11 julio 2011
Soy MA ANANDA MOYI. Mis muy queridos Hermanos y mis muy queridas Hermanas, que la Paz y la Alegría estén en ustedes. Vengo a ustedes, esta noche, para expresar una serie de elementos, vinculados sobre todo con mi vivencia, en encarnación, y también, vinculados con mi Vibración de Estrella AL, que está vinculada al Fuego. Este Fuego que puede ser tanto el fuego del ego, como el Fuego del Corazón, antes de su Revocación. Entonces, vengo entre ustedes para intentar hacerles percibir, más allá incluso de las palabras que voy a emplear (que son necesariamente resultantes de mi experiencia y mi cultura de entonces), la expresión de lo que es el Fuego del Corazón, y la expresión de lo que es el fuego del ego. Así como lo saben, volvieron a entrar en un proceso particular de despliegue de la Luz, delante de llevar el humano a vivir una serie de mecanismos, de transformaciones, o no, de la Conciencia. Entonces, el Fuego del Cielo, este Fuego del Espíritu, cuando se despliega en el ser humano, va a desencadenar, diría, una serie de mecanismos. Y también, según el impacto de este Fuego que deviene, y su localización, se van a ocurrir una serie de manifestaciones, de la propia Conciencia, y también de la personalidad manifestada en el mundo, allí donde son. Entonces, por supuesto, existen testigos vibratorios de percepción, traduciendo y acompañando, hasta cierto punto, la llegada de la Luz. Que eso esté en la cabeza, en el Corazón, en el sacrum o en las zonas de despliegue de la Luz Vibrante. Se les describió un mecanismo importante. Este mecanismo importante, recogido en muy numerosas ocasiones, por Arcángeles y por los Antiguos, y también por algunas de mis Hermanas, se conecta directamente al mecanismo del Abandono a la Luz. Entonces, por supuesto, el Abandono a la Luz va a traducir la manifestación de un estado de consciencia, que pasa de un estado a otro, de un método de funcionamiento a otro, que es profundamente diferente. Como el Amado Juan lo decía: mucho hubo llamados, pocos los electos. Habrá, por eso, en el período que viven, y a través de los elementos que había descrito entonces, elementos de confusión importantes, tanto en la Conciencia individual, como en la Conciencia del cuerpo de la sociedad, del cuerpo social en su conjunto. La reactividad a la Luz, la recepción de la Luz, el despliegue de la Luz, no se hace según los mismos auspicios, y según la misma Gracia, según, hasta cierto punto, el ego que se encuentra.
Existen una serie de etapas, para los, en cualquier caso, que aceptarán la Luz, que no se desviarán, sino que podrán vivir esta aceptación, desde el ego, o desde el Corazón. El resultado será eminentemente diferente, por supuesto, en la Conciencia y en el comportamiento mismo del ser, en función de lo que es capaz de metabolizar de esta Luz. Entonces, por supuesto, algunos Antiguos lo desplegaron, y mencionaron, un conjunto de funcionamientos particulares vinculados a este despliegue de la Luz, a esta apertura, este despertar del Canal del Éter, y una serie de modificaciones ocurriendo, precisamente, en el Cuerpo de Deseo, y delante a conducir, a manifestar la totalidad del Espíritu y la Conciencia Unitaria. Por supuesto, la calidad intrínseca (así tanto es, que se pueda hablar así) del ego, en función de elementos, llamados su Humildad, su Simplicidad, su capacidad para ser en la calma, para haber emprendido un trabajo (cualquiera que sea la forma de este trabajo), ya antes, va a ser, hasta cierto punto, no condicionando, sino en cualquier caso orientando para la manifestación de la Conciencia, en reacción o en resonancia con la Luz que se despliega. Por supuesto, todo será diferente, según que la Conciencia ordinaria ya haya vivido experiencias de acceso a la Unidad, o en cualquier caso experiencias de Vibraciones, de Fuegos, en la Corona Radiante de la cabeza o en la Corona Radiante del Corazón, o también en el sacrum. Algunos seres (desde ya, para algunos de ellos, desde un número de años), viven transformaciones incesantes, traduciéndose, poco a poco, por una transformación de la Conciencia, preparándolos a vivir este Abandono a la Luz y vivir esta Unidad, esta facilidad. Se le les dijo, muy a menudo, que se hará a cada uno, muy exactamente, según su propia Vibración. Entonces, por supuesto, si en el ser humano, no se evacuan aún completamente una serie de deseos, ellos arriesgan, durante esta fase, de manifestarse por lo que se llama el fuego del ego, más bien que el Fuego del Corazón. Incluya que, en mis observaciones, no hay de juzgar, a quienquiera, sino darles los elementos, objetivos y sensibles, permitiéndoles observar sin juzgar, en torno ustedes, lo que es del orden del ego y del orden del Corazón. Entonces, en primer lugar, hay una diferencia esencial, incluso en este fuego, dondequiera que sea, que va a traducir el Corazón o el ego. Y, antes mismo de hablar del fuego del ego o el Fuego del Corazón, es necesario redefinir, muy brevemente, lo que es el ego y lo que es el Corazón. Más allá de toda concepción, más allá de todo concepto espiritual o religioso, o incluso social o cultural.
El ego, por definición, es lo que trae cualquier experiencia vivida, dentro sí. Siempre para un concepto de comparación, o de apropiación. El ego es pues algo que va a encerrar, y traer siempre a sí mismo (por el momento sin ningún concepto peyorativo), a vivir todo lo que puede. Ya que el ego no puede definirse sino con relación al pasado, con relación al futuro. Y vivida la experiencia, cuando se vive, lo traerá siempre a una clasificación, a una discriminación, a un juicio de valor, de la experiencia vivida. Siempre con relación a su propia referencia, a su propia vivencia, a sus propias creencias, a sus propias heridas. El Corazón, más allá de todo concepto conceptual de compasión, de empatía, la Conciencia del Corazón (incluso antes que aparezca, una vez más, el fuego del ego o el Fuego del Corazón), ya es la Conciencia que permite no apropiarse lo que se vive. Dónde ya existe una forma de distancia, una ausencia de juicio, de lo que se aporta a la Conciencia (que eso se refiera a uno mismo, que eso se refiera a todo acontecimiento o a todo elemento interpersonal, ocurriendo en lo que se vive). El ego está pues, permanentemente, juzgando, a seriar, discriminar, intentar entender. El Corazón, va a ser Pacífico, va a tomar el retroceso, va a rechazar el juicio, no va a tomar nada para sí. Va hasta a estar de acuerdo, si no está de acuerdo. Va a darse el tiempo de no ser, hasta cierto punto, en una reacción o en una comprensión intelectual. Sino más bien, en un tiempo quizá un poco diferente que aquél que evoluciona en el ego. Dónde allí, la reacción, el juicio, la emoción, la comprensión es a menudo muy rápida, no teniendo en cuenta el conjunto de una situación, pero teniendo en cuenta la experiencia pasada, incluso, a definir este presente, esta reacción que está a vivirse. En realidad, el ego, generalmente, trae siempre muy a su propia experiencia, y es pues, por definición, incapaz incluso definirse en una Conciencia más extensa, donde todos estos conceptos no existen ya. Entonces, por supuesto, el humano no siendo ni nunca completamente bueno, ni nunca completamente malo, ni nunca completamente en el Corazón, ni nunca completamente en el ego, existe en una mezcla siempre de las dos conciencias. Pero que, se lo preciso, no es aún la Conciencia Turiya. Para que la Conciencia Turiya exista, es necesario de verdad pasar en Unidad. Es necesario que el ego esté superado enteramente. Y que todo lo que resultaba, ya, en el ego que calificaría normal, y en el Corazón normal, no se vuelva ya exuberante, sino al contrario completamente superado.
El fuego del ego (vinculado a la Luz Vibrante, a su despliegue, en adelante) va a traducirse, siempre en el ego, en una necesidad de definirse, generalmente con un concepto de tamaño, donde el propio ego va a apropiarse el fuego. Y, allí también, dónde todo lo que se vive, incluso del orden de una diferente Conciencia, va, hasta cierto punto, a ser adaptado por la propia persona. A menudo, eso puede acercarse de lo que se llama el megalomanía. Esta megalomanía hace que, la Conciencia que vive eso, en el ego, va a tender a definir todo lo que se vive en el sentido de su apropiación, e incluso la Unidad. Eso va a dar situaciones un poco cómicas, visto el exterior, donde este fuego aparente va a ser, efectivamente, un fuego devorando (el fuego llamado Luciferino o Prometéico) que va a implicar el alma que debe reivindicarse la Unidad, a manifestar algunas características de la Unidad, puesto que el alma se vuelve, hasta cierto punto, encendida. Y es en ese momento que se despliegan, lo que se llama el Siddhis, los poderes del alma, que no tienen nada que ver con el poder del Espíritu. Estos poderes del alma que van a dar poderes, como el nombre lo indica, de ver el astral, de ver otro, pero de traer todo eso, con relación a su propia visión y a propia personalidad. No hay pues ninguna Trascendencia, sino una ilusión de Trascendencia, donde la megalomanía va a encontrar un terreno de expresión importante. Esto puede, por eso, vivirse estrictamente al contrario, sobre una personalidad quien se puede calificar, al contrario, de atrofiada. Donde el fuego va a venir, hasta cierto punto, a reforzar este sentimiento de atrofiarse, reforzar no el ego, en ese momento, sino el miedo del ego. Causando sufrimientos, un encerramiento, lo que tendrían tendencia a llamar una tensión, al contrario de la dilatación del ego, que calificaría de megalómano. En ese momento, el ego va a retractarse para evitar, hasta cierto punto, la Luz. Traduciéndose, entonces, en una frustración, un miedo intenso, una retirada, incluso, del ego habitual. Pero, no para pasar en el Corazón, retirarse del ego.
Las dos situaciones, que son los dos extremos, están en relación con el fuego del ego. Las manifestaciones, en ese momento, se refieren, por supuesto, al plexo solar y el tercer ojo. Es decir en ese momento, este fuego del ego va a manifestarse, allí también, por poderes, que se vuelven espantosos, que se convierten en la ocasión de tener miedo. Mientras que en el ego invertido, a nivel megalomaníaco, en ese momento, ocurren todo un conjunto de procesos de definición, generalmente a personajes históricos, si es posible importantes, o incluso muy importantes. Llegando hasta a manifestar, para algunos seres, y perfectamente conocidos en el país del que era originario (ndr: la India), lo que solemos llamar el principio de definición a un gran Ser, a cuyo más conocido nombre, por supuesto, es ser un avatar. Es decir, un ser que se define sobre toda ley, porque vivió la Luz, que sólo es nada otro que el fuego Prometéico, que es confundido, en ese momento, enteramente, con el Fuego del Corazón. Por supuesto, en ese momento, no existe ninguna percepción de chakra del Corazón, y aún menos, de la Corona Radiante del Corazón. Pero hay, sobre todo, una percepción de las emociones (de suyo, como otro), y sobre todo, de los poderes espirituales, que aparecen en gran número, y que van, poco a poco, a llevar el alma a alejarse cada vez más del Espíritu, y a tomar el control a través de este fuego, llamado el fuego del ego. Entonces, por supuesto, el Fuego del Corazón no tiene absolutamente las mismas características. No hay ni retractación del ego, en un mecanismo de tensión. No hay ni megalomanía, de definición a cualquier cosa superior. Hay, sobre todo, la Paz que se instala, la Humildad, la Simplicidad, la denegación de toda apropiación, de cualquier cosa (que eso sea de una persona, de una idea o de un vínculo, cualquiera que sea), confiriendo lo que se les llamó, por otra parte, la Libertad, la Autonomía total. Pero en esta Libertad, esta Autonomía, existe una forma de Paz total, manifestada por el Espíritu, en ese momento, dando una incapacidad de serle a enfrentar, oponer, juzgar. El ser, en ese momento, se baña completamente en la Luz. No existe ya ningún juego, de Sombra o Luz. Hay una Trascendencia total, en ese caso, del ego. Y el establecimiento, solamente en ese momento, de lo que puede llamarse los distintos Samadhi, las distintas Alegrías Interiores, que no son las alegrías del emocional, o las alegrías del ego exaltado, o el miedo del ego retractado.
En este espacio de Fuego del Corazón, la Vibración es omnipresente en el Corazón. O como un calor, o como una presencia, pudiendo a veces percibirse como exterior a sí mismo, dónde se lo siente dilatarse dentro de sí. Cualquiera que sea la cultura, por otra parte: eso puede llamarse KRISHNA, el CRISTO, MARÍA, qué más da, o la Luz, simplemente. Pero, nunca, esta dilatación del Corazón no va a traducirse en cualquier pretensión, cualquier apropiación, o cualquier miedo. Entonces, el Fuego del Corazón se traduce en, hasta cierto punto, un consumación del ego. Traduciéndose en cada vez más Alegría. Y sobre todo esta no fragmentación, no situándose en la capacidad de los poderes espirituales (en el astral, por dirigir el astral, por ver el astral), sino más bien, en un sentimiento de Complitud Interior. Dónde no puede existir ningún espacio, para cualquier proyección. Ni en el espacio del sueño, ni en el espacio de cualquier cosa otra. Esto es válido, cuando esta etapa se realiza aquí mismo, en esta Dimensión donde son aún. Dónde, en ese momento, el alma y el Espíritu se vuelven directamente hacia la Luz, y se vuelven cada vez menos definidos a este cuerpo, a sus funciones. Eso llega hasta ir a manifestar períodos, más o menos largos (que fueron comunes, por otra parte, a todos estos seres que vivieron eso), a manifestar este a Samadhi extremo. Dónde hay, completamente, una extracción de la personalidad. Dónde el ser puede permanecer, como eso, sin comer, sin moverse, sin hacer nada, simplemente siendo en la Vibración de la Luz. Sin ninguna pretensión, en la Humildad y la Simplicidad más total. Y eso puede durar, para algunos seres, meses, o incluso años. Por supuesto, eso es profundamente diferente del ego agitado por el fuego, que va a reivindicar, que va a querer a toda costa poner de manifiesto que es la Luz. Mientras que el que está en la Luz no tiene estrictamente nada necesidad de mostrar, puesto que Es eso. Toda la diferencia va, por lo tanto, a situarse a este nivel. Entonces, por supuesto, en las fases que existen, manteniendo sobre esta Tierra, desde las intervenciones de este año de MÉTATRON, muchos seres pudieron llevarse, de manera temporal, por esta ilusión de luz, donde la energía bajó del ego hacia el tercer ojo, y no se instala en el Corazón. Por supuesto, los poderes son extremadamente seductores, porque a ese nivel, existen mecanismos muy precisos, permitiendo tener poder y ascendencia. Por otra parte, creo que en occidente, llaman eso: el seductor, el usurpador, el que falsifica. Y que da la ilusión de la Luz, para el que no está aún en el Corazón, que lo que está en frente él, el que está en frente él, representa una luz. En realidad, la Luz, como ya se sabe, y sobre todo en el Fuego del Corazón, no puede estrictamente reivindicar nada. Puesto que la pretensión misma, de cualquier cosa, en la Ilusión (puesto que se extrae a la persona, en ese momento, de la Ilusión), lo hace instantáneamente volver a caer en la Ilusión. Y la pretensión del ego, o de la necesidad de reconocimiento del ego, que es la causa a menudo de este fuego del ego. A partir del momento en que el ego se pacifica, a partir del momento en que el Fuego del Corazón se manifiesta de manera más intensa, el ego va a tomar menos superioridad. Va cuanto menos a poder producir, va menos a poder manifestarse, va menos a poder reivindicar. Y en ese momento, más el Corazón sube su propia Vibración, cuanto más los poderes se alejan, menos hay capacidad real para imbuir, incluso, los juegos de los unos y de los otro en el astral, porque la Visión pasa a ser entonces, completamente, lo que se llama la Visión Etérica o la Visión del Corazón. Que es una Visión, que no tiene ya nada que ver con los juegos de ego, los juegos de seducción, y los juegos de papel, pudiendo existir en la Ilusión.
Entonces, existe una diferencia fundamental. Por supuesto, el que está en el fuego del ego no querrá nunca verlo. Será muy en toma a sus propias emociones, a sus propias exaltaciones, a su propia Ilusión del tercer ojo. Y no podrá, en ningún momento, percibirse él mismo diferentemente sino en el Fuego del Corazón, allí es la paradoja. Va a declamar, reclamar, a manifestar (en un sentido o en otro, que no es el del Corazón), mientras que el Corazón va a hacerse una suavidad. El Corazón es un Fuego que devora, pero que devora la Ilusión, de la vida en la Ilusión de matrices, en Maya. Así pues, el Fuego del Corazón confiere la suavidad. Confiere, no la indiferencia, sino el verdadero traslado, de todos los problemas de este mundo. No hay ninguna pretensión, de cualquier cosa, en el Espíritu. El Espíritu no reivindica absolutamente nada, como lugar, como papel, como función en este mundo. El propio Espíritu sólo tiene necesidad de ahogarse en sí mismo, hasta cierto punto, es decir, en la Beatitud, y en lo que se llama. Por supuesto, todos los seres que vivieron este estado, a veces, deben volver a bajar, diría, de un nivel. Para poder dar prueba, para poder escribir. SRI AUROBINDO fue de aquéllos. Otros se aislaron. Otros, aún, tomaron un determinado retroceso con toda forma de espiritualidad, para encontrarse en su Verdad. Dónde no existe posibilidad, de llevarse uno mismo (como a ustedes dicho) en barco, o de llevar a quienquiera en el barco. Eso puede dar, efectivamente, la percepción, al exterior, de alguien completamente inaccesible, completamente impermeable. Y lo está, efectivamente, a las emociones. Lo que no es una indiferencia, sino la verdadera Vibración del Corazón. Dónde simplemente, la propia Presencia del ser basta a emanar esta Luz, sin nada a querer, sin nada a pedir. Simplemente el hecho de ser en este estado, y solamente en este estado. Lo que explicaba, por ejemplo, de mi viva que, en algunos momentos, hasta se veían obligados a hacerme comer, cuando, no obstante, se juzgaba que tenía que comer o que beber. Pero, la Luz de la Unidad alimenta. El Espíritu alimenta. El Espíritu, cuando se integra, alimenta el alma y el Espíritu, pero no puede ser poseído, ni por el cuerpo, ni por el alma. El Espíritu permanece el Espíritu. Permanece Espíritu de Unidad. Manifestación de la Unidad, la Humildad, la Simplicidad. Donde no existe, una vez más, ninguna voluntad, ningún miedo. Simplemente un estado de ser que se sumerge y se funde, hasta cierto punto, en el Atman, o el Paratman, es decir, en el Todo, en sí y la Conciencia Revelada a sí mismo, que incluye que esta Conciencia sólo hace Una con todas las Conciencias, presentes aquí como a otra parte. Aunque sabe pertinentemente, y ve pertinentemente, que las otras Conciencias no tienen Conciencia de ellas mismas, en el mismo estado que ella. No obstante, no existe, e insisto al respecto, ninguna pretensión de cualquier cosa del Espíritu. El Espíritu Es, por definición, y no tiene que reivindicar absolutamente ningún lugar, ningún papel, ninguna función. Si no es dejarse llevar, por la Luz, después de haberse abandonado, y después, hasta cierto punto, de haberse ahogado.
Hay pues, realmente, una pérdida de la personalidad, una disolución de la personalidad, en la individualidad, el Atman. Bien más allá del cuerpo búdico, bien más allá del cuerpo del ego. En ese momento, el alma se sumerge completamente en esta Vibración, en este Fuego. Y se manifiesta, en él como en torno a él, una Alegría que calificaría de irrepresible. Y de insuperable, es decir no es posible, de manifestar otra cosa, que esta Alegría, esta Paz, esta Humildad y esta Simplicidad, que es la señal característica de los Corazones abiertos, como eso pudo ser ilustrado por algunas de mis Hermanas, jóvenes o más viejas, durante su vida. Si se toma, por ejemplo, a Hildegarde (ndr: HILDEGARDE de BINGEN), nunca ha reivindicado lo que sea. Aunque haya recibido, todo se recibió, reflejó y escribió. Pero nunca, eso ha podido servirle a ella, de viva, para reivindicar cualquier lugar. Así pues, igualmente Theresa (ndr: THERESA de LISIEUX), cuando decía de viva que quería el más pequeño lugar, se hacía lo más pequeña posible. Porque su Espíritu había percibido que era la única manera, en esta Vía de la Pequeñez, como lo decía, de acceder a la Totalidad. Es necesario incluir el fuego del ego y el Fuego del Corazón, en los mecanismos de la Conciencia, como un principio de vasos comunicando. Hay, y no puede existir al mismo tiempo, los dos. Cuando uno se llena, otro se vacía. Y cuando otro se vacía, uno se llena. Y la diferencia es obvia, incluso para un observador (que podría, no obstante, hacerse equivocar por la seducción y por los poderes, manifestados por el fuego del ego), y no puede nunca hacer ilusión, sobre un tiempo largo. Y la diferencia, por otra parte, es que el fuego del ego consume, literalmente, el alma y el cuerpo. Y no puede manifestarse mas que sobre un tiempo relativamente corto. Dónde, en ese momento, el delirio va a sentarse, para traerle a vivir grandes estados de confusión cada vez más. El Fuego del Corazón, por su parte, va a traducirse en un estado permanente de Paz, bien diferente de la exaltación o la retractación del fuego del ego. Esta Paz, esta Alegría, puede, como lo dije, que dure y que durara sobre un tiempo extremadamente largo, sin que ninguna alteración ocurra, tanto en el cuerpo, como en el alma. Puesto que el Espíritu tomó, enteramente, posesión. Tienen Conciencias que se personificaron, o que tomaron un cuerpo, sobre este mundo (sobre todo en el siglo anterior, y en su parte final). El Melchisedech lo probó, para la mayoría de ellos, y de otros seres que se personificaron, enteramente, este Fuego del Espíritu o este Fuego del Corazón, donde ningún fuego del ego pudo implicarse.
Entonces, por supuesto, lo que dijeron, por ejemplo, un Melchisedech como Maestro PHILIPPE DE LYON, o algunas de mis Hermanas, es absolutamente fundamental en lo que se despliega actualmente. Porque lo que se despliega es un Fuego. Y este Fuego, al igual que fuego, tiene tendencia a expandirse. Pero el hecho de expandirse en el conjunto de las estructuras y a ir, realmente, a lo que se llama los chakras de Arraigo del alma y el Espíritu, y no es la misma cosa que desplegarlo a partir del plexo solar. Por supuesto, en un caso hay Abandono a la Luz. Y en otro, hay apropiación en la Luz, pero absolutamente no Abandono. Aunque la ilusión puede, inicialmente, aparecer como seductora. Recuerden que el Fuego del Corazón no tiene nada que reivindicar. Deben ser, al contrario, lo más pequeños posible, en esta Ilusión, en la Dualidad, para convertirse en cada vez más grandes en la Luz. Y en ese momento, pasar a ser los Ancladores de Luz, los Emanadores de Luz, y no del ego. Entonces, por supuesto, este período es un período crucial, como ya se sabe, en este despliegue de la Luz. Llevando a aquéllos que están en camino, y que ya vivieron una de las Coronas Radiantes, a manifestar, enteramente, unos u otro de estos fuegos. Por supuesto, no hablo absolutamente de los que aún no vivieron, ni el fuego de la Corona Radiante de la cabeza, ni la Corona Radiante del Corazón, ni el sacrum. Pero será necesario retener que este Fuego, esta Luz Vibrante que se despliega, este Espíritu, deberá necesariamente penetrar todos los cuerpos, todos los seres humanos. Entonces, por supuesto, si ni la cabeza es permeable, ni el Corazón es permeable, en ese momento, la Luz penetrará directamente sobre los centros más abiertos. Los seres de poder, cuyo segundo chakra es predominante (a través de su papel, sobre el poder sobre otros, como a través de la sexualidad, o la necesidad de tomar la ascendencia sobre alguien otro, que eso sea un individuo o un país en su totalidad), estos seres van a enfrentarse a una desmesura de este concepto de poder, desembocando, allí también, en una megalomanía total, y una ilusión total de lo que es la Luz.
Es en el sentido que el conjunto de las preparaciones, que espero, vivieron, a través de este canal (lo que fueron entregados, lo que entregamos, o a su manera), les permitirá, a ustedes, ser sabios. Y de manifestar esta sabiduría, indispensable para vivir enteramente el Fuego del Corazón, la Humildad, la Simplicidad, los cuatro Pilares. HIC y NUNC, es decir, sistemáticamente, ponerse de nuevo en el Momento Presente. Negar, todo venido del pasado. Negar, todo venido del futuro, en visiones que ocurrirían de algo que pasa en su futuro. Es, efectivamente, muy seductor, viviendo el Fuego del Corazón, tener visiones, tener proyecciones anteriormente o en el futuro, incluso sin definirse de manera formal. Pero, si aceptan estas visiones, si aceptan estas proyecciones, en ese momento, el Fuego del Corazón oscilará en parte en el fuego del ego. Entonces, es ustedes a quienes corresponde mantener este Fuego del Corazón, ejerciendo su Conciencia a esta vigilancia. Permitiendo evitar los excesos, en un sentido o en otro. Permitiendo centrarse, permanentemente, en el Corazón. Por las distintas técnicas que se han dado, por la respiración, por la activación de las Sendas. Por la observación misma de su Conciencia, porque tanto en el fuego del ego como el Fuego del Corazón, en el primer tiempo, existe una capacidad, muy siendo en sí, de distanciarse ligeramente para verse actuar. Es en esos momentos que será necesario ser en una forma de Atención, Intención, Ética, e Integridad. Permitiéndoles, lo más posible, ser en este Presente. Ya que sólo es en el Presente que puede difundirse, como máximo, la Luz en ustedes. Y el Corazón en ustedes. Y la Divinidad en ustedes. Es a esta condición que van a poder, poco a poco, sumergirse, literalmente, en este estado de Conciencia de Turiya. Hasta extraerse, enteramente, de todo lo que hacía la conciencia separada. Y cuanto más vivirán eso, más eso se les volverá fácil. Más se les volverá fácil, alinearse en el Momento Presente. Más se les volverá fácil, ya no desempeñar ningún papel, sino ser simplemente en sí. En la Alegría del ser. En un estado de Samadhi cada vez más profundo, y cada vez más Alegre. Alejándose ustedes de todos los juegos que pueden existir en la Dualidad. Todos los juegos de posesión, todos los juegos aislándose, hasta cierto punto, en el ego, y en la certeza de llegar a alguna parte, por la Luz. Pero no puede existir realización del estado KI-RIS-TI, de otro modo sino por el Fuego del Corazón, total, y completamente instalado en el pecho. Permitiéndoles vivir la Humildad, la Simplicidad. La toma de distancia con relación a la personalidad, que no es, como eso se dijo, una despersonalización, o una pérdida de la individualidad. Pero, al contrario, un refuerzo del Espíritu, este Espíritu que no es más separado de algún otro Espíritu.
¿Entonces, cómo un Espíritu que se convierte en Espíritu, podría manifestar cualquier aversión, para otro Espíritu o cualquier alma? ¿Cómo este Espíritu, que se convirtió en completamente Luz, podría ver otra cosa, y percibir otra cosa que la Luz, más allá de los velos de la Ilusión? ¿Cómo podría ver otra Ilusión, una Ilusión que no tiene ninguna sustancia para éste, que vive en esta Conciencia del Corazón? La Unidad no es una pretensión. Es un estado del ser. Es un estado de Alegría, es un estado de Fuego del Corazón. Traduciéndose en un sentimiento de inmensidad, donde no hay más de barrera, efectivamente. Y no hay que disociar aunque sea de este estado. Sino ya de no interferir, de ninguna manera, y cada vez menos a menudo, en la Dualidad. Es a este precio que se realiza el paso, enteramente, de la oruga a la mariposa, expresión predilecta de nuestro Comendador (ndr: O.M. AÏVANHOV), su Comendador también. Es a eso, que van a tener que observar, en ustedes, como en torno a ustedes, para cada uno. Van a observar, efectivamente, los dos fuegos. El fuego del ego, el Fuego del Corazón. Mientras el despliegue de la Luz no es total, y mientras el ser no se incorporó al Sol. Como eso se escribió en los textos antiguos de la India, el que realizó la Unidad, es el que está en el Corazón, y que vivió en el Sol. Afectó realmente el Sol, se fundió realmente en CRISTO, si prefieren. Acogió realmente la Luz Blanca, enteramente. Y en la Luz Blanca, no puede existir ninguna Sombra, ningún juego de Sombra y Luz, tal como se percibe en el seno la Dualidad. Este estado se basta a sí mismo, y no tiene pues absolutamente nada que reivindicar para sí, para la personalidad, en la vida que se vive en ese momento. Entonces, recuerden, por eso, que el período que se abre ahora, es un período extremadamente corto, con relación a la duración de una vida humana normal. Y que, lo que pude vivir, cuando estaba en el cuerpo de MA ANANDA MOYI, cuando era ésta, lo viví durante años. El tiempo, diría, pasado en Samadhi, debió ser tan importante, si no más como el tiempo pasado a ser en el cuerpo del ego, que servir y hablar. En la actualidad, esto va a sobre imprimirse, hasta cierto punto, en un tiempo extremadamente corto. Puesto que eso se refiere, como ya se sabe, a menos de un año, a algunos meses.
Pues, deben ustedes ser vigilantes. Porque la personalidad estará siempre allí, mientras estén aún sobre este mundo. Pero se tiene que ustedes, en Conciencia, y ser Consciente, le conviene saber lo que quieren alimentar: seguir viviendo el Espíritu y alimentar el Espíritu, para pasarlo a ser enteramente. O entonces desviar la energía del Fuego del Espíritu, del Fuego del Corazón, hacia el fuego del ego (o el fuego del alma, lo que es la misma cosa), con el fin de manifestar cualquier necesidad exterior, del propio ego. Es en este sentido, que deben ser lúcidos. Y tener la mirada justa, sobre ustedes mismos. Pero también, sobre todo lo que va a rodearles, porque el Fuego que desciende, es el mismo estrictamente para todo el mundo. Es el impacto simplemente, que será diferente según cada uno. El impacto podrá hacerse por la cabeza, y desplegarse, entonces. Este despliegue, lo saben, haciéndose, sean en el chakra del Corazón, de la Corona Radiante del Corazón. O sea en los dos puntos llamados AL y UNIDAD (allí donde soy colocada también, por supuesto). O entonces los chakras de Arraigo del alma y el Espíritu, que permitirá, entonces, un despliegue armonioso de la Luz, en el Espíritu, para vivir enteramente la Unidad, y ya no vivir, ni el miedo, ni el revés del miedo que es el fuego del ego. Por supuesto, no hay que juzgarse tampoco uno mismo, en el fuego del ego. Pero simplemente, simplemente, intentar, en el primer tiempo que vivirán eso, de tener Conciencia, y la confianza, para poder abandonarse más aún a la Luz. Es a través de esta posibilidad, que se llamó la toma de distancia con relación a sí mismo, que a jugárselo todo va. Porque en un momento dado (que a ustedes quizá ya llegó, para algunos), van a poder desempeñar un papel, que es el de su vida. Y van a darse cuenta, que no son este papel, que no son esta persona (que tiene tal edad, que está en tal cuerpo), pero que son más que eso. Y es en ese momento preciso, cualquiera que sea la intensidad que vivían, el momento no tardará, en decidir de lo que quieren alimentar: el Fuego del Espíritu o el fuego del ego. El Fuego del Espíritu es el Fuego de la Unidad, es decir no puede existir pretensión en la Dualidad. La Unidad no tiene hacer en la Dualidad. La Unidad, diría, sólo tiene hacer en este mundo. Porque, cuando la Conciencia está en Unidad, sabe, pertinente, y enteramente, porque lo vive, que este mundo es enteramente una Ilusión y una proyección. Enteramente. No hay pues pretensión, de juego de poder, de juego de posesión, ni nada a mostrar exteriormente. Hay exactamente que mostrarse uno mismo, en Espíritu. Eso es profundamente diferente. Y de esta actitud, o no, que existirá en ese momento, ustedes demostrarán su capacidad, para manifestar el fuego del ego o el Fuego del Corazón.
El objetivo es, recuerden, una vez más sin ningún juicio, sino simplemente observando, determinar, por su vivir, en este tiempo, si van a volverse en Espíritu, o si van a volverse en alma. Es en cualquier caso una Liberación de la privación de Luz. Pero pasarán a ser lo que han creado, durante este período último de este tiempo, en que pasan a ser, como eso se les dijo, Cocreadores de su realidad. Y de su Verdad. Si su Verdad está en el alma, entonces crearán un alma, de nuevo, y un cuerpo. Si su Verdad es el Espíritu, entonces se les liberarán, se convertirán en, enteramente, el Espíritu, y libres de todo concepto carbonoso. Una vez más, no hay un camino que es mejor que otro, ya que los dos pertenecen a la experiencia, a la experimentación. Pero sean bien lúcido, de esto hacia que se comprometen, en esta Liberación. O el fuego del ego, o el Fuego del Espíritu. O la Humildad y la Simplicidad les conducen al Abandono total, para vivir eso, o ustedes deciden otra cosa. Pero allí también, será necesario, en cualquier caso, tomar Conciencia, en este tiempo reducido. Entonces, es muy fácil tomar Conciencia, cuando hay el Fuego del Corazón, porque lo saben. Es muy difícil, cuando hay el fuego del ego, o el fuego de la retractación del ego, porque, allí, consigue más bien situaciones de sufrimiento, cólera, Ilusión. Quién puede, inicialmente, hacer creer por la exaltación, al Fuego de la Unidad y el Corazón?. Pero eso no puede durar. Entonces, más que de vivir formas de daños particulares (dónde la Luz es un Fuego, como ya se sabe, que quema el ego, y que quema también el alma), es necesario estar vigilante. Sin hacer una obsesión, pero de ver bien, para ustedes como en torno ustedes, lo que pasa. En las interacciones entre los seres, en las interacciones con usted, y los distintos niveles de usted. Recuerden, por eso, que cuando el Fuego del Corazón está allí, están en esta Alegría. Dónde todo es lleno, donde nada puede ser vacío, donde no puede existir ninguna falta. Dónde no puede existir, una vez más, ninguna proyección, de cualquier cosa. Recuerden que tienen los medios, por eso, de dirigir su Conciencia. Simplemente, rechazando todo lo que es proyección. Rechazando todo lo que va a ser visiones, que no es la Visión del Corazón o la Visión Etérica. Toda proyección en el astral, toda proyección en la emoción. Simplemente al ser conscientes de eso, se acercarán, cada vez más, de su Humildad, de su Simplicidad, y en consecuencia de vivir, enteramente, Fuego del Corazón y su Unidad.
He aquí algunos elementos que, debido a mi Vibración AL, se me pidió transmitirles. Si, con relación a lo que acabo de expresar, y con relación a eso solamente, mis Hermanos y mis Hermanas, tienen preguntas, interrogaciones o dudas, entonces intentaré responder de lo mejor que pueda.
Pregunta: cuando una persona está en el fuego del ego, a priori, ella no tiene conciencia. ¿Qué es posible hacer en ese caso? Del exterior, absolutamente nada. Porque el que va a querer oponerse, volverá a caer, él también, incluso si estaba antes en la Unidad, en la Dualidad. Y, entonces reforzará el fuego del ego. Ya que el fuego del ego no quiere sobre todo apagarse. Se apagará de sí mismo, cuando se consumirá enteramente, en el cuerpo o el alma. Eso significa, que en general, el metabolismo del fuego del ego, cambió de dirección en recalentamiento, eso va a inducir una serie de perturbaciones fisiológicas pudiendo, allí también, desgraciadamente, ser interpretado como una Unidad. Como la imposibilidad de dormir, la imposibilidad de comer, una temperatura del cuerpo extremo. Una agitación, terminándose por un agotamiento, y generalmente, por lo que es llamado un delirio. Observarán, cada vez más, este mecanismo a la obra, en el período que van a vivir. Incluya que no es la Luz que quiere eso. De la misma forma que lo que observan, hoy, como reacción a la efusión de la Luz Blanca (que eso sea a través de los volcanes, que eso esté a través de los vientos, que eso esté a través de los seísmos, o de los organismos sociales, o de los países), sólo es el resultado de la incomprensión de la Luz. No es la Luz que hace eso, sino los seres humanos, o la Tierra que se libera. La Luz no será nunca responsable de todo eso. La única manera, para ustedes quienes se despiertan, aquí como a otra parte, es permanecer en esta Humildad, en esta Simplicidad, en esta voluntad (no una voluntad, sino este concepto de Atención, de vigilancia), dejarse llevar, por un pasado o por un futuro, cualquiera que sea. Pero de centrarse, cada vez más, en HIC y NUNC. Eso será ayudado en gran parte por la activación de las Sendas de Luz Vibrante, en el sacrum. Pero, mientras la efusión de la Luz blanca, y el despliegue por los puntos AL y UNIDAD no es total, hay efectivamente un riesgo de fricción, un riesgo de arrebato. Pero todo depende, una vez más, de la calidad o la cantidad de ego, que es encontrada en ese momento. Hay testigos, por supuesto. Los testigos son lo que dije: este calor del cuerpo que no es agradable, el hecho ya de no comer, excitarse, salir de sus bisagras, no encontrar la Paz, no poder seguir siendo tranquilo (en todos los sentidos del término), es una señal que debe alarmar sobre el fuego del ego. Sin embargo, tranquilícense, cuanto más se abandonarán a la Luz, y más la dejen trabajar por su Inteligencia, menos se someterán al fuego del ego. El fuego del ego, es precisamente el que se niega, en su conciencia, a dejar actuar la Luz. Si dejan actuar la Luz, enteramente, no hay ninguna razón de que este fuego del ego pueda nacer, o aparecer.
Pregunta: ¿es reversible? Mientras existe una lucidez, sí. Mientras existe una posibilidad de Abandono a la Luz enteramente, hay, efectivamente, una reversibilidad. En cualquier caso, recuerden que, cualquiera que sea el fuego que anima un ser (que eso sea el fuego del poder, el fuego del ego o el Fuego del Corazón), en cualquier caso, estos tres fuegos implicarán la Liberación. Pero en absoluto no el mismo tipo de Liberación.
Pregunta: ¿este despliegue del Fuego se extenderá hasta el final de esta dimensión? Sí. Va a ir creciendo y en creciente. Es el conjunto a las manifestaciones de la Tierra. El Fuego de la Tierra y el Fuego del Éter, el Fuego del Cielo, son las ilustraciones, en su cuerpo. Puesto que lo que observan exteriormente, está exactamente a lo que pasa en su Interior.
Pregunta: ¿cuándo el ego se apega siempre, al hecho de estar separado de la FUENTE, cómo sobrepasar eso sin combatir? El combate refuerza la separación, sin excepción. Ya que el combate, la reacción, mantiene la Dualidad. El problema no consiste en saber cómo, puesto que la única manera, es vivir el Abandono. Y el Abandono es de verdad esta Crucifixión que tienen que vivir. Este paso de esta tercera Puerta, es allí, dónde abandonan completamente. Todo papel, toda función. Todo lo que no es el Espíritu. Con el fin de realizar el Espíritu, aquí.
Pregunta: cuando las manifestaciones del Fuego del Corazón implican dolores, puede ser difícil permanecer concentrado sobre este Fuego del Corazón. ¿Cómo hacer en ese caso? Mi Hermana, te responderé que, en el Fuego del Corazón, todo dolor no te pertenece. Y no puede, nunca, ser un desconcierto. Se percibe como un dolor, considerado como un dolor. Pero la Conciencia está más allá de este dolor, en el Fuego del Corazón. Se conoce que el humano, cuando vive un dolor extremadamente fuerte (como sobre el ámbito de batalla), en un momento el dolor va a convertirse en intolerable, muchos seres humanos describen, en ese momento, que no son ya este dolor, que ellos no son ya este cuerpo. Existe, hasta cierto punto, una sideración de las señales, vinculada a una situación urgente. Este proceso es, exactamente, el mismo que se vive cuando hay el Fuego del Corazón. De la misma forma que no son este cuerpo (no veo cómo, no siendo este cuerpo) ustedes no pueden en ningún caso ser el sufrimiento, que se manifiesta en este cuerpo, puesto que no son la Conciencia de este cuerpo. Lo que se vive en situaciones urgentes, en casos pues particulares, se encuentra, de la misma forma, en el estado de consciencia Turiya, o en la Unidad. En ese momento, el cuerpo es completamente insensible. El dolor, aunque se percibe vagamente, en alguna parte, en la Conciencia, no puede ser pregnante y absolutamente tomar el frente de la escena. Entonces, si existe en este cuerpo, en el establecimiento del Fuego del Corazón, dolores, eso corresponde a últimas Sombras que se eliminan por la influencia de la Luz. Pero en cualquier caso, allí también, es necesario ya no definirse al dolor. No es negando un dolor, que va a desaparecer, eso ustedes lo saben todos. Sino es volviéndose a esta Conciencia Unitaria que el dolor no puede ya afectarles, en la propia Conciencia. Los centros del dolor, en ese momento, se vuelven ineficaces.
Pregunta: ¿no hay una paradoja entre el hecho ya de no definirse al cuerpo, y las manifestaciones corporales que hay en el Samadhi, como el hecho ya de no comer? En el Samadhi, hay efectivamente la posibilidad absoluta más de no introducir nada. En el fuego del ego, hay también, por consumación, el hecho ya de no comer. Pero el resultado no es en absoluto el mismo.
Pregunta: ¿la Conciencia no se centra pues al mismo lugar? No. La conciencia del ego se centra en el ego. La Conciencia de la Unidad, más allá del Fuego del Corazón, precisamente no es centrada, en ninguna parte. Es omnipresente por todas partes. Lo que es una diferencia fundamental, allí también. El que vive la Unidad, es el árbol, el niño que acaba de nacer del otro lado de la Tierra, el Sol, todo el resto. Eso no es una vista particular del Espíritu, o un pensamiento, o un concepto, pero es la Estricta verdad.
Pregunta: ¿cuál es la actitud más exactamente posible ante personas que están en el ego? Permanecer en el Corazón. ¿Ya que el que permanece en el Corazón, y que se enfrentaría a un ego, en nombre de que interferiría con una Ilusión? Puesto que, precisamente, salió de la Ilusión. Recuerden lo que ha sido dicho por numerosos participantes: la conciencia del ego se localiza, en un espacio, en un lugar, que es este cuerpo, en esta vida. La Conciencia del Espíritu no está en ninguna parte, y por todas partes.
Pregunta: ¿es entonces imposible desplazarse? ¿Eso sería, hasta cierto punto, una posición donde el cuerpo es estacionario? ¿En qué situación? ¿Qué se desplaza? Si el cuerpo es estacionario, la Conciencia pudiendo ser por todas partes, ella en este cuerpo, como en el Sol, como en otro cuerpo. Está precisamente en desplazamiento total, puesto que no se localiza ya. Les recuerdo que es a eso, que van a llamarse. Que es eso exactamente, lo que va a pasar a través del Fuego del Espíritu que se vierte. Cuando se les dice que salen de la limitación, de la compartimentación, esto no es una vista del espíritu, o un discurso. Imbuya que es la Estricta verdad, de la Conciencia.
Pregunta: ¿podrían desarrollarse sobre el fuego del ego negativo, un término que se habría utilizado? El ego negativo corresponde a otra especificidad del fuego del ego que, delante de este Fuego, y ante la Luz, se retracta. El miedo, en ese momento, se vuelve enorme. Hay una tensión, una tensión, porque el ego tiene miedo de morir. Entonces allí, obviamente, no es que este ego se apropia el Fuego. Porque incluso eso, le da miedo. Entonces, va a manifestarse un ego negativo. Este ego negativo va a decir: no soy digno, soy indigno, no es el momento. El miedo, la angustia, va entonces a manifestarse. Es la situación exactamente opuesta de la exaltación. Pero es también lo que puede llamarse un fuego del ego negativo. Este fuego ya no se vuelve hacia el exterior, sino hacia el interior, del propio ego. Y va a corroer, hasta cierto punto, y va a consumir, de una manera menos evidente, que un ego en el fuego del ego clásico. Pero va a conseguir una negación, incluso, y no una Trascendencia. Una negación de la Luz, un miedo de la Luz. Y un encerramiento en el miedo, y en la retirada. Hay entonces, en ese momento, una consumación también, pero se hace del interior, es decir, por el cuerpo. Y tampoco por el propio ego, o por el alma, es decir, por las manifestaciones del comportamiento, las emociones, el exceso del mental, sino por una consumación interior en el cuerpo, que va a corroer, hasta cierto punto, el hígado, la falta. El ser se corroe del interior, de sí mismo. En ese caso, él hay miedo de ser. Mientras que en el otro caso, la consumación exterior, hay allí miedo de no ser. Todo se resume a un miedo.
No tenemos más de preguntas, le agradecemos.
Les ofrezco a mis queridos Hermanos y a mis queridas Hermanas, todo mi Amor. Vayan en Paz, ya que lo que viene es una gran Alegría, aunque por el momento, para algunos de entre ustedes, el mental es paralizado por este Desconocido, donde la emoción puede tomar el paso. Recuerden que en definitiva, hay exactamente que dejar la Inteligencia de la Luz desplegarse, no querer interferir, de una manera como otra. Y si hicieron eso, si aceptan eso, todo irá para mejor, y el Espíritu se desplegará en toda su majestad. Es a partir del momento, donde la personalidad quiere asumir (sus propias emociones, su propio destino), que las cosas se vuelven en general muy mal. Olvide las leyes de este mundo, olvide las leyes de la depredación, olvide las leyes de la competición, olvide los miedos. Lo que viene es Amor, enteramente. ¿Entonces, a que temer? El temor vendrá siempre del ego, del mental o de la emoción. Nunca del Espíritu. Con todo mi Amor.
Hasta un próximo día.
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