Deposito
en su Templo Mi Sagrado Corazón
Junio
de 2015
Cristo
le saluda. Permítanme hermanos y hermanas, aquí y en otro lugar, depositar en su
Templo mi Sagrado Corazón. El Amor, el de la Verdad, el que viene a consolarle
de toda pena y de todo sufrimiento y el que viene aportarle la liberación, si
tal es su corazón.
Así
deposito en usted el don del Amor, el don de la Verdad. En cada uno de ustedes
desde ahora en adelante, estaré allí. En la intimidad de su corazón nos
encontramos y nos encontraremos cada vez más a menudo, y de manera cada vez más
evidente, con el fin de sellar nuestra amistad.
Vengo
a ofrecerle el don de mi Presencia permanente que no es nada más que su
Presencia. Vengo a demostrarle la verdad de que su reino no es de este mundo,
que usted está sobre este mundo pero que usted no es de este mundo.
Vengo
a pedirle poner su pasos en nuestros pasos. La Espada de la Verdad es el
consuelo de las personas justas. Así el Verbo se hizo carne he aquí hace 2000
años y hoy el Verbo se hace carne en cada uno de vosotros.
Vengo
a bautizarles con Agua de lo alto y el Fuego del cielo. Vengo para restablecer
la Verdad en cada uno de vosotros con el fin de que ninguna distancia pueda
separarnos más, con el fin de que ustedes sean dignos de ser los Hijos
Ardientes del Sol.
Vengo
para mostrarme en usted y a usted. Vengo a tenderle la mano y vengo a
abrazarle, a estrecharle contra mi corazón, a aparecer en usted de modos
múltiples, pero siempre con la misma Alegría como consecuencia y la misma
plenitud.
Vengo,
como en aquella época, a lavarle los pies e invitarle a mi mesa. Saludo pues a
cada uno de vosotros y bendigo a cada uno de vosotros. Vaya más allá de mis
palabras humildes y guarde sólo lo esencial: el Amor de nuestro reencuentro, el
Amor de nuestra revelación común.
Vengo
para lavar sus vestidos de toda mancha. Vengo a demostrarle que no existe más
distancia entre usted y yo, con el fin de que usted se haga lo que soy, con el
fin de que usted verdaderamente lo sea.
Acompaño
a mi madre en usted, en estos tiempos de Resurrección. Algunos de ustedes
vivirán el bautismo, otros serán transfigurados. Otros entre ustedes
resucitarán en la Verdad del Padre. Cada uno será ganador porque cada uno
encontrará lo que es.
Vengo
para golpear a su puerta en lo más sombrío de la noche y en la más clara
esperanza.
…
Silencio …
Vengo a decirle: Paz.
… Silencio …
Vengo
para asestar a la cara de este mundo que no me reconoció: "Bastante".
Bastantes de esto que no es verdad, bastantes de esto que esclaviza, bastante
sufrimiento, bastante competición y bastante ilusión.
Muchos
de ustedes en la superficie de esta tierra tuvisteis la oportunidad, en el
curso de sus peregrinaciones diversas en este mundo, de encontrarme, de
conocerme o de desviarse de mí. Porque ciertos hombres se emplearon para
alterar mi mensaje, para hacerlo una religión, para hacerme pasar por un
salvador exterior mientras que mi único sitio está en usted como en cada uno.
…
Silencio …
Vengo a decirle: Paz.
… Silencio …
Vengo
para asestar a la cara de este mundo que no me reconoció: "Bastante".
Bastantes de esto que no es verdad, bastantes de esto que esclaviza, bastante
sufrimiento, bastante competición y bastante ilusión.
Muchos
de ustedes en la superficie de esta tierra tuvisteis la oportunidad, en el
curso de sus peregrinaciones diversas en este mundo, de encontrarme, de
conocerme o de desviarse de mí. Porque ciertos hombres se emplearon para
alterar mi mensaje, para hacerlo una religión, para hacerme pasar por un
salvador exterior mientras que mi único sitio está en usted como en cada uno.
… Silencio…
Vengo
también a llamarle, en usted, una última vez antes de la Llamada de mi madre, a
la humildad, a la sencillez, a la Libertad y al respeto de lo sagrado de cada
vida, aquí como por todas partes.
Efectivamente
vengo para resolver todo lo que puede restringirle en vuestra Eternidad, todo
lo que podría intentar alterar la Luz que usted es. Por supuesto para esto le
pido todo el sitio.
Vengo
a pedirle otra vez si usted está dispuesto a dejar a los muertos enterrar a los
muertos. Vengo a pedirles a ustedes si ustedes quieren ser vivientes de la
verdadera vida.
No
vengo para imponer ni para combatir. Vengo para restablecer la verdad de toda
vida. Vengo para devolver el canto de la Libertad en su corazón y en sus
orejas.
No
le pido nada más, sólo ser por fin, ustedes mismos, restableciéndoles así en la
Alegría eterna.
Vengo
también, por supuesto, para cumplir las escrituras de mi bien amado Juan. El
que primero, en el tiempo, le descubrió
he aquí hace mucho los mecanismos de la revelación del supramental.
Vengo
para cumplir y para sostener el Juramento y la Promesa. Así como los
Arcángeles, como los Antiguos, como las Estrellas, como el conjunto de las
creaciones de los mundos Libres, vengo en usted.
Jamás
haga el error de creer al que vendría a decirle, en un cuerpo, que es lo que
soy. Porque el que realiza lo que soy no puede aspirar a ninguna identificación
ni alguna historia. Esto es una mentira.
Soy
la Vía, la Verdad y la Vida y usted es, más que nunca, la Vía, la Verdad y la
Vida. Y recuerde que ninguno puede hacer trampas en presencia del Sagrado
Corazón y en presencia del Espíritu Santo. Porque les quiero levantados y
radiantes porque tal es su naturaleza y tal es su manifestación.
Vengo
a decirle nuestro Amor, vengo a decirle la perfección de la Libertad.
Vengo
a decirte también, además de ser mi "Amigo" o mi "Esposa",
de no poner más distancia entre tú y yo. Mi Presencia bastará con demostrarte
la realidad del Amor.
No
vengo para establecer un reinado, como algunos todavía lo creen, como hace dos
mil años. Vengo para restaurar su Realeza, que no depende de ningún reinado
sobre este mundo como en algún mundo. Entonces reconóceme y te reconocerás, sin
ninguna posibilidad de ser engañado.
Vengo
a quererte a la medida de tu Amor y mucho más que esto, porque vengo a darte a
ti todo el Amor que eres. Vengo a devolverte a la sencillez de la Vida, a la
sencillez del Amor y a la humildad de toda creación.
Vengo
para abolir las reglas y las leyes de este mundo que no son las leyes y las
reglas de la Fuente. Vengo para desplazar a los que se permitieron creer que
usted era su rebaño y que eran sus amos. El único amo verdadero en el Amor es
el que es el más simple y más pequeño de ustedes. Para eso, hay que ser grande,
muy grande en Amor y muy pobre en este mundo. Allí es la abundancia verdadera,
allí es el corazón, y allí es lo esencial.
Ahora
que los Cuatro Vivientes están en sitio, diría que la mesa es levantada para el
último banquete. Vengo para comulgar con usted, en todas las especies y bajo
todas las formas. No transigiré ni permitiré que nada pueda extraviar o desviar
la verdad de su ser. Ninguno podrá más aparecer delante de mí si no está antes
en el ser. Ninguno podrá más esclavizar a quienquiera a su libertad o a su
propio punto de vista.
Vengo
a mostrarle la libertad del Amor en acción.
Vengo
para depositar el Verbo en su carne, aclarando así su conciencia de un día nuevo
en el seno de lo que es limitado.
El
conjunto de la Confederación Intergaláctica de los mundos libres está desde
ahora en adelante en cercanía de su Tierra, ya visible en el seno de su sistema
solar. Los pueblos de La Tierra que le eran invisibles, de cualquier naturaleza
o presencia, a ustedes se volverán evidentes cada vez más, que esto sea los
elfos, que esto sea los demonios a los que ciertos humanos alimentaron. Todo
esto debe ser visto porque nada debe permanecer oculto. Esta es la justa retribución
de este mundo, esta es la grandeza del Amor y de la Gracia.
Acoger
la gracia de nuestro encuentro, es librarse de todo lo que no es Amor. Es
soltar todo lo que usted retiene, prisionero de sus afectos, de sus emociones,
de sus adherencias a lo que no es verdad, es decir, lo que no dura más.
Yo
también vengo para cumplir, la promesa de mi vuelta, pero se lo recuerdo: así
como partí por la Ascensión y la Resurrección. De la misma manera me
presentaré, a cada uno de vosotros. Pero retenga que no estaré en ninguna carne
que le diga que soy esto, es decir el Cristo. Ustedes son todos Cristo, pero
ustedes no son "el Cristo". Desde ahora en adelante, ninguna
usurpación hecha ligada a las palabras o a la presentación podrá durar en el tiempo
de esta última tribulación.
Le
recuerdo que, en este período, sólo usted es quien juzgará, pero no desde el
punto de vista de su persona sino en la medida del Amor que usted dió, que
usted vivió. Porque no puedo hacer nada más que revelar su corazón y es de esa
revelación que todo lo que es falso debe ser abatido, no por la Luz sino por su
propia debilidad.
… Silencio …
Vengo
para restablecer el reinado de la Luz estrechándome a su mundo, liberando su
nueva conciencia, su nueva expansión. Vengo también para mostrar a cada uno
esto que no quiso o no pudo ser visto, cualesquiera que sean las razones, con
el fin de que la elección del Amor o del miedo se haga con toda libertad, sin
presión, sin condiciones y sin ser afectados por quienquiera.
… Silencio …
Vengo
también para decir a su corazón: "no tenga miedo, porque el miedo no es
nada delante del Amor. Acepte el Amor y todo miedo se desvanece. Acéptame como
te acepto. Esta es tu libertad". Consagrándosete el Agua de Vida y el
bautismo de fuego del Cielo, renaces a la verdadera Vida donde todos los
sucedáneos del amor atados a este mundo serán barridos por el Amor.
Vengo
para disolver los indicadores que podían hacerte creer que te apoyabas en la
roca y que sin embargo no son más que algodón. Vengo para mostrarte que tu
apoyo verdadero, el que jamás traiciona, no puede ser más que la Luz y el Amor.
No vengo para hacerte engrandecer o permitirte vivir mejor en este mundo, como
algunos lo esperan o lo creen, sino vengo para la liberación, para el parto.
También
cuento contigo, que escuchas o que me lees, para tener tu casa limpia, para
cultivar en ti la benevolencia, la mirada justa, la palabra justa, la atención
justa; vengo a hacerte descubrir que hasta tu enemigo peor no es nada con
relación al Amor, lo que usted es.
Vengo
también para decir a su corazón: "no tenga miedo, porque el miedo no es
nada delante del Amor. Acepte el Amor y todo miedo se desvanece. Acéptame como
te acepto. Esta es tu libertad". Consagrándosete el Agua de Vida y el
bautismo de fuego del Cielo, renaces a la verdadera Vida donde todos los
sucedáneos del amor atados a este mundo serán barridos por el Amor.
Vengo
a decirte, por supuesto, que Yo soy tú como tú eres Yo. Vengo a decirte que
eres dotado, como cada vida, como cada forma, exactamente de la misma dosis de
Amor que es una dosis que no se cuenta y que crece cada día, en el momento en
que me reconociste. No te pido idealizarme, no te pido hacerme un salvador de
una carne cualquiera o de perennidad cualquiera de esta ilusión. Vengo para
romper las murallas del ego por la potencia del Amor.
Lo
mismo, cada uno de ustedes es capaz de hacer la misma cosa, de romper las
murallas de sus propios miedos, simplemente cuando son esto, este Amor
incondicional cuya fe es mucho más grande que el más grande de los desastres
desde el punto de vista de la persona.
Vengo
para mostrarte cuáles son mis frutos y cuáles son tus frutos.
Vendré
también, a cada uno de vosotros, para solicitarles una última vez a la verdad
del Amor antes de que la Espada de la Verdad venga para cortar lo que no es el
Amor. Porque te quiero libre, porque te quiero tal, como eres, no para pretender
a mucho sino para ir a ti mismo.
Recuerda
sobre todo que no hay nada que puedas hacer otro que Amar. Porque el Amor se
hará más cada vez la solución a todo lo que puede presentarse, viniendo para hacer
fracasar las leyes de este mundo y los convenios de este mundo. Pero el que es
portador de la Espada de la Verdad no puede incumplir con la Verdad, puede sólo
cumplirla y revelarla. No hay ningún lugar para una reivindicación personal, no
hay ningún sitio para la mentira, como para la apropiación o la manipulación.
Vengo darte para ti la ocasión de ser justo y recto, de ser el corazón elevado
que ha transmutado las condiciones de este mundo por la única potencia de su
Amor y no por los combates estériles que conciernen al bien y el mal.
Vengo
pues para restablecer la Verdad del ser y de la Vida, no teniendo que hacer de
las limitaciones efímeras de este mundo en algún dominio que sea. Y tú que
serías todavía tibio, quiero decirte que debes escoger porque te volverás frío
o te volverás ardiente, ardiendo del Fuego del Amor o frío porque es privado
del calor del Amor. No puede tener allí medida media, no puede tener allí
compromiso, no puede tener allí la tercera vía. No puede tener allí nuevas
ilusiones, excepto si tú mismo te niegas a ver la verdad del Amor, más esto
será tu elección y esto será tu libertad. Pero aquella libertad no es la
libertad del Amor, es la libertad de creer todavía y aún en historias, en
guiones, en proyecciones.
Dejo
el Coro de los Ángeles cantar a tus orejas. Dejo a mis ángeles, los Ángeles del
Señor, de nuevo acercársete con el fin de acompañarte en tu Liberación. Vengo
también para rezar a tus lados para que mi Padre te conceda la visión clara y
el anclaje necesario para vivir lo que viene. Así, rezaré por cada uno de
vosotros, no como una súplica sino más bien como una comunión.
Vendré
también para dar testimonio de cada uno de vosotros. Esto ya se realiza para
los más avanzados de ustedes. Algunos comienzan a encontrarme, no como una
historia aureolada por gloria sino como el hermano simple que soy, habiendo
conocido como ustedes la carne de este mundo y sus debilidades.
Vengo
en cierto modo para cumplir lo que mi madre le dirá, en cuanto sus vestidos
serán lavados con sangre por el cordero, en cuanto usted emergerá en el seno de
la nueva vida, que esté en la superficie de este mundo todavía, en otro estado,
que esto sea cerca de mi Padre, que esto sea en el Gran Todo o que esto sea en
su mundo de origen, poca importancia tiene.
Yo
seré particularmente cerca de los que honran la Vida y honran el Amor por su
comportamiento, por su mirada, por sus palabras, por su fraternidad, por su
benevolencia y por su incorruptibilidad a las mentiras de este mundo. Entonces
nos miraremos del corazón al corazón con la misma transparencia y la misma
evidencia.
Así
renacerás definitivamente en la verdadera Vida. Así toda sombra será lavada y
resplandecerás en el seno de tu túnica inmortal, la de tu cuerpo sin costura,
allí donde ninguna falla puede ser imaginada.
Mi
madre te llamará por tu nombre, tu pre-nombre sobre todo. Yo te llamaré por tu
nombre de alma, si el alma está presente, y por tu nombre agudo o de origen si
disolviste tu alma en el Fuego del Amor.
Recuerda
que si pones el Amor delante y el Amor por todas partes, estoy en ti y me oirás
de varios modos si ya no es el caso. Daré fin así a todas tus dudas que todavía
pueden existir, daré fin también a todo lo que puede frenarte en nuestro
reconocimiento.
Entonces
permíteme sellar en tu Templo las palabras de mi presencia de este día, las
palabras de mi presencia en el momento en el que las lees, en el momento en el
que decidirás oírme.
Entonces
puedo decirte, cualesquiera que sean las resistencias que todavía puedan
afectarte, te digo vuélvete de esto porque no eres más esto. Aunque esto esté
todavía presente en el campo de tu experiencia, no preste a eso ni crédito ni
atención, tú gira solamente sobre el Amor. No tal y como lo creíste o viviste
en este mundo, en ciertas circunstancias, no solamente tal, como vibraste si la
Onda de Vida te recorrió o si la Corona radiante del corazón era activa, sino
verdaderamente en la pureza y la claridad más evidente.
Permíteme
de nuevo bendecir tu Presencia aquí y tu Presencia que me lee.
Vierto
en ti el Agua de Vida y refuerzo en ti el Espíritu del Sol y el Coro de los
Ángeles, de mi Presencia revelada. Y no olvides por fin que es en el jaleo de
este mundo, atado a su oposición al Amor, que encontrarás la Paz, porque no hay
que evitar el Amor, cualesquiera que sean las reacciones de lo que no es Amor.
Entonces
como el Arcángel Anaël te lo dijo he aquí hace algunos años, te pido
abandonarte al Amor que eres. Porque el Amor no te reclama nada, te pide solo
ser el con el fin de que todo el resto se aleje de ti y el fin de que todo
consuelo quede en la verdad de tu ser.
… Silencio …
Y
allí, en nuestra comunión, mis palabras no tienen más sentido porque el Amor
tomó el sitio de las palabras y corresponde a todo sentido porque sólo el Amor
es la Esencia.
… Silencio …
Le quiero porque usted es el Amor.
Hasta
pronto.
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