Por su parte John Elliot, investigador de la Universidad Metropolitana de Leeds, en Inglaterra, afirma que las ideas de Shostak expresan un sentimiento compartido en la comunidad de científicos del Instituto.
"Ciertamente, lo que estamos buscando en el cosmos en un objetivo que evoluciona y está en movimiento", afirma el Dr. Elliot, otrora investigador del Seti.
Shostak sostiene que, según las escalas de tiempo del desarrollo de tecnología, luego de la radio, el hombre fue capaz de transmitir señales, de modo que si esas máquinas pensantes lograron evolucionar, “tenemos ahora más posibilidades de detectar sus señales que las de la vida 'biológica' que las inventó” explicó el científico a la BBC.
No obstante, tanto Elliot como Shostak están de acuerdo en que encontrar y descifrar cualquier eventual mensaje que pudieran enviar esas máquinas pensantes podría ser más difícil que si se tratara de vida biológica, aunque la idea ofrece nuevas direcciones de búsqueda.
Así, han considerado que la vida extraterrestre artificialmente inteligente emigra hacia lugares donde tanto la materia como la energía, las únicas cosas que serían de interés para estas máquinas, estuvieran plenamente disponibles.
Lo que indica que la búsqueda del Seti necesita enfocarse cerca de las estrellas jóvenes y calientes o incluso cerca del centro de las galaxias. "Creo que deberíamos dedicar un porcentaje de nuestro tiempo a buscar en las direcciones que quizás no sean las más atractivas en términos de inteligencia biológica, pero que podrían ser donde se ubican las máquinas que piensan", afirma el científico.
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