sábado, 24 de septiembre de 2011

SRI AUROBINDO (Sn Juan) - La Unidad


16 septiembre 2011

Soy Sri Aurobindo. Hermanos y Hermanas personificados, reciban todos mis saludos. Vengo a ustedes, hoy, como Melchizedek del Aire, a hablarles del Triángulo elemental de agua y, por eso, de su pilar correspondiendo en el cuerpo, que es pues la Simplicidad. Elegí ilustrar esta Simplicidad a través de una expresión que llamé: “cuando la vida pasa de fuente”. La Simplicidad está vinculada al establecimiento, en las calidades del alma, de un proceso dinámico haciendo que el alma ya no se vuelve hacia la vida de la personalidad sino hacia la vida del Espíritu, es decir, de la Unidad. En ese momento, en este mecanismo (permitiendo establecer un alma vuelta hacia la totalidad del Espíritu), se realizan una serie de elementos que van a concienciarse, a manifestarse en su vida por mecanismos diferentes de los que regulan la vida en la personalidad. En ese momento, una serie de elementos van a establecerse. Estos elementos se llaman, en primer lugar, los mecanismos de sincronicidad, de los mecanismos pudiendo ser llamados por eso, la Gracia, y de los mecanismos, finalmente, consiguiendo una forma de fluidez particular, llamada la Fluidez de la Unidad y permitiendo a la vida, a su vida, desarrollarse sin resistencia (y sobre zonas que llamaría de menor resistencia), con facilidad, con simplicidad. El ser humano tiene por práctica, en todas las gestiones de la personalidad, de implicar acciones. Estas acciones no son, como lo saben todos, siempre fáciles. Es necesario, en efecto, ganar su vida. Es necesario, en efecto, ganar el afecto de sus prójimos, o ejercer a su autoridad parental o profesional. Entonces, la vida en la personalidad, como se lo dijo HERMANO K, presenta una serie de normas, una serie de leyes, llamadas acción-reacción. Los mecanismos del alma, cuando estos mecanismos conducen el alma a dejarse, hasta cierto punto, empapar por la energía del Espíritu, van a cambiar completamente el desarrollo de la vida. Eso quiere decir que en ese momento, cualquiera que haya sido, antes, su vida (en el seno mismo, hablo, de su vida ordinaria), muchas cosas van a transformarse.

La primera de las cosas que va ustedes a aparecer (es que lo que les parecía, antes, difícil a obtener) va a manifestarse, en su vida, de manera más evidente, más simple, sin lucha y sin resistencia, otros, en el occidente, llamarían eso, más fácilmente, la Divina providencia. Basta con expresar no un deseo o un deseo sino con pensar, por ejemplo, en la situación de vida que sería buena para ustedes, para que esta situación de vida se presente de sí mismo, sin que haya que buscarla, sin que haya que luchar para obtenerla. La simplicidad forma innegablemente parte de este proceso. Lo que significa, como corolario, que si su vida manifiesta de los elementos que les parecen extremadamente duros, o eso puede significar que ustedes aún no vivió esta Simplicidad y esta Revocación del alma, o su vida aún se debe porque los mecanismos que instalan la Fluidez de la Unidad no son aún plenamente activos. No obstante, conviene aceptar que, cualesquiera que sean los elementos de su vida, en la personalidad, a medida que el alma se desvíe de la personalidad y se deje infundir por el Espíritu, entonces, en ese momento, su mirada (Interior) sobre los acontecimientos de su vida, va a cambiar. Las circunstancias de esta vida van a cambiar por eso, la forma en que comprenden una problemática, cualquiera que sea, va a convertirse en profundamente diferente. Eso quiere decir, por ejemplo, que ante una problemática que existiría desde mucho tiempo, ésta no va a presentar más el mismo impacto en su Conciencia. Algunas situaciones, en efecto, no pueden transformarse, a causa de la implicación de su vida, en un elemento, que sea por ejemplo parental, educativo u otro. Entonces, en ese momento, la vida va a simplificarles también las cosas, volviendo este peso (en cualquier caso, vivido como tal, en su vida) mucho más fácil a vivir, haciendo que la vida va a pasar de fuente y que su Conciencia, no pudiendo modificar un elemento que no puede desaparecer de su vida, va a encontrarse considerablemente reducido (desde el punto de vista de su Conciencia y las implicaciones en cuanto a su Conciencia).

De una manera como otra, la Simplicidad es la característica incluso de la vida establecida en la Unidad. Todo se vuelve extremadamente simple, porque la Conciencia pasa a ser, ella misma, simple pero porque también, las circunstancias de la vida de la personalidad van a tender a simplificarse ellas mismas, por la inteligencia de la Luz. Entonces, en este estado particular que la humanidad vive, todo es hecho para prepararles a esta Unidad, se hace todo para facilitarles la mancha aunque, inicialmente, algo que puede aparecer como profundamente desestabilizando (que eso esté en su cuerpo, en su medio ambiente) va, posteriormente, a aparecer en toda su inteligencia, que es, en realidad, la Inteligencia de la Luz. Ser simple, es por eso, recuerde (aunque algunas circunstancias pueden parecer, bajo el ojo de la personalidad, como difíciles), aceptar que en definitiva, desembocarán necesariamente en una simplificación en cuanto al ojo de su Conciencia y en cuanto al vivido de su Conciencia, con relación a este acontecimiento (cualquiera que sea el sector que se refiere en su vida). Entonces, estamos allí, por eso, en un proceso que, en occidente, se llamó la fe o la confianza. No pueden, efectivamente, tener la fe en la Luz y querer actuar, por usted, contra lo que la Luz establece para ustedes. Porque en ese momento, van a ponerse en falso y van a alejar de ustedes el principio de Simplicidad (el Pilar de la Simplicidad) y van a alejarse del momento presente. Toda situación que se les presenta, cualquiera que sea, en este tiempo particular, es innegablemente la acción de la Luz, aunque no lo perciben en el momento en que lo viven. Es necesario pues tener la Humildad y la Simplicidad de aceptar el acontecimiento que se les proponen, muy sabiendo que a largo plazo, contribuirá a permitirles y a facilitarles el acceso con el Encuentro con el Cristo. Así pues, no espetar nunca, durante este período, contra lo que puede parecerles pesado o contrario, a priori, a esto que llamarían la Unidad o la Simplicidad. Si, ustedes mismos, se vuelven simples, con relación a un acontecimiento que a ustedes aparece como complejo, constatarán, en este Pilar particular de la Simplicidad (que es también, yo se lo recuerdo, en la cabeza, vinculado al Triángulo elemental del Agua), ustedes descubrirán mientras que viviendo en este momento presente de ahora, todo se aclara y que no hay más posibilidad, para la personalidad, de interferir con relación a lo que se manifiesta.

Una vez más, con relación a eso, no hay que, como lo decía Hermano K, someterse sino acoger un acontecimiento, cualquiera que esté, vivido en la personalidad, como un elemento viniendo a estimularles en cuanto al acceso de su Corazón. Aunque este acontecimiento puede parecerles insuperable, inicialmente, lo que es insuperable se sitúa, de manera formal, solamente en el ego, pero ciertamente no en el Espíritu. Entonces, la Simplicidad consiste, en ese momento, en aceptar un acontecimiento y en dejarle desarrollarse. Sepa también que las acciones, que se realizan en la personalidad, durante este período, van a conducirles a un conjunto de consecuencias que podrán parecerles cada vez más complicadas, mientras que, precisamente, el establecimiento, en la Unidad, se manifieste siempre, en su vida, por elementos de simplificación y simplicidad. Retenga que la Ley de Atracción, la Ley de Gracia, el Principio de Afinidad, van a hacerles vivir, muy exactamente, lo que es necesario para establecerles en la Simplicidad. Y el elemento que va a presentárseles (que eso se refiera a una persona o a una situación, cualquiera que sea) va necesariamente a desembocar, si lo aceptan, en ese momento, directamente sobre un mecanismo de simplificación de su vida, que contribuye a establecer la Simplicidad y a establecer el Pilar de la Simplicidad. Sólo en ese momento podrán comprobar, por ustedes mismos, que la vida, su vida, pasa de fuente y que esta vida, pasado de fuente, no tienen ya nada que ver, ni pueden presentar cualquier aspereza, con lo que va a presentarles la vida, en su conjunto, a nivel colectivo, es decir, en la sociedad, de las condiciones físicas de vida y las condiciones cósmicas de vida sobre La Tierra, para las semanas que vienen. La Simplicidad va a contribuir, hasta cierto punto, a favorecer su expansión, en el Abandono a la Luz, va, hasta cierto punto, a favorecer el establecimiento de esta Simplicidad del Corazón y a contribuir, hasta cierto punto, al establecimiento del Fuego del Corazón. Sólo a través de su capacidad, hasta cierto punto, para demostrar su Unidad y la aceptación de los Pilares de la Unidad, es que la Unidad podrá instalarse. Así pues, la simplificación y la Simplicidad participan, de manera innegable, en el establecimiento en su propia Unidad, permitiendo entonces el paso de la estrecha Puerta y, al impulso Cristo posterior, de penetrar en su pecho.

La Simplicidad es, difícil a veces, extremadamente, para la personalidad, a concebir, integrar y a manifestar. En efecto, se acostumbra a la personalidad, desde el primer día, en esta encarnación, a manifestar una serie de acciones-reacción. Desde los primeros gestos en la cuna del niño, como llorar para tener que comer, hay, a partir de las primeras tomas de respiración, en este mundo, la instalación de esta famosa ley llamada acción-reacción, que corresponde a su prisión y, como se lo dijo Hermano K, ustedes no pueden superarla mientras no la hayan aceptado, enteramente. La Humildad era uno de los elementos que se les desarrolló. El elemento que completamente se le asocia y complementa es, por supuesto, la Simplicidad. Entonces, la mejor manera para su personalidad de aceptar esta Simplicidad es, ya, ir hacia una forma de simplificación de su vida y de aceptar (y de saber) que si algo a ustedes no aparece como fluido y fácil, entonces necesariamente, es la personalidad que actúa, y no sí o la Unidad, en ustedes. Todo lo que es del orden de la Unidad va a simplificar su vida y va a ponerles en esta fluidez de la Unidad donde el conjunto de los acontecimientos van a desarrollarse bajo la acción de la Gracia y no bajo la influencia de la acción-reacción. A menudo, se les ha dicho no desear nada, efectivamente, porque lo que desea es la personalidad. Por el contrario, si hicieron confianza y si van a llenarse, tienen un acceso a esta confianza, por el Abandono, de su personalidad, a esta Unidad, entonces, en ese momento, las circunstancias para la simplificación de su vida, para la acción de la Divina providencia y la Acción de Gracia, para que todo lo que es necesario para el establecimiento de su Conciencia, en esta Unidad, incluso, que es en sí, esté realizada. De no ser así, van a encontrarse enfrentados, de manera sistemática, a oposiciones y confrontaciones, a veces cada vez más intensas, durante este período particular que es, como ya se sabe, un período de yuxtaposición y confrontación entre la Ley de la Dualidad (acción-reacción) y la Ley de la Unidad (o acción de gracia). Y estos dos principios pretenden, de una manera como otra, consciente o no, establecer, en ustedes, su superioridad. 

La personalidad, por lo tanto, observa, de manera muy consciente, lo que se juega. Lo que es propuesto por la personalidad formará parte todavía del ámbito del difícil, del ámbito de lo no realizable, o del ámbito de lo conflictual. Mientras que lo que es establecido, en la Unidad, por la Ley de la Acción de Gracia, será siempre fácil, extremadamente fácil y extremadamente gratificante, en el sentido del alma y el Espíritu. Lo que es al revés exactamente, cuando viven, efectivamente, una frustración de la personalidad o cuando, por ejemplo, han programado un acontecimiento o un encuentro, o cualquier otro acontecimiento de la vida ordinaria. Si este acontecimiento de la vida ordinaria no se realiza, eso quiere decir simplemente que no está de acuerdo con la Ley de la Unidad, la Ley de Gracia y la Fluidez de la Unidad. Eso quiere decir, simplemente, que están ante un deseo de la personalidad. Así pues, algunos seres van, por ejemplo, a experimentar los impulsos del alma o el Espíritu para cambiar de lugar. Esto es un impulso, real, del Espíritu que puede, incluso en este tiempo extremadamente reducido, realizarse para ustedes (tomo un ejemplo, yo se lo recuerdo, que no es la Verdad, lejos de allí, para todo el mundo). Entonces, en ese momento, la vida, la Divina providencia, la fluidez de la Unidad, va a ponerles a la realización de este objetivo, sin que haya cualquier esfuerzo para proporcionar. Por el contrario, si este impulso viene de usted, en un deseo de la personalidad, la Ley de Fluidez va a oponerse, enteramente, por la acción misma de su Espíritu, en el alma, para que se realice este cambio (o este traslado, en este caso, en el ejemplo del que a ustedes hablo). Conviene pues ser perfectamente lúcido y, hasta cierto punto, como eso se les dijo, ser un perfecto observador de las circunstancias mismas de su vida, actualmente, porque la Luz les habla, que sepan reconocerla o no. Como se lo dijimos, la Luz Dura está cada vez más presente, su Inteligencia se hace cada vez más sentir, viniendo a poner, hasta cierto punto, un término a los comportamientos vinculados a la Ilusión y a todo lo que está vinculado a la acción-reacción. Esto se juega, por supuesto, en la humanidad, en las sociedades, en todos los sistemas construidos por el humano y, obviamente, dentro de su propia vida. Es a ustedes, por lo tanto, a quienes corresponde ver claramente, con relación a esta Simplicidad que proponen, la Inteligencia de la Luz. Entonces, por supuesto, si se colocan en los Cuatro Pilares, ustedes constatarán, por ustedes mismos, que el conjunto de los acontecimientos que van a desarrollarse (que eso se refiera a su vida, en sus distintos sectores) va a hacerse según el principio de la Inteligencia de la Luz. Pero como se lo dijo el Arcángel Anaël, desde mucho tiempo, mientras no hayan liberado toma, con relación a la personalidad, mientras no se abandonen a la Luz, no pueden concienciar y difícilmente manifestar, en su vida, el principio de la Fluidez de la Unidad y la facilidad, y de la Simplicidad.

En resumen, se puede decir que a medida que su Conciencia se acerque a la estrecha Puerta, a medida que se acerquen al momento y el momento en que van a volver a entrar, plenamente, en el momento presente, en Hic y Nunc, en ese momento, constatarán la Inteligencia de la Luz en acción en su vida (en las circunstancias de su vida, como en el conjunto de sus relaciones). Todo lo que va a presentárseles, en su Conciencia, más sí mismo. Y lo que, no obstante, debe permanecer en su Conciencia (por obligación, por responsabilidad) no tomará ya el mismo relieve, no tendrá ya la misma densidad, ni el mismo peso, con relación a lo que tienen que solucionar, con relación a este elemento. Entonces, la Simplicidad les permite llevar su vida de manera incomparablemente más ligera. Cuando el alma se vuelve hacia el Espíritu, no hay más atracción vinculada al alma, no hay más deseos en el cuerpo de deseo, y todo se vuelve extremadamente simple ya que todo pasa a ser extremadamente claro. Todo lo que se desarrolla, en ese momento, se hace por la Inteligencia de la Luz, sin manifestar cualquier voluntad o ningún deseo. Es en ese momento (y solamente en ese momento) que pueden darse cuenta de la Inteligencia de la Luz. No hay que pues, simplemente, aceptar un principio o un concepto sino de aplicarlo en su vida. Los momentos actuales, que se inscriben en un tiempo extremadamente reducido (que viven sobre La Tierra y que anuncié, he aquí varios meses, y fueron desarrollados), son ahora la ocasión, diría soñada, de aplicar esta Simplicidad de su vida y ver si la vida pasa de fuente, para ustedes, o no. Pero aunque no pase de fuente, no es necesario ni desesperarse ni decirse que se no se llegará sino, más bien, aceptar, en ese momento, ustedes mismos, de ponerse en Simplicidad con relación a este acontecimiento (sea el más difícil a vivir), para manifestar, entonces, esta vez, desde su propia Interioridad, esta Simplicidad. Y constatarán entonces, real y concretamente, que su Conciencia, que tiene que vivir este acontecimiento (sea el más doloroso), se vivirá con una forma de traslado correspondiendo, allí también, a la acción de la Inteligencia de la Luz. Y esto se refiere, incluso, a la posible desaparición de su cuerpo a través de una enfermedad o de algo que desaparece de su vida, porque eso forma parte de su acceso, privilegiado, a la Luz. Existe una necesidad de despolarizarse, hasta cierto punto, desde el punto de vista de la personalidad y el cuerpo de deseo, para penetrar el Cuerpo de Luz. Eso podría llamarse, en otras palabras, salir de la visión de la oruga para penetrar en la visión de la mariposa. Aunque las circunstancias de la oruga no pueden cambiar, porque eso forma parte de su proyecto de vida, constatarán que su Conciencia se transferirá, poco a poco, en esta visión de mariposa y pasará a ser, ella misma, la mariposa.

Así pues, lo que se les propone será de dos órdenes. Del hecho, por eso, de las modificaciones de las condiciones medioambientales profundas de la vida del ser humano, cualesquiera que sean estos acontecimientos, si los aceptan, ustedes vivirán la Simplicidad y la facilidad. Si los rechazan, eso se les volverá cada vez más difícil a mantener un equilibrio, en la Unidad. Ahora, tienen la posibilidad, desde ahora y por adelantado, de colocarse bajo esta Ley de Simplicidad, en Hic y Nunc, y de acoger esta Simplicidad y de aceptar que la Divina providencia actúe a su lugar. Cuando la Luz actúa, actúa siempre de manera simple, en su vida, y va a ponerles ante un nuevo acontecimiento, para muchos entre ustedes, que es la rapidez. Este concepto de rapidez, dentro del espacio-tiempo que viven, va a ustedes a aparecer cada vez más claramente. Un acontecimiento, que actúa bajo la Inteligencia de la Luz, será extremadamente rápido y se colocará, en su vida, y se implicará en su vida, de manera extremadamente rápida y fácil. Mientras que un acontecimiento que es resultante del deseo de la personalidad, no se instala nunca tan rápidamente sino toma un determinado tiempo en su pesadez, con el fin de obligarles a establecerse en la Simplicidad Interior. Así pues, la Simplicidad no es un mecanismo solamente de la Conciencia Interior sino es, también, un mecanismo exterior. Lo comprendieron, los dos actúan y actuarán, de manera cada vez más evidente, de manera sincrónica, en sus vidas y en su Conciencia. Así pues, si se dedica solamente a un acontecimiento (sea extremadamente duro) manifestándose en su vida, si aceptan que éste, que se desarrolla, va a hacerles vivir la Unidad, ustedes verán, en ese momento, que aceptan este acontecimiento, un traslado y una Simplicidad Interior cada vez más grande. Y eso reducirá el impacto de la Conciencia, el impacto de este acontecimiento, en la Conciencia, en el cuerpo de deseo y la personalidad. Ya que no vivirán ya este acontecimiento, en la personalidad, sino lo vivirán, directamente, en el Corazón. Habrá pues una diferente especie de visión, una consciencia diferente que les permitirá ya no ser afectados por un acontecimiento que, antes, le habría parecido insuperable. Eso se refiere tanto a la pérdida de un prójimo como la irrupción, en su vida, de un acontecimiento, cualquiera que sea. Hay pues una doble simplicidad que aplicar: la Simplicidad de la Inteligencia de la Luz, a condición de someterse, a condición de aceptar vivir este desconocido de la Luz pero, por eso, ante un acontecimiento, cualquiera que esté acerca de su vida o el conjunto de las vidas que lo rodean, va a conducirles, allí también, a su manera, a que se establezca en la Simplicidad y la Conciencia del Corazón.
Existe pues una doble dinámica que se aplica, actualmente, que se refiere a su vida Interior y al conjunto de las manifestaciones de su vida exterior. La Simplicidad, la Revocación del alma, la Revocación del Triángulo llamado Luciferino, en el Triángulo del Fuego, esta vez, se acompaña también de la modificación de las Aguas. Como ya se sabe, existen Aguas de cumbre y Aguas de abajo: las Aguas celestes y las Aguas la Matriz. Las Aguas de la Matriz actualmente son infundidas por las partículas Duras (Agni Deva o partículas de Fuego de la Luz Dura), que penetran también, por supuesto, no sólo el aire sino también el agua, haciendo que el agua de matriz encerrada se transforme en un agua lustral (o agua del bautismo) que viene a revelarles, hasta cierto punto, y a desviarles de la personalidad, si le aceptan, con el fin de hacerles vivir el Fuego del Espíritu, el Fuego del Corazón y la Simplicidad. Humildad y Simplicidad son el par que, en el Corazón, les permite acercarse de esta Estrecha Puerta, en toda facilidad. Una vez más, aunque ustedes viven este período, como una noche negra del alma, recuerden que no hay que luchar contra una noche negra del alma, cualquiera que sean las manifestaciones sino, simplemente, aceptar observar con Humildad, con Simplicidad y, en ese momento, constatarán, por ustedes mismos, que la Luz va a modificar, completamente, su Conciencia. Van pues a extraerse del juego y la personalidad. Van a cruzar la estrecha Puerta acogiendo lo que se presenta a ustedes y consumir, en ese momento, la dimensión del Fuego del Corazón: vivir la Humildad y la Simplicidad. Entonces, a ustedes pertenece no espetar contra las circunstancias de su vida y de acoger las circunstancias (las más ligeras como las más pesadas) con el mismo humor, la misma Humildad, la misma Simplicidad. Ya que, uno como otro, están muy exactamente a lo que deben para manifestar y vivir el Fuego del Corazón. Lo importante no es solucionar el problema sino lo importante es vivir, de manera ligera, el problema. Si tienen la oportunidad, por el contrario, de vivir una Fluidez de la Unidad (y que el conjunto de las circunstancias de su vida se manifiesta según esta Ley de Simplicidad), entonces eso les reforzará en el establecimiento de su Simplicidad. 

Les resultará cada vez más evidente que, si actúan con las personalidades, cualquiera que sean, todo se volverá extremadamente pesado. Por el contrario, si dejan actuar la Luz y si se colocan, de fuerte manera, en su Humildad y su Simplicidad, constatarán que su vida les traerá, exactamente, lo que es necesario para mantener su conciencia en la Unidad. La Simplicidad es pues un elemento motriz de lo que va a permitir a la Causa de establecerse en ustedes, afectar a la Puerta y de magnificar su vida, permitiendo el último Paso en el Cuerpo Divino (de Luz). Las condiciones previas son, muy exactamente, las condiciones previas que a ustedes describimos, con relación a los Cuatro Pilares (ndr: Humildad, Simplicidad, Transparencia, Infancia). Estos Cuatro Pilares son los garantes de la estabilidad del Corazón, del establecimiento en el Corazón. La Humildad y la Simplicidad es un eje, hasta cierto punto, horizontal, que va a permitir a la estrecha Puerta cruzarse, pasar bajo la influencia y la acción directa de la Luz Cristo, que viene en su espalda. Entonces, podrán constatar, por ustedes mismos, en su vida como en su medio ambiente, que, cualesquiera que sean las circunstancias de su medio ambiente, se convierten en cada vez más distantes, no en una forma de distanciamiento o denegación, como lo decía Hermano K sino, más bien, en la trascendencia de lo que se propone a vivir su vida. Sólo en ese momento es que podrán penetrar el santuario del Corazón, enteramente. Recuerden de mis palabras. Cualquiera que sea la dureza aparente de un acontecimiento que llega en su vida, el Abandono a la Luz deberá probarse, en ese momento. Cuando digo dar la prueba del Abandono a la Luz, el acontecimiento que se les propone sólo tiene este último objetivo y este solo objetivo. Allí no vean cualquier sufrimiento, no hay cualquier remuneración sino, para ustedes, la ocasión de probarles, a ustedes mismos y a la Luz, que se abandonan a ella. Recuerden que están en tiempo particular, que es último, por lo que se refiere a la posibilidad del acceso al Cuerpo Divino (de Luz). Entonces, colóquense, ustedes mismos, bajo la Ley de Fluidez, es decir, bajo la acción de la Simplicidad, volviéndose humildes y simples, y la Unidad se establecerá. O si se encierra aún (por razones que les están propias) en las leyes y el deseo de la personalidad, la vida les presentará, muy precisamente, el acontecimiento que conviene para permitirles encontrar la Fluidez, la Unidad, la Gracia y la Unidad. Eso se llamó, como lo dije, la noche negra del alma. Así pues, si algunos de entre ustedes viven la noche negra del alma, allí no vean un castigo o un cierre de Puerta sino, más bien, una Puerta que se abre aún mayor, para ustedes. Todo depende de los mecanismos de Conciencia que adoptarán, en ese momento. O se definen a lo que les parece ser terrible y negro. O se elevan. Y la Luz viene a elevarles, no viene a bajarles. Lo que se baja, será todavía el ego. Entonces, si viven y aceptan la Humildad, la Simplicidad, con relación a lo que su vida les propone, vivirán la Unidad. Si se establecen, ya, en la Unidad, su vida va a pasar de manera más fluida y más fácil, a medida de los días que van a pasar. No tendrán nada que temer, no tendrán nada que esperar porque se insertarán, cada vez más, en la realidad del Corazón y en la Alegría del Corazón. Viviendo entonces Samadhis cada vez más intensos, Alegrías cada vez más intensas, que les permitirán pasar este período, cualquiera que sean los acontecimientos exteriores (a su vida o de este mundo), en la más grande de las facilidades.
No les oculto que en torno ustedes, en lo que llaman sus prójimos, encuentran no a sus enemigos sino a los más grandes enemigos de su Unidad. Por supuesto, como ya se sabe y como lo experimentan, todos los seres humanos no llegaron a mismo nivel Vibratorio en el mismo momento. Esto también debe aceptarse, estar de acuerdo e integrarse. Es necesario dejar, libre, a cada uno y es, precisamente, dejando libre, a cada uno, que demostrarán, allí también, su capacidad para establecerse en el Corazón, en la Unidad, en la Simplicidad y en la Humildad. Les es necesario pues, como lo decía Hermano K ayer, y es confirmado por mis propias palabras, ya no pretender descifrar el conjunto de las situaciones a las cuales se enfrentan sino comprender la ley primaria de la acción-reacción, en comparación con la ley primaria de la Acción de Gracia. Se facilita esta. La otra es dificultad. Una es Alegría. Otra es sufrimiento. Una es Luz del Espíritu. Otra es noche negra del alma. Entre las dos, no hay más lugar. Y, entre las dos, habrá cada vez menos lugar. Y ello, una vez más, no es ni un castigo ni una remuneración sino, simplemente, los elementos y mecanismos que se destinan, para cada humano, para cada Hermano, cada Hermana (dondequiera que esté, que haya leído o que no haya leído nada, que haya vivido o que no haya vivido nada), a vivir según las circunstancias de la Luz o según las circunstancias de la carne. Y cada uno verá claramente dónde lo llevan sus propias elecciones y sus propias decisiones. No podrá haber, cómo decir, ambigüedad, en lo que manifestarán como decisiones y la consecuencia de estas elecciones y estas decisiones. Eso a ustedes aparecerá en plazos de tiempo extremadamente cortos, diría, casi inmediatos. Hasta ahora, el ser humano evolucionaba en un espacio/tiempo que era, a pesar de todo, diferente. No probaban inmediatamente las reacciones de sus propias acciones. Era necesario esperar a veces meses, años, o incluso ciclos enteros antes de ver aparecer las consecuencias de sus actos. En la actualidad, eso es instantáneo. Entonces, por supuesto, para algunos Hermanos y Hermanas, eso puede dar la impresión que todo va muy rápidamente o que todo va demasiado deprisa. Pero, precisamente, si todo va muy rápidamente, es precisamente para darles la ocasión de situarse y de colocarles o según la ley de acción-reacción, o según la Ley de Unidad. Y, en ese momento, su vida se volverá o simple, o complicada, cualesquiera que sean los elementos de su humor, cualesquiera que sean los elementos de su mental, cualesquiera que sean los elementos de sus comportamientos, distintos y variados, que manifiestan en sus empleos, cualesquiera que sean. Es precisamente en estas actividades, estos empleos, que va a presentarse, a ustedes, este principio de elección que es, de verdad, a decidir, en lucidez y en Conciencia, si van hacia la Simplicidad o la dificultad. Tras saber pertinentemente que, aunque no lo vean, el conjunto de las circunstancias sólo consigue una única cosa y una sola: hacerles vivir el encuentro con la Luz, que se promete para todos.
Aquí. Pues, van a establecerse o sobre algo que pasa de fuente, o sobre algo que no pasa de fuente, en su vida como en su medio ambiente. No sirve a nada, allí tampoco, de llevar una acusación sobre una persona o sobre una situación ya que, como ya se sabe, todo lo que ven exteriormente no es más que una proyección, total, de lo que existe en su Interior. No hay pues ni verdugo, ni víctima, ni salvador. Hay simplemente el papel que aceptan desempeñar y que proyectaron fuera ustedes. Si hicieron cesar toda proyección, entonces volverán a entrar en la Humildad, en la Simplicidad, es decir, en el Fuego del Corazón. Es en este período particular, en este tiempo que se llama reducido, donde el tiempo se deduce, de manera cada vez más rápida, que se dan más oportunidades de vivir el acceso a la Unidad. No es por nada. Por una parte, porque la cantidad de partículas Duras y Luz es cada vez más densa, por otra parte (como se lo dijimos) porque nos acercamos, a nivel Dimensional. Estamos al borde de su Dimensión. La separación entre los planos y el período de desagregación de la trama astral y la matriz astral se acaba casi, enteramente, dándoles a vivir lo que a vivir, hoy, con a veces vivencia en la Conciencia ordinaria como una aceleración del tiempo, circunstancias, acontecimientos, ocurriendo en su vida, como en La Tierra. Este remolino no se hace para perderles: precisamente está destinado a permitirles encontrarse. ¿Como eso se dijo, si las circunstancias de su vida no pueden ya controlarse, ni controlarse, que permanece? Simplemente: el Ser Interior (de volverse hacia este Ser Interior, hacia sí o no). Pero lo harán en toda Conciencia. En realidad, la supresión de los elementos de vida, tal como La Tierra se prepara a vivirlo, sólo se destina a una única cosa: hacerles vivirlo. No hay ningún castigo, no hay ninguna remuneración. Hay exactamente el establecimiento de la Luz, que va a permitirles establecerse en la Luz, o no, según su libertad. Si quieren ir hacia la Luz, retengan que deben permanecer en la Humildad y en la Simplicidad, convertirse en cada vez más transparentes en sus acciones, es decir, aceptar ir hacia lo que propone la Luz, e ir, sin juicio, a enfrentar y vivir lo que propone la vida, su vida, sin ninguna excepción. No existe ninguna circunstancia (de su cuerpo, sus relaciones, su familia, su profesión, sus actividades, de un accidente, cualquiera que sea o de una gran Gracia, cualquiera que sea) que no esté destinada a hacerles vivir la Luz, sin ninguna excepción. Sólo la personalidad puede creer el revés y hacerles vivir el revés. Ustedes pues, una vez más, y como siempre, han de elegir. Ustedes, por lo tanto, han de cruzar esta Estrecha Puerta, sabiendo que las circunstancias de la vida, llamadas Crucifixión y Resurrección, no van en el mismo sentido, no tienen el mismo plazo de tiempo y la misma intensidad, para cada Hermano y cada Hermana. Algunos van a vivir la Crucifixión, de manera extremadamente rápida. Otros van a retrasarse sobre la Crucifixión porque piensan no poder acceder a la Resurrección. Pero, en un caso como en otro, la Resurrección será real.

He aquí los elementos que tenía que darles, con relación a la Simplicidad. Muchas cosas ya se han desarrollado, que eso sea por algunas Estrellas o por algunos otros Antiguos, en particular por el Principal PHILIPPE DE LYON, Melchizedek de La Tierra. Por mi parte, venía a volverles a poner este elemento del Agua. Recuerden: el agua se infiltra por todas partes y el agua es simple. El agua se pasa siempre hacia el punto más bajo. El agua (tal como la ven sobre este mundo) no va desde la parte baja hacia arriba. Va desde la cumbre hacia abajo. Es, en su Conciencia, a penetrarles en sus profundidades, en lo que llamaría las Aguas de su inconsciente, no para explorarlos sino para dejarles transmutarse, por la Gracia y la Inteligencia de la Luz. Entonces, a través de lo que se les propone, en todos los sectores de sus vidas, ustedes tienen (hoy y en las semanas que vienen) los mejores medios de acceder a la Unidad, de acceder al Fuego del Corazón. Cualesquiera que sean estas circunstancias, que les estén propias o que sean colectivas, no existe mejor oportunidad que lo que se les propone vivir en este mundo. Aquí, mis Hermanos y mis Hermanas, las simples palabras que tenía que pronunciar, sobre esta Unidad, esta Simplicidad, esta Humildad, esta Simplicidad, este ahora que les debe vivirse, porque efectivamente, para mucho entre ustedes, un acontecimiento, llamado traumatizante, bajo el sentido de la personalidad, esto lo que va a pedir a su Conciencia es llevarse, enteramente, en el momento presente, en el Hic y Nunc, no para reaccionar sino para apreciar el choque en sí mismo, que puede ser, para cada uno de entre ustedes, el encuentro de su Eternidad. Así presentado, van a comprender mejor este período final del Apocalipsis, de la Revelación, tal como lo había presentado cuando fui San Juan. Es muy exactamente lo que ya se despliega, desde una serie de semanas, sobre La Tierra. Recuerden que las circunstancias del país donde están son mucho más ligeras que las que deben vivirse, por el momento, en otros países. Pero que, allí también, el lugar donde están se condiciona, por supuesto, para lo que es, para ustedes, lo más facilitante, para vivir el Abandono a la Luz. 

He aquí lo que tenía que decir. Permanezco con ustedes, aún un momento, para ver si tienen preguntas, cuestionamientos, por lo que se refiere a esta Simplicidad, para que su vida pase de fuente. Para concluir, a la espera de sus preguntas, el hecho de ustedes mismos, en su personalidad, de adoptar esta Simplicidad, va a inducir, en el alma, un desvío de la energía del alma de la personalidad, hacia el Espíritu. Y participa, por lo tanto, de manera incuestionable, a su propia Revocación y, por lo tanto, al paso de la última Puerta.

Pregunta: ¿hay un vínculo entre la Simplicidad, la Humildad y el cierre de la puerta Ki-Ris-Ti?
Se les dan, durante este período, los elementos de los que acabo de hablar, es decir, de proporcionarles, durante este plazo de tiempo, el conjunto de las circunstancias necesarias para a establecerse en la Unidad. Los Pilares, tal como se explicaron, son los cuatro elementos más importantes, permitiendo reunificar, en ustedes, los cuatro elementos, es decir, volverles en el punto ER, es decir, al Corazón, es decir, en sí. De su facultad para vivir (o no vivir) lo que se les propone, se establecen (o no) en el centro del punto ER. Podemos decir que, durante este período, la mayoría de las almas vive los mecanismos más importantes de su vida, o sea porque la Unidad está ya allí y la Simplicidad despliega su Gracia, a cada minuto, a cada respiración y en consecuencia, viviendo el Samadhi, cualesquiera que sean las circunstancias. O las resistencias se convierten en fricciones y les dan a entender y vivir lo que bloquea, no para incorporarlo (como buscar una solución fuera de sí) sino para decidir, lúcida y conscientemente, cruzar la estrecha Puerta. La fecha que se dió es, simplemente, una fecha de intervención de algunos principios, de algunas fuerzas, sobre esta Tierra, como en su cielo y, por lo tanto, en ustedes. 

Pregunta: ¿es justo o no responder a las preguntas de una persona proponiéndole una óptica que no habría visto?
¿La Unidad impide hablar? Hay que entender el alcance de esta pregunta. La Unidad no está en las palabras. La Unidad no está en un dictamen otorgado a cualquiera. La Unidad es un estado. No veo en quien este estado podría contradecir cualquier cosa como una palabra. Porque a partir del momento en que se establecen en la Unidad, en el Corazón, todo se establece según la Simplicidad. Pues, a veces, pueden imaginar bien que frases salen de ustedes sin que las hayan pensado. Si estas palabras son resultantes de la Unidad, a los que van dirigidos (estas palabras) traducirán la manifestación de la Ley de Gracia o, al contrario, la resistencia. 

Pregunta: ¿alargar la duración de los períodos de meditación facilita el acceso a la Unidad?
Así como eso se explicó, hace pocos días, es necesario, en un momento dado, detener “hacer”, para “ser”. Ahora, hay gente que puede detener hacer, durante milenios, sin ser nada. Las circunstancias actuales son, no obstante, profundamente diferentes. No hay que hacer nada más. Pero hay que, en primer lugar, encontrar ser para hacer, a continuación. Y este hacer se hará, en ese momento, bajo la acción de la Gracia y la fluidez. Mientras que antes, mientras ser no se encuentre, en este período, ustedes harán muy en resistencia, es decir, en la personalidad. Y la personalidad se opondrá siempre (y de manera cada vez más frontal, diría) a la Unidad. Así pues, es a ustedes a quienes conviene observar lo que desencadenan sus acciones, lo que desencadenan sus declaraciones. ¿Se inscriben en una simplificación, o inducen una resistencia? Y eso a ustedes aparecerá claramente en sus pensamientos, en sus actos, en sus relaciones. Cualquiera que sea la situación. Vamos a tomar una situación: imagínese que haya un problema. Quieren tomar este problema a brazo partido para solucionarlo. Y eso va a convertirse en cada vez más duro, cada vez más en resistencia y cada vez menos fácil. Pueden estar seguros de que en ese momento, es la personalidad que actúa. Ahora, están ante el mismo problema y se colocan bajo la Inteligencia de la Luz, en la fluidez de la Unidad y bajo el principio de la Acción de Gracia. ¿Qué va a pasar? O no se soluciona el problema, o se soluciona, sin su intervención, pero, en cualquier caso, su Conciencia ya no será centrada, orientada o alterada por este problema. El resultado es pues que su Conciencia se establece en sí, que este problema desaparezca o no, que este cuerpo desaparezca o no. No es una gimnasia mental sino es la experiencia directamente de su vida, en este tiempo y en estos días, que va a demostrarles si son simples o no. 

Pregunta: ¿hay un vínculo entre vivir el momento presente y vivir la Simplicidad?
Sí, porque el momento presente es portador de una perfusión de Luz. La Luz, se lo dijimos, sólo está presente en el momento presente. Es omnipresente, en este presente. Si ustedes colocan su Conciencia en el momento presente, es decir, si no reaccionan, la Luz va entonces, en ese momento, a ustedes penetrar. Y su inteligencia va a actuar, sin que haya la menor voluntad o el menor deseo de suprimir un problema o de solucionarlo. Porque la Inteligencia de la Luz no puede, de ninguna manera, dejar enfrentarse a cosas que serían contrarias a la Luz. Si algo les parece contrario a la Luz, es la opinión de la personalidad, aunque eso se refiera a su propia muerte. 

No tenemos más preguntas, le agradecemos. 

Hermanos y Hermanas en humanidad, espero haber aportado, a través de estas simples palabras, elementos importantes para lo que van a vivir. Recuerden que lo que he dicho se inscribe en este tiempo particular que debe vivirse. No es, ciertamente, aplicable a todo lo que pudieron vivir antes sino que es de verdad específico de las circunstancias particulares de la Luz, que deben vivirse actualmente. Así pues, recuerden: si van hacia la Simplicidad, su vida será simple. Si aceptan la Humildad y la Simplicidad, tendrán tanto más facilidad de penetrar y vivir en sí y a establecerse en el Fuego del Corazón. Así pues, sobre estas palabras, les transmito todo mi Amor y toda mi Luz Azul en nuestro espacio de comunión, ahora. Y les digo, ciertamente, hasta una próxima vez.

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