Junio 2015
-I-
Y he aquí que el Verbo del Amor
se alza y se eleva. En un mismo corazón, en el Espíritu del Sol, saludo y doy
gracias. A mi voz y a mi Verbo se une el Coro de los Ángeles, entremezclando y
entrelazando la Libertad a fin de que la comunión se instale en todo lugar y en
todo corazón. Entonces, todos juntos, elevados en el Verbo, acogemos al Coro de
los Ángeles.
…Silencio…
Prestad atención y escuchad lo
que dice el silencio del Verbo elevado en el seno del Coro de los Ángeles.
Saludo en vosotros la belleza. Saludo en vosotros la Eternidad. Juntos, en el
corazón del Uno, en el Amor Eterno e Infinito de nuestra naturaleza Una,
celebrando la Luz, celebrando el Amor.
En cada Verbo y en cada palabra
ha de desplegarse el espacio del Silencio, ahí donde nada puede ser dicho y
donde, no obstante, todo está dicho.
A los espacios de la Creación, a
los talleres de la Vida, estáis convidados. Prestad atención y escuchad pues,
en verdad, os lo digo: Amad. No como una orden, no como una súplica, sino como
la evidencia de vuestro Verbo y de vuestro corazón, elevado hacia Él.
Prestad atención y escuchad el
canto del Llamado, el canto de la Libertad, grabado por siempre jamás en la
Eternidad y en toda dimensión de Libertad. En Verdad os lo digo, la Vida ahí
está.
…Silencio…
Hijos Ardientes del Sol,
levantaos en su Verdad, levantaos en el Camino, la Verdad y la Vida y escuchad
al Verbo que vibra en los espacios del Amor.
Así mediante el Verbo, revelado y
elevado, os llamo «Emmanuel», aquél que nació de nuevo, aquél que es como Él y
como cada cual en la pureza de su verdad. Prestad atención y escuchad pues la
Verdad os lo dice en el Templo del silencio de la Verdad revelada.
En cada Verbo y en cada palabra
baila la Vida dando ritmo a la materia y a la consciencia. Hijos del Uno,
portadores de la consagración de la Verdad, elevaos pues ahí está vuestra
majestad, pues ahí está el Verbo de lo Verdadero. Amados del Uno, prestad
atención y escuchad en cada rincón y recoveco del ser como en el Todo del
no-ser no hay sino eso: Amor, única verdad que no puede desaparecer. Entonces
levantaos.
Pues el Verbo aumenta la Gracia.
Pues el Verbo vibrante es palabra de Vida que no escasea jamás y que jamás
falta. Beber de aquella Agua de Vida es saciarse para siempre e instalarse en
lo inmutable, donde nada puede faltar y donde nada ha aparecido todavía pero
donde, sin embardo, todo ha aparecido ya.
A vosotros, los renacidos en el
corazón, el Verbo os invita a la ronda de los ángeles y a la danza del Sol. Y
ahí, escuchemos juntos lo que el Coro de los Ángeles desea expresar en el
Templo de vuestra Eternidad.
Escucha, escucha la Luz, escucha
el Amor. Es sagrado. Es Vida. Escucha y sé bendito, tú, Verbo de Vida, Verbo de
lo Verdadero. Mira bien y escucha bien en estos tiempos tan intensos dónde está
la Verdad, dónde estás, Hijo del Uno, Verbo creado.
…Silencio…
Pues bebiste del Agua de Vida,
bautizándote en momentos del tránsito de lo efímero a lo Eterno. Con Libertad
decidiste ir hacia Él y ser Él. Entonces no guardes lo que sopla el Verbo de la
Verdad y de la Vida.
Ve y percibe, en el ritmo de
nuestras palabras, el fin de tus males, ésos ilusorios que no pesan nada ante
la densidad del Amor y el brillo del Verbo.
En cada palabra como en cada
silencio la llama despierta y se eleva. El Agua del cielo sació tu Agua de
abajo, pacificando así todo temor. Así, al abrirte al Silencio y al Verbo obras
a favor de los talleres de la Creación, de los talleres de la Vida,
ofreciéndote así todos los posibles y los imposibles en la Libertad del Amor,
en el Verbo de lo Verdadero.
Amigos del Amado, nosotros
-ángeles y presencias angélicas- honramos vuestra danza y el Verbo de vuestra Gracia
en los espacios sagrados de la Luz Una.
Escucha el Silencio. Nosotros,
que venimos hacia ti para coronar tu Ascensión y glorificar tu Verbo, rendimos
homenaje a los dignos Hijos del Sol, traídos hasta este punto por la ardiente
sed de Verdad y de belleza. Entonces te invitamos los dos a que te unas contigo
mismo a fin de sellar el libro de la Promesa y del Juramento en la Verdad que
eres.
Entonces oye la danza de los
ángeles animada por el Espíritu del Sol aureolándote la cabeza y el corazón,
haciéndote vivir la aspiración del Corazón Ascensional. El Coro de los Ángeles
cantará entonces en tu cabeza formando una ronda de Amor y una fila a modo de
homenaje. Oye el Espíritu del Sol. Baila con nosotros. Oye y ve pues el Agua de
Vida limpió tus ojos de toda falsedad. Así estás bautizado con el sello de la
Resurrección del Agua de arriba.
Amor del Amado, oye. Escucha el
silencio del Agua de lo alto derramándose a raudales en todo este plano, en
todas tus células, en todo lo que es. Así te instalas en el trono del presente
donde nada más puede aparecer. Siéntate. En el Verbo del Amor está el Gozo. En
el Verbo del Amor está, aquí mismo, la sonrisa y la mirada.
El lugar donde estás será en
adelante cada vez más el lugar donde estamos pues nunca más estaremos separados
o divididos, tú, yo y ellos realizando juntos la Nueva Eucaristía, aquélla de
la Resurrección. Oye y percibe la ronda de los ángeles. Oye el Agua de Vida y
el Agua de Alegría derramándose. Así canta la Vida. Así canta la Fuente en el
Silencio de tu corazón.
…Silencio…
Te recibimos en nuestros espacios
de Vida, ahí donde no puede haber ni olvido ni carencia. Así es el reino de la
Verdad. Ninguna mancha puede haber. Así son las Moradas del Padre. Así son los
adoquines del Amor presente en el Templo de cada corazón.
Amado del Uno, entonces
escúchanos y oye lo que dice tu corazón pues él es palabra de Verdad. Él es el
nuevo evangelio donde una sola palabra se encuentra grabada: Amor, celebrando
así la Verdad.
Entonces te decimos: escucha y
oye el calor del Espíritu del Sol que consume en el Gozo eterno del Amor.
Entonces arde con el Gozo de la Verdad que fragua para siempre la Espada de la Verdad.
Amado del Uno, juntos ahora, tú,
yo y el Coro de los Ángeles, detengámonos a fin de alzarnos en el canto del
Llamado. Escucha el Verbo de Vida en nuestro Silencio.
…Silencio…
Ahí mismo. Embriágate con el
néctar de Vida. Ahí está el bálsamo.
…Silencio…
Ha llegado el tiempo del
resplandor, el tiempo del Gozo. Ha llegado lo que pone fin al tiempo y abre
hacia la verdadera Vida. Oye, el Espíritu del Sol está aquí.
…Silencio…
Y ahí en nuestra ronda Una, tú el
viviente hinchado de Vida, tú el viviente extático con el canto y con el
espíritu del Verbo, tú que entras en la era del Verbo, tú que entras en el
Fuego del Amor, tú cuyo corazón se ha alzado, escucha el Verbo del Espíritu del
Sol y ve la danza de los ángeles.
En nombre de la Fuente Una como
en nuestro nombre y en tu nombre, en el Fuego del Amor, recibe y recoge el Agua
de Vida. Nada tenemos que pedirte. Todo tenemos para darte pues éste es el Don
de la Gracia y el Don de la Vida, del Amor al Amor. Entonces acepta el obsequio
de nuestra Presencia y de la tuya en el corazón del Uno, en el corazón de
Cristo. Levántate.
El Verbo te llama a la Vida. El
Coro de los Ángeles te llama a la Creación como asimismo a lo Absoluto, ahí
donde nada puede ser separado ni siquiera quitado, ahí donde todo es Don. Y ahí
está nuestro canto de Gracia, tu Presencia y nuestras Presencias. En la
intemporalidad de nuestro encuentro en este día como en cualquier día, se
revela ante ti lo que ha sido dicho. Recibe esto.
…Silencio…
Quédate ahí donde no hay más
palabras. Quédate ahí con nosotros y avivemos juntos el Fuego de nuestras
Presencias, el Fuego de nuestro Amor, el Fuego de la Verdad, el Fuego del
Espíritu.
…Silencio…
Ha llegado el tiempo para
nosotros de morar para siempre, si así nos recibes, en el Espíritu de la Verdad
de tu Verbo revelado, en el Amor del Uno y en comunión de espíritu. Depositamos
en ti la llama eterna de nuestro encuentro. Entonces alégrate.
…Silencio…
Y ahí nos instalamos en tu llama
sagrada pues eso eres. Sé rico con lo que eres y con la llama eterna de nuestro
encuentro.
Así habla la Vida a través del
Verbo eterno.
Hasta pronto.
-II-
El Espíritu del Sol honra vuestra
Presencia y la llama de vuestro corazón, en la bendición del Uno, en la
bendición de la Vida. Acojamos juntos, en el corazón elevado, el Coro de los
Ángeles a fin de vivir en este instante como en todo instante en el momento en
que ustedes lean, en el momento en que escuchen, el Coro de los Ángeles saluda
en usted la Eternidad. El Coro de los Ángeles rinde gracia al resplandor de
vuestra Luz y a la verdad de vuestro corazón. Juntos, reunidos aquí, reunidos
en ustedes, se despliega la Verdad y se despliega la Belleza. Aquí y ahora se
vive el instante, allí donde todo es contenido, allí donde todo es vibrante,
allí donde todo es verdad.
Entonces así, en el corazón del
corazón, en el uno y en el otro, para el milagro de Él, de su Presencia y de su
bondad, a fin de que ustedes también seáis elevados al título de Hijo del
hombre, Hijo ardiente del Sol, hombre trascendido y transcendiendo la ilusión,
pasando de su efímero a su Eternidad, escuchando así el canto de la Verdad
clamado y declamado por los Ángeles.
Él viene a preguntarles si estáis
dispuestos a reintegrar las Moradas del Padre, las Moradas de la Eternidad, las
Moradas de la Alegría, la Morada del Absoluto que no tiene ninguna morada si no
son todas. Así, en la paz del instante y la eternidad del instante viene el
Cristo, viene María y viene Mikaël, llamándoos con el canto de la Verdad, con
la verdad del Amor.
Tú que estás allí, tú que pones
tus ojos como tu conciencia en lo que emana de la música de las esferas y del
canto de la Libertad, siente tu propia verdad. Hazte lúcido a fin de que nada
pueda oscurecer más la claridad pura de tu propia Presencia.
Así como Amado del Uno, te es
aportado el sentido de la Vida que siempre fuiste antes de vivir la vida en
este mundo. Y allí en el tiempo del instante, en el silencio y la paz de tu
corazón reencontrado, se enciende el Espíritu, haciéndote probar desde ahora el
canto del éxtasis, el de la Libertad y el del Amor.
Escucha lo que tenemos que
decirte en el silencio de tu corazón. Escucha lo que tenemos que devolverte.
Escucha lo que dice tu corazón frente a estos obsequios que sólo son Justicia y
Verdad. Escucha y oye lo que se celebra en el camino del presente que es el
camino de la Eternidad, no teniendo ni principio ni fin.
Escucha lo que tu corazón que se
levanta susurra a tu Espíritu o a tu alma. Haz el silencio y escuche lo que
decimos en ti, que no es nada más que lo que eres. Entonces deposita fuera de
ti lo que no es verdad y lo que puede ensombrecer el Amor que eres. Hoy, no hay
otro lugar que o el ofrecido por el Amor o el ofrecido por el miedo.
Escucha, que es lo que prefieres?
¿La alegría de la vida en la Eternidad o la satisfacción de lo efímero? ¿Qué
escuchas en ti? Déjanos, Espíritu del Sol y Coro de los Ángeles, ser el
decorado de tus templos interiores. Déjanos calentar en ti, si aún no está ya
hecho, el viento de la Libertad, el viento de la Verdad. En cada espacio en él
nos callamos, se revela la Paz. Una Paz donde nada puede estar ausente, una Paz
que no depende de nada más que de tu propio corazón.
Así el Espíritu del Sol viene a quemar
lo que no pertenece a la Verdad y viene disipar las últimas dudas de lo efímero
hacia el Eterno. Entonces, Niño de la Verdad, ponte en la palabra del Cristo,
ponte en los pasos del Cristo, a fin de que tú también puedas decir: «Padre,
que se haga tu voluntad». Así, olvidándote tú mismo en tus preocupaciones y en
tus ilusiones y levantando el velo que te enmascara lo que eres, te harás el
Camino, la Verdad y la Vida y te harás también lo que siempre fuiste.
Escucha y oye. Escucha y vive en
el Fuego del Amor atizado por el Coro de los Ángeles. No te apartes de lo que
eres y quédate allí donde nada de lo que es ilusión puede alcanzar el Fuego de
tu corazón. Quema así del ardiente Soplo del Espíritu.
Y allí, en el instante de nuestra
Presencia vibra el canto de tu Libertad. Y allí, en el centro y la plenitud de
tu ser, deja la danza de la Vida llevarte a tu morada de origen, a tu morada de
emergencia (renacimiento).
...Silencio…
En la danza del Sol se encuentra
el Cristo y el Espíritu del Sol. Entonces déjate danzar por el baile del Sol y
por la Llamada de la coronación y por la Llamada del Cristo. No escuches nada
más que la Verdad en tu corazón. No escuches nada más que lo que te dice la Luz
y su Inteligencia, viniendo a encaminar y estimular tu Espíritu.
Allí donde estás, allí estoy.
… Silencio…
Allí está la Paz que no conoce
ninguna traba, allí está la Paz donde todo es dado.
… Silencio…
Entonces juntos ahora, celebremos
la ofrenda perpetua de la Vida a la Vida, de tu corazón al Corazón. Tú, el Hijo
del hombre que se tiene en pie para vivir lo que va a forjarte en tu Eternidad.
Allí es el tamaño de la verdad de la Luz que, en su inmensidad, alcanza lo más
pequeño y más ínfimo e íntimo, porque allí es la fuente de todo lo que puede
colmarte en el seno de la Eternidad.
Entonces juntos ahora, celebremos
la ofrenda perpetua de la Vida a la Vida, de tu corazón al Corazón. Tú, el Hijo
del hombre que se tiene en pie para vivir lo que va a forjarte en tu Eternidad.
Allí está la grandeza de la verdad de la Luz que, en su inmensidad, alcanza lo
más pequeño y lo más ínfimo y lo más íntimo, porque allí está la fuente de todo
lo que puede colmarte en el seno de la Eternidad.
… Silencio…
Y allí, de pie, elevado en la
coronación del corazón, se despliega el Coro de los Ángeles que te acompaña
allí donde estás.
… Silencio…
Ponte así finalmente, en la
evidencia de lo que está allí, en la evidencia de Aquel que viene. Deja subir
en ti el canto de la Gracia, el canto de tu Espíritu. Permítete de ser tú
mismo, permítete de ser Libre porque Él viene para llamarte a la Libertad.
Permítete de ser Alegría porque Él es Alegría, y permíteme de ser tú. Y permite
también al Coro de los Ángeles de ser el testigo, no solo de las bodas sino de
la alianza mística donde todo está cumplido y donde todo es celebrado, dándote
a olvidar, sin pena ni remordimiento, lo que pertenece a la historia, lo que
pertenece a lo que murió. Porque no hay otro modo de estar vivo que no estar
más muerto en espíritu y en verdad.
… Silencio…
Y descubre así la sonrisa eterna
que florece sobre los labios de tu Espíritu. Niño del Uno, he aquí lo que eres.
En el Fuego del corazón elevado, emana de ti la bondad y la Verdad, sin incluso
pensarlo, sin incluso quererlo, sin incluso suponerlo. Simplemente dejando ser
y dejando florecer lo que nace en tu Templo.
… Silencio…
Y allí, en la sonrisa de la
Eternidad, el Coro de los Ángeles te lleva a otra octava de la misma Verdad,
allí donde toda forma desaparece, allí donde sólo existe el Amor en estado
puro, independiente de ti, independiente de nosotros e independiente de todo.
Y reconócete en lo que se vives,
aquí y ahora. Y reconócete, ya siempre. Entonces te repito, escucha y oye la
esfera del Silencio, la que te conduce a la fuente del Amor y a la fuente de la
Luz, allí donde ninguna forma puede residir sino donde toda forma nace.
Y allí, en el ritmo de la Vida,
en lo inspirado y el expirado de la Creación, te reencuentras en el punto de
equilibrio, el de la Paz eterna, el del Silencio que precede el Amor y que está
al origen del Verbo, allí donde está la Espada de la Verdad, aquella que corta
lo que no es verdad y lo que no es eterno.
Déjate lleva por Aquel que viene
acogerte en el seno de lo efímero a fin de dejarte ser en tu Morada de
Eternidad. Déjate escoger por la gracia de tu sonrisa, por el ardor de tu
corazón donde muestras, por tu experiencia aquí mismo donde estás, tu capacidad
real a no poner más barreras y a no separar más y a no dividir más.
Y allí, en esta Paz, y allí en
este instante, escucha el canto de tu corazón que es canto de éxtasis y canto
de Alegría. Y allí, en el silencio del instante y la plenitud de Aquel que
viene, que te aportamos a ti por nuestros corazones y por nuestro Espíritu,
vive el Amor infinito y siente la esencialidad del Amor, la esencialidad de la
Vida. Recuérdate tu Reino porque éste es sin mancha. Recuerda la sencillez del
Amor.
… Silencio…
Aquí y ahora, descubre el Alfa y
la Omega en totalidad.
… Silencio…
Allí donde nace la danza de los
elementos, allí donde nace el Coro de los Ángeles, allí donde el Espíritu anima
y vivifica, allí eres. En este tiempo, en este espacio, como en todo tiempo y
en todo espacio, el tiempo de la Llamada se revela a vuestros sentidos, se
revela a vuestro corazón y se revela a vuestro vivir.
Escucha.
… Silencio…
Y el Fuego del Amor que es tu
debido viene añadir su mordedura y su aliento a la incandescencia en ti de la
Verdad, quemadura de Amor, tendiéndote al infinito en el espectáculo de la
Vida. A la hora donde el Sol va a cantar su melodía, tu corazón se vuelve este
Sol que contiene el Amor de todos los posibles, de todos los creados como de
todos los increados. Te invitamos al Amor, te invitamos a la Vida.
… Silencio…
Y allí, los Cuatro Vivientes
finalmente de manera sincrónica obran en tu Templo como en la vida de esta Tierra,
viniendo ellos también a celebrar la vuelta del Fénix. Fuego de alegría y fuego
de vida, fuego de júbilo consumiendo sin fin, el Amor sin cesar renovado y sin
cesar regenerado y que jamás puede apagarse. Entonces sé dulce contigo mismo
como el Amor es dulce contigo.
Escucha y oye. Lo que tenemos que
entregarte ve más allá de las palabras, ve más allá de lo que escuchas y de lo
que oyes.
Y allí, siente el resplandor de
la Vida y el resplandor del Amor que se vierte en cada lugar de lo que eres.
Déjate ser. Consume en la alegría
lo falso y la falta. Consume toda apariencia que te podría ocultar a esta
Verdad.
Y allí ahora, en la alegría de
estar allí, en la alegría de escuchar, no hay más palabras necesarias, sólo hay
una Presencia. Entonces guardemos silencio de toda ausencia, guardemos silencio
de toda falta a fin de colmar lo que es. Escucha y oye en el tiempo de nuestro
silencio.
… Silencio…
Y nosotros, tú, Espíritu del Sol
y Coro de los Ángeles reunidos en la misma Tri-unidad, te decimos una última
vez: «Recuérdate»
… Silencio…
Y allí bendigo vuestra Presencia,
el Espíritu del Sol se retira en ustedes y os bendice.
Y nosotros, Coro de los Ángeles
quedamos en el Canto percibido en ustedes.
Hasta pronto.
-III-
En el Espíritu del Sol y en el
Coro de los Ángeles, en vosotros y en nosotros, el canto de Vida, el canto de
alegría, la paz del corazón. Comulguemos y arriba los corazones y celebremos el
tiempo del banquete.
…Silencio…
En cada corazón la corona de
gloria alzada prepara la venida de Aquél que nunca se fue y que, sin embargo,
debe ser reencontrado en el seno de la libertad del Ser, en el seno de la
libertad de la consciencia, ahí donde nada puede venir a echar sombra, ahí
donde nada puede venir a oponer lo que sea a la presencia de la Luz, a la vida
del Amor y a la Presencia.
Así, «lo que es» es lo que está y
siempre ha estado aquí mismo. De hecho, os estáis acercando a lo que fue llamado,
hace algún tiempo, el tiempo de la Reversión, el tiempo del tiempo final, el
tiempo en que la Verdad viene a desplegarse, desplegarse y anclarse en el seno
de la nueva dimensión, en el seno de la vida eterna, ahí donde no existe límite
alguno ni propensión alguna para ver otra cosa que lo que es, es decir la
belleza de la Vida y de todas las creaciones cantando la sinfonía de los
mundos, la sinfonía de los ángeles y la alegría de la manifestación de la Luz.
Así cada uno de vosotros, poco a
poco o en forma brutal, se ha distanciado, sin negar la realidad de este mundo,
para ver la verdad de la Luz y dejar de ser seducido por los juegos de luz y
sombra, los juegos de privaciones y de satisfacciones manifestados en el seno
de la ilusión, donde todo no ha sido más que juegos engañosos y juegos
tramposos. Hoy en día esto ha llegado a su fin en la gloria del Cristo y en la
gloria de la Verdad.
Oíd y sentid eso en el seno del
llamado del corazón, en el seno de la apertura a las dimensiones invisibles en
el mismo seno de vuestro mundo, dándoos a ver, a percibir y a vivir encuentros
sin iguales. Abríos a aquella realidad pues ella es vuestra próxima morada.
Aunque ésta no fuese en a que os encontráis, ella posee la misma esencia, la
misma vibración y la misma libertad cantando el canto de la alegría y
adornándoos con los Fuegos del Amor, con el ropaje que sea, con la imagen que
sea y con la emanación que sea. Ahí está la Libertad, en vuestro interior y en
ninguna parte que no sea en vosotros.
Y la única forma para vosotros de
vivir aquello es a través de vuestro corazón, conociéndolo, reconociéndolo en
el seno del Amor, en el seno de la Verdad y en el seno de la humildad. A través
de vuestra Presencia, a través de vuestra quietud, a través de vuestra paz, a
través de vuestra luminosidad y a través de vuestra prestancia se desarrolla en
vosotros la ofrenda de la Vida y la ofrenda del encuentro con el Cristo, así
como con todo cuanto os había sido ocultado en el seno de la ilusión de este
mundo.
Entonces se abren en vuestro
interior todas formas de comunicación. Entonces se abre en vosotros – de no ser
el caso todavía – la certeza del futuro glorioso de la Eternidad en el seno de
este cuerpo en que estáis y en el seno de este mundo en que estáis.
Así transcurre en vosotros el
tiempo de la metamorfosis –real y concreta– dándoos a ver, como por milagro, a
la vez lo que es antiguo, a la vez lo que está desplegándose, y a la vez lo que
será en el momento del Llamado de Aquélla que gestionó la creación de este
mundo (María).
Amados del Uno e hijos del Uno,
en la gracia de los Ángeles, acompañados por las alabanzas de los pueblos de la
naturaleza, la luz del verano, la del Fuego del Cielo, se revela en vuestra
alma, se revela en vuestro Espíritu y se incrusta con hierro incandescente en
la belleza de vuestra carne, alcanzada por el ser, alcanzada por la Luz vibral,
alcanzada por la subida de la Onda de Vida, alcanzada por el Canal María,
alcanzada por el Amor experimentado entre hermanos y hermanas. Se están
revelando en todas partes la misma Verdad, la misma belleza.
Cierto es que algunos no ven
todavía otra cosa que los dolores de la separación, el sufrimiento de este
mundo, la realidad muy triste de la ilusión de este mundo a través de su
falsificación y a través de la predación. Está en vosotros, queridos hermanos y
hermanas que no vivís eso, apartaros de eso en adelante y considerar
enteramente, total y permanentemente, lo Bello, lo Verdadero, la verdad del
Amor, el Coro de los Ángeles, el Espíritu del Sol y todo aquello que habla de
Verdad y simplicidad.
Así, poco a poco o de manera
brutal, este mundo se está preparando para recibir su efusión final de Luz,
aquella que abrirá el último sello y permitirá entonces la revelación brutal y
total de la Verdad, de la majestad y del poder del Amor como causa y fundamento
de los mundos así como de toda creación. Ahí donde no puede existir ninguna
acción/reacción, ningún castigo, ningún karma. Ahí donde todo es Vida, todo es
creación y todo es Libertad. En aquellos espacios como en el seno del espacio
del reposo infinito, ahí donde no existe diferencia alguna en ninguna forma de
manifestación, en cualquier dimensión que sea.
En el trono del Parabrahmán que
abarca los mundos y las dimensiones, en todos sus aspectos y en todas sus
consciencias la Verdad será Una para vosotros, ahí donde ya más nada puede ser
separado, incluso por las dimensiones, incluso por las distancias (de haberlas
todavía) o incluso por la diferencia de forma o también de expresión de la
Vida.
Así funciona la Confederación
Intergaláctica de los Mundos Libres que, de un extremo a otro de la escala
dimensional y de las creaciones, vela por que la Libertad no sea palabra hueca
y para que nunca más la experiencia Arcóntica vuelva a alterar lo que es
inmutable, lo que es del orden del Amor, a fin de que el Coro de los Ángeles
suene y resuene de un extremo a otro de las creaciones existentes desde tiempos
inmemoriales, midiéndose ya no en relación al tiempo sino simultáneamente en el
seno de todas las esferas de la Creación.
Así el Espíritu del Sol, a través
de la matriz crística, os da a vivir y os da a ver la eternidad del Cristo, la
eternidad de la Vida, la eternidad de lo invisible y, sobre todo, el diálogo
del corazón que, de hecho, es una simbiosis de forma de vida a forma de vida,
que no se transforma nunca con la desaparición de los componentes sino que
representa más bien una zarabanda y una danza sagrada aportando siempre más
consciencia, siempre más Alegría, siempre más de lo que es evidente en el seno
de la Inteligencia de la Luz.
Esto sucede ahora y va a suceder
más y más a menudo, ya sea durante vuestras noches, ya sea a través de vuestros
sueños, ya sea durante vuestros momentos en la naturaleza, ya sea en vuestras
relaciones, dándoos siempre más y más cosas que ver y llevándoos a comunicar
diferentemente de lo habitual, incluso en el seno de los potenciales
espirituales desarrollados recientemente.
La consciencia se descubre
realmente presente en todas cosas, en todos ámbitos, en todas formas de vida,
en toda Inteligencia de la Luz, acabando así con la separación entre
dimensiones, acabando así con la separación entre individuos, en una comunión
sin igual, de la cual el alma humana no puede siquiera imaginar ni suponer los
hechos. Esto sucede ahora y permanezcamos unos instantes en silencio antes de
proseguir con lo que tenemos para deciros los dos.
…Silencio…
Así se realiza la apertura del
último sello, dándoos a ver mucho más allá del juicio final, como un elemento
de certeza y de tranquilidad en relación con la verdad de lo que os hemos
dicho, aquí y en otra parte, acerca del ser eterno y la verdad del Amor bajo
cualquier forma que sea, obviamente inexistente en el seno de la ilusión de
este mundo y que, sin embargo, se realiza y se revela en el mismo seno de la
ilusión de este mundo y en el mismo seno de lo efímero.
Así se despliega en vosotros la
Corona de gloria, las 12 Estrellas de diamante, las 12 Puertas de la Verdad, la
estructura de la consciencia y la verdad de lo Absoluto. Bienaventurados los
simples en espíritu que, en adelante, verán aquello, paso a paso, a través de
la experiencia, lo que aportará sin embargo la sensación de un cambio enorme
donde ya ninguna comprobación será necesaria fueren lo que fueren los
acontecimientos en esta Tierra, fuere lo que fuere el sufrimiento de este
mundo.
Así obra la Ascensión en aquéllos
que aceptan vivir la simplicidad y vivir la verdad de su corazón mucho antes
del momento colectivo. Esto corresponde a la Gracia y la gloria más acabada
acompañando el retorno del Cristo y el Llamado de María.
Entonces, hijos de la Luz Una,
uníos en la Libertad, uníos en la simplicidad, para comulgar con la Luz Una, no
sólo para acercar vuestras vidas, vuestros pensamientos y vuestros afectos sino
más bien para ver más allá de las apariencias y comulgar con el santo de los
santos, de corazón a corazón, ahí donde mora el Cristo, ahí donde está la
verdad de la matriz de Vida Crística, Libre y blanca, virginal e inmaculada,
haciendo posible todos los posibles y todos los imposibles, dándoos la verdad
del Amor miréis donde miréis, vayáis donde vayáis, a fin de que la música de
los orbes nunca pare ni dude en relación con la instalación y perpetuación de
la verdad del Amor en esta creación como en toda creación.
Llevando, por cierto, a la
desaparición de partes enteras de la ilusión pero así será con La Tierra ascendida,
invisible y cadavérica ante los ojos de quienes no la vean sino con ojos
carnales. Ella se convertirá en un paraíso ubicado en 5ta dimensión para
quienes vengan ahí a vivir la comunión de los santos, la comunión de las razas,
la comunión de los Espíritus, las comuniones de consciencia más allá de toda
separación de dimensiones, de formas o de orígenes.
Así será la sacralización de esta
Tierra, directamente con la recuperación de su nombre – Urantia y Gaia – aquélla que
nunca falló pero que – sin embargo – estuvo alterada. Hoy en día la dimensión
de Sirio, la dimensión de las Madres que sembraron este mundo se revela ante
vosotros a través de la virginidad y pureza de vuestro encuentro en el seno de
los elementos de la naturaleza. Primera etapa en la revelación colectiva del
choque frontal de la humanidad con la Verdad.
Así sed benditos. Así sed
livianos. Así, sea lo que sea lo que viváis de aquel proceso, ya sea en forma
parcial, ya sea en forma total, éste es el don de la Gracia realizado a través
de vuestro esfuerzo y de vuestro abandono a la Verdad del Uno. Sed benditos y,
en el silencio de mis palabras, permanezcamos y moremos hasta que siga
adelante.
…Silencio…
Así, el Coro de los Ángeles que
os ha sido develado y hecho accesible, ya sea mediante el sonido o a través de
la Paz, por la presencia o también la ausencia de toda cosa, el Coro de los
Ángeles os lleva a vivir la Verdad, independientemente de toda solicitud,
simplemente al posaros en el tiempo del ser, en el tiempo del eterno presente.
Así, al estar ahí, no hay más
solicitudes que hacer pues la misma solicitud os separa de la Verdad al
manteneros en el seno de la ilusión del tiempo y de su despliegue lineal,
llevándoos a proyectar la consciencia y, por ende, a salir de la Unidad
primordial, aquélla donde el Coro de los Ángeles no cesa jamás de cantar a
vuestro corazón las alabanzas a la Vida y las alabanzas a vuestra Eternidad.
Así, cuando estáis allí, no hay
más a pedir, porque la petición misma es una distancia con la Verdad porque que
os mantiene en el seno de la ilusión del tiempo y de su desarrollo lineal,
llevándoles a proyectar vuestra conciencia y pues a salir de su Unidad primera,
aquella donde el Coro de los Ángeles nunca deja de cantar a vuestro corazón la
alabanza de la Vida y la alabanza de vuestra Eternidad.
Así, si respetáis esto, os será
lícito de percibir y de sentir. No olviden que no hay nada que pedir, hay
simplemente que pensar y esto se hará, porque allí está la co-creación
consciente. Ella no necesita más poner distancia entre ustedes y una petición
de ayuda, no necesita más imaginar una forma o de pretender conocer la forma de
la conciencia que viene. Pero estén seguros que en este momento goza de lo que
se celebra en los planos de la Unidad donde allí no hay nada que buscar, donde
nada es necesario porque todo está ya presente, desde el momento en que esto
emana de la conciencia, sin esfuerzo, por la gracia de la Luz, por la
Inteligencia de la Luz, por el Coro de los Ángeles y por el Espíritu del Sol.
Así se establece en este mundo la
co-creación consciente de la 5ª dimensión de La Tierra, ascendida y resucitada.
Todo lo que ustedes viven desde ahora en adelante, hasta la Llamada de María,
estará allí sólo para probaros la intensidad y la verdad de la Luz, y la
pesadez de lo que está caduco, de lo que es alterado, en ustedes como por fuera
de ustedes. Entonces os será cada vez más fácil, si no se apartan, de seguir
las líneas de menor resistencia, las líneas de Alegría, las líneas de Paz y
también las líneas de contacto con las realidades que os eran, hasta ahora en
el seno de este mundo, desconocidas.
Todo esto forma parte del
despliegue de la Luz. Forma parte, muy precisamente, del proceso de la
Ascensión, dándoles a través de lo que les dijeron los interventores en
conciencia, a lo largo de estos años, que hay que verificar por ustedes mismos,
la veracidad de lo que ha sido enunciado, la veracidad de lo que viven y
pronto, la veracidad colectiva del choque de la humanidad en su totalidad y en
su majestad.
Entonces obremos en el silencio
para acoger lo que se celebra en el Coro de los Ángeles. Seguiré después del
tiempo del Coro de los Ángeles.
… Silencio…
Y juntos, aquí y ahora, y juntos
leyendo o escuchando lo que decimos, vivamos lo que por el momento llamáis
palabras y conceptos y que, por el Coro de los Ángeles, son hechos inteligibles
a vuestra conciencia, más allá de todo sentido y más allá de toda
representación. Así es lo que llamáis la 5ª dimensión.
… Silencio…
Recojamos el néctar del Amor de
la Verdad...
… Silencio…
Así es la vibración del mundo de
los elfos…
… Silencio…
Así es la vibración del Espíritu
del Sol en sus esferas de Libertad, él que anima la Inteligencia de la Luz allí
donde se encuentran las matrices de creación de los Mundos Libres, en el núcleo
cristalino de los planetas, en el núcleo del Sol y en las franjas de creación
que Lord Metatrón representa en cada mundo. Allí, en el silencio del corazón…
… Silencio…
Escuchen.
Así, cuando el Coro de los Ángeles
y el Espíritu del Sol aparecen en este género de mundos, allí donde estáis,
ellos inauguran los cantos del cielo y los cantos de la tierra, anunciándolos
ellos mismos no exteriormente sino interiormente a ustedes, marcando la
elevación de vuestro corazón en los dominios de Paz Suprema, en los dominios de
la Libertad.
… Silencio…
Y así, en cada octava de la
Libertad se vive la conciencia de lo que está establecido o de lo que pasa.
Así, es el canto de los Elohim.
… Silencio…
Y así, de octava en octava,
aparece el canto de los Nefilim. Y el Coro de los Ángeles, en el corazón de la
Inteligencia de la Luz, dispone vuestra conciencia y vuestra Libertad.
Y luego viene el coro de los Agni
Deva, los que acompañan los Hayot Ha Kodesh. Los Devas creadores que inspiran
las matrices genetistas que expresan la Libertad.
Y de octava en octava así se
desvela la Libertad, dándoles la Alegría, donde nada puede caducar, donde nada
puede pararse.
… Silencio…
Y así, aparece en vuestra
conciencia el Coro de los Ángeles rodeando el Cristo y dándoles acceso al
silencio de la pureza, el del primer inicio, el de la Infinita Presencia.
Escuchen y oigan.
Así, seréis saciados para siempre
y nunca más tendréis sed porque el Agua de la Verdad fluirá en ustedes como
fluirá en todo lo que verán, tocarán y crearán.
… Silencio…
Y en la densidad del Amor, el
Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles testifican en ustedes el Amor.
… Silencio…
Juntos nosotros y tú, juntos
ustedes y nosotros, juntos. El Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles
saludan su belleza y se retiran en el silencio de la plenitud de su corazón,
porque allí está también nuestro Templo.
Hasta pronto.
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