domingo, 1 de enero de 2012

MARÍA - Despierten y Esten Alertas...


31 diciembre 2011

Soy MARÍA, Reina de los Cielos y de La Tierra. Mis Amados Niños, doy la Gracia para nuestra Comunión. Doy la Gracia para su Presencia y su recepción. Vengo pues a ustedes, por tercera vez (ndr: ver las intervenciones del 17 y 24 de diciembre últimos). El Comendador de los Antiguos les comunicó una serie de elementos, (ndr: O.M. AÏVANHOV), a la hora en que un número de entre comienzan a oírme, a oírme llamarles, a la Luz, a la Unidad y a la Verdad. Y dónde algunos otros de entre ustedes se preparan a oírme llamarles. Muchas cosas se juegan, en ustedes. Muchos elementos se juegan, sobre esta Tierra y en sus Cielos. A partir de este momento, volvemos a entrar, ustedes y nosotros, en tiempo crucial cuando debe desplegarse y revelarse, en la Conciencia, la Verdad absoluta de su Ser. Entonces, por supuesto, como lo dijo el Comendador, eso puede traducirse, en ustedes, en cosas, inicialmente, no siempre felices. Porque, como siempre, lo que les es desconocido, en esta Dimensión, puede llamar y hacerlos resonar, en la Conciencia, del miedo y la angustia. Pero, muy rápidamente, la Alegría estará presente. Porque, cualesquiera que sean los juegos y los papeles que quieren jugar algunos de entre sus Hermanos y Hermanas, en el miedo y en la oposición a la Luz, recuerden que la Luz está allí y que les riega a La Fuente. Y que es su alimento y su respuesta. Y de ello, toman conciencia, cada vez más. 

Entonces, van hacia su desconocido porque eso es su Verdad. Muchas señales están en ustedes. Muchas señales están en sus Cielos. Se los había enunciado y había anunciado. Se realizaron. Queda, ahora, por recorrer el tiempo de sus Bodas de Luz y la Ascensión colectiva de La Tierra. Ésta, en este tiempo crucial, comienza a desplegarse, en su inteligencia, en su comprensión, en su vivido. Cualquiera que sea su conciencia, ustedes quienes me leerán, quienes me oirán, quienes vibrarán, o no, a mis palabras, recuerden que son la Eternidad. Y que la Eternidad, que pone fin al transitorio, que se refiere tanto a lo que juegan como papel, en esta vida, que no es la verdadera Vida. El Templo se construyó. Se albergó, en ustedes, el despliegue de la Luz y la Divinidad, dándoles a vivir nuevos espacios y un nuevo tiempo, trayendo nuevos Cielos y una Nueva Tierra. Estos nuevos Cielos y esta Nueva Tierra serán, para cada uno de entre ustedes, diferentes. Porque van a revelarse, en este tiempo crucial, muchos elementos, en ustedes, más allá de nuestras palabras que podemos darles, más allá de toda lectura (por la experiencia misma de su conciencia y por la Llamada que realizo, en ustedes, o que realizan otras Estrellas entre las doce Estrellas). Sólo están allí para despertarles y despertarse, de manera definitiva, a su Eternidad. 

Entonces, se les realiza su Pasar a ser, el que se refiere a la Eternidad de su Luz. Entonces, se les prepara el Encuentro con el Cristo. A partir de este tiempo crucial, los venticuatro Antiguos se reúnen, ahora, en Cónclave, en sesión plena y permiten pues el paso de esta estrecha Puerta, a nivel colectivo. Ésta es anunciada por la Estrella, preparándoles a vivir la Estrella, en ustedes. Estas Bodas de Luz son las Bodas de La Tierra: la de su Subida y su Ascensión. Por supuesto, existen aún elementos resistentes a la superficie de esta Tierra, en la conciencia del hombre, en la conciencia de muchos Hermanos y Hermanas. Pero el trabajo realizado, y lo que viven como enfoque de su Eternidad, por mi llamada, que es personal, preparan, por supuesto, mi llamada colectiva. Una vez más, no busquen fecha pero, con carácter individual, lo que viven prefigura y anticipa la llamada colectiva de la Luz, para cada Hermano, cada Hermana, cada alma, que se personifica o no, en este sistema solar.

Entonces, alégrense. Vayan, cada vez más, hacia su Humildad, hacia su Simplicidad, hacia su Transparencia. No detengan en nada. Dejen penetrarse por la Luz y su Inteligencia ya que no es nada otro que usted. Llevándose a deshacerse de todas sus prácticas, de todos sus sufrimientos, de todas sus angustias. Preparando su Casa para el tiempo colectivo que se anuncia, en este momento crucial. La intensificación, para los que lo viven, de la percepción de sus Vibraciones, se traduce, para su Conciencia, por lo que se llamó la Deslocalización. Y ésta va a pasar a ser, para ustedes, cada vez más obvia, a partir del momento en que responden, individualmente, a mi llamada. Que eso sea mi voz que lo llama, por su nombre. Que eso sea las campanas que zumban en sus orejas, y los tímpanos, o también el Coro de los Ángeles. Todo eso contribuye a despertarles para que la Eternidad de su momento personal e individual les conduzca a la majestad de la Gracia. Con el fin de más nunca tener sed. Con el fin de más nunca dudar. Con el fin de más nunca esperar. Ya que podrán decir, en ustedes, que todo se realiza, restando entonces a esperar la realización colectiva de esta Tierra y el conjunto de la humanidad Una. 

Por supuesto, en torno a ustedes, a lo sumo cerca como un poco más lejos, cada ser elige, con total Libertad, donde debe colocar su Conciencia, en este proceso colectivo. Les queda por estar atentos a mi Llamada. Les queda por estar atentos a mi voz, al Canto de los Coros Celestiales, ya que vienen a, realmente, despertarles para prepararse al momento colectivo de La Tierra. Ya que, ustedes mismos prepararon La Tierra por su acción de Ancladores y Sembradores de Luz. Así pues, como se lo había dicho el Comendador de los Antiguos, durante este año que acaba de pasar, sobre esta Tierra, todo se realiza, dentro ustedes. La Estrella que anuncia la Estrella, por lo tanto, vino en el momento más conveniente. El Conjunto de las señales van, en ustedes, a hacerles vivir y a asimilar la realidad de la Unidad, la realidad de la Luz que son. Entonces, en ese momento, progresivamente, saldrán del sueño. Despertarán en otro espacio, otro tiempo, otro lugar. Y, no, no sueñan: eso es la Estricta verdad. Esa es la manera, para la Luz, de volverles en Gracia por su acción, de volverles en Gracia por su trabajo de Abandono a la Luz, a su estado de Divinidad que, cualesquiera que sean los obstáculos, cualesquiera que sean las dudas, cualesquiera que sean los períodos más o menos difíciles, les llevó hasta ahora, de nuevo, en este tiempo crucial en que la Cruz, en su majestad y en su aspecto glorioso, se manifiesta, en ustedes y en sus Cielos.

En ustedes permanece, siempre, despertarse, aún más. Esto se corresponde al proceso de la mañana en que se despiertan, quizá, más o menos embrumados, requiriendo un determinado tiempo para reanudar la conciencia de su limitación y su fragmentación. Ahora, el proceso de su Despertar pasa a ser, completamente, al contrario, porque es, en estos momentos en que les llamo, y donde resuenan el Coro de los Ángeles (o el Canto de los tímpanos y campanas), que son lúcidos. Es en estos momentos cuando se despiertan, de verdad. Entonces, respondan a la Llamada. Con una gran Humildad. Con una gran Simplicidad. Déjense atravesar. Déjense penetrar por la Luz para que lo que permanece de su persona se vuelva, enteramente, claramente, enteramente Transparente, enteramente Unificado. Entonces, la Vibración del Cuerpo de Luz les afectará de su Gracia, que combinan en su Cuerpo que sigue siendo aquí, plenamente presente a ustedes mismos, sobre esta Dimensión. Sabrán, entonces, que el momento colectivo (de La Tierra) de mi Llamada se precisa y es, ahora, muy cercano.

Entonces, vayan en la Alegría. Vayan en la Paz. Vayan en la Unidad y la Simplicidad. Que su mirada se vuelva límpida. Que sus gestos se vuelvan límpidos. Y, sobre todo, ámense como se les ama. Obsérvense con el mismo Amor. Obsérvense con la misma constancia. Obsérvense con la misma Gracia. Estén completamente, presentes a ustedes mismos, sobre todo en los momentos en que la Luz les llama, por mi Voz o la Voz de una de las 12 Estrellas o, aún, por el Canto de la Luz, el Canto del Cielo y La Tierra, el Canto del Alma y el Espíritu. El Canto de las Bodas de Luz llegó hasta ustedes. Para los de entre ustedes que no participaron, como Ancladores y Sembradores de Luz (porque la opacidad les impidió vibrar, por miedo o cualquiera otras razones), hoy eso va a abrirse, para ustedes, dándoles a vivir, si hicieron confianza, enteramente, a su Despertar. Dándoles, entonces, la Gracia del niño que descubre un mundo maravilloso que es el de la Unidad, aquí mismo, en este cuerpo, sobre esta Tierra. Entonces, serán, cada día, cada vez más numerosos a vivir esta Gracia porque el tiempo de la Gracia individual, ahora, pasó a ser (en este momento crucial) el tiempo de la Gracia colectiva donde nadie podrá ignorar, en muy poco tiempo, la Llamada de la Luz y la Gracia del Despertar.

Es tiempo, por ello, de reconfortar a los que, en torno a ustedes, no conocen la Luz, los que (por las leyes de este mundo) se encerraron, aún más, en la Ilusión, en su personalidad, en sus resistencias. Sean, para ellos, un faro. Dé de su asimilado, con Simplicidad, con palabras simples, con Humildad, de lo que es la Luz. Su Presencia, ya, será, para ellos, el medio de preguntarse y, quizá, de oírme, antes del momento colectivo. Ya que, cuanto más sean numerosos en oírme, más serán numerosos en percibir el Canto del Cielo y La Tierra y el Canto de la Luz, y lo mejor posible este momento colectivo se desarrollará.

Así pues, nos siguen pendientes dos citas (ndr: los días 7 y 14 de enero de 2012). Durante estas dos semanas de su tiempo Terrestre, van a constatar la amplificación y la claridad (cada vez más límpida) de mi Llamada, por su nombre. No soñarán. Soy yo quien les pide, uno a uno, preparar su Templo para acoger: a Él, que se tiene, en adelante, al centro de los venticuatro Antiguos. El Sol está listo. El conjunto del sistema solar espera, ahora, la orden al querer de La Tierra. Ésta, por ende, está lista. Todo está, por lo tanto, listo para vivir lo que debe vivirse, con el fin de terminar el Despertar, la salida de la Ilusión, el regreso en la verdadera Vida. Tenga un pensamiento claro. Tengan, si vibran, un Corazón puro, para el conjunto de esta Tierra, incluido aún mucho de mis Niños que no están dispuestos a vivir eso, por ignorancia o, una vez más, por miedo. Pero, eso no tiene importancia ya que ustedes están allí y son, hasta cierto punto, nuestros enlaces, para la Gracia. Su memoria, por ello (la de a otra parte y no de sus encarnaciones), sus memorias de su origen, sus memorias de Luz (mucho antes de la encarnación), van, para cada uno de entre ustedes, a volver, de nuevo, a su manera, aportando, allí también, peldaño de Luz a su Despertar.

Estén vigilantes, estén atentos, estén a la escucha porque les llamo y les llamaré, cada vez más claramente. Vendré a calentar su Corazón, vendré a permitirles preparar, si tal es su elección, su Disolución en la Luz, dándoles a vivir en el espacio de sus noches, sus Alineaciones, los momentos de Gracia que nunca han vivido. Todo eso contribuye a este momento colectivo que es cercano e inminente. 

Estamos con ustedes porque somos ustedes. Todo eso, van a asimilarlo. Pueden también llamarnos, pueden también pedirnos la Gracia y la Luz porque no hay más obstáculo a nuestra comunicación y, sobre todo, a nuestra Comunión. Ésta resultará cada vez más evidente, a partir del momento en que su conciencia se refiera a nosotros y sobre la Luz. No podrán dudar más. No podrán poner más en duda cualquier cosa de lo que dijimos, en las citas que nos dimos, con el fin de vibrar o comulgar, en la Gracia. Somos, en adelante, al cuarto año, que va a empezar, de las Bodas Celestiales, instalando, durante el período desde ahora hasta su mes de julio de este año (2012), la probabilidad principal de su momento colectivo. Entonces, estén en Alegría. Pero estén completamente Presentes a ustedes. Estén completamente Presente a la Luz. Estén completamente Presente a nuestra Comunión, a nuestras distintas formas de comunicación, que eso sea con nosotros y también entre ustedes y, sobre todo, con usted mismo. Saldrán de allí, de estos momentos, de estos momentos, con la Alegría al corazón. La duda no podrá vivirles más porque en ese momento, la personalidad (su mental, sus emociones) no podrá sino borrarse ante la majestad.

Dejaré hasta aquí mis palabras. Les invito a escucharme y sobre todo, a entenderme, individualmente. Porque, si prestan atención a mi voz, o al sonido de nuestra Comunión, reforzarán nuestra conexión y suprimirán toda distancia entre ustedes y nosotros. Vivirán entonces fuertes contactos, cada vez más, cada vez más verdaderos, y cada vez más Luminosos, con ustedes, con sus Hermanos y sus Hermanas personificados, y también con nosotros. Entonces bailaremos, juntos, la Ronda de la Unidad. Prepárense. Prepárense en la Humildad, en la Simplicidad. La hora llegó de despertarles, enteramente, de despertar, en ustedes, lo que los Arcángeles llamaron su Dimensión de Semillas Estelares. Todo eso a ustedes vuelve de nuevo porque los velos de la Ilusión se disolvieron, permitiéndoles, si están atentos y si se desvían de a través de lo que puede permanecer, aún, de toda personalidad humana, incluso la más pura, entonces reforzarán lo que son, en Verdad. 

No hay esfuerzo que hacer. No hay trabajo que efectuar. Hay exactamente que escuchar. Hay exactamente que oír. Hay exactamente que percibir. Y eso es posible, para cada uno de entre ustedes, en adelante. Como se lo dijo el Comendador de los Antiguos, mi llamada va dirigida a toda la humanidad, y no solamente a los Ancladores y Sembradores de Luz, que activaron sus tres Hogares o uno de los tres Hogares, sino a cada Hermano, a cada Hermana, personificado, que se digna escuchar y oír, preparando así la llamada colectiva. 

Voy ahora a dejarles. Volveré de nuevo en una semana, según lo precisado, y allí, esta vez, responderé a las preguntas que quizá se plantean ustedes, con relación a esta llamada, al hecho de escuchar y oír. 

Les transmito todo mi Amor, que es su Amor. Y les digo: hasta en una semana. Que la Luz les colme de Gracia. Ya que son la Gracia. Comulguemos. Hasta pronto. 

... Efusión Vibratoria / Comunión...

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