Mi Amigo, mi Amado, en tu Eternidad aquí presente,
saludo tu belleza, saludo al Amor.
¿Cuantas palabras más deben ser pronunciadas,
cuantas vibraciones más deben aparecer? Que decirte más, si no es “Cantad la
Libertad, cantad la Alegría de nuestro encuentro.”
Mi Amigo, mi Amado, Ser de Amor, tú, aquí presente,
aquí presente en todas partes sobre este mundo, dondequiera que estés, vengo a
ti como viniste a mí, sin miedo y con fe, en el Amor puro y refinado de la
Verdad.
Mi Amigo, mi Amado, déjate llevar y portarte en el
júbilo de la Alegría infinita de nuestro encuentro. Atrévete por fin a ser
libre porque eres la Libertad.
Mi Amigo, mi Amado, hace un tiempo te hablé de
nuestro Juramento y de nuestra Promesa... que estás llamado a vivir aquí, allí
donde estás, a fin de que la sonrisa de tu Corazón no sea nunca más crispada
por algo falso, por cualquier reversión que sea.
Mi Amigo, mi Amado, te invito a danzar la danza de
los Elementos, la danza del Amor, la
danza del Silencio. Te invito a la majestad, ahí donde estés, de la Vida
reencontrada.
Mi Amigo, mi Amado, tú que trabajaste en los
Talleres de la Creación, en los Talleres de la Verdad, te ofrezco a ti mismo,
en el don de lo Absoluto, en este espacio sagrado donde nada es esperado porque
ya esta revelado. Deposito a tus pies la alfombra de la Gracia. Deposito en
este mundo lo inefable de la Verdad Una.
Mi Amigo, mi Amado, te vengo a encantar en el
último éxtasis de la Verdad... Vengo a llamarte y a recordarte lo que Eres y lo
que siempre fuiste.
Mi Amigo, mi Amado, eres el Camino, eres la Verdad,
eres la Vida, eres el Todo y eres Uno en mí y conmigo, como soy Uno en ti y
contigo.
Mi Amigo, mi Amado, tal vez ya oyes el Coro de los
Ángeles y la llamada de los Ángeles celebrando tu Resurrección, celebrando el
Fuego de la Verdad.
Mi Amigo, mi Amado, ¿oyes el canto de esta carne en
la que vives, que exulta a su
trascendencia, que exulta a su propia Belleza?
Mi Amigo, mi Amado, ¿qué decirte más en este
espacio donde ya ninguna palabra es más útil, ni necesaria, si no es para
llevarte la Buena Nueva? Incluso si todavía no la conoces, ella está Aquí.
Mi Amigo, mi Amado, vengo a depositar en tu Corazón
y a sellar en ti el sello de la Verdad que no conoce ninguna persona, que sólo
conoce la ofrenda permanente de la verdadera Vida.
Mi Amigo, mi Amado, escucha crecer en ti la Llamada
de la Eternidad y la Verdad de la Eternidad.
Mi Amigo, mi Amado, recibe y recoge desde ahora en
adelante los frutos de tu Resurrección.
Mi Amigo, mi Amado, no me esperes más, no me aguardes
más, porque esto ya está cumplido.
Mi Amigo, mi Amado, ponte allí donde estás y allí
donde estarás siempre, gozando de tu Consciencia en cualquier plano que sea...
Deja lo que está muerto alejarse de ti. No retengas nada de la exuberancia de
tu Alegría, del Silencio de tu Verdad.
Mi Amigo, mi Amado, está depositado en ti todo lo
que está aquí. Deposito en ti nuestro Amor y nuestra Amistad... La hora, lo
sabes, es al Amor y al perdón íntegro porque en el espacio de tu Corazón,
ninguna queja puede haber, ni ser retenida. Tu Casa está limpia, preparada para
acoger a Aquel que ya está aquí.
...Silencio
…
Oye y ve lo real. Oye y ve tu Eternidad. No te
dejes más parar, por lo que sea que no dura. Descansa en tu Alegría. Descansa
en la verdadera vida reencontrada. Atrévete. Atrévete al Amor íntegro y total,
aquel que es sin lugar “a priori”.
No condenes y no juzgues jamás. Amate por encima de todo y más allá de todo.
Escucha el Canto de la Resurrección.
Mi Amigo, mi Amado…
Celebremos juntos, Aquí y Ahora tu Resurrección...
Sé libre de todo y sobre todo sé libre en Amor y en el Amor... Sólo se cierra
en ti la vana historia de todo sufrimiento.
Te quiero en totalidad para devolverte a Ti mismo.
Que la Alegría de tu Corazón no conozca más ni obstáculo ni resistencia. Que la
Alegría de tu Corazón te libere de toda pena y cierre el libro del sufrimiento,
a fin de que el libro de la Vida sea abierto sobre la pantalla de tu vida.
Vístete entonces de la totalidad de tu vestidura de Eternidad. La Verdadera Luz
brilla, aquella que nació en ti, en tú Centro.
El éter vivificante de la Vida exulta en ti, en la
sabiduría del Amor, en la sabiduría de la Verdad. ¿Qué más puedo decirte? Ver
más allá de mis palabras y más allá de nuestra Comunión. Celebra la Vida.
Celebra lo verdadero. Aquí donde estás, la Verdad está allí, la verdad de tu
Libertad, la verdad del Amor.
...Silencio
…
Mi Amigo, mi Amado, todo es Uno, en el Amor...
Acoge y recoge los frutos de la Eternidad y dalo todo a la Vida, que te toma y
que te devuelve a tu Vida.
...Silencio
…
Mi Amigo, mi Amado, descansa, peregrino de la
Eternidad... El tiempo de la ligereza está aquí... Ilumínate, como sembraste de
Luz con tu presencia en este mundo. Reencuéntrate, ve en Paz porque lo que
viene sólo es Alegría, digan lo que digan tus ojos y lo que quieran hacerte
creer los que todavía mantienen el miedo.
Descansa... Deja florecer en ti el perfume de la
Eternidad.
…
Silencio…
¿Qué más puedo decirte de todo lo que ya ha sido dicho, de todo lo que ya
fue vivido. ¿Qué más prueba te hace falta en el seno de tu Corazón?
Mi Amigo, mi Amado, ponte conmigo en la Danza de la Vida. No hay nada
que lamentar de lo antiguo, no hay nada que retener de lo viejo porque todo es
nuevo y todo es renovado en la Gracia del Amor.
Mi Amigo, mi Amado, bendigo la joya de tu Corazón, a fin de que todas
sus facetas resplandezcan e irradien, en todo mundo y en todo Universo. No te
encierres nunca jamás... y sana las heridas restantes del sufrimiento efímero.
…
Silencio…
Acoge y recibe el néctar del Señor, el perfume de Vida de la Libertad.
Canta conmigo en el silencio de nuestro Corazón... Déjame amarte en
totalidad... Déjame quererte y quiérete del mismo Amor y el mismo ardor, tú, el
Ardiente Hijo del Sol... El Fuego perpetuo del Amor es tu morada esencial.
¿Qué más decirte, en la perfección de lo que está Aquí?
Regocíjate y festeja esto, abrazando en el mismo Amor lo que aparece en
tus sentidos, en lo nuevo como en lo viejo que se muere. Muestra el mismo Amor
y entrégalo, porque cuanto más das, más recibes. Entonces, no retengas nada.
…
Silencio…
Mi Amigo, mi Amado…
Así, canto en ti el mantra del Amor.
…
Silencio…
¿Qué más decirte en palabras que lo que ya está Aquí?
…
Silencio…
Tú que me ves, escuchándome, leyéndome... te ves a ti mismo. Somos Uno
y mucho más aún. Sé auténtico y verdadero. Lo eres en cuanto dejas emanar lo
que Eres, desde el Corazón de tu Corazón. Todas las respuestas están allí
contenidas. Aquí se encuentra la evidencia de lo que tú eres, más que nunca
mostrado a ti mismo y mostrado al mundo, sin querer demostrar nada, ni imponer
nada.
…
Silencio…
Permíteme de posar por fin mis labios sobre tu frente y sobre tu
Corazón... Permítete sobre todo ser la Verdad, ser la Vida.
Mi Amigo, mi Amado, te digo hasta siempre en la Eternidad... y vive lo
Sagrado de tu Realeza.
Me inclino delante de ti, delante de todo lo que te atreviste
atravesar, en la ilusión tenaz de este mundo.
…
Silencio…
Te saludo y te digo: «hasta siempre», porque nunca más podremos ser
separados ni alejados.
Bendigo en ti la Llama de tu Eternidad. Bendigo en ti tu Presencia y tu
radiancia.
Me instalo de forma permanente en tu Morada. Acógeme como te acogí y
saborea la Alegría y felicidad de nuestra Unión.
…
Silencio…
Mi Amigo, mi Amado, ¿qué más puedo decirte? Amor y Paz.
Entonces te lo digo: « Hasta siempre, en el Amor y en la Paz y allí me
quedo. »
Te Amo.
…
Silencio…
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