Octubre 2015
MIKAËL
Soy Mikaël,
Príncipe y Regente de las Milicias Celestes. Hijos de la Luz Una, permitidme a
mi también, por mi presencia en este lugar, en este espacio, depositar sobre
vuestros hombros, yo también, mi Manto Azul. Vengo para activar la revelación
de las últimas llaves Metatrónicas, aquí y ahora, rebautizándoos en el espíritu
de la Verdad por la Gracia de Cristo y por decreto de La Fuente.
Mi presencia en
vuestros cielos como en vuestro corazón, viene para abrir el cielo de la
Tierra, permitiendo a la Flota Mariana organizar la Llamada de María. Vengo
para abriros a vuestra última verdad, depositando el sello de mi Fuego y de mi
Manto en el Templo de vuestra Eternidad. Mis palabras serán también pocas,
entrecortadas con silencios, con el fin de digerir y de haceros vuestra, la
verdad de mi Presencia en vuestra Presencia.
Amados del Uno y
amados de la Fuente, el tiempo ha llegado de revelarme de manera visible en
vuestros cielos y en vuestro corazón, revelando a través de este cuerpo la
llama sagrada de vuestra propia consagración, marcando la vuelta a vuestra
Eternidad si tal es vuestra libertad.
Vengo para poner
punto final, de manera visible, al olvido colectivo de la verdad del Amor.
Vengo en
vuestros cielos, y no solamente alrededor de vuestro Sol, para abrir la vía que
finalizará la última reversión de las conciencias así como para la Tierra.
Vengo en vuestro
corazón para facilitar vuestra identidad, para facilitar el Amor, para
facilitar la verdad, no sólo ahora en vuestra Casa limpia sino alumbrándola con
miles de fuegos, los fuegos de la Resurrección. Con las doce llaves reveladas y
manifestadas que os hacen revivir en cierto modo, con otra octava, las doce
etapas vividas en el momento de las Bodas Celestes, durante nuestros
encuentros, hace unos años de vuestro tiempo.
Ya no vendré más
para encuentros porque me instalo definitivamente en el corazón de vuestro
corazón una vez atravesado el cielo de vuestra atmósfera y las barreras de
vuestra cabeza. Así que desde ya sello en vosotros la consagración de la Verdad,
la consagración de mi sello.
Vengo pues para
manifestarme a vosotros de la misma manera que conocéis a los seres de la
naturaleza, los Ancianos, las Estrellas y los Arcángeles, ya no de manera
personal e individual sino para el conjunto de las conciencias de esta Tierra.
Vengo pues para
abrir camino al Arcángel que me sigue, el ángel de la Reversión y de la
Presencia. Del mismo modo despejo en vosotros, con el Fuego del Espíritu, lo
que puede quedarse anclado al efímero, anclado en el seno de los límites, los
vuestros como los de este mundo.
Del mismo modo
vengo para sellar la armonía real de las dos Coronas radiantes de la cabeza
asociadas con la del corazón, con el fin de que vuestro cielo y vuestra tierra
hagan sólo uno en la verdad de la conciencia, con el fin de que vuestra cabeza
y vuestro corazón no estén más separados sea cual sea su función.
Así, tiene lugar
en vosotros la Resurrección. Así, tiene lugar en vosotros, por mi Presencia en
vuestro cielo, el sello indeleble de la verdad ígnea del Fuego primordial,
instalando en vosotros el estado de Gracia y el estado de la Verdad donde todo
retorna a su transparencia, a su luz y a su autenticidad.
Entre cada una
de mis palabras, como para cada uno de los Arcángeles a continuación, se halla
la certeza de la Presencia y de la Ausencia.
En cada corazón
de esta Tierra encenderé el Fuego de la compasión, el Fuego del Amor, dándoos
una sensibilidad amplificada del Amor de María que os será entregado en el
momento de su Llamada, momento de la última Gracia en este fin de la ilusión,
en este fin de toda ilusión, de vuestra Resurrección, resurrección a la Vida
Eterna, resurrección a la Vida, resurrección al Espíritu, resurrección a la
Libertad.
Las señales de
la Luz se hacen cada vez más evidentes y más impactantes, en vosotros como en
la superficie de este mundo, poniendo punto final a la angustia de la muerte,
poniendo punto final a la angustia del efímero y revelando lo que sois
verdaderamente en la mirada de todos, en la mirada de cada uno.
…Silencio
…
El bautismo de
Fuego, de manera visible y ya no interno, en el mismo seno de la ilusión de
este mundo, desvela de manera impactante la verdad, la transparencia y la
claridad del Amor.
…Silencio
…
Escuchad y oíd,
en el silencio de vuestro corazón, el estruendo del cielo y de la tierra
ilusorios, poniendo al desnudo la joya.
Vuestro corazón
de fuego avivará el estruendo del derrumbe de las ilusiones y activará al mismo
tiempo la plenitud del Silencio, revelándose a sí mismo el Amor.
…Silencio
…
Se juegan en
vosotros, en cada uno de vosotros, el último juego de las ilusiones, el último
juego de la revelación de lo que siempre estuvo presente a pesar del
encerramiento, dando, en cierto modo, un acceso libre a cada cual que está en
el silencio del corazón, de poner punto final a todos los velos aislantes y que
os encierran.
Vengo también
para aclarar sobre la finalidad del trabajo de los cuatro Elementos o cuatro
Jinetes, que os permiten ver a los Dragones, a los Elfos, a los Gnomos y a las
Ondinas, así como a todos los pueblos de la naturaleza, que os permiten ver los
engranajes de la ilusión de este mundo, no sólo a nivel individual sino mucho
más a nivel colectivo; un período que es vivido por cada humano encarnado o
bien con la Gracia o bien con negación o bien con ira. Pero allí también, lo
que emergerá de vosotros no es otra cosa que la ilusión del juego de la escena
del teatro.
...Silencio
…
Al Fuego del Cielo
le responde el Fuego de la Tierra, al Fuego de vuestro cuerpo y de vuestro
corazón le responde la Presencia de Cristo, por la Gracia del Espíritu del Sol,
acompañado del Coro de los Ángeles.
…Silencio
…
También, en
vosotros como por mi presencia como Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias
Celestes, poniendo mi sello en el cielo de esta Tierra, tomo, de manera
temporal, el papel de Príncipe y Regente de las Milicias de La Tierra con el
fin de que los hijos del Uno, todavía atrapados con lo que queda de ilusión,
puedan descubrirse, sin vergüenza y sin pudor, a su estado de ser real, a su
conciencia real en el seno de las manifestaciones de los Mundos Libres, aquí
mismo sobre esta Tierra.
…Silencio
…
Así, lo que
podía quedarse ocultado en el seno de vuestras sombras residuales posibles,
como en el seno de los engranajes ocultos de este mundo, se desvelará cada día
un poco más, bajo la iluminación de la Luz, porque la intensidad de la
radiación Ultravioleta, la intensidad de la emanación del Sol Central, la
intensidad de mi Presencia y de vuestra Presencia, ya no permitirá, sea cual
sea la sombra, poder ocultarse más en el seno de vuestra Presencia o en el seno
de los engranajes de este mundo, finalizando así la obra de disolución total e
irremediable de las últimas líneas de predación pudiendo todavía manifestarse
por los juegos de las creencias en el seno del sistema de control de la mente
humana, aunque ya bastante difuminadas y bien disueltas por el esfuerzo de los
que anclaron y sembraron la luz.
Así, vosotros
mismos podréis decir, según los momentos: « Soy el Ángel Mikaël que es como Él,
la Fuente ». Así manifestaréis la Gloria de Cristo, independientemente de toda
persona presente todavía en el seno de vuestra conciencia, dándoos el acceso,
si ya no es el caso, a la trans-dimensionalidad de vuestra Resurrección en la
mismísima superficie de este mundo.
…Silencio
…
Pasando también
por vuestro cielo, avivaré las brasas del fuego de la ilusión, enseñando
entonces a cada uno la ineluctabilidad de lo que sucede, sea cual sea la
aceptación o la negación. Así deposito en vosotros de nuevo, y por segunda vez,
el sello de la Resurrección.
…Silencio
…
Soy Mikaël,
Príncipe y Regente de las Milicias Celestes y Terrestres, en la acogida de
vuestro corazón se realiza la acogida de mi Presencia, sellando así también,
con otra octava, la Nueva Eucaristía, el sacramento perpetuo de la Verdad.
Entended bien más allá de mis palabras, entended bien más allá de nuestras
Presencias comunes, el sentido y el peso de mis palabras con el fin de que se
establezca la Verdad del Uno aquí mismo en este mundo.
…Silencio
…
Así que estáis ahora
marcados con el sello de la Liberación y de la Resurrección, siendo cada uno de
manera individual el testigo y el receptáculo de la Verdad en el mismo seno de
este cuerpo y de esta conciencia. Dignaos en recibir mi última bendición antes
de recibir mi bendición visible por los ojos de todos.
…Silencio
…
Así, cada uno de
vosotros, desde ahora, podréis dar vuestra paz a cada hermano y hermana
encontrado y en cada relación encontrada. Sean cuales sean las circunstancias
de guerra en el exterior, la paz interior acabará con todo lo que podrá
molestar y oponerse al restablecimiento de la Verdad y a la Ascensión.
Soy el Arcángel
Mikaël y os doy mi paz. Adiós, en el Templo de nuestro corazón.
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