Octubre 2015
JOPHIEL
Soy Jophiel,
Arcángel de la Luz Dorada y del Conocimiento. Vengo hoy, en el seno de la Ronda
de los Arcángeles, a conmarcar un cierto número de puntos que vine a esbozar y
a darles antes de las Bodas Celestiales.
Vengo hoy, no
tanto por retomar lo que fue expresado sino simplemente para inscribirme en el
seno de la vibración de la Presencia, en vuestro Templo.
Muchos de entre
vosotros vivieron, durante estos años, el corazón, despojado de todo ornamento
humano y de todo conocimiento humano. Vengo pues para actualizar en vosotros el
principio de la manifestación del corazón. Allí también, en mi intervención y
más allá de mis palabras, se encuentra un impulso para apartarse y abandonar, en adelante, todo lo que no es
esencial para vuestra Eternidad.
Ningún
conocimiento aprendido, ningún conocimiento leído, puede aportar la Verdad del
corazón, pero puede acercarse. El verdadero conocimiento, como esto le ha sido
martilleado por el que se llama Bidi, no tiene que ver nada con los
conocimientos porque el que conoce el corazón sabe pertinentemente, por haberlo
vivido, que el conjunto de los conocimientos aprendidos o leídos, sólo es
ignorancia a los ojos del corazón.
El principio de
la Luz Dorada, más allá de las esferas astrales, en cierto modo aglutina las
diferentes obras que definí en 2008. La Gran obra de la Verdad, del
restablecimiento de la Verdad en este mundo, toca a su resolución final.
Por haberlo
vivido algunos, a diferentes niveles, muchos de entre vosotros descubrieron la
plenitud del corazón y la sequedad o sequía, yo diría, de los conocimientos
exteriores. Porque ningún conocimiento de este mundo os da el Conocimiento. El
Conocimiento no tiene que ser aprendido, no tiene que ser sabido, no tiene que
ser visto, no tiene que ser explicado. Ello consiste simplemente en reencontrar
el punto de origen, si puedo expresarme así, el punto de partida de toda
conciencia, de toda dimensión. Remontar hasta la fuente del Amor, sin
preguntas, sin andamiaje y sin construcciones de ninguna clase y sobre todo,
sin explicaciones y sin justificaciones.
El corazón es la
única verdad intemporal y trascendente de toda dimensión, de todo estado y de
todo mundo. Ese es el verdadero conocimiento que es de hecho el reconocimiento
de sí mismo en su Eternidad, allí donde no hay ningún lugar para lo que es
superfluo y accesorio.
Todos tenéis, a
diversos grados, vivido esta forma de aprendizaje, permitiéndoles o bien
acercarse lo más próximo al corazón, o bien vivir el corazón. Vivir el corazón,
en cualquiera etapa que sea, a nivel impersonal e incondicionado, te hace ver
la vanidad de las construcciones cualesquiera que sean en este mundo, incluso a
nivel de los conocimientos llamados ocultos. La verdadera alquimia es pues un
trabajo íntimo e interior que no depende de ninguna circunstancia de este
mundo, ni de alguna historia, ni de alguna proyección.
El corazón es libre
de todo vínculo y de todo apego, y sobre todo, de todo conocimiento. Es el
momento en el que aceptáis descubriros, sed vuestro propio jefe en cierto modo, en relación con los ciclos en
el seno de esta humanidad.
El verdadero
conocimiento, aquel del corazón, se desplegará, indistintamente, para todo
humano viviendo en la carne, en el momento de la Llamada de María. Cualquiera
que sea el filtro que exista a nivel del mental, a nivel de las creencias, a
nivel de las proyecciones, todo esto se borrará para dejar lugar a esta puesta
al desnudo, en cierto modo, de vuestra joya de Eternidad, de vuestro Corazón.
Reencontrar y
revivir la Verdad en su totalidad pone fin realmente, cuando llega el momento,
a todo lo que no dura, a todo lo que fue adquirido en este mundo, de cualquier naturaleza que sea y
lo que representa en cierto modo un obstáculo a la desnudez del Corazón.
Esto será y esto
es más o menos fácil en función, yo diría, de estos sistemas de conocimiento,
estos velos que vosotros mismo colocasteis por lo que llamáis búsqueda
espiritual o búsqueda del espíritu o búsqueda de la Verdad. El tiempo de las
muletas, el tiempo de las ayudas, el tiempo de los conocimientos exteriores
desaparece cada vez más para muchos
hermanos y hermanas de vuestra humanidad.
La Libertad se
carga de nada más que de vivir el corazón. La Libertad desvela todo lo que
pueda quedar de velos, todo lo que pueda quedar de obstáculos a la pureza
intrínseca del Corazón. Despojarse de todo lo que no es el corazón y entonces
de todo lo que no es Eterno, nunca resultará de un acto voluntario o de un acto
de voluntad, sino más bien, como lo sabéis, de un abandono total a la Luz, a su
Inteligencia y a su Gracia.
En el seno del
nuevo mundo que se perfila, cualquiera que sea vuestro nuevo mundo, ningún
conocimiento podrá venir de un aprendizaje, de una memoria, sino que será
solamente el verdadero resultado del encendido final del corazón.
Cuando el momento
que fue llamado “las Trompetas”, suenen de modo continuo sobre La Tierra, la
totalidad de los conocimientos adquiridos de este mundo se borrarán incluso
antes de que la materia de este mundo sea transmutada en una dimensión y una
octava diferente, llamada Nueva Tierra. Habrá efectivamente una nueva tierra,
un nuevo cielo, no teniendo nada que ver con el marco que lo definían hasta
ahora, no teniendo nada que ver con los conocimientos adquiridos a veces de
modo laborioso en el curso de vuestras vidas.
La Inteligencia
de la Luz actúa en cierto modo, al nivel del Corazón, en la inmediatez y en la
instantaneidad. No existe ninguna reflexión ni ninguna posibilidad de
construcción en otra parte que en la Verdad del Corazón. Así pues, la puesta al
desnudo comenzará de manera radical incluso antes de la Llamada de María. Vivís
desde ahora las primicias, sobre este
mundo, por la acción de los Jinetes pero también en vosotros.
La única pregunta
que os será hecha por las Trompetas es ésta: « ¿Estás dispuesto a perder todo,
estás dispuesto a soltar todo para reencontrar la Verdad de lo que eres? ».
Cualesquiera que sean los borradores o experiencias que fueron vividas, ellas
representan sólo una parte de esta verdad. En el momento de la puesta al
desnudo, la herramienta llamada mental se apagará ella misma en el momento de
la Llamada de María. Durante un lapso de tiempo, correspondiendo a menos de una
semana, no podréis hacer otra cosa que soltar lo que pueda quedar, lo que
consideráis como posesión en este mundo.
Recuerden que no
es el fin del mundo, sino el final de un mundo y de un modo de funcionamiento
donde ninguna de las referencias, existiendo previamente y anteriormente, os
serán de ninguna ayuda. No podréis apoyaros, es decir, sobre lo que sea de lo
que hayan aprendido: que esto sea en el funcionamiento del mundo como en las
leyes espirituales de este mundo. Es pues una puesta al desnudo, si prefieren
la disolución de un marco de referencia, permitiendo la emergencia de lo nuevo
que no será un marco limitante, sino más bien la expresión instantánea de la
co-creación consciente.
No volveré sobre
los linajes estelares, sobre los orígenes estelares, que condicionan por
supuesto, en parte, lo que podríamos llamar vuestra destinación en Eternidad.
Pero lo que actuará, el papel más importante, es vuestra capacidad a deja ser
lo que será. Aquel que dejará el Amor
eclosionar en su totalidad, en vuestra carne como en vuestra conciencia,
estará listo para la Llamada de María.
No olvidéis
tampoco que los que no estuvieran listos, en ese momento podrán reconocer a
María y reconocer el Amor. Ningún miedo podrá resistir ante el Amor, sean
cuales sean los miedos que todavía podríais pensar cargar con vosotros.
La Llamada de
María representa pues la última Gracia en un marco de referencia en disolución,
incluyendo tanto este cuerpo efímero como las estructuras de este mundo.
Entonces, por supuesto, que sea para la persona en fase de liberación o bien
liberada, o que sea también para la persona totalmente ignorante de lo que
todavía se juega sobre La Tierra, para cada uno será el mismo guión, y os lo
repito, incluso si la destinación es diferente.
La puesta al
desnudo, y os ha sido explicitado, ya puede percibirse en el seno de vuestra
capacidad a desaparecer sin quererlo, durante las Llamadas solemnes de la Luz,
durante vuestras alineaciones y también de manera repentina.
Más que nunca
hoy, no hay nada que buscar, ni nada que cultivar, sino sólo, diría yo, hacerse
lo más pequeño posible. Desaparecer a los intereses de este mundo sin renegar
este mundo, porque es sobre este mundo que todo ocurrirá y no en otra parte,
antes de finalmente vivir en otra parte.
Así, las
Trompetas tendrán una acción directa sobre vuestras estructuras efímeras, sobre
vuestra conciencia limitada, hasta antes de la Llamada de María, para los más
sensibles de entre vosotros. Sabed pues, que en este momento no habrá nada más
que preparar, sólo vosotros mismos interiormente. No habrá que protegerse de
absolutamente nada viniendo de este mundo. No habrá que ocuparse de ninguna
necesidad fisiológica o de ningún lazo afectivo, sea cual sea. Porque muchos de
vosotros, desde este momento, vivirán la Verdad en totalidad, incluso antes de
la Llamada de María, dándoos el acceso al conocimiento directo del corazón, más
allá de todas las etapas intermediarias que tal vez habéis vivido, en el
despliegue del Cuerpo de Eternidad y en el conjunto de las estructuras nuevas
que han sido reveladas en el seno de vuestra vida.
No necesitará
ser reflejado o anticipado. Será realmente una evidencia absoluta para muchos
de vosotros. Si la evidencia se instala antes de la Llamada de María para
vosotros y entonces, desde la audición de las Trompetas, desde la aparición de
las señales celestes, si esta señal celeste es sincrónica a la aparición de la
segunda Estrella, poco importa, las Trompetas serán el marcador de vuestro
revuelo interior e individual para muchos de vosotros, antes del revuelo
colectivo.
Aprovechad
entonces, si tenéis consciencia de estos momentos, para instalaros de forma
duradera en lo que podría llamar la plenitud de la vacuidad, dejando disolverse
en vosotros lo que pueda quedar de identidad, lo que pueda quedar de memorias,
lo que pueda quedar de incertidumbres, de proyecciones o de miedos.
Existe de
hecho sobre la tierra una forma de yoga basado en el sonido, llamado Kriya Yoga
- existen de hecho varios - pero tenéis más o menos la misma analogía, con
relación a esta forma de yoga, con lo que ocurrirá en el momento de la
aparición de las Trompetas de manera permanente.
Utilizad este
sonido, no como una forma de alimentar el temor o el miedo que aparecerá en la
superficie de este mundo, sino más bien para entrar en la intimidad de vuestro
corazón. Porque todo fluirá desde allí, para vuestros allegados, para vuestros
amigos, para vuestros hermanos o para vuestras hermanas, para vuestros animales
y para todas las circunstancias de la vida que se produzcan sobre la pantalla
de vuestra conciencia en este momento.
No habrá
necesidad de pedir nada, porque en el momento en que las Trompetas suenen, el
silencio se hará en La Tierra. No habrá en ese momento la posibilidad de
comunicar con nuestros planos, que sin embargo serán visibles en vuestros
cielos. No habrá más apoyo posible fuera de vuestro corazón, para vosotros como
para vuestro entorno.
Bastará entonces
con conectarse a este sonido, dejarlo invadiros y dejarlo tomar todo el
espacio, en el seno de vuestras estructuras etéricas, tal y como ya ocurre para
algunos de vosotros, donde el sonido ya no es localizado al nivel del oído
izquierdo o del oído derecho, sino que parece difundirse al conjunto de vuestro
Cuerpo de Eternidad, imprimiéndose pues sobre el doble físico que está debajo.
El sonido de
las Trompetas sólo es el despertar de vuestra Eternidad, preparando este
retorno a la Eternidad y preparando, por supuesto, la Llamada de María para los
más recalcitrantes, diría, de entre vosotros, a la Verdad Eterna a la cual, os
lo recuerdo, no le importa nada vuestra verdad efímera como persona, como
cuerpo o como marco social.
Si dejáis el
sonido obrar, la beatitud y la felicidad se instalarán en vosotros antes de la
Llamada de María. No os preocupéis de nada más, sólo de este sonido y de lo que
activará en vosotros como paz y como beatitud. Porque allí estará el mejor
apoyo para los que nombráis vuestros allegados y para el conjunto de los
hermanos y hermanas humanos de esta humanidad.
Muchos de
vosotros ya percibís, diría, una amplificación también del sonido percibido al
nivel del Canal Marial y de las lámparas de la clariaudiencia. Es una realidad
y es la verdad.
Si hoy,
incluso antes de que las Trompetas resuenen en vuestros cielos, en cualquier
lugar de este planeta, si hoy tenéis la posibilidad y si oís este sonido y
estas amplificaciones, id simplemente al corazón del corazón y dejad que este
sonido crezca en vosotros y tome todo el espacio, porque os pondrá al desnudo,
sin esfuerzo y sin dificultad.
Podrán existir en el seno de estos momentos, a veces,
repuntes de inquietud con una persona cercana, con relación a vuestras propias
necesidades normales y fisiológicas. No temáis nada, porque la Inteligencia de
la Luz proveerá. Allí, lo que nombráis el metabolismo y la fisiología, será
ralentizado al extremo, dándoos acceso al Mahasamadhi y a la Morada de Paz
Suprema, sin buscar nada y sin pedir nada, simplemente dejándoos llevar por el
sonido del conocimiento verdadero.
Dad el primer paso, allí también, y comprobaréis la realidad de este
yoga de la eternidad que se presenta ante vosotros. No hará falta ni mover el
cuerpo, ni emitir un sonido, simplemente estar allí en silencio, y dejar ser lo
que debe ser.
Allí se encuentra, y lo repito una vez más, el mejor
apoyo en el seno de vuestros allegados, en el seno de vuestro entorno más
próximo.
Si dais el primer paso, la beatitud será tal que
incluso antes de que lo antiguo desaparezca, incluso antes de la Llamada de
María, seréis liberados en totalidad y enteramente. Ningún grillete os sujetará
los tobillos y las muñecas, el cuerpo se adormecerá, desde la periferia hasta
el centro, de manera progresiva, a medida que la beatitud se intensifique.
Esto, muchos de vosotros pueden vivirlo desde ya; tranquilos, sin que eso os
lleve a vivir el proceso final de la Llamada de María.
Recordad que cualquiera que sea vuestro devenir en el seno de la
Eternidad, queda un lapso de tiempo, después de las Trompetas y la Llamada de
María, de cuatro meses. Y durante estos cuatro meses, vuestra afectación de Luz
será eminentemente diferente para cada uno. Sabed desde ahora que se hará según
vuestra fe y según vuestra vibración, y según los deseos de vuestra conciencia
ilimitada o de vuestra conciencia de alma.
Las reivindicaciones de la persona
irán apagándose entonces por completo. La historia misma de este mundo irá
borrándose de vuestro campo de conciencia. Sólo quedará vuestra Presencia, ya
sea que permanezcáis en un cuerpo físico, ya sea que moréis en el Cuerpo de Eternidad,
ya sea que estéis trasladados por vosotros mismos o por cualquier medio fuera
de este sistema solar, eso no tendrá la más mínima importancia porque la beatitud
será tal que ocupará todo el espacio de vuestra conciencia.
Fue en este sentido que otros
Arcángeles os hablaron de Sabiduría, de Paz y de Amor.
Tened presentes que no hay nada que
preparar exteriormente. Solamente conviene quedar lo más posible en comunión
con uno mismo, con la naturaleza, con los hermanos y hermanas, mucho más allá
del círculo familiar, con quienes lográis comunicar de una manera u otra.
Así os ruego con insistencia
prepararos para aquella beatitud eterna, para aquel gozo sin principio ni fin.
Os invito además, pues puede ser de utilidad, a informaros de manera más
profunda sobre lo que es el Kriya Yoga o yoga del sonido pues ahí encontraréis
apoyos a través de la respiración, a través de la focalización de conciencia, a
veces a través de posturas – pero no tanto – que han de permitiros descubrir
los gozos de la beatitud eterna si fuere necesario.
Del mismo modo como algunos entre
vosotros comienzan a ser tapados literalmente por partículas adamantinas, con
lo que desaparecéis de la conciencia ordinaria, también pasaréis a ser
invisibles para quienes eligen voluntariamente mantenerse en medio de la sombra
y de la dualidad, incluso con este cuerpo físico. Todo eso tendrá lugar, como
dije, durante menos de una semana.
Una vez más, la mejor de las
preparaciones consiste en olvidar todo cuanto habéis aprendido, olvidar todo
cuanto creéis, olvidar todo lo que opináis sobre el desarrollo de lo que viene.
Recordad esto: el Verbo es un sonido,
la co-creación consciente, la Fuente es una vibración, una luz y un sonido. Es
aquel sonido que – desde hace poco – oís en uno o ambos oídos y a veces
alrededor de la cabeza. Sumergíos dentro de aquel sonido, dejad que os
demuestre lo que sois. Es la única cosa – antes de la Llamada de María – a la
que podréis aferraros y con la que podréis uniros en la libertad del corazón
recuperada.
En caso de no vivir las primicias
hoy, ya sea en el aspecto vibral o por el sonido, lo oiréis vosotros también
seis días antes de la Llamada de María, como todo el mundo. Sin embargo,
aprovechad este lapso de tiempo para cultivar la Vía de la Infancia y la Vía de
la Simplicidad. Cultivad, pues, aquella Vía de la Infancia, id a lo más simple,
id hacia la Sabiduría. El tiempo de la exuberancia, el tiempo de la
manifestación de lo que sois en la apariencia de este mundo ya no significa
nada.
El sonido - en caso de percibirlo -
os sacará de los diferentes atolladeros que se manifiestan todavía en la
superficie de este mundo y que sólo corresponden, de hecho, a unos ajustes muy
finos entre la ilusión, lo efímero y la verdad de la Eternidad, dentro vuestro
como en todas partes en este mundo. Queda claro que la verdad aparece sobre la
parafernalia de este mundo, la verdad aparece sobre la acción de los Jinetes, en
muchas partes de este planeta. Todo eso se debe al encuentro entre lo efímero y
lo Eterno. Eso sucede ya en vuestro interior también o sucederá.
No olvidar tampoco que nada tenéis
que ajustar a nivel de este mundo pues todo se resolverá y se ajustará por sí
mismo.
Responder a la Llamada de la Luz sólo
podrá realizarse si aceptáis en cada oportunidad la Llamada de la Luz. Cuán
ocupados estéis, ninguna obligación podrá sostenerse frente a las órdenes y los
Llamados de la Luz. Os corresponde comprobar la eficacia de aquella orden y de
aquella llamada, os corresponde comprobar las consecuencias sobre el gozo y la
beatitud y sobre la desaparición total de toda persona.
Si no percibís nada hoy, recordad que
la vía más directa es la Vía de la Infancia y de la Humildad, donde queda
simplemente un observador, un testigo, presenciando el desarrollo de la vida,
de su vida, como de toda vida y que está plenamente presente al mismo tiempo
que descubre lo esencial del Amor, de la vibración, de la luz. Y entonces el sonido
ha de aparecer – de manera más o menos sincrónica – con las Trompetas.
Trátese del sonido del cielo o del
sonido de La Tierra, tienen la misma resonancia en vosotros. El sonido de La
Tierra os reconecta con vuestro origen común: Sirio. El sonido del cielo os
reconectará con vuestro origen estelar, sin dificultad, sin nada buscar ni nada
solicitar. El único conocimiento real posible en aquel momento será aquella
vivencia. Ya más nada del pasado, ya más nada de lo adquirido podrá interferir
en aquel momento.
Os lo reitero nuevamente, con firmeza
y certeza, contáis desde ya con la posibilidad de sumiros en lo profundo del
sonido, en el seno del sonido, en la plenitud del sonido, que es mucho más que
la conexión con el alma, mucho más que la conexión con el Espíritu sino más
bien el despliegue del Espíritu de Verdad, del Espíritu del Sol, del Coro de
los Ángeles, de Cristo y de la totalidad de la Confederación Intergaláctica de
los Mundos Libres en vuestra estructura de Eternidad y efímera.
El grado de facilidad depende
realmente de vuestra capacidad para volcar la conciencia hacia el sonido,
olvidando al mismo tiempo las vibraciones que han de acompañar la meditación o
la alineación con el sonido para quedar solamente con aquel sonido que ha de
invadir la totalidad de vuestra conciencia. Si tenéis la suerte o la
oportunidad de experimentar aquellos sonidos desde ya, probadlo y vividlo. Os corresponde comprobar la veracidad de mis dichos. Os
corresponde comprobarlo por vosotros mismos.
Permanezcamos, aquí y en otras
partes, algunos instantes en silencio sin palabras, en silencio sin
pensamientos, simplemente escuchando y oyendo aquel sonido.
… Silencio...
Muy amadas Semillas de estrellas, así
siembro en vosotros el conocimiento último a través del sonido y la vibración
del silencio.
… Silencio...
Con la única Verdad del Uno, saludo
en vosotros la Eternidad recuperada.
… Silencio...
Soy el Arcángel Jophiel.
… Silencio...
Hasta luego y permaneced el tiempo
que sea necesario en aquel estado cuya duración depende de cada cual.
… Silencio...
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