domingo, 17 de julio de 2011

GEMMA GALGANI - La Unidad del Corazón


12 julio 2011

Soy Gemma a Galgani. Hermanos y Hermanas, que la Paz del Cristo esté en ustedes. El conjunto de mis Hermanas me pidió expresarme sobre la Unidad: Unidad del Corazón, Unidad del ego. Intente captar, más allá de las palabras que voy a pronunciar, la Esencia que está detrás, permitiéndoles acercarse a la Unidad del Corazón y vivirla. Recuerdo que mis palabras se inscriben en una etapa particular de la humanidad hoy personificada, por lo que se refiere a la llegada del Cristo. En este sentido, estas palabras se adaptan perfectamente en esta época y no, por ejemplo, en la época en que me personificaba. La Unidad que es la Vibración de la Luz blanca de mi propia Presencia, como se lo hice vivir viniendo entre ustedes en este canal y también en los espacios de Luz que les propuse, para algunos de entre ustedes. La Unidad del ego, mientras que hasta ahora, los nuestros nos les habíamos opuesto la Dualidad a la Unidad, la Unidad del ego es para los que llegan a insertarse en esta Dualidad y a equilibrar en él una serie de impulsos e impulsos contrarios, permitiéndole encontrar un equilibrio precario. Este equilibrio es precario porque permanentemente el ego vive en la Dualidad, en la oposición del Bien y del Mal, en la confrontación del Bien y el Mal, haciendo que a cada movimiento, a cada encuentro, a cada confrontación, la personalidad va a ajustarse y adaptarse hacia un ideal. Entonces, por supuesto, existen ideales que se construyeron en esta Matriz y que mucho han seguido según el tiempo en que vivíamos, según las creencias, según una serie de elementos que eran vividos por cada uno en la época en que era. En esta Dualidad, fue necesario encontrar medios de equilibrarse, con el fin de vivir una forma de paz que siempre era basada por este equilibrio precario. La Unidad del ego puede así expresarse, como eso se dijo yo creo, en la Ética, la Integridad, el aquí y ahora, es decir en algunos sistemas de creencias, un individuo va a construir los valores de su vida, dando a ver, exteriormente, integrado un ser perfectamente moral, perfectamente, perfectamente exactamente, cuya visión es justa y que no ofrece desbordamiento en un sentido o en otro. Efectivamente, algunos modelos falsificados, incluso, que sean religiosos o filosóficos, permitieron realizar para muchos seres, este objetivo. Este objetivo va pues a traducirse en un equilibrio de fuerzas antagónicas, haciendo que la persona va a conseguir establecerse en una especie de tiempo presente en que la paz puede no obstante existir y donde no obstante su vida puede desarrollarse según una serie de criterios espirituales o morales o filosóficos que se inscriben en un determinado equilibrio. Esto todavía ha sido el caso en todas las culturas. Algunas culturas desarrollaron incluso este equilibrio particular de manera más importante que otros en algunas corrientes filosóficas, de pensamiento o vida. Así se expresó, durante un determinado tiempo, una forma de equilibrio, aportando, hasta cierto punto, una respuesta a la propia existencia y en consecuencia un sentimiento de bienestar justificado precisamente por este equilibrio mantenido de manera dinámica. 

La Unidad del Corazón ahora no tiene ya nada que ver con todo eso, porque la Unidad del Corazón, es realizar el Cristo, volver el Cristo. Es volver esta Luz, esta Unidad donde todo lo que se había concebido hasta ahora como factor de equilibrio, va a volar en resplandor. Algunos de entre ustedes por otra parte fueron llamados por la Luz, en forma de impulso del alma que debe vivirse en convulsiones y revocaciones importantes en los distintos sectores de su vida, llevándolos hoy a encontrarse, hasta cierto punto, como desnudos y se desnudaron, para vivir lo que debe vivirse. Quiero expresarme de eso y llevo la Vibración de la Unidad, porque en mi última encarnación, a pesar de lo que podría llamar, según la legislación social, mi joven edad, yo nací, como podría decirlo, así. Es decir, en ningún momento se me cortó de la Unidad. Entonces la Unidad del ego me era completamente desconocida y nunca pudo construirse a la edad normal. No hice más que ampliar, a medida de mi encarnación, sin quererlo y bien a pesar mío, este Abandono a la Luz que me hizo revestir el estatuto de esposa del Cristo y la Luz blanca enteramente.  Entonces, en la Unidad del Corazón, del que puedo hablar por haberlo vivido y no simplemente creado o reconstruido en una proyección de cualquier cosa, yo puedo decir que la Unidad del Corazón es un estado donde no existe tensión entre dos extremos ya que la Unidad del Corazón es la Unidad más allá de la Dualidad, más allá de toda trascendencia y todo rebasamiento. La Unidad del Corazón es un estado que se reconoce de sí mismo, diría, porque todo es Luz. Están a la vez en este mundo y al mismo tiempo en el otro mundo, teniendo Conciencia de los dos. Y es por otra parte que puso fin de manera anticipada, según los criterios humanos, a mi vida, muy joven ya que es muy difícil, y era muy difícil, llevar la Unidad, enteramente, manteniendo al mismo tiempo una estructura llamada carbonosa en el mundo de la Dualidad. Hoy las circunstancias son diferentes, porque, desde hace algún tiempo, la Vibración del Espíritu-Santo y las Vibraciones triunitarias se despliegan en este mundo, permitiéndoles estabilizar en ustedes algunos Estados, de vivir algunas experiencias trayéndoles, poco a poco o de manera fulminante para algunos, a vivir pues esta Unidad en el Corazón y no en el ego.  La Unidad del Corazón no viene absolutamente a oponer la Unidad del ego, la legislación social, las normas establecidas sino viene, hasta cierto punto, a superarlos, haciéndoles vivir, por un tiempo, en este mundo, no siendo de este mundo, pero no en proyección, sino en Verdad. Así cuando el Cristo recorría y afirmaba por todas partes que no era de este mundo, y que no eran de este mundo, vivía por supuesto el alumbramiento total de la Presencia Crística en este cuerpo que fue Jesús, permitiéndole manifestar entonces la totalidad de los carismas del Espíritu-Santo, la totalidad de la pendiente del Espíritu, llevándolo a ver claramente el conjunto de lo que se veía, con los ojos de la carne y el ojo del Corazón.  



Es a esto que, ahora, la mayoría de entre ustedes se llaman, es decir, no a rechazar las normas éticas y morales, la legislación social sino, más bien, a elevarles a otro estado Vibratorio, donde éstas no tienen más el mismo impacto, allí donde éstas no vienen ya a pedirles establecer un equilibrio, porque son, ustedes mismos, vueltos el equilibrio de la Unidad del Corazón. En la Unidad del Corazón, más eso sea próximo a su Abandono a la Luz, más lo viven, más captan y viven que no es ninguna inquietud que debe manifestarse, ninguna incertidumbre que debe vivirse, ninguna proyección que debe manifestarse con relación al mañana, con relación al dinero, con relación a todo lo que puede manifestarse en este mundo. Eso se llama la ruptura total de los compromisos Arquetipales ya que es a este nivel, y solamente a este nivel, a este estado de consciencia, que se vive, enteramente, el estado Turiya donde más nada puede venir a comprometerles a nivel real Vibratorio, a nivel real de la Conciencia ya que no se someten ya a las leyes de este mundo, aún estando presentes. Están sobre todo presentes a ustedes mismos, en su Unidad. Este Abandono a la Luz realiza esta Unidad del Corazón, permitiendo a ese momento robar en resplandor todas las limitaciones, todos los acondicionamientos y todos los compromisos vinculados a la historia misma personal, que sea de esta vida o últimas vidas. Mientras esta Puerta Última de la Crucifixión no se vive, sigue habiendo, por supuesto, para todo ser humano, formas de compromisos en pro de su propio personaje, sus propias ideas, incluso liberando algunos pesos, incluso elevándose Vibratoriamente, permanecerá siempre este momento último de renuncia donde deben volver a poner su Espíritu entre las manos del Padre, al Cristo que viene a pedirles casarlos. Allí no ven cualquier compromiso sino, bien realmente, porque es eso, la Verdad, la Alegría de la Unidad, que les permite a ese momento de extraerse, enteramente, aún estando presente en este mundo. No es rechazando el mundo que de él se extrae. No es luchando contra la Dualidad que se extrae de la Dualidad. Es, simplemente, estando de acuerdo a la Unidad, elevando su Conciencia, Vibrando su Conciencia a las esferas de la Unidad, que la Unidad se despliega. Entonces, efectivamente, en ese momento, la Ética y la Integridad, el aquí y ahora, el Hic y Nunc, no son más palabras, no son más condicionamientos o conductas morales y sociales sino son la Verdad de lo que manifiestan ya que no puede ser diferente. Entonces, en ese momento se despliega en ustedes la potencia del Verbo. Entonces en ese momento se despliega en ustedes la Luz Metatrónica, el Verbo Creativo y el Amor en sentido Vibral, realizado por el descubrimiento en ustedes de los tres Arcángeles: MÉTATRON, URIEL y ANAËL, preparando hasta cierto punto la llegada del Cristo, lo que se llamó su segunda llegada, tal como debe realizarse en el tiempo que viven. Este tiempo no se inscribe en años sino en algunas semanas, para la mayoría de entre ustedes. 



No son ustedes quienes dirigen la legislación social que van a seguir, que no son ustedes quienes dirigen su vida para conducirle a tal lugar con tal persona, sino que la propia Luz triunfa para decidir, para ustedes y a su lugar, ya que su lugar no está ya en este mundo, muy exactamente lo que debe ser la manifestación de la Luz. Ya que, en ese momento, no son más Portadores de Luz sino se convierten, en Verdad, en la propia Luz, lo que es profundamente diferente. Ya que, mientras lleven la Luz, el ego esté aún presente, incluso en una forma de Unidad, donde perciben esta Luz, donde comienzan a hacerla suya. Pero, enteramente, no se convirtieron en la Luz mientras no hayan vuelto su cuerpo y su alma al Padre, mientras no hayan vuelto a su Espíritu hacia la Fuente, mientras no hayan realizado eso.  Es muy exactamente la etapa que están viviendo, esta Crucifixión terminal donde, como uno de los Antiguos se los dijo, la sociedad de consumo debe consumirse, enteramente, para dejar lugar al renacimiento, al despegue del Phoenix y a la Presencia de la Luz, no simplemente como algo que está presente sino que es, de verdad, la totalidad de lo que son, la totalidad de la nueva vida. Esto no es un proceso que se adquiere por la lucha, esto no es un proceso que se adquiere por cualquier investigación, esto no es algo que se busca por otra parte, es algo que se establece en este tiempo, de manera muy natural, a partir del momento en que aceptan salir de todos los marcos de referencia, de todos los papeles, de todas las funciones.  Cuando aceptan, como decía el Principal Philippe de Lyon, no ser estrictamente ya nada en este mundo, entonces pueden llevar todo ello en este mundo, y no antes. Mientras existe una pretensión del ego o una apropiación del ego, incluso de la Luz, no pueden convertirse en la Luz. Entonces, en ese momento, su Conciencia oscilará y pasará, a su manera, en la Conciencia Turiya, perdiendo entonces todas las compartimentaciones tal como se les describieron, desplegando enteramente la Luz Vibrante, haciéndoles descubrir la Alegría del ego Unificado en un equilibrio precario pero, de verdad, de la Presencia ella misma que se convirtió en Presencia. En ese momento han integrado y se convirtieron en la Luz, enteramente. La llevan en este mundo, pero no solamente. La pasan a ser, enteramente, y su palabra no es más una palabra inútil sino su palabra se convierte en la Verdad del Verbo, porque en ese momento lo que sale de su boca no es ya la respiración de la muerte, la división y el ego, sino la respiración de vida animada por el Arcángel Uriel. Se les resucita pues en Espíritu y su palabra ella misma no es ya la palabra sino la manifestación del Verbo que se hizo carne, dando la vuelta al Espíritu. 



Todo eso, es muy exactamente lo que está pasando, con más o menos facilidad, más o menos resistencia, en cada Conciencia sobre esta Tierra. Y allí, no hablo solamente de los que ya se despiertan o de los que se despiertan sino hablo de la totalidad de la humanidad. Entonces, por supuesto, eso no se realizará de la misma forma y de la misma manera, diría, para cada Conciencia ya que algunas Conciencias serán capaces, por este Abandono, por esta Aceptación de no ser ya nada, de convertirse y de llevar todo y este conjunto en este mundo, antes de desaparecer de este mundo, con el fin de nacer realmente en la Verdad. Vivir la Unidad no puede hacerse, diría, a mitad. Vivir la Unidad del Corazón pide una exclusividad hasta cierto punto y les pide vivir, enteramente, el Cristo, de vivir enteramente la Luz blanca y extraerse de todos los velos y de todas las Ilusiones que se refieren incluso a la creencia en cualquier cosa de este mundo. En ese momento, se más deban tanto de algún juego, que sea el de otro como el vuestro, incluso, no tienen ya ninguna pretensión sobre este mundo, sobre nadie y con todo están presentes a su propia Presencia y en Cristo, enteramente. Entonces, por supuesto, en ese momento, el conjunto del cuerpo de carne se transfigura. Vive, realmente, como eso fue llamado por los Antiguos, su Etherizacion. Es decir va a vivir fenómenos de percepciones que su conciencia va a percibir. Recuerden que en ese momento ven más allá de la carne que animan ya que comprenden que no son esta carne, ya que agarran y viven que son el conjunto de la Creación, que no hay de otro. Que lo que se les enfrenta en realidad, no es más que una parcela de ustedes mismos que aún no se reinstaló en su propia Unidad. No hay pues nada que rechazar. No hay pues nada que evitar. La Luz es aceptación total. No está en estrategias de defensa, no está en estrategias de ofensa, está en estrategias de Verdad o sólo de expresión del Verbo. Entonces, en ese momento, penetran, al mismo nivel y en pleno Espíritu, en el Espíritu de Verdad. Entonces, en ese momento, ya no son afectados por las contingencias de la Dualidad. Salen de la Unidad del ego, incluso el equilibrado. El ego se disuelve, enteramente, permitiéndoles pasar a ser, aquí, su propia Presencia, el Cristo acogido en la Verdad y en la Unidad. Se convierten en la Unidad, se convierten en la Verdad. La Alegría les invade, no siendo en función de ningún acontecimiento exterior. Los acontecimientos exteriores se viven como algo que forma parte integrante del conjunto de la Conciencia. Cuanto más nada es separado, más no se divide nada. Es imposible, en este estado, ver la menor Sombra, disociar la menor cosa de lo que están pasando a ser o de lo que ya pasaron a ser. 


Es a eso que viene a llamarle MÉTATRON. Es a eso que vienen a llamarle los tres Arcángeles de la Revelación Final y es a eso que viene a llamarle el Cristo, a vivir esta Unidad, a seguirlo, en Verdad, es decir, a seguirse, ustedes mismos, sobre los pasos del Espíritu y no los pasos de la carne o el alma, sino los pasos de la carne y el alma transfiguradas, enteramente, por la Vibración de la Unidad, de la Luz Vibrante y del Amor Vibral. Entonces, en ese momento, pueden decir como él: “Yo y mi Padre somos El”. En ese momento son el conjunto de lo creado. No es una vista del Espíritu ni una proyección sino una realidad Vibratoria vivida en la propia Conciencia. En ese momento, la Vibración se convierte en Silencio. El Fuego del Corazón va a poder apagarse. Todos los Sonidos y todas las Vibraciones exteriores van a poder apagarse y, en ese momento, penetran la inmensidad que está fuera de este tiempo, que incluye todo el tiempo. Y en ese momento ustedes mismos pasan a ser, la Luz blanca. En ese momento es su naturaleza ya que es su Esencia, es su pasar a ser, es su herencia. Eso todos deben, sin excepción, manifestarlo. Por supuesto, una serie de miedos, una serie de elementos situados dentro de la Unidad del ego, representante de los compromisos llamados últimos o Arquetipales, vinculados por ejemplo a su rectitud, vinculados a su propia perfección, a su propio sentido del Bien, a su propia religión, a sus propios condicionamientos que los llevaron allí donde son. Incluso eso es necesario superarlo. Incluso es necesario aceptar que la Luz lo disuelva, enteramente, para ser la Luz. No pueden ser la Luz y ser cualquier Sombra, aquí, en el juego de la Sombra y la Luz. Es a eso que se llaman. Ustedes han de responder con el Corazón o de otra manera. Todo eso no son palabras que les digo simplemente, sino, sobre todo, estados que deben vibrarse dentro de su Corazón y vivirlos enteramente si se abandonan él. Abandonarse a la Luz es volver la Luz. Abandonarse a Cristo es volverse el Cristo. Abandonarse la Fuente, es volver a la Fuente y eso es posible en este fin de los tiempos, aquí mismo. Pero Recuerden que el Fuego del ego puede a veces sorprenderles. Entonces, en ese momento, volverán a caer bajo la influencia de la Unidad del ego, con sus pretensiones, con sus necesidades de comprensión, con sus necesidades de justificación, con sus necesidades de Amor que son totalmente lógicas en la Dualidad pero que no tienen más sentido en su propia Presencia Unitaria, porque en ese momento pasan a ser lo que quieren, es decir, son la totalidad. No existe ya ninguna separación. ¿Entonces no siendo ya separados, por qué reivindicar cualquier cosa? ¿Por qué querer mostrar o demostrar cualquier cosa? Tienen exactamente que ser, aceptar este estado de ser y vivir su Samadhi trayéndose, de manera ineludible e inexorable, al Maha Samadhi. Es en ese momento que reconstruirán el Templo en tres días, el Templo del Espíritu que se construirá, enteramente. 

Es a eso que se llamarán. Es a eso que María les llamará, una vez la revelación del Cristo realizado y eso, hay que vivirlo en la Conciencia y en la Unidad, no en la Unidad del ego sino en el Fuego del Corazón inicialmente, que establecerá, en ustedes, esta Unidad del Espíritu, por el Fuego del Espíritu, el Fuego de la Tierra y el Fuego del Éter, poniendo fin al juego de Fuego del ego y penetrarán los Reinos de la Eternidad, que es su Reino. Entonces es necesario hacer suyas las palabras del Cristo: “nadie puede conocerme si no reaparece de nuevo. Nadie puede penetrar al Cielo si no vuelve a ser de nuevo como un niño, virgen, lavado de toda herida, lavado de toda definición, lavado de toda proyección y de todo pasado desnudo”. Es en ese momento que se vive la Resurrección y es a eso que se llaman. He aquí las palabras que tenía para ustedes que vibrar. No iré más lejos en la descripción ni en la Vibración pero permanezco no obstante con ustedes un momento para, si me es posible, para intentar responder, siempre por este método Vibratorio, sobre sus preguntas. Entonces Hermanos y Hermanas aún en este cuerpo, les escucho. 

No tenemos preguntas. ¿Le sería posible permanecer aún un poco, en simple Presencia Vibratoria para que se puedan experimentar más detenidamente estos espacios? 

Hermanos y Hermanas, respondo entonces con una gran solicitud a petición suya. Entonces, juntos, vamos a re-acoger, por tres veces, la Presencia y el Cristo. 

... Efusión Vibratoria...

Y por tercera vez, y les digo hasta pronto, ahora. En la Paz del Cristo.

... Efusión Vibratoria...

http://www.autresdimensions.com/article.php?produit=1115

No hay comentarios: