miércoles, 8 de abril de 2009

Mensaje ARCÁNGEL MIGUEL -VI-

MIKAËL

4 de abril de 2009

Soy Mikaël, Príncipe y regente de las Milicias celestiales. Les transmito todo mi amor y toda mi protección. Vengo, como lo he dicho volveré en adelante, durante este período importante, por no decir otra cosa, que vive cada ser humano en su corazón, que vive este planeta y que vive también el conjunto de este sistema solar, en cada ventana de tiempo semanal. En numerosas ocasiones, ya les indiqué un determinado número de elementos importantes que están en curso de manifestación al nivel de sus organismos y también del organismo del planeta Tierra. Esto se refiere a la reacción y a la integración a mi Presencia y a la Luz Ultravioleta que me está permitido a ustedes retransmitir desde el Sol Central de la Galaxia, del punto central del pensamiento de Dios, hasta ustedes, por el intermediario de mi vibración, de mi Presencia y también por el intermediario de los otros planetas y de su Sol, en este sistema solar. En numerosas ocasiones, les hablé de la presión de la radiación y la presión de la radiación Ultravioleta. Mi presencia y esta energía tienen efectos profundamente transformadores en sus organismos humanos y planetarios. La primera de estas transformaciones es el despertar en ustedes y activar códigos que les son desconocidos aún, en manifestación de su ADN. Esto está destinado a permitirles encontrar, en un futuro extremadamente cercano, la totalidad de su Esencia y su Divinidad. Y para ello, lo dije, me acompaño de una serie de mecanismos, a veces vividos de manera muy perturbante, desde simples cansancios, pasando por dolores, o incluso un determinado número de lo que llaman enfermedades, que representan en ese caso, formas de eliminación de sus sombras, de sus negruras y de lo que se podrían llamar, eventualmente, sus karmas pasados de naturaleza colectiva. Esto es ahora. Un número de entre ustedes percibió esta vibración de la radiación del Ultravioleta en su organismo. No olviden que esta energía está destinada a penetrar por su punto de más arriba. El punto de más arriba, en tanto como organismo humano, es su cabeza. El punto de más arriba en este planeta donde viven se constituye por lo que se llama los volcanes y en particular los volcanes que se sitúan en las montañas. Esto está en camino. Pueden constatarlo ya, en cualquier caso para los seres humanos despertados, en vibraciones, presiones y dolores ocurriendo regularmente en adelante, y desde hace algún tiempo, en su cabeza. La presión de la radiación del ultravioleta se manifiesta pues dentro de los organismos humanos, en su cabeza. El objetivo no es permanecer en esta cabeza sino de hacer pasar esta energía hacia su corazón. En efecto es en éste que se encuentra un determinado número de códigos encerrados vinculados a su Divinidad y a su Esencia.

La presión de la radiación vinculada a estas partículas de luz Ultravioleta debe, a medida de las semanas, conducirse al centro de su santuario interior y Templo interior. Allí es la condición sine qua non de su subida, su ascensión y la vuelta a su Unidad. Eso está en curso. Eso obedece a normas precisas en su fisiología interna y sus mecanismos energéticos internos sobre los cuales volveré de nuevo, al momento conveniente, después del período pascual tal como se define en su calendario católico romano, porque este período corresponde, muy simplemente, a una plena Luna especialmente activa como la del mes que sigue vinculada a la fiesta del Toro. Pero no están aún allí. Ilustremos estas observaciones no en sus organismos sino en el organismo planetario. La presión de la radiación encendió, literalmente, un determinado número de volcanes principales en la superficie de este planeta, esto es un hecho innegable. Ahora, constatan también un determinado número de anomalías vinculadas a fenómenos que llaman meteorológicos consistiendo en subidas de temperatura anormales y descensos de temperatura profundamente anormales. La reacción de esto debe ser una pendiente de esta energía que llega en los volcanes, que corresponde a un fuego terrestre pero que ha sido iniciada por el fuego cósmico en relación con la radiación del Ultravioleta. La radiación del Ultravioleta está profundamente vinculada a los cambios, a la transformación. La energía del Ultravioleta nunca ha tenido por objeto ser una energía de destrucción pero sin embargo corresponde a una energía de reconstrucción, encaminada a hacer saltar las barreras de este planeta, como del organismo humano, a su Unidad, a su dimensión Divina que les era ocultada por la dualidad y por la encarnación. Esto está en curso. La etapa siguiente ocurrirá en el momento en que el número de volcanes encendidos en su planeta, y cuando el número de partículas Ultravioletas acumuladas en su cabeza, permitirán a la energía y a la conciencia concentrarse más allá de la dualidad es decir, no en su cabeza sino en su corazón, esto para el conjunto de los seres despertados. Le dije que la presión de la radiación iba a ir in crescendo, y esto hasta el período del equinoccio de verano. Esto es también la verdad en lo que se refiere a su planeta y el conjunto de estos planetas que deben preceder el encendido y la ascensión de su planeta. Esto está en curso. Muchos volcanes deben aún despertarse durante este período que les queda por cruzar para ir al tiempo de su verano. Esto está en curso.

La etapa siguiente corresponde pues, a la pendiente de la energía de los volcanes en el seno de su planeta, al nivel, no del elemento agua que está vinculado, sino al nivel del elemento aire. Esto corresponde, en la fisiología planetaria, a modificaciones profundas de lo que llaman las corrientes aéreas y marítimas de su planeta. Esto se traducirá en un paro de algunas corrientes y el desarrollo de otras corrientes marítimas que las existentes. En el aire esto va a traducirse en un énfasis principal de lo que llaman huracanes y ciclones que van a manifestarse en regiones sobre las cuales no estaban nunca presentes antes. Y ello, una vez más, se vincula solamente con la reacción de los elementos perturbados en la fisiología planetaria. La energía del Ultravioleta, es retransmitida por una serie de seres de altas dimensiones que tienen que hacer y ser en relación con la energía de este planeta. Se trata de una serie de Consejos, llamados tanto Consejo Galáctico, Consejo Intergaláctico, Consejo de Melchizedek, Consejo de las Águilas, etc. Son muy numerosos, los seres con antropomorfismo humano, que hoy se encuentran a elevados niveles para canalizar, dirigir, orientar la energía de la presión de la radiación del Ultravioleta. Su papel es principal. Quizá perciben, para algunos de entre ustedes, fluctuaciones vinculadas a la energía en sus organismos fisiológicos humanos. Como pueden constatarlo, existen tramos por hora en cada uno de sus días, durante los cuales van a percibir, experimentar esta presión de la radiación, tanto al nivel de su cabeza como, para los que más avanzan, en su corazón. Recuerden también que la presión de esta radiación que irá in crescendo, a los seres humanos que no tienen la posibilidad ni los medios espirituales de activar los chakras superiores (es decir, los situados entre la cumbre de su cabeza y el corazón) les afectarán estas energías en lo que llaman los chakras inferiores (es decir, los chakras situados a la parte inferior del corazón) traduciéndose en una fuerza de reacción profundamente ampliada ante el acontecimiento vinculados a los movimientos sociales, a los movimientos económicos, ellos también generados por la presión de esta nueva radiación. Como ya se sabe, numerosos seres humanos han intentado aprovechar este período para crear sobre su planeta un clima propicio al miedo, un clima propicio a la desestabilización del alma humana. Esto no tendrá lugar, contrariamente a las intenciones de estas formas. La presión de la radiación de la Luz Divina, retransmitida por el Ultravioleta, por mi presencia, por su Sol y por el conjunto de los Círculos y Cenáculos vinculados a la Luz, viene a perturbar en gran parte todo eso e implica, en la Humanidad, un fenómeno de confusión. Lo importante, como se los dije, es permanecer lo más posible alineados y centrados, permanecer lo más posible en la neutralidad con relación a la confusión. Pueden crear eso estando lo más posible en ausencia de reacción por los informes de los acontecimientos que vienen. Esto es una prescripción por mi parte para pedirles y para precisarles que no encontrarán la paz sino dentro ustedes, y ciertamente no fuera ustedes.

Esto lleva a reconsiderar, ya, antes de su paso en quinta dimensión, lo que llaman la vida. Tienen la práctica, desde muy numerosas encarnaciones para la mayoría de entre ustedes, de vivir una vida exteriorizada que se define por la dualidad y su reacción con relación al sentido más amplio y también el más estrecho de sus vidas y sus desarrollos de destino. Hoy más que nunca conviene encontrar la Fuente de su vida en el centro de su ser, en el corazón. Es en este lugar, y solamente en éste, que considerarán la paz necesaria para no entrar en reacción a los acontecimientos sociales, económicos, que vienen hacia ustedes a grandes pasos. Esto no es un mensaje de miedo. No conciban miedo a través de estas palabras. Vine a anunciar lo que el Padre me pidió anunciar. Existe una serie de profetas, existe una serie de profecías que siempre han existido en la superficie de este planeta. Su objetivo no es dar miedo. Su objetivo es solamente prevenir, informar para que los humanos oigan estas palabras en su interioridad. En la actualidad, más que nunca, eso va a convertirse en cada vez más verdadero. La única solución a este problema, la única solución a sus desengaños en su vida interior, económica, social, familiar, personal no puede encontrarse sino en el centro de su ser y en ninguna otra parte. Obviamente, se les ayuda, eso también se lo dije, pero sin embargo ello no puede ir a su corazón en su lugar. Eso les pertenece. Es un trabajo de cada minuto, de cada respiración. Se darán cuenta, en las semanas que vienen y que van a conducirlos hasta el equinoccio de verano, que a lo sumo volverán a entrar en su interioridad, que a lo sumo volverán a entrar en su corazón, que a lo sumo volverán a entrar en su Esencia, a lo sumo les será fácil manifestar la paz, la tolerancia, el amor y la comprensión exteriormente, cualquiera que sea la dureza de los acontecimientos exteriores debiendo afectar a la fisiología planetaria y también la fisiología de algunos seres humanos.

La única manera de ser en el corazón es no reaccionar. La única manera de ser en Unidad es no mantener la dualidad. Ahora bien, la reacción forma parte de la dualidad. Es pues primordial apremiarles a ustedes, por sus meditaciones, por sus rezos, por sus momentos de silencio, por sus encuentros con la naturaleza, a desarrollar cada vez más este sentimiento de armonía con su propia Unidad, con propia Divinidad. Ahora, están muy precisamente a una semana del vencimiento de lo que se llama las Pascuas. No es que quiera hablar de religión. Entonces, si lo quieren bien, emplearé más bien el término de Plena Luna. Ésta llega muy precisamente en 8 días de sus días terrestres. Durante este período que viven ahora, y en consecuencia un nuevo período de 7 días hasta esta fecha, les pido pues encontrar más momentos de oportunidad de colocarse en el centro de su corazón, aunque eso sólo sea por algunos minutos, pero hecho varias decenas de veces si eso está en su posibilidad. Eso les permitirá estabilizar lo mejor posible su estado interior, sólo con el fin de no volver a entrar tanto en reacción con relación a sus prójimos, con relación a sus propias emociones, a sus propias actividades mentales, profesionales, económicas, sociales o emocionales. La única solución, una vez más, está vinculada al aprendizaje de la capacidad que tendrán, como seres humanos, para vivir en su corazón los acontecimientos que los esperan. Las soluciones se derivarán de su capacidad para vivir en el estado de corazón. Si escapan a su corazón, manifestaciones emocionales relativamente importantes corren el riesgo de producirse, las que serían profundamente dañinas a esto que tienen que integrar y revelar en ustedes con relación a su Unidad y su Divinidad. Se trata pues del próximo período, propicio a la presión de la radiación en su corazón.

Vuelvo de nuevo ahora a esto llamado como fenómenos luminosos vinculados a la presencia del Ultravioleta. Pueden percibir esta radiación a sus propios ojos abiertos en su realidad dual, a la caída de la noche, en el momento en que la luna comienza a aparecer en su cielo. Observe su cielo y constatarán que los fenómenos luminosos comienzan a aparecer sobre el conjunto de su globo. No se tratará pues de fenómenos vinculados directamente al sol, inicialmente, pero vinculados al momento en que el sol está del otro lado del lugar donde viven y será pues una reflexión de esta luz sobre la luna que se manifestará a sus ojos. Los fenómenos luminosos que ocurren, por su parte, en pleno día se refieren a la inminencia de la manifestación de mi presencia como energía de reconstrucción, sobre todo si estos fenómenos persisten más allá de la duración de 48 a las 72. Ya se les advirtió sobre eso. Lo más importante, una vez más, y se lo digo a cada intervención, no está tanto en el fenómeno exterior, aunque éste se refiere a Luz por ella misma, sino a su reacción interior a la presión de la radiación, que será la aceptación que les permitirá no estar en reacción a los acontecimientos que la Tierra vive y vivirá. He aquí lo que tenía que precisar y lo que tienen que hacer durante este período propicio a la entrada en su interioridad total, con el fin de encontrar realmente quienes son, lo que son y hacia donde quieren ir y, eso, en función no de sus deseos, sino de su capacidad vibratoria para reducir este cuerpo, para hacerlo entrar en nuevas vibraciones que algunos de entre ustedes han comenzado, ya desde el mes de marzo, a experimentar, presentándose bajo episodios de subidas vibratorias sobre algunas partes del cuerpo o la totalidad de sus organismos fisiológicos. Esto es un aprendizaje. Esto requiere un tiempo.

El tiempo ha acabado ahora, de llegar hasta la perfección de esta ascensión que no es aún una ascensión de cuerpo o una ascensión de quinta dimensión, sino que prefigura de manera ilustrada y de manera real, de lo que ocurrirá en el momento de su subida vibratoria definitiva en el seno de la quinta dimensión, esté con el cuerpo o sin el. Esto pertenece a cada ser humano, ante sus elecciones y ante la realidad de sus capacidades vibratorias. Toda condición, cualquiera que sea, aún sus edades, sus patologías, sus métodos de vida, están solamente vinculados a su capacidad interior para subir lo que solemos llamar la vibración de su alma al nivel del Espíritu. La subida de la vibración del alma en el Espíritu se traduce en una vibración de la totalidad del cuerpo y también en una presión de la vibración en la cabeza y en el corazón y, en un segundo tiempo, en el conjunto de su cuerpo. En ese momento, cuando la presión de la vibración se manifiesta en el conjunto de su organismo fisiológico, se vuelve mucho más fácil incluir lo que es la ascensión realmente. Todo el resto no son más que sus proyecciones vinculadas a sus deseos, a sus emociones o a su mental. La ascensión es un proceso vibratorio. El derrame de la Luz del Padre, que vine a aportarles a través de la presión del Ultravioleta, está directamente vinculado a este aumento vibratorio. Hay ascensión sin aumento de su elevación interior. Esto es su garante de su capacidad ascendente para el tiempo futuro. Sin embargo, la hora, una vez más, está en la reconstrucción. Esta reconstrucción, la observan en curso, al nivel del planeta, al nivel de su individuo, de sus prójimos y al nivel del conjunto de la humanidad. Existe una percepción más o menos mayor, una intuición cuanto más o menos fuerte, un instinto mayor o menor de que la realidad del cambio está allí. Eso está realmente allí. Eso no está en las palabras, eso no está en los egrégores que pueden crear, sino solamente en su capacidad para subir en vibración. La subida en vibración es la única respuesta adecuada a la presión de la radiación del Ultravioleta. Les corresponde acoger en ustedes esta energía y, si la acogen completamente, más allá incluso de su corazón, en el conjunto de su fisiología, ustedes constatarán próximamente y muy rápidamente esta capacidad de vibración del conjunto de su cuerpo, del conjunto de su organismo fisiológico es decir, de su cuerpo físico. No hablo de las percepciones vinculadas a sus distintos cuerpos sutiles que no traducirían la capacidad de su cuerpo físico para entrar completamente en vibración. La vibración que reciben está destinada, si lo desean y si lo aceptan, a transformar completamente su fisiología. Es lo que es, para algunos ya, el entusiasmo de vivir. Este período de maduración o acceso a la vibración se hará ahora, hasta el vencimiento de lo que se llama el equinoccio de verano. Ahí tienen algunos elementos importantes que deseaba transmitirles. Si tienen ahora interrogantes con relación a estos procesos, quiero a bien intentar aportar una luz suplementaria.

Pregunta: ¿Podría hablarnos de los códigos que se despertarán?

R.- Ya se explicó suficiente por ahora. Preocúpense simplemente de subir la vibración. El descubrimiento preciso de lo que son estos códigos se les dará después del período del fin de semana Pascual.

Pregunta: ¿Cómo la voluntad de subida en vibración puede hacerse lo mejor posible?

R.- La única manera de hacer subir la vibración es aceptar la presión de la radiación Ultravioleta. El rezo, la demanda, no es requerido especialmente por este proceso evolutivo.

No tenemos más preguntas. Le agradecemos.

Entonces, queridas almas humanas en encarnación, antes de retirarme y decirles hasta la próxima semana de su tiempo humano, voy a remarcarles el proceso vinculado a la subida vibratoria por el aumento de la radiación de mi presencia y, en consecuencia, de la presión de la radiación Ultravioleta en sus estructuras.

... Efusión de energía…

Aquí, bien amados Hilos de la Luz, alma humanas en encarnación, lo que corresponde a las primicias de esta vibración que deben vivir. Soy Mikaël, Príncipe y regente de las Milicias celestiales. Reciban todo mi amor, el amor del Padre y sobre todo mi protección y les digo hasta muy pronto.

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Traducción libre: original francés