el Fuego...
El Fuego es su salvoconducto. El viene en ustedes y sobre toda la Tierra para que ustedes se reconozcan.
Muchos
de entre ustedes oyen el Canto del Cielo y el de la Tierra
intensificarse, significando con ello, que el momento tan esperado ha
llegado.
Es el tiempo de unirse a la Eternidad!
Es el tiempo de dejar lo efímero! Déjenlo disolverse.
Es hora de reconocerse!
Reconózcanse! Reconózcanse desde este momento!
Ustedes siempre han estado allí. ¿Por qué ignorarse? ¿De qué sirve encerrarse?
Una vez más, acojamos el Fuego, que viene a sostener este reconocimiento...
Yo
soy Miguel, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales, y mis
palabras serán breves, ¿ya qué pueden aportar a ustedes las palabras en
comparación al Fuego?
¿Y para qué el buen entendimiento?
¿Y para qué los buenos conceptos cuando todo eso es invitado a
disolverse, a consumirse en el fuego?
El Fuego del Espíritu los devuelve a la Libertad, los conduce a la Verdad, los devuelve a sí mismo...
Abandónense en la hoguera de la Gracia!
Abandonen los miedos, abandonen todo deseo de mantener este mundo ilusorio.
Dejen a la Gracia llevar hasta ustedes lo que debe ser disuelto.
Permanezcan
Tranquilos, abandonados a la Gracia y dejen a la Gracia disolver, desde
que lo asuman, todo lo que los mantenía en la ilusión de una prisión.
Reconózcanse y vean que ustedes no han estado jamás limitados, que siempre han sido la Perfección, la Vida, la Verdad.
¿De qué sirve continuar ocultándose, de continuar escondidos de ustedes mismos?
Entonces, una última vez, acojamos el Fuego...
¿Para qué estar en vida, siendo que ustedes Son la Vida.
¿Para qué vivir el Amor, siendo que ustedes son el Amor?
¿Por qué buscar el conocimiento, siendo que ustedes Son la Verdad?
Sean pequeños sobre este mundo. Desaparezcan y sean lo que siempre han sido. Ahí está la grandeza.
Qué el Fuego del Espíritu, los devuelva en sí mismo, yo los dejo. Y les digo hasta pronto, en el Hogar.
Transmitido por Air
http://www.envol-du-phenix.org/
Traducción; H. N.
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Traducción; H. N.
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