Gracias a Dios
Amado Padre Mío:
Tú Todo lo sabes, tú todo lo ves… pero hoy
deseo escribirte estas líneas, para DARTE GRACIAS!!
Un buen día llegué, como tantos, a este
planeta Tierra…
Abrí mis ojos y miré este mundo por primera
vez, sin la menor idea de nada…
Tierno, como todos en la flor de la niñez…
Luego poco a poco fui creciendo, viviendo y
presintiendo… riendo… también sufriendo…
Siempre tu Luz estuvo en mi corazón… siempre
lo supe, siempre lo presentí…
Los embates y amarguras de la vida nunca
pudieron apartarme de esa conciencia profunda, tan profunda que a veces la
olvidaba, pero siempre estaba allí, latente y presente como un estandarte…
La seguridad de tu Amor por ser tu hijo, por
estar indisolublemente unidos, como lo vivo hoy…
Un buen día el mundo se me vino abajo, y se me
planteó la disyuntiva de entregarme al lado obscuro, o de abrazar el camino de
El Cristo, de la Luz… no hubo duda… mas allá de todo amago, la indisoluble y
profunda convicción de tu Presencia me llevó a clamar con fe, en medio de mi
desesperación, por tu ayuda, por tu soporte, por tu protección y por tu Gran
Amor, en esos momentos tan duros y tumultuosos.
Hoy Amado Padre, te doy Gracias porque aún en
medio de lo accidentado del camino, me has tendido tu mano amorosa de soporte y
protección, a través de personas generosas de espíritu y de los caminos que tú
conoces mucho mejor que Yo, para mi bien y de aquellos que tienen especial
importancia en mi acción y en mi corazón; y me has permitido la Gracia y la
dicha de vivir tu Amor inefable en esta mi pequeña conciencia, en esta mi
terrenal existencia.
No soy más ni menos que aquel a quien has
abierto la Luz de tu Amor, en unión de todos mis hermanos y seres del Amor que
vibramos en ese maravilloso Tono de tu Amor Celestial, que nos llena de tanta
Alegría, de tanta Paz, de tanto Regocijo por la vida, recreando el sentir de
cuando eramos niños, sin la menor idea de nada.
Sólo Tú Padre Eterno sabes el porqué de todas
las cosas, y sabes el porqué me has permitido vivir tanta sordidez, y a la vez acceder
a la dulce fuente de tu Amor, por lo cual ya es motivo ganado haber venido a
este planeta lleno de tantas cosas hermosas, y también de tanta miseria y de
tanto dolor.
Sólo Tú Padre Eterno sabes cuál es el destino
que tienes para mí reservado, ahora que me reconozco en Ti, que te reconozco en
Mí…
No puedo menos que pensar que todo ha de ser
perfecto a lo que debe ser, en tu Infinito Amor y en tu Santa Voluntad.
GRACIAS DIOS MÍO! Porque me has distinguido con el grandísimo
don de poderte sentirte en mi corazón, en todo mi cuerpo, en todo mi ser,
llevando renovadas fuerzas y alegrías a mi vida.
Quiero y espero para todos mis hermanos en
esta Tierra, tengan esa hermosa vivencia en algún momento, de acuerdo a su
propio proceso y evolución, porque si todos pudiésemos reconocernos en tu Amor
como Hermanos, cuán armoniosa y distinta fuera nuestra sociedad humana!...
Benditos los mundos unitarios donde los seres
se aman fraternalmente, y lo viven, con absoluta alegría, Amor y respeto mutuos,
dentro de cada camino de evolución.
Sueño con un mundo mejor, sueño con los mundos
de Luz, donde esperamos algún día llegar, en la suave corriente de tu Amor.
Por mí, por mis seres queridos, por mi país,
por Toda la Humanidad…
GRACIAS DIOS MÍO!
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