sábado, 3 de septiembre de 2011

GEMMA GALGANI - El Encuentro y la Fusión...


23 agosto 2011

Soy GEMMA GALGANI. En Unidad y en Verdad, mis Hermanos y mis Hermanas, vivan una comunión.

... Efusión Vibratoria ...

Vuelvo de nuevo entre ustedes, como portadora de la Vibración UNIDAD, a completarles y reformular, hasta cierto punto, lo que ya pude decirles acerca de la Unidad de CRISTO. Vengo, más específicamente, a expresarles, a través de mi Presencia, a través de palabras y a través de mi historia, lo que es y lo que representa en ustedes, el encuentro con el CRISTO-MIGUEl, el encuentro con la Luz, el momento en que se realiza la Fusión. Vengo a expresar una serie de elementos, que les permiten, hasta cierto punto, por anticipado, si aún no lo vivieron, elaborar el cuadro de este Encuentro. Este Encuentro que se anunció desde hace mucho tiempo. Entonces, por haber tenido la oportunidad de vivirlo muy joven, me propongo llevarles, en Vibración y en palabras, este Encuentro y esta Fusión, ya que se inscribe en el futuro de La Tierra, en un futuro muy próximo. Se inscribe en un momento particular de La Tierra, en el momento en que ésta aceptará vivir, enteramente, su entrega, que será conjunta en el momento en que los Velos, el última Velo, se rasgará completamente, para cada humano. Vengo también para desdramatizar este momento, que se anunció de tantas maneras pero que es necesario poner de nuevo en el contexto de estos últimos tiempos. Mucho antes mí, numerosos profetas tuvieron visiones. Pero recuerden que estas visiones se inscribían, incluso en este acto profético, en lo que era posible, en la época, ver y también describir, con las palabras de entonces. Entonces, por supuesto, las palabras han podido tomar, en esos momentos, una connotación espantosa, mientras que este Encuentro, esta Fusión, es un momento que no puede ser espantoso, a partir del momento en que es reconocido y realmente sido vivido en la Conciencia. Este momento está en resonancia con un conjunto de mecanismos, tanto para cada uno de ustedes, como para La Tierra, para el Sol, e incluso el conjunto del sistema solar y el conjunto de los mecanismos de la Luz Blanca. Es un proceso que no se aísla, no es un proceso que es para una persona y no para otra. Simplemente, puede existir un desfase en el tiempo, para cada alma. Pero existirá un momento en que este Encuentro no podrá ser negado y, esta vez, por la totalidad de La Tierra, de sus habitantes.

Entonces, vengo a hablarles de este encuentro, hasta cierto punto, a quitar el polvo, para privar de los mecanismos de miedo, los mecanismos de aprehensión, los mecanismos que pueden, en el mental y en la personalidad, crear, efectivamente, una aprehensión. Pero, recuerden lo que dije, si aprehensión hay, no puede ser sino antes, es decir, ahora, en esta especie de travesía particular: noche negra del alma, sentimiento de no poder estar listo o cualquiera que sean las manifestaciones. Pero lo que voy a darles, a través de la experiencia de este Encuentro, tal como lo viví, con mis palabras, y tal como lo vivirán, cualesquiera que sean las palabras, va darles, y a inhalar en ustedes, una esperanza. Esta esperanza no es un acto de fe ni un acto a esperar sino a hacerles vivir, hasta cierto punto (ciertamente por delegación, por el momento pero, sin embargo, acercándose a este estado de Unidad) el Encuentro y la Fusión con la totalidad de la Luz Blanca: el momento en que el Velo no existe ya. Entonces, cualquiera que sea lo que ha precedido y lo que precederá, para cada uno de ustedes, este encuentro, cualquiera que sea el momento en que lo vivirán, es necesario que se les describan los efectos. 

La primera cosa van a ser vivir es un sentimiento de Fuego, un Fuego devorando, un Fuego intenso pero que no quema, y con todo es un Fuego. Un Fuego que va a tomar y va a parecer como arrancarles (pero en un sentimiento de encanto) de su vida, de sus señales, de todas sus creencias, de todas sus ilusiones y de todo lo que hace la vida en su sentido más noble y más simple. Este Fuego va, realmente, a dilatar su cuerpo, a dilatar su Corazón. Van a vivir el sentimiento, real y bien presente, de que no hay más grande lugar que baste en este cuerpo y en este pecho, para que el Corazón pueda vivir y vibrar. En paralelo, en este Fuego que devorará, se instalará lo que no puedo mejor describir sino como una suavidad infinita. Una suavidad infinita que participa en este sentimiento de encanto, de éxtasis, un poco como lo que podría describirles, por haberlo vivido y haberlo hablado, mi Hermana MA ANANDA en su vida personificada.

Son también momentos en que nada de otro tiene más importancia que eso: este Fuego, esta suavidad, esta explosión, que es, al mismo tiempo, una contracción. Un movimiento que va pues en los dos sentidos, que quita y al mismo tiempo, crea este concepto de rasgón. Una Velo se rasga, el cuerpo puede agrietarse, las orejas pueden agrietarse, la cabeza puede agrietarse. Hay, realmente, un rasgón real que se hace. Algunos llegarían incluso hasta decir: “eso es un alejamiento”, dónde cada célula del cuerpo, cada parte del cuerpo parece estallar, para luego disolverse en este Fuego, en este Amor y en esta suavidad. Todo lo que hace en capacidad, diría, la persona, todo lo que hacen sus percepciones, sus sensaciones habituales, su estado, no puede resistir más, a ese momento. El Fuego sigue progresando, toda barrera desaparece. No están ya en este cuerpo, no son ya este pensamiento, no son ya esta conciencia, no son totalmente aún él, o ella, esta Luz Blanca, este CRISTO-MIGUEl sino que perciben, claramente, que algo está pasando, que hará que, más nunca, todo podrá ser como antes. Todos las Velos se rasgan, todos los encerramientos se rasgan pero viven, realmente, en ese momento, una experiencia que se llama mística, trascendental: el Samadhi, como dirían los Antiguos. Es un mecanismo donde más ningún límite de cualquier cosa parece existir y no existe realmente ya. Se les consulta, a la vez, en esta extensión, en esta retractación. No se atreven ya a emitir nada de ordinario porque, efectivamente, esta suavidad, este Fuego, este Amor, les pone en un sentimiento de algo inminente y urgente. Esta inminencia y esta urgencia no es del orden ordinario. Corresponde, efectivamente, a una situación urgente, como para los de entre ustedes que habrían vivido, a veces, accidentes o acontecimientos pareciendo dirigirles hacia su muerte. Es el mismo proceso, salvo que allí, viven pertinentemente que no es la muerte sino la Vida que se despliega. Es la Vibración, a ninguna otra similar y que, sin embargo, les es tan familiar y con todo tan desconocida. Retenga esta paradoja, esta especie de contradicción entre el Desconocido y que, sin embargo, les es familiar. La conciente introducción de datos, se destaca. Hay un encanto, hay un Fuego, un Amor, de las manifestaciones extremas, en el cuerpo y que, sin embargo, les resulta, en ese momento, como tanto distante de lo que viven. El conjunto de su vida puede a ustedes aparecer, en ese momento, como una película que pasaría a toda velocidad, donde toda su vida e incluso, a veces, todo el conjunto de sus vidas, en esta Matriz, pueden a ustedes aparecer y desplegarse en el espacio de milésimas de segundo. En milésimas de segundo, la Presencia se instala entonces cada vez más, preparando su Fusión. La Alegría, si fuere medible en cantidad, parece crecer hasta el infinito, hasta afectar el Cielo, hasta afectar el Sol. Y, por otra parte, un sentimiento de vacío y de plenitud, al mismo tiempo, está presente. Tienen, a la vez, miedo de perderse y, al mismo tiempo, se pierden con una delicia, con una Alegría que no puede existir sobre esta Tierra.

A veces (no fue mi caso), las voces, en ese momento, pueden hacerse oír. Frases importantes, pronunciadas por una voz de una suavidad que no existe tampoco sobre esta Tierra. Esta voz se cumple con autoridad, cumplida con suavidad. Sería la síntesis de todas las voces de La Tierra que pudieron oír. En este inefable Amor que les toma, sienten que no hicieron mas que Uno con esta voz, con esta Presencia, con esta Luz. No hicieron mas que Uno y con todo están a la vez por todas partes. El sentimiento de rasgarse se convierte en un sentimiento de estallido y pulverización total. Como si se convirtieran en miles de millones de pequeños puntos de Luz, que crepitan y que se agitan en todos los sentidos de la Conciencia y el cuerpo. El cuerpo se abre, aún más, acentuando entonces el desgarramiento, el crujido. Un Fuego, que estaba ya presente, parece reforzarse y parece querer ir muy derecho en su pecho, venir a hacer estallar todo lo que se sitúa dentro. En un momento dado, no pueden hacer más distinción o separación cualquiera, entre lo que habla, entre la Luz Blanca y usted. No saben ya si son ustedes o si son la Luz. No saben ya si son el Sol o si son La Tierra. Y todo eso les importa poco, porque sólo, esta suavidad y este Fuego son su naturaleza, su Esencia. Entonces, en ese momento, sólo existe una idea (no es un pensamiento, esto no es algo que es reflejado, es algo que nace, en la Conciencia), una necesidad irreprensible, que es de una tal evidencia, que nada puede venir a oponer a esta idea, ni siquiera sopesarla, ni medirla, ni rechazarla: es fusionar completamente con lo que se halla en fase. El Corazón sigue creciendo, el Fuego sigue disolviendo todo lo que no es esta Presencia, esta voz eventualmente, esta Luz, este Fuego y esta suavidad. En ese momento, la idea que domina, como lo dije, es fusionar completamente. Sólo tienen deseo de una cosa, en esta idea, esto es ya no existir en ninguna parte, a otra parte, que no sea convertirse en esta Presencia, esta Conciencia que es la suya.

Poco a poco, toman completamente, conciencia de que más allá de la idea misma, no puede ser diferente, que lo que encuentran es suyo, de derecho, porque eso son ustedes. Más ninguna pregunta puede surgir porque no existe ninguna pregunta, ni por otra parte, ninguna necesidad de cualquier respuesta. Hay exactamente lo que nuestros amigos orientales llaman esta Conciencia desnuda, esta Alegría inefable, esta Felicidad. Nada más existe que eso. Lo llaman: Sat Chit Ananda. Aunque perciben otras cosas inusuales, no les interesa. Sólo aspiran a una cosa: ustedes fundirse, de manera infinita, en eso. La Alegría es una palabra bien escasa. El Fuego, por eso, es un concepto bien escaso y con todo es un Fuego. Pero este Fuego que devora, y que con todo no quema, es un Fuego que vivifica y que crece completamente solo, que viene a consumir, literalmente todo, y se le dice: “sí”. Entonces, para muchos entre ustedes quienes han preparado este momento, no puede existir denegación. Y por otra parte, muchos de nuestros Hermanos y nuestras Hermanas personificados, que, hasta ahora, rechazaban, incluso, todo concepto de Espíritu, sucumbirán al Espíritu, más fácilmente por otra parte, que algunos de los que lo buscan. En esta Fusión con CRISTO-MIKAËL, la disolución total está en obra, la del ego. Ustedes no pueden más ser lo que fueron cinco minutos antes. Ustedes no se reconocen ya en lo que eran sino se reconocen en lo que viven, en ese momento. La Alegría crece. Esta Alegría confina a un dolor exquisito. Este dolor no es un sufrimiento, es una Entrega. Es algo que reconocen, de toda eternidad. En ese momento, toman conciencia que son eso y no estq a que pudieron adherir hasta ahora. Viven esta transformación final con una agudeza que no puede existir para la conciencia de la vida sobre La Tierra. Y con todo, se reconocen este Desconocido, en ese momento. El Fuego, el Amor, la Alegría, el dolor, se mezclan en algo que no puede expresarse en ninguna palabra. La Fusión mística se realiza entonces. Se les atraviesa. Después de haber sido apartados, efectivamente, se les atraviesa. Entonces, si se interesan aún, en algo, a lo que se atraviesa, ustedes podrán percibir a su Ángel encargado, al Arcángel MIKAËL, o Lord MÉTATRON en persona, que trabaja en ustedes o entonces lo que se llama las Jerarquías Angélicas (los Serafines, el Kéroubim) que atienden en torno ustedes.

Esto es un matrimonio, un matrimonio a ninguno otro similar, sobre esta Tierra. Es un matrimonio que dura eternamente. No es un matrimonio que pasa por sus fases. Es un matrimonio con usted. Ya que saben, en ese momento, para vivirlo, que no puede existir la menor distancia, la menor separación, con su Esencia que es esta Luz, este Amor, este Fuego. Lo viven en la carne. El alma se desvía completamente de todo lo que era su vida. Se lanza a las llamas del Amor. En ese momento, el cuerpo no existe ya. Lo que eran, no existe ya. Lo que eran, algunos minutos antes, y cada minuto siguiente, no existe ya. No se les somete ya a cualquier tiempo. No se les somete ya a cualquier densidad. No se les somete ya a cualquier límite y lo viven. Y saben, viviéndolo, que no es algo que salió de su cabeza, que no es una suposición y que es de verdad, la Esencia incluso de lo que es la Vida, la Esencia misma de lo que son y de lo que son todas las formas de vida. Un sentimiento de ligereza, extremo, aparece. La agitación y la calma se desarrollan, al mismo tiempo. Son estos mil millones a la vez de partículas estalladas, divididas y son, al mismo tiempo, la Totalidad, reunida en una única Luz Blanca, que disuelve absolutamente todo lo que no es ella, todo lo que no es él.

La Alegría, si tanto es que eso sea posible, crece aún hasta pasar a ser intolerable. Y con todo, sigue creciendo. A cada momento, que sigue el precedente, creen que eso no puede ir más lejos y, sin embargo, a cada momento siguiente, eso va aún más lejos, aún más. El encanto, el éxtasis: ya no son más que eso. Se consume el rasgón de la ilusión. Tienen el conocimiento directo, en ese momento, sin plantear la menor pregunta, de lo que es Verdadero, de lo que es auténtico. Se convierten en inmensos, en la Conciencia. Y se convierten en muy pequeño, muy pequeños, un punto que no existe casi ya, sobre esta Tierra. Y cuanto más crecen y más se alejan de lo que crean, hasta el momento anterior, son. No son ya mas que un Corazón, que vibra, una Luz que palpita, un Amor que se vuelve cada vez más extremo y cada vez más suave. Nada, en el cuerpo de carne, puede existir que esté del mismo orden. Ninguna experiencia puede (en un momento dado o a otro, de lo que viven) recordarles algo que vivieron. Desaparecen completamente y con todo son vivos como nunca. Son el conjunto de los Universos, son el conjunto de las Creaciones, son el conjunto de las Criaturas. Todo eso se desarrolla en algo que parece no tener ni espacio, ni tiempo y que, sin embargo, engloba todo el tiempo y todos los espacios. He aquí su pasar a Ser. 

Más allá de las palabras que pronuncié, puse la Vibración lo más exactamente posible. Ya que lo que tengan que vivir, en este cuerpo y en esta carne, que sea lo que la vida y la Luz les proponen, guarden, en alguna parte, la memoria de mis palabras y la Vibración que les he aportado esta noche. Sepan también, y es la paradoja, que si no buscan eso, bien, es muy exactamente lo que vivirán. Si tenemos el tiempo, antes de que comulgue con ustedes, aún, durante la alineación, y si está en ustedes hacer preguntas con relación a lo que acabo de expresar, les escucho con Alegría.

No tenemos preguntas. Le agradecemos.

Mis Hermanas y mis  Hermanos personificados, espero haber podido, más allá de las palabras, haber levantado una nueva esquina del Velo. Llevo el nombre de UNIDAD, que está en resonancia, como ya se sabe, en el despliegue de la Luz, con el Espíritu, con lo que nuestros amigos orientales llaman el Âtman. Recuerden, por eso, que esta Fusión y este Encuentro no es nada de otro que el Encuentro con usted, a otro nivel, el que es Verdadero. Vuelvo de nuevo muy rápidamente, en ustedes, con todo el Amor y el Fuego del CRISTO. 

Hasta una próxima vez.

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